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WAYNE W. DYER![]() DECÍDETE A SER LIBRE grijalbo TUS ZONAS ![]() TUS ZONAS SAGRADAS Decídete a ser libre Título original en inglés: Your sacred self Traducción: Diana Falcón de la edición de HarperCollins Publishers, Nueva York, 1975 © 1995, Wayne W.Dyer © 1996, Ediciones Grijalbo, S.A. Aragó, 385, Barcelona D.R. O 1997 por EDITORIAL GRIJALBO, S.A. de C.V. Calz. San Bartolo Naucalpan núm. 282 Argentina Poniente 11230 Miguel Hidalgo, México, D.F. Este libro no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin autorización escrita del editor. ISBN 970-05-0808-0 IMPRESO EN MÉXICO DECÍDETE A SER LIBRE A mi esposa; Marcelene, como la Tierra agradece el Sol Durante toda mi vida quise ser alguien, ahora soy por fin alguien... Pero ese alguien no soy yo. índice Querido lector 13 Primera parte PREPARARSE PARA EL TRASCENDENTAL VIAJE 1. El reto más grande de su vida: tomar la decisión de ser libre 19
Segunda parte LAS CUATRO CLAVES DE ACCESO A LA CONCIENCIA SUPERIOR
Tercera parte TRASCENDER LAS IDENTIDADES DEL EGO 8. De la agitación a la paz 185 9- Del engaño a la verdad 201 Del miedo al amor De la apariencia externa a la sustancia interior De lucha a la meta De la dominación a la tolerancia De lo malsano a la pureza Cuarta parte HACIA UN MUNDO SIN EGO 219 233 247 263 279 5. Crear un espíritu colectivo de yos espirituales. 305 Querido lector Imagine esta escena si es tan amable. Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu. Espíritu le dice a Ego: —Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento. Ego responde: —No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento. Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en silencio durante más tiempo. —Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre. —¡Una madre! —exclama Ego con una carcajada—. ¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre. Espíritu deja, con renuencia, la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco. —Ego —implora—, por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa conti- 13 nua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto. —Ahora sé que estàs completamente loco —replica Ego—. Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje. Oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estáte quieto. Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más tiempo. —Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte. —Adelante —responde Ego, impaciente. —Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo van a llevarlos a una nueva luz celestial, sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora. —Estás realmente loco. Ahora sí que estoy convencido. El libro que tiene en las manos es una interpretación de esta parábola, que he adaptado de una historia relatada por Henri J. M. Nouwen. Mi intención es llevarle a esa resplandeciente luz celestial y hacerle conocer la maravilla de que su noble yo triunfe sobre las demandas de su ego, que sobre todo no quiere. He organizado este libro en torno a las siguientes premisas:
3- Su yo más sublime puede triunfar sobre las identidades de su ego y convertirse en la fuerza dominante de su vida. 4. Puede irradiar esta conciencia más allá de sus propios límites y transmitirla a todos los habitantes de nuestro planeta. Dichas premisas configuran los principios de las cuatro partes en que se divide este libro. Cada capítulo está escrito con el propósito de ayudarle a conocer estos principios. Los antiguos escritos espirituales de la Càbala contienen unas enseñanzas muy pertinentes que me gustaría poner en su conocimiento. En ellos se sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos. Pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado. Así pues, cada una de las caídas que uno experimenta es realmente una oportunidad para adquirir energía. La energía así obtenida proporciona el impulso necesario para elevarse por encima de lo alcanzado. Su yo sagrado sabe que esas caídas son necesarias para el logro de dicha meta. Una caída de mi propia vida me proporcionó la oportunidad de generar la energía necesaria para colocar mi existencia en el nivel espiritual sobre el que estoy ahora escribiendo. No tendría sentido publicar el presente libro si no hubiera vivido la experiencia de trascender mis límites. Estas caídas siempre son de orden divino. El que podamos adquirir la energía para pasar a un plano más elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en nuestras manos. Mi mensaje es claro. Utilice las caídas para llegar a una conciencia más elevada y a la percepción de la divina presencia que siempre le acompaña. La energía que adquiere es similar a la fuerza y decisión que reúne el atleta cuando retrocede para impulsarse por encima de la barra del nuevo obstáculo. Yo conozco esa conciencia espiritual, y confío en que este libro le ayudará a conocer a ese yo sagrado que está siempre con usted. Amor y luz, Wayne W. DYER 14 15 Primera parte Prepararse para el trascendental viaje Sueños rotos Como los niños que llorando traen sus juguetes rotos para que se los arreglemos, yo le llevé mis sueños rotos a Dios porque Él era mi Amigo. Pero en lugar de dejarlo en paz para que trabajara solo, me quedé cerca e intenté ayudar a mi modo. Al final se los arrebaté y grité: «¿Cómo puedes ser tan lento?». «Hijo mío —dijo él—, ¿qué podía hacer? No les distes alas en ningún momento.» Anónimo 1 El reto más grande de su vida Tomar la decisión de ser libre La búsqueda más noble es saber qué debe hacer uno para convertirse en ser humano Immanuel Kant Sé que en cada momento soy libre para decidir Ha estado mirando en la dirección equivocada. La penetración psicológica más importante que puede tener es darse cuenta de que ha estado mirando en la dirección errónea durante la mayor parte de su vida. Tómese un momento, ahora mismo, para comprender lo que quiero decir. Imagínese en cualquier postura que le apetezca. De pie, sentado, echado, la que le resulte más fácil de imaginar. Ahora observe la representación mental de usted mismo. Lo que ve es alguien que está siempre mirando hacia otra parte, no hacia sí mismo. Siempre mirando fuera de usted. ¡Está mirando en la dirección equivocada! Ahora imagínese que es capaz de darse la vuelta y mirar en la dirección opuesta. Si de alguna forma pudiese hacer eso, estaría mirando hacia su interior. Esto no es una forma de gimnasia mental en la que meramente uno se imagina volviéndose y mirando hacia su interior. Estoy sugiriéndole una manera de conocer su identidad espiritual. Estoy sugiriéndole que acepte el reto y tome el sendero de su búsqueda trascendental. A todos nos han enseñado a mirar al exterior en busca de sustento: mirar más allá de nosotros mismos en busca de fuerza, amor, prosperidad, salud, felicidad y satisfacción espiritual. Se nos ha condicionado para creer que recibimos la gracia de la vida de algún punto externo a nosotros. Pero es posible invertir la dirección de nuestros ojos de fuera hacia dentro. Y cuando lo hacemos, encontramos una energía que habíamos percibido pero no identificado. Energía divina En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las fun- 21 ciones del vasto repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina existen dos aspectos. El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo. Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que codo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente de significado. Cuando se experimenta esa luz interna, añade a la vida una brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras. Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza interna es «espiritual». Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz, júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más sublime lo llamo «búsqueda sagrada». Definición de su búsqueda sagrada La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía exterior. Esta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos. En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muk-tananda describe la experiencia de la energía divina: Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe dentro de ella. La luz divina de la Conciencia comenzará a inundarle los ojos y entonces la verá dondequiera que mire. Verá su luminosidad en la gente, en los árboles, las rocas y los edificios. Verá la misma Conciencia alzándose en cada pensamiento y sentirá que pasa por su mente; adondequiera que vaya su mente, encontrará su propia Conciencia interior, el creador del mundo. Verá que la totalidad del universo 12 está contenida en usted mismo. Sabrá que todo —todas las infinitas formas del mundo— no son más que emanaciones de su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes, y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos. Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominada por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada. Hacer explotar esa luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en esta cosa llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su vida. Una mirada única a su vida El punto de partida de su búsqueda es entender que el universo y nuestra participación en él no son fortuitos. La inteligencia fluye a través de todo el universo, y ha tenido muchos nombres. Hace que los planetas giren en sus órbitas, que las galaxias permanezcan en su sitio, que las semillas broten, las flores se abran y que usted, sí, usted, respire, camine y piense. Esta inteligencia invisible está en todas las cosas, en todas partes. No puede cogerla ni verla ni olerla. Pero usted sabe que está ahí. La energía exterior, que controla la materia y el mundo físico, es finita. Esto significa que hay unas cantidades limitadas de oxígeno, hidrógeno y carbono. No hay ningún otro lugar al que ir en busca de más cuando se nos acaben. Todos los elementos físicos, identificados por los científicos y estudiados por los colegiales de todo el planeta, son finitos. Todas las cosas de nuestro mundo visible están hechas de estos elementos que existen en cantidades finitas. Me gusta pensar en lo material como en algo que se renueva permanentemente. Puesto que tenemos sólo una cantidad limitada de este «material», tiene que ser constantemente transformado. El hierro que tiene hoy en la sangre, forma parte de toda la reserva de hierro. Es evidente que estaba en otra parte antes de que usted fuese 23 concebido. Hace quince millones de años podría haber sido parte de un depósito de hierro de Afganistán. Hoy forma parte de la energía no interna que le anima a usted. Y así ocurre con todas las partículas físicas del universo. Es una reserva finita que se recicla sin parar. Partículas materiales que tienen una forma, regresan a la Tierra y se transforman. Como una partícula de magnesio de una espada que aparece más tarde en el fémur de una pantera. Emily Dickinson escribió un libro de poemas, El lebrel solitario, en el que describe este fenómeno. Es mucho más atractivo que cualquier prosa que pueda usar para ilustrar dicho tema. Este polvo callado fue caballeros y damas, y muchachos y muchachas; fue risas, habilidades y canciones, y vestidos y rizos. Este lugar pasivo una elegante mansión veraniega, donde flores y abejas cumplieron con su circuito oriental, luego cesaron, como éstas. El yo físico que podemos ver y tocar está hecho del mismo material del que está hecho todo lo demás. Sin embargo, usted es diferente de las cosas externas a usted mismo. Para comprender esto, considere las cuatro categorías que describen el mundo: mineral, vegetal, animal y humana. Si tomáramos una muestra de cada una de estas categorías, las pulverizáramos y colocáramos el polvo en cuatro recipientes separados para analizarlas, el informe no presentaría ninguna diferencia discernible. Las muestras mineral, vegetal, animal y humana comprenderían todas las mismas materias primas. Y sin embargo, todas estas muestras difieren entre sí de un modo invisible, que está más allá de lo material. Las diferencias, no obstante, no se encuentran en la conformación física de las cosas. Se hallan en lo que llamaremos conciencia'. Cada categoría tiene un nivel distinto de conciencia. Mineral El mundo mineral incluye mucho de lo que ve a su alrededor. Para el ojo que no está alerta son sólo cosas que se encuentran por ahí y no hacen nada. Puede mirar una roca y ella no hará nada aunque la con- |