Habla seth. La eterna validez del alma






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HABLA SETH. LA ETERNA VALIDEZ DEL ALMA

(Libros 1 y 2)

INDICE


PRIMERA PARTE 2

Introducción 2

Capítulo 1. No tengo cuerpo físico y, sin embargo, estoy escribiendo este libro 4

Capítulo 2. Mi entorno, mi trabajo y mis actividades actuales 15

Capítulo 3. Mi trabajo y aquellas dimensiones de la realidad a las que me conduce 26

Capítulo 4. Dramas de reencarnación 39

Capítulo 5. Cómo el pensamiento da forma a la materia. Puntos coordenados 51

Capítulo 6. El alma y la naturaleza de su percepción 59

Capítulo 7. Potenciales del alma 71

Capítulo 8. El dormir, los sueños y la conciencia 80

SEGUNDA PARTE 94

Capítulo 9. La experiencia de la «muerte» 94

Capítulo 10. Las condiciones de la «muerte» en la vida 110

Capítulo 11. Las posibilidades después de la muerte y el proceso de transición 121

TERCERA PARTE 140

Capítulo 12. Las relaciones en las reencarnaciones 140

Capítulo 13. La reencarnación, los sueños y los aspectos masculinos y femeninos 152

Capítulo 14. La historia de los comienzos y del Dios multidimensional 165

Capítulo 15. Las civilizaciones y las reencarnaciones 175

Capítulo 16. Los sistemas, hombres y Dioses probables 185

Capítulo 17. La naturaleza del bien y del mal y el simbolismo religioso 195

Capítulo 18. Los distintos estados de la conciencia 208

Capítulo 19. Los presentes alternativos y el enfoque múltiple 220

Capítulo 20. El significado de la religión 237

Capítulo 21. Un adiós y una introducción 258

Preguntas y respuestas 276

Apéndice 299

Sesión de clase de percepción extrasensorial. antes de jun 1970 324

Sesión de clase de percepción extrasensorial. Jun 1970 324

Sesión de clase de percepción extrasensorial. Nov 1970 327

Sesión de clase de percepción extrasensorial. Ene 1971 330

Sesión de clase de percepción extrasensorial. Ene 1971 334

Sesión de clase de percepción extrasensorial. Feb 1971 339

OTROS 344

Contraportada 344

Sobre la autora 344

Introducción 346


FUENTE: ROBERTS, Jane: ‘Habla Seth. Parte 1. La Eterna Validez del Alma’. Título Original: Seth Speaks. 1972. Traducción: M. Paz de la Cruz. Recibido por mail. Bogotá. Nov-2011
FUENTE: ROBERTS, Jane: ‘Habla Seth. Parte 2. La Eterna Validez del Alma’. Título Original: Seth Speaks. 1972. Traducción: M. Paz de la Cruz. Recibido por mail. Bogotá. Nov-2011

PRIMERA PARTE
Introducción
SESIÓN 511, 21 DE ENERO DE 1970

21.10 MIÉRCOLES
Al empezar estas notas debo mencionar que hay ciertos cambios notables en Jane, cuando canaliza a Seth. Normalmente Jane entra y sale rápidamente del estado de trance. Durante las sesiones, a excepción de cortos instantes, mantiene los ojos abiertos, pero a veces están entreabiertos o abiertos normalmente, y otras, desmesuradamente abiertos y más oscuros de lo habitual. Utiliza su mecedora Kennedy, aunque de vez en cuando se levanta y se pasea por la habitación. Suele fumar cuando está en trance y bebe un poco de vino, cerveza o café. Cuando su trance ha sido muy profundo, necesita unos minutos para «salir realmente», como ella dice. Casi siempre tomamos un tentempié después de las sesiones por muy tarde que sea.
Cuando está en trance, su voz puede ser coloquial en su tono, volumen y ritmo, pero con una amplia variedad de tonos. Por lo general es más grave y fuerte que la suya «propia».
De vez en cuando habla bastante alto con su «voz de Seth», y ésta es más poderosa, con tonos claramente masculinos y una energía evidente. Sin embargo, la mayoría de las sesiones son bastante tranquilas.
Seth habla con un acento difícil de definir. Algunos dicen que es ruso, otros irlandés, alemán, holandés, italiano e incluso francés. Una vez Seth comentó, con gran sentido del humor, que su manera de hablar era debido a su «pasado cosmopolita» adquirido a través de muchas vidas. Jane y yo pensamos que es simplemente su acento personal y que las personas reaccionan a él de acuerdo a sus antecedentes étnicos y emocionales.
Hay otros dos cambios que Jane manifiesta cuando está en trance. Uno es que sus gestos se vuelven más desmañados. El otro es que hay un reajuste de sus músculos faciales que le produce cierta tirantez, creo que debido al gran flujo de energía -o de conciencia- que recibe. A veces, cuando el efecto es muy intenso, siento inmediatamente la presencia de Seth.
Creo que esos cambios de Jane durante las sesiones son debidos a su recepción creativa de una entidad, una esencia, a la que llamamos Seth, y a su idea personal de cómo comportarse cuando está representando al género masculino. Su transformación en Seth es original, y resulta muy interesante observarla y participar en las sesiones. Sin tener en cuenta su condición, Seth es una presencia muy especial y amable. Yo siento que oigo a otra personalidad y que dialogo con ella.
Antes de la sesión. Jane dijo sentirse bastante nerviosa; pensaba que Seth iba a empezar su propio libro esa noche. Esa sensación de nerviosismo es bastante infrecuente en estas sesiones. Conseguí calmarla diciéndole que no pensase en nada y dejase que el libro fluyera a su manera.
Te deseo buenas noches, Joseph.

-Buenas noches, Seth.
Nuestro amigo Ruburt padece el típico miedo a salir a escena, y en cierto sentido es explicable, así que seré indulgente con él.

De todas formas vamos a empezar el capítulo uno. (Sonrisa.) Si Ruburt quiere puede escribir la introducción. (Pausa.)

Capítulo 1. No tengo cuerpo físico y, sin embargo, estoy escribiendo este libro

Bien, habéis oído hablar de los cazafantasmas. Se me podría llamar un escritor fantasma, aunque no apruebo la palabra «fantasma». También es verdad que normalmente no se me suele ver en forma física. Tampoco me gusta la palabra «espíritu»; pero, si vuestra definición del término representa la idea de una personalidad sin cuerpo físico, tendré que aceptar que encajo en esa descripción.
Aunque me dirijo a un público invisible, sé que mis lectores existen. Del mismo modo, le pido a cada uno de ellos que me conceda el mismo privilegio.
Escribo este libro a través de una mujer a la que aprecio mucho y a la que he cogido mucho cariño. A algunos les resulta extraño que cuando me dirijo a ella la llame «Ruburt» y la trate de «él», pero sucede que la he conocido en otros tiempos y lugares con nombres diversos. Unas veces ha sido hombre y otras mujer, y a la identidad completa que ha vivido esas vidas separadas se la puede designar con el nombre de Ruburt.
Sin embargo, los nombres no son importantes. Yo me llamo Seth. Un nombre es simplemente una designación, un símbolo; así que, si vosotros estáis obligados a llevar uno, yo lo haré también. Escribo este libro con la colaboración de Ruburt, que habla en mi nombre. En esta vida se llama Jane, y Robert Butts, su marido, toma notas de las palabras que Jane transmite. Yo lo llamo Joseph.
Mis lectores quizá supongan de sí mismos que son criaturas físicas, atadas a un cuerpo físico, encarceladas en carne, hueso y piel. Si creéis que esta existencia depende de la imagen corporal, os consideráis en peligro de extinción, ya que no hay forma física que dure y nadie, por muy bello que sea en su juventud, retiene el mismo vigor y encanto en la edad madura. Si os identificáis con vuestra juventud, o vuestra belleza, o vuestro intelecto y vuestros logros, entonces os torturaréis constantemente, al saber que estos atributos pueden desvanecerse y lo harán.
Escribo este libro para deciros que eso no sucede así. Esencialmente, no sois un ser más físico de lo que pueda serlo yo, y yo he ocupado y abandonado más cuerpos de los que puedo contar. Una personalidad que no existe no puede escribir un libro. Yo soy bastante independiente de la imagen física, y también lo sois vosotros.
La conciencia crea la forma, y no al contrario; No todas las personalidades son físicas. Lo que sucede es que estáis tan preocupados por las cuestiones de vuestra existencia diaria, que ello os impide daros cuenta de que hay en vosotros una parte que conoce que su poder es superior a lo que demuestra su yo ordinario.
Todos habéis tenido otras existencias, y ese conocimiento existe dentro de vosotros aunque no seáis conscientes de él. Espero que este libro ayude a despertar el yo intuitivo de mis lectores y que les permita traer a la conciencia aquellas intuiciones que les sean útiles.
Empiezo este libro a finales de enero, según vuestro tiempo, en 1970. Ruburt es ahora una mujer de pelo oscuro, delgada e inteligente, que en estos momentos está sentada en su mecedora, hablando en mi nombre.
(Larga pausa a las 21.35.) Mi conciencia está bien centrada dentro de Ruburt. La noche es fría. Ésta es nuestra primera experiencia de escribir un libro completo en estado de trance, y en cierta manera Ruburt estaba un poco nerviosa antes de comenzar la sesión. No es sólo cuestión de que esta mujer hable en mi nombre: se necesita una serie de manipulaciones y ajustes psicológicos. Hemos establecido entre nosotros -es decir, entre Ruburt y yo- lo que yo llamo un puente psicológico.
Cuando hablo a través de Ruburt no lo hago exactamente igual que si utilizase un teléfono. Hay una especie de extensión psicológica, una proyección de caracteres por ambas partes, y es eso lo que uso para establecer la comunicación. Más adelante explicaré cómo se crea y sostiene esta estructura psicológica, pues es como una carretera que hay que mantener limpia de basuras. Para leer este libro, os sería de gran ayuda que os preguntaseis a vosotros mismos quiénes sois en lugar de preguntaros quién soy yo, porque no podéis entender quién soy a menos que podáis entender la naturaleza de la personalidad y las características de la conciencia.
Si creéis firmemente que vuestra conciencia está encerrada en algún lugar de vuestro cráneo y es incapaz de escaparse de ahí, si pensáis que vuestra conciencia termina en los límites de vuestro cuerpo, quiere decir que os valoráis en poco y pensaréis que soy una ilusión. Pero yo no lo soy más de lo que podáis serlo vosotros, y ésta podría ser una frase cargada de intención.
Con toda sinceridad (sonrisa) puedo decir esto a mis lectores: soy mucho más viejo que vosotros, al menos por lo que se refiere a la edad tal como vosotros la concebís.
Si un escritor puede ser calificado como autoridad en función de su edad, en ese caso deberían darme una medalla. Soy una esencia de energía de la personalidad que ya no está enfocada en la materia física. Y, como tal, tengo conciencia de ciertas verdades que muchos de vosotros parecéis haber olvidado.
Espero poder recordároslas. Y no hablo tanto a esa parte vuestra que creéis que es vuestro ser, sino a esa otra parte que no conocéis, la que de alguna manera habéis negado y tenéis un tanto olvidada. Es esa parte vuestra la que está leyendo este libro, [incluso] mientras «vosotros» lo estáis leyendo.
Me dirijo a los que creen en Dios y también a los que no creen, a los que piensan que la ciencia será capaz de encontrar todas las respuestas sobre la naturaleza de la realidad y a los que creen que no lo logrará. Espero poder daros indicios que os permitan estudiar la naturaleza de la realidad por vosotros mismos, como nunca antes la habíais estudiado.
Hay ciertas cosas que debo pedir que comprendáis. No estáis atrapados en el tiempo, como una mosca en una botella cerrada que no puede usar sus alas. Vuestros sentidos físicos no son fiables a la hora de daros la verdadera imagen de la realidad. Son unos mentirosos encantadores que cuentan un cuento tan fantástico que lo creéis sin cuestionarlo. A veces sois más inteligentes, más creativos y tenéis mucha más capacidad de conocimiento cuando estáis soñando que cuando estáis despiertos. Estas aseveraciones os pueden parecer dudosas en este momento, pero espero que, cuando hayamos terminado, veáis que son incuestionables.
Lo que os voy a contar ya ha sido contado a lo largo de los siglos, y se ha repetido cuando se olvidaba. Espero poder aclarar algunos puntos que se han distorsionado a través de los tiempos; asimismo, ofrezco mi propia interpretación sobre otros, porque el conocimiento no existe en el vacío y toda información debe ser interpretada por la personalidad que la posee y la pasa a otros. Por lo tanto, yo describo la realidad de la manera en que la conozco, y también mis experiencias en distintos niveles y dimensiones.
Eso no quiere decir que no existan otras dimensiones. Yo tengo conciencia desde un tiempo anterior a la formación de vuestra Tierra. Para poder escribir este libro -y en la mayoría de mis comunicaciones con Ruburt- adopto de mi propio depósito de personalidades pasadas aquellas características que me parecen apropiadas. Hay muchas personalidades como yo, que ya no están enfocadas en la materia física o en el tiempo. Nuestra existencia os puede resultar extraña simplemente porque vosotros no conocéis el verdadero potencial de la personalidad y estáis hipnotizados por vuestros limitados conceptos.
(Pausa; luego añade humorísticamente:) Podéis tomaros un descanso.

(-Gracias.)
(22.18. Jane salió del trance con bastante facilidad, aunque éste había sido profundo. Quedó sorprendida de que hubiese pasado tanto tiempo. También se sintió muy aliviada por el hecho de que Seth hubiese comenzado su libro, mientras la mantenía a ella bajo control. «Es muy listo», dijo riendo.)
(Seth continuó con su libro a las 22.34.)
Soy esencialmente un profesor, aunque nunca he sido un ilustrado per sé. Soy principalmente una personalidad que trae un mensaje: vosotros creáis el mundo que conocéis. Os ha sido dado quizá el don más imponente de todos: la habilidad de proyectar vuestros pensamientos y convertirlos en forma física.
Este don conlleva una responsabilidad. A muchos os tienta estar orgullosos del éxito de vuestra vida, y echáis la culpa de vuestros fracasos a Dios, a la casualidad y a la sociedad. De igual modo, la humanidad tiene tendencia a proyectar sus propias faltas y errores a una imagen de Dios padre, quien sin duda debe de estar ya harto de tanta protesta.
El hecho es que cada uno de vosotros crea su propia realidad física, y todos juntos creáis tanto la gloria como el horror que hay en vuestra experiencia terrestre. Hasta que no os deis cuenta de que sois vosotros los creadores, os negaréis a aceptar esta responsabilidad. Tampoco podéis culpar al demonio de las desgracias del mundo. Ya os habéis vuelto lo bastante evolucionados para comprender que el demonio es una proyección de vuestra propia psique, pero aún no sois lo suficientemente sabios para aprender a usar vuestra creatividad de una manera constructiva.
A la mayoría de mis lectores les es familiar la expresión «limitado físicamente». Como raza os habéis convertido en «limitados por el ego», y os habéis mantenido en una gran rigidez espiritual, negando o distorsionando las partes intuitivas del ser hasta un punto tal, que ahora no las podéis reconocer.
(Pausa a las 22.45.) Se está haciendo tarde. Mis dos amigos deben madrugar. Ruburt trabaja en dos libros propios y debe dormir lo suficiente. Antes de acabar esta sesión os pido que imaginéis nuestro «escenario», ya que Ruburt me ha dicho que un escritor debe tener cuidado al montar su escena. (Divertido.)
Hablo a través de Ruburt dos veces por semana, los lunes y los miércoles, aquí, en este amplio salón. Las luces están siempre encendidas. Esta noche me resulta especialmente agradable mirar a través de los ojos de Ruburt el rincón invernal ahí fuera.
La realidad física me ha resultado siempre estimulante y, gracias a la cooperación de Ruburt para escribir este libro, constato que no me equivoqué al apreciar sus especiales encantos. Hay otro personaje que debe ser mencionado: Willy, el gato, un querido monstruo que está durmiendo ahora.
(Willy dormía, roncando apierna suelta, sobre nuestro viejo televisor. De manera que estaba justo detrás de la cabeza de Jane, sentada en su mecedora.)
La naturaleza de la conciencia animal es por sí misma un tema sumamente interesante que consideraremos más adelante. El gato es consciente de mi presencia y en algunas ocasiones ha reaccionado a ella de una manera bastante evidente. Espero poder mostrar en este libro la interacción constante que hay entre todas las unidades de conciencia, la comunicación que salta más allá de las barreras de las especies, y en alguna de nuestras charlas usaremos a Willy como ejemplo.
Podéis tomaros un descanso o terminar la sesión, como prefiráis.

(-Bien, pues creo que la terminaremos...)

Mis mejores deseos para los dos.

(-Gracias.)

(Pausa y sonrisa.) Espero que os guste.

(-Buenas noches, Seth.)
(23.00. Jane salió del trance con rapidez. Había mantenido un buen ritmo a lo largo de la sesión. Dijo que estaba contenta de que Seth hubiera comenzado a trabajar en su libro. «Durante mucho tiempo -dijo-, cada vez que pensaba que Seth quería empezar el libro, tenía miedo de dejarle que lo hiciera.»)
(Jane se preguntaba si debía leer el libro a medida que Seth lo producía. Os sorprenderá saber que Jane no leyó el manuscrito hasta que estuvo terminado. Decidimos que no importaba si lo hacía o no, así que finalmente decidió leer todo el material cuando yo terminara de mecanografiarlo.)
SESIÓN 512, 27 DE ENERO DE 1970

21.02 MARTES
(La sesión programada normalmente para los lunes tuvo que posponerse para esta noche.)
(El ritmo de Jane era bastante lento y con muchas pausas. Algunas están indicadas en estas notas. Su voz tenía un tono medio; frecuentemente tenía los ojos abiertos.)
Buenas noches.

(-Buenas noches, Seth.)
Bien, volvamos a nuestro nuevo manuscrito. Como hemos mencionado a los animales, debo decir aquí que ellos poseen un tipo de conciencia que no les permite tantas libertades como la vuestra; pero, por otro lado, no se ven estorbados por ciertas características que a menudo dificultan a los humanos el ejercicio de todo el potencial práctico de su conciencia.
La conciencia es una manera de percibir las distintas dimensiones de la realidad. La conciencia que conocéis vosotros es muy especializada. Los sentidos físicos os permiten percibir el mundo tridimensional, pero al mismo tiempo, debido a su propia naturaleza, pueden inhibir la percepción de otras dimensiones igualmente válidas. Muchos de vosotros os identificáis con vuestro ser diario, físicamente orientado. Nunca se os ocurriría identificaros sólo con una parte de vuestro cuerpo y hacer caso omiso de todas las otras; sin embargo, es eso lo que estáis haciendo (sonrisa) cuando os creéis que vuestro ser egotista es el que lleva la carga de vuestra identidad.
Estoy diciendo que no sois una bolsa cósmica de carne y huesos que se mantiene unida a causa de la mezcla de ciertos elementos y agentes químicos. Estoy diciendo que vuestra conciencia no es un producto repentino formado por mero accidente debido a la interrelación de ciertos componentes químicos.
No sois un retoño abandonado de materia física, ni vuestra conciencia ha sido creada para desvanecerse como una bocanada de humo. Al contrario, formáis el cuerpo físico que conocéis a un nivel inconsciente muy profundo, haciendo uso de un gran discernimiento, una milagrosa claridad y un íntimo conocimiento inconsciente de cada mínima célula que lo compone. Y todo esto no lo digo en sentido simbólico.
Dado que vuestra mente consciente, tal como la conocéis, no está despierta a estas actividades, no lográis identificaros con esa otra porción interna de vuestro ser. Preferís identificaros con aquella otra parte vuestra que mira la televisión, trabaja o cocina: la parte que vosotros creéis que sabe lo que está haciendo. Pero esa porción vuestra, aparentemente inconsciente, es muchísimo más erudita, y la totalidad de vuestra existencia física depende de su buen funcionamiento.
Esa porción es consciente, sabe y está alerta. Sois vosotros los que estáis tan concentrados en la realidad física que no escucháis su voz, que no comprendéis que ella es esa gran fuerza psicológica de la que emana vuestro ser físicamente orientado.
Yo llamo «ego interno» a esa aparente inconsciencia, pues dirige las actividades internas. Correlaciona la información recibida, no a través de los sentidos físicos, sino a través de otros canales internos. El es el perceptor interno de la realidad que existe más allá de la tridimensional, y lleva consigo el recuerdo de cada una de vuestras existencias pasadas. Puede ver las dimensiones subjetivas, que son prácticamente infinitas, y es de esas dimensiones subjetivas de donde fluyen todas las realidades objetivas. (Larga pausa.)
A través de esos canales internos se os da toda la información necesaria, y existe además toda una serie de increíbles actividades internas que suceden antes de que podáis ni tan siquiera mover un dedo, pestañear o leer una frase en esta página. Esa porción de vuestra identidad es bastante clarividente y telepática de forma innata; os avisa de los desastres antes de que ocurran, aunque no siempre aceptéis conscientemente el mensaje, y toda esa comunicación tiene lugar en menos tiempo del que se tarda en emitir una sola palabra.
(Suavemente:) Puedo hacer pausas de vez en cuando para que descanséis.
(-No, estoy bien.)
El «ego externo» y el ego interno trabajan juntos, uno para ayudaros a manejar el mundo que conocéis, el otro para traeros esas delicadas percepciones internas sin las cuales no se podría mantener la existencia física.
Sin embargo, hay una parte vuestra -la identidad interna, que conforma los egos externo e interno- que tomó la decisión de que fueseis un ser físico en esta era y en este tiempo. Esa es la esencia de vuestra identidad, la semilla psíquica de la cual brotasteis, la personalidad multidimensional de la que formáis parte.
Para aquellos que se pregunten dónde coloco yo el subconsciente según lo describen los psicólogos, diré que en cierta manera os lo podéis imaginar como un lugar de encuentro entre el ego interno y el externo. Recordad que no hay divisiones reales en el ser; aun así, hablamos de sus distintas partes para aclarar la idea básica.
Como nos dirigimos a individuos que se identifican con el «ser consciente normal», toco este tema en este primer capítulo ya que usaré esos términos más adelante en el libro, y también porque quiero hacer constar lo antes posible el hecho de la personalidad multidimensional.
No podréis comprenderos a vosotros mismos ni aceptar mi existencia independiente, hasta que os desembaracéis del concepto de que la personalidad es un atributo de la conciencia «aquí y ahora». Muchos de los conceptos que expongo en este libro sobre la realidad física os pueden resultar sorprendentes, pero debéis tener en cuenta que yo la veo desde un punto de vista totalmente diferente.
(Jane hacía frecuentes pausas al hablar como Seth. Tenía los ojos cerrados a menudo.)
Vosotros estáis ahora enfocados enteramente en esta realidad, preguntándoos quizá qué habrá fuera... si es que hay algo. Yo estoy fuera y he vuelto momentáneamente a una dimensión que conozco y que he amado. No obstante, hablando en vuestros términos, no resido en ella y, aunque tengo «pasaporte» psíquico, debo enfrentarme a ciertos problemas de traducción e inconvenientes en el acceso.
He oído decir que hay gente que ha vivido toda su vida en la ciudad de Nueva York y nunca ha visitado el edificio del Empire State, mientras que hay muchos extranjeros que lo conocen muy bien. Así, aunque tengáis una residencia física, yo os puedo hacer ver milagrosas estructuras psíquicas y psicológicas que existen dentro de vuestro sistema de realidad y que vosotros desconocéis.
Con toda franqueza, espero hacer mucho más que eso. Confío en poder llevaros por un recorrido a través de los niveles de realidad a los que tenéis acceso, y guiaros en un viaje a través de las dimensiones de vuestra propia estructura psicológica, para mostraros áreas enteras de vuestra conciencia de las que habéis permanecido relativamente bastante inconscientes. Por lo tanto, no sólo espero explicar los aspectos multidimensionales de la personalidad, sino también que cada lector pueda llegar a vislumbrar la enorme identidad a la que pertenece.
(Suavemente.) Podéis hacer un descanso.
(22.07. Jane salió del trance rápidamente y con facilidad. No tenía ni idea de si su ritmo había sido lento o rápido, ni del paso del tiempo. Dijo tener la impresión de que el material de Seth estaba muy concentrado y dirigido al lector, y que él estaba intentando hacernos llegar sus ideas lo más concisa y claramente posible.)
(Luego Jane añadió que había estado muy cansada antes de la sesión. La continuó en el mismo estado a las 22.29.)
El ser que vosotros conocéis no es más que un fragmento de vuestra identidad total. Sin embargo, todos los otros seres que la conforman no están enhebrados juntos como las cuentas de un collar. Se parece más a las capas de una cebolla, o quizá a los gajos de una naranja, todos conectados por una misma vitalidad y desarrollándose en distintas realidades aunque todos brotan de la misma fuente.
No pretendo comparar vuestra personalidad con una naranja o con una cebolla, pero quiero destacar que, al igual que ellas crecen de dentro a fuera, lo mismo hace cada fragmento del ser completo. Lo que vosotros observáis es el aspecto externo de un objeto. Vuestros sentidos físicos os permiten percibir su forma externa, a la cual reaccionáis, pero en cierta manera también vuestros sentidos físicos os fuerzan a percibir la realidad de esta manera, y la vitalidad interna de la materia y de la forma no son tan evidentes.
Os puedo decir, por ejemplo, que hay conciencia incluso en un caracol, pero pocos de mis lectores serán capaces de tomarme lo suficientemente en serio para pararse en mitad de esta frase e ir a decirle buenos días o buenas tardes al primer caracol que encuentren en un palo. No obstante, los átomos y moléculas que forman parte del caracol poseen su propio tipo de conciencia. Los átomos que conforman las páginas de este libro, son también conscientes a su nivel. No existe nada -ni roca, ni mineral, ni planta, animal o aire- que no posea la conciencia propia a su especie. Por consiguiente, estáis permanentemente en medio de una constante conmoción vital, en una Gestalt de energía consciente, y al mismo tiempo estáis compuestos físicamente de células conscientes que llevan dentro el conocimiento de su identidad propia y que cooperan voluntariamente en la formación de la estructura corporal que es vuestro cuerpo físico.
Quiero decir, por supuesto, que no existe nada a lo que pueda llamarse materia muerta. No existe un solo objeto que no haya sido formado a través de la conciencia, y cada conciencia, sea cual sea su grado de evolución, es afortunada poseedora de la sensación y de la creatividad. No podréis entender lo que sois, a menos que comprendáis estos conceptos.
Sólo por conveniencia os cerráis a las múltiples comunicaciones internas que conectan la más mínima parte de vuestro cuerpo; pero, aun como criaturas físicas, sois hasta cierto punto porciones de otras conciencias. El ser no tiene límites: su potencial es ilimitado. (Pausa.) Sin embargo, vuestra ignorancia os lleva a adoptar limitaciones artificiales. Por ejemplo, podéis identificaros solamente con vuestro ego externo y así disociaros de las capacidades que os son inherentes. Podéis negarlas, pero no podéis cambiar el hecho de que existen. La realidad es multidimensional, aunque muchas personas escondan la cabeza, figurativamente hablando, en las arenas de la existencia tridimensional y crean que no existe nada más.
(En tono festivo:) Con este libro pretendo sacar algunas cabezas de la arena. Podéis terminar la sesión o hacer una pausa.
(-Haremos una pausa. -La pausa duró de 22.59 a 23.10.)
Bien, pronto terminaremos el capítulo uno. Ya queda poco. (Divertido.) Esto no es para el libro.
No quiero subestimar el ego externo: sois vosotros los que lo habéis sobreestimado. Tampoco habéis reconocido su verdadera naturaleza.
Tenemos más que decir sobre este punto, pero esto es suficiente por ahora, para que os deis cuenta de que vuestro sentido de la continuidad y de la identidad no depende de vuestro ego.
Por ahora, en ciertos momentos usaré el término «camuflaje» referido al mundo físico con el que se relaciona el ego externo, ya que la forma física es uno de los camuflajes que adopta la realidad. El camuflaje es real, pero detrás de él hay una realidad mucho mayor: la vitalidad que le da forma. Vuestros sentidos físicos os permiten percibir ese camuflaje, pues están adaptados a él de una manera sumamente especializada. Pero para poder sentir la realidad que esconde la forma, se requiere una clase diferente de atención y ciertas manipulaciones más delicadas de las que permiten los sentidos físicos.
El ego es un dios celoso que quiere que sus intereses sean servidos. No quiere admitir la realidad de otras dimensiones, excepto aquellas en las que se siente cómodo y que es capaz de comprender. Su objetivo era constituir una ayuda, pero le habéis permitido convertirse en un tirano. A pesar de todo, es mucho más flexible y está más ansioso de aprender de lo que se supone normalmente. No es por naturaleza tan rígido como se cree, y su enorme curiosidad puede ser de gran ayuda.
Si tenéis una concepción limitada de la naturaleza de la realidad, el ego hará todo lo posible para manteneros en ese pequeño espacio cerrado de la realidad que aceptáis. Si, por el contrario, dejáis vuestra intuición e instintos creativos en libertad, ellos podrán comunicar cierto conocimiento de otras dimensiones mayores a esa porción de vuestra personalidad orientada físicamente.
(23.35. Esta sesión tuvo que interrumpirse porque Rooney, uno de nuestros gatos, quería salir a pasar la noche fuera. Seth se había portado bien. Jane salió rápidamente del trance. Cuando hube dejado el gato fuera, esperó durante unos minutos y luego decidió dar la sesión por terminada. No parece que el capítulo uno esté aún terminado.)

SESIÓN 513, 5 DE FEBRERO DE 1970

21.10 JUEVES
(Normalmente esta sesión la hubiésemos tenido ayer, pero Jane quería probar hacerla un jueves por variar. Antes de la sesión dijo: «Aún me vuelve el miedo a entrar en escena cuando pienso que es Seth el que escribe este libro él sólito». Y, cuando comenzó la sesión, Seth inmediatamente retomó el trabajo de «su» libro.)
Buenas noches.

(-Buenas noches, Seth.)

Bien, continuemos.
El objeto de este libro es probar que el ego no tiene todos los recursos de la personalidad para sí solo, porque no hay duda alguna de que este libro lo escribe otra personalidad distinta de la de la escritora conocida como Jane Roberts. Teniendo en cuenta que Jane Roberts no tiene capacidad alguna que no sea inherente a la totalidad de la raza humana, debe al menos admitirse que la personalidad humana posee muchos más atributos que aquellos que se le adjudican normalmente. Espero poder explicar lo que es esta capacidad y señalar los caminos que cada individuo puede usar para poder liberar ese potencial.
La personalidad es una Gestalt1 de percepciones eternamente cambiantes. Es la parte de la entidad que percibe. Yo no estoy inculcándole mis percepciones a la mujer a través de la que hablo, ni su conciencia desaparece durante nuestras comunicaciones. Lo que ocurre es que ella logra expandir su conciencia, proyectar su energía y dirigirla fuera de la realidad tridimensional.
Esta concentración fuera del sistema físico podría dar la impresión de que su conciencia ha desaparecido. Pero lo que ocurre realmente es que su conciencia aumenta. Desde mi propio campo de la realidad, yo enfoco mi atención hacía ella, pero las palabras que dice -las palabras escritas en estas páginas- no son verbales en sus comienzos.
En primer lugar, el lenguaje tal como lo conocéis es un acontecimiento muy lento: enhebrar letra a letra para poder conseguir una palabra, y las palabras entre sí para construir frases, que son el resultado de un esquema de pensamiento lineal. El lenguaje, como vosotros lo conocéis, es parcial y gramaticalmente el producto final de las secuencias de vuestro tiempo físico. Vosotros sólo podéis concentraros en cierto número de cosas a la vez, y la estructura de vuestro lenguaje no es apta para la comunicación de la intrincada experiencia simultánea.
Yo conozco una clase diferente de experiencia, no lineal, y puedo concentrarme en una infinita variedad de acontecimientos simultáneos, y reaccionar a ellos. Ruburt nunca podría expresarlos, por lo cual tenemos que reducirlos a la expresión lineal para poder comunicarlos. Esta capacidad de percibir eventos simultáneos ilimitados y reaccionar a ellos es característica básica de todo ser completo o entidad, de modo que no lo reivindico como una hazaña exclusivamente mía.
Mis lectores están en el presente cómodamente instalados en la forma física, y presumo (con sentido del humor) que sólo conocen una pequeña parte de sí mismos, como dije antes. La entidad es la totalidad de la identidad de la cual su personalidad es una manifestación, una parte independiente y eternamente válida. Sin embargo, durante estas comunicaciones la conciencia de Ruburt se expande y es capaz de enfocarse en una dimensión distinta, una dimensión que está entre su realidad y la mía, un campo relativamente libre de distracción. Con su permiso y asentimiento imprimo en él ciertos conceptos, que no son neutros, pues todo conocimiento o información lleva la impronta de la personalidad que lo guarda o que lo comunica.
Ruburt hace que su conocimiento verbal esté disponible para nuestro uso, y de manera bastante automática los dos juntos producimos las diferentes palabras que luego se pronuncian. En ocasiones ocurren distracciones, y la información puede ser distorsionada; pero ahora ya estamos acostumbrados a trabajar juntos y las distracciones son muy escasas.
También proyecto a Ruburt parte de mi energía, y su energía y la mía juntas activan su forma física durante nuestras sesiones (y ahora, mientras pronuncio estas frases). También existen muchas otras ramificaciones de las que hablaré más adelante.

Podéis descansar ahora.
(21.46 a 21.55.) Por consiguiente, no soy producto del subconsciente de Ruburt más de lo que él pueda serlo de mi mente subconsciente. Tampoco soy una personalidad secundaria que inteligentemente trata de socavar un ego precario. De hecho, me he ocupado de que todas las partes de la personalidad de Ruburt, obtengan un beneficio y de que se mantenga y respete su integridad.
Hay en su personalidad una facilidad única que hace posible nuestra comunicación. Trataré de decirlo de manera sencilla: hay en su psique una especie de urdimbre dimensional transparente que sirve casi como una ventana abierta a través de la cual se pueden percibir otras realidades, una abertura multidimensional que de alguna manera no ha resultado oscurecida por las sombras de la óptica física.
Los sentidos físicos os impiden normalmente ver esos canales abiertos, ya que sólo son capaces de percibir la realidad de acuerdo con su propia imagen. Hasta cierto punto, yo entro en vuestra realidad a través de esa especie de urdimbre psicológica que comunica con vuestro espacio y tiempo. Dicho de otra manera, ese canal abierto sirve muy bien como camino entre la personalidad de Ruburt y la mía, y hace posible la comunicación entre nosotros. Estas urdimbres psíquicas y psicológicas entre las distintas dimensiones de la existencia no son infrecuentes, aunque no sucede a menudo que se las reconozca y menos aún que se las utilice.
(Otra de las muchas largas pausas. Aun así, el ritmo de Jane era más rápido y más seguro que en las dos primeras sesiones dedicadas al libro de Seth. También dijo que le gustaba todo lo que Seth había transmitido hasta el momento.)

Trataré de daros alguna idea de cómo es mi propia existencia no física, y ojalá ello sirva para recordaros que vuestra identidad física básica es tan poco física como la mía.
Este es el final del capítulo uno.

(-De acuerdo.)

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