Daniel Goleman
EMOCIONES DESTRUCTIVAS Cómo entenderlas y superarlas
Diálogos entre
el DALAI LAMA
y diversos científicos,
psicólogos y filósofos Con la colaboración de
Richard J. Davidson, Paul Ekman, Mark Greenberg, Owen Flanagan,
Matthieu Ricard, Jeanne Tsai, el venerable Somchai Kusalacitto,
Francisco J. Varela, B. Alan Wallace y Thupten Jinpa
Traducción del inglés de David González Raga y Fernando Mora
editorial Kairós IN MEMORIAM
FRANClSCO VARElA
7 de septiembre de 1946 28 de mayo de 2001 Buenos días, mi querido amigo
Te considero un hermano espiritual y debo decirte que todos lamentamos mucho no tenerte con nosotros Quisiera expresarte, como lo haria un hermano, mi mas profundo agradecimiento por tu gran aportacion a la ciencia, especialmente en los campos de la neurologia, la ciencia de la mente, > por tu contribución a la celebración de estos diálogos entre la ciencia y el pensamiento budista Jamas olvidaremos tu extraordinaria colaboración
Te recordaré hasta el momento de mi muerte
El DALAI LAMA
Videoconferencia mantenida el día 22 de mcno de 2001 entre Su Santidad desde Madi^on (Wisconsm) \ Francisco Varela, postrado en su cama de Paris donde murió un par de semanas despues. SUMARIO
PREFACIO DE SU SANTIDAD El DECIMOCUARTO DALAI LAMA 6
PROLOGO: UN RETO PARA LA HUMANIDAD 8
UNA COLABORACION CIENTIFICA 12
1. EL LAMA EN EL LABORATORIO 12
2. UN CIENTÍFICO NATURAL 26
PRIMER DIA: ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES DESTRUCTIVAS? 34
3. LA PERSPECTIVA OCCIDENTAL 34
4. UNA PSICOLOGIA BUDISTA 48
5.LA ANATOMÍA DE LAS AFLICCIONES MENTALES 56
SEGUNDO DÍA:
LAS EMOCIONES EN LA VIDA COTIDIANA 72
6. LA UNIVERSALIDAD DE LAS EMOCIONES 72
7. EL CULTIVO DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL 94
TERCER DIA
LAS VENTANAS DEL CEREBRO 105
8.LA NEUROCIENCIA DE LA EMOCION 105
9. NUESTRO POTENCIAL PARA El CAMBIO 119
CUARTO DIA
El DOMINIO DE LAS HABILIDADES EMOCIONALES 136
10. LAINFLUENCIA DE LA CULTURA 136
11. LA EDUCACION DEl CORAZON 147
12. ALENTANDO LA COMPASION 159
QUINTO DÍA
RAZONES PARA El OPTIMISMO 172
13. EL ESTUDIO CIENTIFICO DE LA CONCIENCIA 172
14. El CEREBRO PROTEICO 187
EPILOGO:
El VIAJE CONTINÚA 199
NOTAS 205
Sobre los participantes 213
Sobre el Mind and Life Institute 216
Agradecimientos 220
ÍNDICE 222
PREFACIO DE SU SANTIDAD El DECIMOCUARTO DALAI LAMA La mayor parte del sufrimiento humano se deriva de las emociones destructivas como el odio, que alienta la violencia, o el deseo, que promueve la adicción. Una de nuestras principales responsabilidades en cuanto personas compasivas es la de reducir el coste humano del descontrol emocional, algo que, en mi opinión, atañe muy directamente a lo que el budismo y la ciencia tienen que decirnos.
El budismo y la ciencia no son visiones contrapuestas del mundo, sino enfoques diferentes que apuntan hacia el mismo fin, la búsqueda de la verdad. La esencia de la práctica budista consiste en la investigación de la realidad, mientras que la ciencia, por su parte, dispone de sus propios métodos para llevar a cabo esa investigación. Tal vez, los propósitos de la ciencia difieran de los del budismo, pero ambos ensanchan nuestro conocimiento y amplían nuestra comprensión.
El diálogo entre la ciencia y el budismo es una interacción bidireccional, puesto que los budistas podemos servirnos de los descubrimientos realizados por la ciencia para esclarecer nuestra comprensión del mundo en el que vivimos, mientras que la ciencia, por su parte, también puede aprovecharse de algunas de las comprensiones proporcionadas por el budismo. Como demuestran los diversos encuentros organizados hasta el momento por el Mind and Life Institute, son muchos los ámbitos en los que el budismo puede contribuir al conocimiento científico.
En lo que se refiere al funcionamiento de la mente, por ejemplo, el budismo es una ciencia interna multisecular que posee un interés práctico para los investigadores de las ciencias cognitivas y de las neurociencias que puede ofrecer valiosas contribuciones para el estudio y comprensión de las emociones. No olvidemos que los debates celebrados hasta el momento han inspirado nuevas líneas de investigación a algunos de los científicos que han participado en ellos.
Pero el budismo, por su parte, también tiene cosas que aprender de la ciencia. Con cierta frecuencia he dicho que, si la ciencia demuestra hechos que contradicen la visión budista, deberíamos modificar ésta en consecuencia. No olvidemos que el budismo debe adoptar siempre la visión que más se ajuste a los hechos y que, si la investigación demuestra razonablemente una determinada hipótesis, no deberíamos perder tiempo tratando de refutarla. Pero es necesario establecer una clara distinción entre lo que la ciencia ha demostrado de manera fehaciente que no existe (en cuyo caso deberemos aceptarlo como inexistente) y lo que la ciencia no puede llegar a demostrar. No olvidemos que la conciencia misma nos proporciona un claro ejemplo en este sentido ya que, aunque todos los seres –incluidos los humanos– llevemos siglos experimentado la conciencia, todavía ignoramos qué es, cómo funciona y cuál es su verdadera naturaleza.
La ciencia ha acabado convirtiéndose en uno de los factores fundamentales del desarrollo humano y planetario del mundo moderno, y las innovaciones realizadas por la ciencia y la técnica han dado origen a un considerable progreso material. Pero, al igual que ocurría con las religiones del pasado, la ciencia no posee todas las respuestas. Por ello, la búsqueda del progreso material a expensas de la satisfacción proporcionada por el desarrollo interno acaba desterrando los valores éticos de nuestra vida. Y ésta es una situación que, considerada a largo plazo, genera infelicidad porque no deja lugar a la justicia y la honestidad en el corazón del ser humano, algo que comienza afectando a los más débiles y genera una gran desigualdad y el consiguiente resentimiento que acaba afectando negativamente a todo el mundo.
El extraordinario impacto de la ciencia en nuestra sociedad otorga a la religión y a la espiritualidad un papel privilegiado para recordarnos nuestra humanidad. Y, en ese sentido, será necesario compensar el progreso material y científico con la responsabilidad que dimana del desarrollo interno. Por este motivo, creo que el diálogo entre la religión y la ciencia puede resultar muy beneficioso para toda la humanidad.
El budismo tiene muchas cosas importantes que decirnos acerca de los problemas provocados por las emociones destructivas. Uno de los objetivos fundamentales de la práctica budista es el de reducir el poder de las emociones destructivas en nuestra vida. Para ello cuenta con un amplio abanico de comprensiones teóricas y de recursos prácticos. Si la ciencia puede llegar a demostrar que algunos de estos métodos son beneficiosos, habrá sobrados motivos para buscar el modo de tornarlos accesibles a todo el mundo, estén interesados en el budismo o no.
Ese tipo de corroboración científica fue uno de los resultados de nuestro encuentro. Estoy muy satisfecho de poder afirmar que el diálogo de Mind and Life presentado en este libro fue mucho más que una conjunción de voluntades entre el budismo y la ciencia. Los científicos han ido un paso más allá y han elaborado programas a fin de demostrar la utilidad de varias técnicas budistas para que todo el mundo aborde de un modo más adecuado las emociones destructivas.
Por todo ello, invito a los lectores de este libro a compartir nuestra indagación en las causas y la cura de las emociones destructivas y a reflexionar con nosotros en las muchas cuestiones que nos han parecido de interés. Espero que todo el mundo encuentre este diálogo entre la ciencia y el budismo tan apasionante como lo fue para mí.
28 de agosto de 2002
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