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8Don Quijote de la PanzaMirándome al espejo he decidido estarme sin comer una semana; porque este don Quijote de mañana es un Panza de noche muy cumplido. Si al pasar la semana me la mido y el largo a mi flexómetro le gana la mensa inmensidad de mi badana, a mi hocico de can echo un zurcido. O no soportarán ni Rocinante ni el rucio, aunque en la carga menos tierno, esta mole de arrobas en su lomo. -¡Sé día y noche caballero andante o rodante sé Panza sin gobierno! -¡El plan comenzaré; mas cómo, cómo! 9 Bordones andaluces1 Hojas de olivo para escribir los versos que no te escribo. Hojas de almendro para escribir los libros del sentimiento. 2 Tiene la vida infinitas maneras de darnos muerte. Tiene la muerte una sola manera de darnos paz. 10 CansadoAunque es verdad que a veces me empecino al optar por el llano o por el monte, hoy nada le discuto a mi destino y dejo que él decida mi horizonte. Pídole, sí, que de este andar cansino no me saque ya más, hasta que afronte el sitio que me tiene señalado. No por miedo sin prisa: por cansado. 11 Cena facta estUna media docena de aceitunas, un casco de tomate colorado, un poco de chorizo bien curado y de queso dos medias medialunas. Estas exquisiteces y ningunas cualesquiera otras glorias he cenado; y mi boca a otras joyas he cerrado, aunque de alta cocina, inoportunas. Al lector hago gracia del relato del número de tragos que he bebido de blanco de Montilla con cerveza. Y aquí la moralilla: Al comer y beber es más sensatoel que sólo al criterio está atenido de su hambre, su sed y su cabeza. 12 ABC B Un billete de banco; un billete, pongamos, de quinientos; pongamos que sean dos; o dos docenas. ¿Qué valen dos docenas de billetes, de billetes de banco, sin dos versos de amor? C Cuatro versos de amor; pongamos que sean seis; o una octava; catorce versos que hagan un soneto; un soneto de amor; el más perfecto. ¿Qué son catorce versos de amor, sin un billete de banco que los vista? A Deja volar al viento los billetes de banco. Deja al río llevarse los sonetos de amor. Siéntate al sol, pobre y callado. 13 Beo, beoA Antonio Jiménez Millán A su placer planea la gaviota en el azul inmenso, sobre los bloques de viviendas modestas de barrio pobre. Mece el viento las palmas de la palmera y la copa del pino, su compañero (es un pino francés: no dará piñas). La vecina del cuarto tiende la ropa. A la ventana asoma la del tercero y parece que charla con la de abajo: ¿qué le estará contando o preguntando? En su balcón corrido, la del primero tiene cuarenta jaulas, cien pajarillos, algarabía selvática de trinos jóvenes. Juegan en la placeta algunos niños y nuestra gaviota, quizá su prima, junto a los infantiles saltos y gritos, anda picoteando algunos restos: algo ha encontrado para llenar el buche. 14 Mi bahíaCielos del interior, sin gaviotas, yo no os echo de menos. Brisa de mi bahía, cómo llenas mi alma de mar y cielo. 15 |