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En primer lugar examinaremos algunas teorías metafísicas para explicar la homosexualidad, además de algunos conceptos acerca de su naturaleza y finalidad. Hemos escogido algunos de los nombres más representativos en la historia de la filosofía porque se han referido específicamente al tema o porque su vida personal se ha visto profundamente influenciada por el mismo. Obviamente, existen muchos otros nombres que se podrían mencionar en un trabajo exhaustivo sobre homosexualidad y filosofía.10SócratesSe puede afirmar que el primer teórico del amor fue Sócrates, pero todo lo que él dijo sólo lo conocemos a través de los escritos de sus discípulos, en especial Platón y Jenofonte. El padre de la Mayéutica no se ocupó directamente de las causas de la homosexualidad, pues no la consideraba como una especie diferente del amor, sino como una de sus manifestaciones más naturales.11 Sócrates definió su filosofía como filosofía del amor (y la sexualidad), lo cual realmente era significativo desde el punto de vista social, ya que él personalmente se abstenía de tener relaciones sexuales de cualquier tipo, en especial con su difícil esposa Jantipa. Sócrates declara en “El banquete” de Jenofonte no recordar un momento de su vida en el que no haya estado enamorado12. En el Menón (de Platón) confiesa que no sabe resistir a la belleza13. En el Esquines de Espeto afirma, por otra parte, que el amor que siente por Alcibíades le ha llevado a una experiencia puntualmente análoga a la de las Bacantes. Sin embargo Sócrates rechazaba los amores puramente carnales: “El que amase el cuerpo de Alcibíades, no querría verdaderamente a Alcibíades, sino solamente una cosa que le pertenece”. 14 PlatónPlatón elabora una teoría acerca del origen de la homosexualidad y de la heterosexualidad en el diálogo del Banquete. En primer lugar, el filósofo habla de que existen dos tipos de amor, poniendo en labios de Pausanias la siguiente disquisición: “Es indudable que no se concibe a Afrodita sin Eros, y si no hubiera más que una Afrodita, no habría más que un Eros; pero como hay dos Afroditas, necesariamente hay dos Eros. ¿Quién duda de que haya dos Afroditas? La una de más edad hija de Uranos, que no tiene madre, a la que llamamos la Urania; la otra más joven, hija de Zeus y de Dione, a la que llamamos la Afrodita popular o Pandemia”. “El amor de la Afrodita popular es popular también, y sólo inspira acciones bajas; es el amor que reina entre el común de las gentes, que aman sin elección, lo mismo las mujeres que los jóvenes, dando preferencia al cuerpo sobre el alma”... “pero no habiendo nacido la Afrodita Urania de hembra, sino tan solo de varón, el amor que la acompaña sólo busca a los jóvenes. Ligados a una diosa de más edad, y que, por consiguiente, no tiene la sensualidad fogosa de la juventud, los inspirados por este amor sólo gustan del sexo masculino, naturalmente más fuerte e inteligente”. 15 Un poco más adelante, en el mismo Diálogo16, El filósofo, por boca de Aristófanes dice que al principio los seres humanos tenían un cuerpo redondo, con cuatro brazos, cuatro piernas, una cabeza y dos órganos sexuales. Había tres especies de seres humanos: los hombres, que tenían dos órganos masculinos; las mujeres, que tenían dos órganos femeninos; y los andróginos, que tenían un órgano masculino y otro femenino. Pero los seres humanos se volvieron muy arrogantes y por ello Zeus decidió castigarlos cortándolos por la mitad. “Estas mitades buscan siempre sus otras mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos que se llaman andróginos, son mujeriegos; los adúlteros también en su mayor parte provienen de este género, y así mismo las mujeres aficionadas a los hombres y las adúlteras derivan también de él. En cambio, cuantas mujeres son de corte de mujer no prestan excesiva atención a los hombres, sino más bien se inclinan a las mujeres, y de este género proceden las Tríbades. Por último, todos los que son sección de macho, como lonchas de macho que son, aman a los varones y se complacen en acostarse y en enlazarse con ellos; éstos son precisamente los mejores entre los niños y los adolescentes, porque son en realidad los más viriles por naturaleza. Algunos, en cambio, afirman que son unos desvergonzados. Se equivocan, pues no hacen esto por desvergüenza, sino por valentía, virilidad y hombría, porque sienten predilección por lo que es semejante a ellos. Y hay una prueba de que es así: cuando llegan al término de su desarrollo, son los de tal condición los únicos que resultan viriles en la política. Mas una vez que llegan a adultos, aman a su vez a los mancebos y, si piensan en casarse y tener hijos, no es por natural impulso, sino por obligación legal; les basta con pasarse la vida en mutua compañía sin contraer matrimonio.” En el primer libro de las leyes, el filósofo contrapone las relaciones heterosexuales a las homosexuales. Dice que las primeras son (según natura) y que las segundas son (contra natura). Pero una lectura más atenta revela enseguida que para él “según natura” y “contra natura” son expresiones cuyo significado es muy diferente del que hoy les atribuimos. Lo que Platón dice, textualmente es que “cuando un hombre se une a una mujer para procrear, el placer que experimente es según natura”17. En otras palabras, no siempre el placer que se experimenta con la persona del otro sexo es “según natura”. “Contra natura”, para Platón es cualquier relación (homosexual o heterosexual) no destinada a la procreación. Por tanto, no basta encontrar en los textos las palabras contra natura, es necesario también comprender en qué sentido eran tomadas en la antigüedad. Y si se hace este esfuerzo, se ve que cuando un antiguo dice que una cosa no es natural, no afirma que es monstruosa, sino que no es conforme a las normas sociales, o que está alterada, es artificial. |