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Al enemigo interno que surge cas conciencia de lo que es y lo que quiere, hay que combatirlo denunciando sus faltas y desviaciones ante las masas y ante las instancias adecuadas del partido. Ante este enemigo hay que establecer una lucha sin cuartel; para ello habrá que determinar previamente sus orígenes, porque puede que sea en el momento de la victoria electoral o en vísperas de ella cuando ya la veía venir, o puede que sea de aquellos que entraron al partido con el sólo propósito de sembrar el deconcierto, el caos y llevarlo hacia la ruina; o en todo caso para aprovecharse de él y usarlo para sus mezquinos y personales fines. Cualquiera que sea su origen, todos ellos son igualmente peligrosos; de allí la necesidad de combatirlos.
Todo esto y muchos otros factores tendrán que tomarse en cuenta si se quiere delinear una correcta politica de formación, de cuadros, sobre la base de un análisis real y científico de cada momento histórico. Por otro lado, al inicio henos dicho, que habiendo asumido el gobierno- aunque no el poder-era necesario considerar ésta realidad concreta en el futuro desarrollo del partido y de su inserción profunda en el frente único de clases, tan profunda y amplia que lo lleve casi a confundirse con él. Ahora, ¿qué son los cuadros en el partido?.... Ideológicamente, nada; doctrinariamente, nada; apris- tamente, nada; ¿por qué?... Porque la fe, la unión, la disciplina y la acción han quedado atrás; por que en la actualidad por ser muy unidos no respeta- mos al compañero ni su dignidad humana; no respeta- mos la jerarquía, ni al joven ni al adulto. Nos enfrentamos unos a otros en riñas sectoriales; gran defecto que de no ser corregido oportunamente va a arrastrarnos hacia el precipicio. Hemos perdido la fe porque hemos llegado a una descomposición moral, tanto que algunos compañeros en su afán parlamen taris ta- con muchos millones y ofrecimiento de empleo-están acostumbrando a la juventud a doblegarse ante intereses mezquinos y subalternos . No hay acción porque la disciplina como expresión fraterna ya se ha perdido, el amor y la fe mística del disciplinario ha sido reemplazada hoy por los guardaespaldas o fuerzas de choque de ciertos compañeros con cargos públicos, que imponen a razón de amedrentamientos, sus consignas o formas de trabajo al interno del partido. Entonces nuestros cuadros, hoy, no son más que remoras de los intereses de grupo que juegan al revolucionismo con el fin de captar y hacer figura que les permita ser elegidos o asignados a los niveles donde sus mezquinas ambiciones los empujen; lo cual consiguen aún a costa de la deslealtad, de la mentira y la traición generacional. CARACTERÍSTICAS
En las circunstancias actuales en que nuestro partido ha alcanzado el gobierno, el problema consiste ahora en alcanzar el poder» y esto sólo s£ logra con una masa de cuadros. Sin embargo la formación de cuadros revolucioanrios es difícil y compleja. Las tareas que implican una revolución antiimperialista, democrática y popular orientadas hacia la construcción del socialismo Xndoamericano requieren de unos cuadros con características generales para toda etapa y con características específicas para cada una de ellas; lo cual puede resumirse de la siguiente maneras a) CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL CUADRO REVOLUCIONARIO APRISTAr - Poseer intencionalidad en su vidaí es decir, orientarla en una determinada dirección, la cual conduce hacia los objetivos y metas de la revolución aprista. Un auténtico cuadro revolucionario pondrá en el centro de su vida y por sobre todas las cosas el sagrado ideal de la transformación de las estructuras arcaicas de opresión y explotación existentes en el Perú y en Indoamérica, la patria grande/en busca de un nuevo tipo de sociedad con justicia, pan y libertad. Poseer una moral revolucionaria alta, cal±fí¿cdsla sometida a la rigurosa prueba de la lucha cotidiana en favor de los oprimidos. Su vida en el seno de las masas tiene que ser ejemplo, paradigma, concreción inobjetable de los más altos valores humanos; la solidaridad, la justicia, el perdón, el desprendimiento, la cortesía, el estoicismo, la honradez, la perseverancia, etc. deben ser para él normas de vida. El cuadro aprista tiene que ser incorruptible, sacrificado, presto a hacer suyo los intereses de las masas desposeídas? lo cual implica necesariamente aprender a pensar y sentir como ellas, a adentrarse en sus vidas y sus costumbres, a vivir inmersos de su idioscincracia; es el equivalente a lo que los camaradas llaman "La proletarización de los cuadros". Poseer MÍSTICA REVOLUCIONARIAj es decir, saber aquilatar lo que vale el ejemplo de nuestros mártires, de su sangre derramada en aras de una causa que ceda cuadro debe sentirla muy suya, muy aparte de su YO profundo. Por sus venas debe sentir que corre en todo racamento '. la sangre de Manuel Barreto, de Manuel Arévalo, y de todos los compañeros caídos a lo largo de incontables jornadas de lucha; en su mente debe sentir el fuego! del ideal que guió a estos hombres hasta el sacrificio. Poseer CARÁCTER PROFESIONAL, es decir dedicado por entero a la revolución aprista y remunerado por el partido en los casos indispensables. Esto sugiere al mismo tiempo, hablar de una ética profesional; de una preparación de cuadros dotados de los elementos y criterios teóricos de análisis y de mucha capacidad para correla-cionarios con la realidad. "El cuadro revolucionario aprista debe ser versado en aprismo y marxismo, debe tener también un mínimo de conocimientos sobre otras concepciones de la naturaleza, el hombre y la sociedad". La unidad teórico-práctica de su accionar y la consiguiente búsqueda de la unidad ideológica es la medida más importante del avance que en este aspecto pueda darse. b) CARACTERÍSTICAS ESPECIFICAS DEL CUADRO REVOLUCIONARIO APRISTA Cada momento histórico de la revolución requiere de unas caracteristicas especiales del cuadro para lo inmediato; entre ellas señalamos: - Capacidad para asumir cargos dirigenciales, no con la finalidad de manipular o mangonear a las masas, sino para desarrollar en ellas la línea ideológica del partido y profundizar los propósitos del Estado Antimperialista. - Capacidad para participar activamente en el movimiento popular y como parte de ella en el proceso moralizador emprendido, el cual es necesario profundizar. - Decisión para llevar adelante la expansión del jpartido en el seno de las nasas, ya sea de manera abierta estableciendo comités, brigadas juveniles, etc. o ya sea de manera secreta diseñando creadorarnente un sistema que le permita trabajar para la revolución detectando a la contrarevolución, a las inmoralidades, etc. para poder denunciarlas ante las instancias correspondientes. - Capacidad para desarrollar relaciones internacionales (en un buen porcentaje de los cuadros profesionales) ya que el desarrollo de la revolución peruana sólo estará garantizada en el contexto de una revolución continental Indoamericana. Esto implica, asimismo, capacidad de asimilar y nutrirse de experiencias ajenas para volcarlas al desarrollo crativo de nuestra propia transformación. • Capacidad para entender en todo momento que según sea la evolución del proceso de cambio, según se agudicen las contradicciones entre los intereses imperialistas y los intereses nacionales y populares, negaremos a un punto del tiempo en que via intervención directa o via golpe militar, el isperialismo tratará de mantener el sojuzgamiento de nuestro pueblo. Entonces deberemos responder con la lucha en otro terreno: el militar; por ello» estar preparados psicológicamente para la lucha armada, es tan necesaria para el cuadro aprista como lo fue para los cuadros de los pueblos hermanos que han luchado y luchan por su liberación; como son los Nicaragüenses, los Afganos, los Salvadoreños, hoy invadido o acosados por las fuerzas imperialistas y/o hegemonistas. LA PREPARACIÓN
La Meologización de los cuadros del partido es tarea fundamental que necesita ser tomada con mucha seriedad y responsabilidad por los jóvenes de hoy. iodo partido político basa sus principios inspirados en su.. Ideología, por lo que es obligación y deber de todo militante juvenil el estudiar y desarrolar el pensamiento de HAYA DE LA TORRE, quién elaboró una ideología en base a la realidad de, nuestra patria Latinoamericana; el estudio de ¡sus e§cri-tosj el desarrollo de , su pensamiento irán' marcando la formación política de la vanguardia del Bartido. Necesitamos s^ber qué somos, qué queremos y & donde varaos y estas respuestas no pueden ser producto de una opinión personali tiene que ser producto de la fuente ideológica que abundantemente emana del pensamiento de Haya de la Torre. Sólo una juventud vigorosamente ideologizada dará los rumbos fijos y los pasos concretos en el proceso revolucionario que vive nuestra Jgbtria. .',.,..•''. ..'. t.'.-"'." • •'" : La ignorancia y el personalismo se convierten en luchas infértiles en el interior de nuestra organización porque no hemos comprenido o no hemos asimilado vigorosamente el pensamiento de Haya de la 'Torce* pensamiento que . pacientemente necesitamos entender para mantener una unidad ideológica que deseche totalmente la confusión doctrinaria. Entonces, él estudio y análisis científico, objetivamente inparcial> de nuestra realidad, nos hará entender mejor la obra de Haya de la Torre cerrando una etapa oscurantista en nuestra vida personal. Conocimiento y unidad ideológica son parte de la ideologización de los cuadros del -»arti-do; sólo así aseguraremos un partido fuertemente armado en el conocimiento ideológico que tenga como, objetivo la orientación de las 'masas populares, educándolas en su tarea revolucionaria. En nuestra preparación ideológica y en las condiciones actuales la 'amarga y costosa ejjperien-cia, del proceso chileno con Salvador Allende y la Unidad Popular, es una lección que los revolucionarios" auténticamente antimperialistas y socialistas latinoamericanos jamás debemos olvidar. No importa aquí si la revolución postulada obedece a una concepción Indoamericana corno es el aprismo, o si obedece a un modelo "iirportado*1 (concepción marxista-léninista, raaoísta, etc.); en ambos casos el imperialismo reaccionará y Aechará, 'a 'andar su compleja maquinaria diseñada específicamente para aniquilar todo intento de transformación revolucionaria. No escatimará medios en este propósito: la CÍA, el sabotaje, el boicot, la amenaza, el chantaje y aúri la descarada intervención directa ya sea asesinando al presidente bajo la apariencia de accidente fortuitos como es el caso de/Torrijos, Roídos, etc. ; o ya sea mediante la" invación, caso Grenada? entonces veremos cual es el papel de los hombres de un gobierno que aspira a ser revolucioanrio, democrático y popular. No basta la experiencia contemporánea de los pueblos para preveer estos rumbos; también hay que .ver al interno del país el comportamiento de las clases -cuyos- intereses están en conjunción con los del ixjperial-iaiaa. Pondrán lo suyo para ver destruido un féglanan , de orientación antijnperialista; cercarán al gobierno creando escasez .ficticia de alimentos o jaamdando > éstos al exterior (cono el arroz que lo venden al Ecuador, camuflados en bolsa de azúcar); alentarán el teacrorisino mediante la provocacáj&d, el genocMio, el abuso y la prepotencia; verán con malos ojos todo proceso de .noraliza-ción y en fin no descansarán hasta ver que el gobierno contrario a sus intereses se venga ¿abajo. ,' . •* •.' • . ' ,- Para enfrentar todas estas situaciones -y muchas más- es que tiene que ser formado el cuadro revolucionario para saber enfrentar en todo momento al enemigo, donde quiera que éste sé encuentre y quien quiera que éste sea, dando, acertadamente en cada caso, el trato debido. Entonces sólo así superaremos a nuestros "eua-clros" de hoy que son incapaces de ver más allá de sus propias narices y que dicen ser "revolucionar ios'"; sój.q asi superaremos a quienes exigen del gobierno aprista una auténtica revolución eq cinco años de gobierno, olvidando que los procesos nervolu-scionaríoe erabrionan y se desarrollan con muchos anos de LUCHA y de PRAXIS; tal es el caso de Cuba, Nicaragua, en donde los rewlucioanrios llagaron al podar (no al gobierno, sino al poder) "después «Se más de treinta años de continua, entrega y sacrificio. Pero más aún ¿qué hacen estos "cuadros" durante el gobierno aprista, dentro y fuera de él para tomar el poder y llevar a cabo la revolución social que la historia espera de nosotros? Empero hay más todavíai convivimos con "cuadros" qua no saben distinguir una oontradiGción principal de una secundaria en el proceso complejo de la lucha de clases; cuadros saturados de prejuicios y "antis" que verán enemigos donde no hay; cuadros que creerán que el enemigo es el comunista que trata de ganarnos "por puesta de mano" la hegemonía en el seno de la clase obrera o campesina. Cuadros viciados que sólo buscan la manipulación de nuevas mentes, que ^acechan a fin de satisfacer intereses nada revolucionarios con elecciones oriísv-tadas y muchas veces negociadas. Cuadros que se quedan absortos ante una huelga médica o del SU1EP, porque no entienden que en todo proceso de cambio junto a las contradicciones principales van aparejadas las secundarias, y que si no se sabe dar el tratamiento correcta a este problema las consecuencias pueden ser desastrosas; porque la lucha de clase es un hecho real y concreto, nos guste o no nos guste, y se reviste casi siempre de violencia en sus distintas formas, pero violencia al fin y al cabo. Esto contesta a lo que antes nos preguntamos: El por qué es necesario prepararnos para conducir una lucha político-militar. Entonces, luego de aceptar la lucha de clases entre los que tienen todo y entre los que nada tienen, expresamos que esta violencia puede manifestarse y realizarse bajo formas muy distintas. Pero en rasgos generales podemos decir que la violencia revolucionaria debe apoyarse en dos fuerzas i fuerza política y fuerza militar. Ella abarca dos formas de lucha; la lucha armada y la lucha política, así como la combinación de ambas. La experiencia revolucionaria demuestra que si se quiere lograr el triunfo además de la fuerza política, es preciso contar con/Oka fuerza armada; entonces las clases medias y sectores privilegiados que son "Revolucionarios'1 asumirán la definición histórica: o se está con el pueblo y trabajamos por la revolución, o se está con el pasado vergonzante de la "República" conviviendo con sus la*-eras e instituciones que postran el avance del pueblo y nos recuerdan que de este sistema no hay nada bueno que sacar. Creemos que esto define el tipo de partido y de cuadros que es necesario construir y formar. Los militantes revolucionarios no sólo deben conocer los problemas relacionados con la elaboración de la estrategia y la organización militar del partido y de las masas, sino también la evolución histórica de nuestros pueblos y de su revolución. Esperamos no equivocarnos, ni con una sospechosa espera ni con un infantil apresuramiento. El devenir es inexorable y hay que prepararse para el futuro, porque para dirigir una gran revolución no sólo se requiere de un gran partido, sino también de muchos cuadros capacitados, pues sería imposible llevar a cabo la revolución si sólo hubiera para dirigirla un estrecho y pequeña grupo de gente o si en el partido no hubiese nos que dirigentes y cuadros inoperantes, miopes y con ideas mssguinas propias de la pequeña burguesía conservadora y de los infantilistas de izquierda. EM O3NCLOSION, seír ajenos al egoísmo, al heroísmo individualista y la ostentación, a la indolencia y a la pasividad; ser ajenos tanfoién al sectarismo altanero y cultivar el desinterés material, deben ser las cualidades y el estilo de trabajo que deben tener nuestros militantes, dirigentes y cuadros del partido. Esto no es más que exigir se mantenga la herencia espiritual que hemos heredado de los miles de coRpañeros que han dado su vida por la verdadera causa del pueblo y su vanguardia, el APRA. Por eso los cuadros deben ser versados en aprismo, perspicaces en lo político y capaces en el análisis, competentes en el trabajo, impregnados de espíritu de sacrificio y capaces de resolver- independientemente los problemas, indoblegables ante las dificultades en su servicio al. pueblo, a la causa revolucionaría y al partido. Apoyándose en esta nueva marcha podrá el par-tido asegurar su ligazón con la militancia y con las masas i el partido logrará asi vencer a la reacción y alcanzar la victoria ¡final que el pueblo espera. •;''/• Los cuadros revolucionarios del partido deben ser fíeles, sin reservas :al movimiento transformador y gozar asi ds la confianza infinita del pueblo. He aquí nuestro deber5 ayudar al obrero y catpesino- si es joven raejor-asl cono a todos los hijos del pueblo que se distingan por su capacidad para convertirse en organizador, propagandista y activista profesional al servicio de la causa. Considéranos tarea importante seleccionar y promover cuadros revolucionarios en el seno del propio Frente Único. "Esto es aceptar y tener en cuenta que la revolución requiere de una estrategia integral político-militar,, que tiene que expresarse en cada paso táctico, y dotarse de las formas organizativas adecuadas para encarar cada momento de la lucha revolucionaria" (Alfredo Tello). La revolución de 1932 es un ejemplo que nunca debemos olvidar. 2. Organizar El Apra Como Fuerza Revolucionaria FUERZA REVOLÜCIOÍARIA:
Nuestro país, actualmente, está inmerso en una órbita de cambios sociales de velocidad creciente y de magnitud desconocida en nuestra historia; cambios que conllevan al surgimiento de nuevas formas de organización de las fuerzas populares, marcando con ello la necesidad concreta de bosquejar en forma cierta una herramienta revolucionaria, en la cual debe constituirse el APRA para liberar a nuestro pueblo del yugo imperialista. Esto implica que el APRA debe aglutinar y organizar a las fuerzas vivas del pueblo, a las organizaciones de defensa y comunidades campesinas, a los sindicatos y federaciones, etc. bajo una nueva concepción de lucha con el mismo sostén ideológico. Es decir, organizar a toda una masa concientizada, con la energía de poder suficiente, capaz de promover y orientar la vanguardia revolucionaria antimpe-rialista como un todo del pensamiento izquierdista hacia el fortalecimiento y construcción del nuevo estado? sean estas fuerzass apristas, marxistas, socialistas, etc., porque esto permitirá la convergencia histórica de las fuerzas productoras revolucionarias que han escogido a uno u otro partido como el instrumento que promueve y oriente la revolución. Asi; la lucha contra el imperialismo queda planteada en su verdadero carácter de lucha nacional porque son las mayorías sociales nacionales de nuestro pais quienes sufren los efectos del dominio imperialista yanqui (clases productoras y clases medias) con la implementación de formas modernas de explotación industrial. Indudablemente, es necesario establecer que el APRA como partido > revolucionario-síntesis del movimiento de frente único, con el pensamiento an-tinperialista-signif ica en primer lugar ser el sujeto de la revolución, su fuerza dirigente. No se confunde desde luego con todo el pueblo explotado ni con toda la clase obrera o campesina corno realidad sociológica, sino que ese sujeto es solamente parte de ese pueblo y de esa clase; la parte más concien te, la que sabe a donde va y por consiguiente está en condiciones de conducir y organizarse para ello. En segundo lugar, significa que esta fuerza dirigente no está dada, sino que hay que crearla y construirla a través de un proceso de unidad y de lucha, dentro del partido mismo y del pueblo, contra los adversarios de la democracia popular y el socialismo indoamericano (8). Pero, existe en nuestro medio un sustento teórico que oriente en verdad la creación de la fuerza dirigente?...fNO! Y es que son los dogmatismos, los "antis" creados por la derecha y el oportunismo, lo que agudizan las contradicciones internas y externas. Consideremos además que los sectores de izquierda y progresistas al interno se ven encontrados con estilos o formas de trabajo inadecuados, haciéndose el juego, el uno con el otro, neutralizándose mutuamente y haciéndoles el favor a la reacción interna, favor que le permite avanzar y consolidarse coyunturalmente en la dirección del partido, o ganar alguna candidatura. Todo esto se da porque no todos los componentes iniciales de un proceso revolucionario van madurando al mismo ritmo y segmentos mayores o menores de los mismos pueden no seguir acompañando a la corriente que avanza política e ideológicamente. La experiencia demuestra que en el seno de las grandes corrientes políticas can virtualidad revolucionaria, mientras ••^IIÉP^parte : CctwergV hacia superiores "y '"'iJttiitarios,. consensos y formas de acción, otras partes se desvian a la derecha por el personalismo mesiánico o afán oportunista de sus "líderes"; esto para nosotros no pasa de ser un fenómeno natural y explicable ley natural de la cual nuestro partido en la práctica no ha escapado, aún desde su fundación. De allí que la razón fundamental del presente ensayo consiste en buscar la ansiada unidad, dentro del partido, de todos los sectores progresistas y de izquierda, estimulando al interno la corriente revolucionaria que es lo fundamental; aún cuando ello, n©s ;. djgaara asancadíllas da los oportunistas de -todo' tipo, de los que aún la circunstancia de que no todos los que comienzan unidos ternrfjian unidos, es lo que petmite la superación cualitativa del proceso. Tarea es entonces poroover y organizar la fuerza dirigente ^arista en base a las nuevas generaciones de izquierda dentro del partido, de las pocas fuerzas progresistas que alternativamente toman la direción del partido y con todos los obreros campesinos, así como las nuevas generaciones juveniles; todas ellas debidamente organizadas. Por lo que es necesario, pues, ir fortaleciendo al interno la corriente revolucionaria. ELevar adelante este proceso^ es tarea nuestra, aunque sea a costa de ciertas pérdidas cuantitativas y del paso al olvido de ideas equivocadas. Es el precio que sé-paga por avanzar; sin este costo seria imposible el progreso y el avance que son siempre el resultado de una pugna de puntos de vista que reflejan las más variadas realidades sociales. Y un costo adicional es tener que prescindir &¿ quienes no se atreven a seguir adelante por falta de convicfción y que en definitiva terminan separándose del tronco fundamental de la corriente revolucionaria. LA FUERZA REVOLUCIONARIA 2.2. APRISTA ES EL FRENTE ÚNICO COMO PARTIDO Entonces, qué es el APRA como fuerza revolucionaria?.. .Haya de la Torre nos dice» "Un partido antimperialista indoamericano con sentido de nuestra realidad social, debe ser un partido nacional de frente único que agrupe a todas las clases sociales amenazadas por el imperialismo yanqui" (9). Por lo tanto, lo que es una necesidad histórica y política, es el APRA. entonces debe ser en la práctica el gran frente único nacional que contó partido empu-je el potencial de nuestras fuerzas populares, convoque y oriente al pueblo a la gran revolución antiimperialista para asi "estructurar el nuevo estado cono ajparato cien tíficamente construido sobre el principio económico de afirmar el predominio de las clases productoras (10) (HDLT). En otras palabras; para que sea el sujeto-dentro de una vanguardia unitaria- de la revolución. Para llegar a ello el APRA debe tener la suficiente fuerza popular para dirigir la vanguardia antiimperialista que debe estar constituido por mandato histórico con otras fuerzas de izquierda, sean estas marxistas o no. En la revolución que preconiza el apirismo no hay sectarismo alguno "para esta obra de despertamiento, de formación de conciencia de nacionalismo económico que es conciencia antiimperialista, el APRA debe ser el auténtico representante de las masas trabajadoras a las que debe unificar en un sólo frente. No nos interesa qu© los trabajadores pertenezcan a organizaciones rojas o amarillas, políticas o apolíticas; nos interesa que sean trabajadores y que nos ayuden a dar fuerza al gran frente único antif?perialistá"{ll) {HDLT}. De. aquí que es necesario establecer en una forma muy clara, que la revolución antiinperialis-ta i& es ni puede esEclusiidbáád -éeH. partido. "La victoria contra el imperialismo es posible sólo por la unidad de nuestro pueblo"» Da la misma forma la victoria contra el derechisn» j confusionismo -al interno del partido se logra por la unidad de sus fuerzas progresistas con convicciones revolucionarias, dejando en el canino y en la derrota a quienes por sus. ambiciones y cxaiportamientos reaccionarios quieren y querrán mantener a nuestro partido .dentro del marco estrictamente "democrático" electoral y reformista plagado de inmoralidad y oportunismo. EN conclusión, incidimos que nuestro movimiento aprista no nació sólo jara participar en elecciones , sino para educar a las masas y cristalizar el ideal - por el cuál • railes de mártires ofrendaron su vida: la revolución social de pan con libertad, que es revolución de conciencias y estructuras. Para eso nuestro partido, debe extender sus organismos a todo el país, no sólo en comités |