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Ante esta confusión sobre lo que es el partido es lógico y comprensible que existan posiciones claramente reaccionarias al interno, encubiertas de social demócratas, centristas, etc. que buscan alejarlo de sus principios revolucionarios, sembrando raíces escisionistas que combatiremos con el deslinde oportuno, claro y dialéctico; para ello es necesario recordar concluyentcmente que el APRA "es el partido revolucionario antiimperialista latino americano que organiza el gran frente único de trabajadores manuales e intelectuales" (5)(HDLT). Decimos que es lógico y comprensible esta confusión debido no sólo a que orgánicamente el partido se encuentra alejado de la presencia militante de los sectores populares, sino que existe un bajo nivel de formación ideológica tanto en dirigentes como en militantes; creándose así desorientaciones doctrinarias que se traducen en diversos comportamientos; y en el nivel de las masas, su carencia de conciencia de clase, no le permite distinguir a sus auténticos representantes, ya sea en el partido o en el parlamento. A esto, seguimos que la convicción es fruto del conociiniento y desarrollo ideológico asi como la mística es producto de nuestras acciones prácticas diaria^ llenas de entrega y sacrificio. Sin todo ello el partido es inútil para la acción revolucionaria, misión insoslayable que la historia y el pueblo le han encomendado. En definitiva, es necesario retribuirle al partido su orientación' revolucionaria y a sus militantes o cuadros la capacidad de dirigir resueltamente la revolución como condición para la victoria del Socialismo índoamer icario. Luchamos por el socialismo y esto es lo que nos distingue de los simples partidos que encontramos en nuestro medio. Nuestros esfuerzos actualmente se orientan hacia ese objetivo del porvenir, si lo perdemos de vista dejaremos de ser dignos hijos del pueblo y su revolución, pero también dejaremos de serlo si disminuímos nuestros esfuerzos de hoy. EL FRENTE ÚNICO, LA DIRECCIÓN Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO El proceso evolutivo inexorable de la realidad concreta, su devenir dialéctico, nos impone hoy un quehacer fundamental al interno del partidos el paso de la preponderancia de la burguesía a la de las clases productoras en el frente único antim-perialista y en la dirección del partido. Es esta la gran tarea del momento; tarea que comienza con una ardua lucha por la hegemonía, cuyo éxito dependerá de los esfuerzos que en nuestro partido desarrollemos por elevar el nivel de conciencia política y de organización tanto de nuestros sectores obreros como de los campesinos y la vanguardia urbana llamada clase media, i Al respecto Haya nos dice: "Noso-ros aceptamos marxistamente la división de la so-iciedad en clases como expresión del proceso de la historia", de ahí que para quienes piensan que las clases medias deben hegemonizar la dirección del partido citamos: '^Nosotros sabemos porqué luchan las clases medias contra el latifundio y contra el imperialismo; querrán derribar al primero y aliarse al segundo para salvarse, así... las clases medias tendrán ante sí esta disyuntiva; ó caer aplastado bajo el monopolio imperialista o ser controlados por el Estado Antimperialista" (6). Entonces el firme aliado del campes inadoes el proletariado y en segundo término la clase media. En la ciudad es la burguesía la que enfrenta a estas clases productoras en la lucha por la hegemonía en la dirección del partido; clases a las que desplaza ventajosamente gracias a su poder económico y gracias al aporte de sus aliados: los infantilistas de izquierda, hipotecas móviles y voceros de "Izquierda" de la derecha. Luchamos por esta transformación, aún acosados por la derecha , pero nos esforzamos por lograrlo conscientes de que la victoria sólo dependerá de la fuerza que descansa en las masas y de la unidad ideológica con que se les oriente y aglutine, bajo una nueva concepción de organización y de aceptación del rol que les toca desempeñar dentro del partido como ente fiscalizador contra la derechiza-ción de sus cuadros y militantes. Si este análisis al interno del partido surge como síntesis de negación y continuidad, es propio que toquemos como parte de ésta síntesis la imple-msntación de una estructura partidaria nueva como motor orgánico de conducción de la causa revolucionaria. Tenemos que admitir en este aspecto que el partido ha mantenido hasta hoy una conducta .¡caduca y reaccionaria, no sólo en el aspecto burocrático, sino dentro del sentido político ha devenido en ser una maquinaria electorera que exporta y produce "líderes" al por mayor. Y esto se pone en evidencia a través de sus propios vicios, como por ejemplos en una elección interna, luego de la secretaría general, la secretaría más disputada por "estratégica" es la de organización. ¿Por qué?... simplemente porque seqún loreglamentado, la secretaría de organización controla ficha, carnés, etc. y en el espectro "democrático" quién controla fichas, padrones y carnés, controla y manipula una elección. Por lo tanto, encon-tcjamosique organización en el partido es burocratismo electoral y desorganización de masas; es una secretaria que trabaja al interno del partido, cum-pliendo su papel para el cual se ha utilizado y mantenido en estos últimos tiempos; el ser guia de la maquinaria electorera sujeta a los intereses de grupos mezquinos. Si a esto añadimos la carencia, en nuestros dirigentes, del más elemental criterio socio-polí-tio que oriente la penetración organizada y la captura de las organizaciones populares representativas de masas no ideologizadas, podemos llegar a la conclusión que el problema del partido es también estructural. La falta de esa mística revolucionaria que llevara a miles de apristas a dar su vida por él partido, y que ha sido motivación subjetiva en la lucha, ha permitido la descomposición orgánica del partido así como su derechización al jnivel de la más rancia aristocracia que erigen a los gerontócra-tas como "líderes" del movimiento antimperialista y revolucionario que inició Haya de la Torre. En conclusión; sontos herederos de un partido con una estructura caduca y electorera, que sólo sirve al trabajo interno y burocrático del mismo; incapaz de coordinar, organizar y controlar las organizacione representativas del pueblo, como órgano direccional a fin de consolidar desde nuestras bases al gobierno revolucionario y popular que la historia reclama del partido. Para esto es necesario la reorientación doctrinaria y la definición ideológica, como punto de partida fundamental, a fin de rescatar y revalorar en cada uno de nosotros la mística revolucionaria que nos haga dar todo sin pedir nada a cambio;lesto apoyado decididamente en: - Una nueva estructura reglamentaria, con nuevas directivas y mayor funcionalidad, cuya flexibilidad orgánica ha de permitir la asimilación de amplios contingentes populares intermedios y avanzados que buscan canales de expresión y acción; buscando con ello dar acceso a nuestras clases productoras, obreras y campesinas, a la dirección del partido. - Una nueva organización partidaria que oriente su razón de ser hacia la conducción y guía del movimiento popular no Meologizado, garantizando de esta forma un nuevo tipo de organización de masas en base a la definición de que el partido es guía político y organizador colectivo del gran frente único, cuyo papel es desarrollar la conciencia so-cia del movimiento organizado. Obligación es, pues, del partido ayudar a su frente a tener conciencia de su misión histórica, así como a cohesionar y organizar sus fuerzas—Hagámoslo ya 111 Para terminar, débenos decir que sólo dándole nuevas bases políticas al partido, cuando sus estatutos le den mayor posibilidad de cobertura en un espectro más amplio de fuerzas, estaremos permitiendo que todo hombre o mujer del pueblo tenga un lugar donde producir su apoyo al proyecto político que levantamos. 3 El Apra como Partido Revolucionario EL PARTIDO COMO INSTRUMENTO REVOLUCIONARIO Un partido que desea hacer la revolución debe tener estilo revolucionario tal que pueda dirigir la lucha del pueblo contra el imperialismo y sus lacayos. Porque sólo donde exista un partido revolucionario el triunfo de la revolución estará garantizado. Ahora, no basta con que un partido diga que es revolucionario; es necesario que el pueblo lo reconozaca como tal. La tarea del partido jrevolucionario consiste en analizar a la luz de la teoría aprista las condiciones históricas concretas, plantear una estrategia y una táctica correcta y conducir a las masas populares a sortear escollos evitando sacrificios innecesarios, para llegar a la meta a paso cierto. No obstante, aún cuando la línea directriz sea correcta, es inposible garantizar completamente que no se sufran: ciertos reveses y sacrificios en el curso de la revolución;pero siempre que se mantenga una línea correcta, la revolución se coronará finalmente con la victoria. Renunciar" a la revolución so pretexto de evitar sacrificios significa en realidad condenar al pueblo a una eterna esclavitud y a infinitos sufrimientos . No es revolucionario quien considera que sólo puede hacerse la revolución si todo marcha "viento en popa" y si hay una garantía previa contra todo sacrificio y fracaso. Por difíciles que sean las condiciones y cualesquiera que sean los sacrificios y derrotas a lo largo del proceso,";los-cuadros revolucionarios del partido deben educar a las masas en el espíritu revolucionario y sostener firmemente las banderas en vez de abandonarlas". Por otro lado, sería aventurerismojde izquierda que el partido iniciara inprudentemente una revolución no estando maduras las condiciones objetivas para ello. Y seria derechización desvergonzada que el partido no se atreviera a hacer efectiva la revolución estando maduras dichas condiciones. Si el objetivo final es la transformación de la sociedad ya descompuesta, entonces el Partido debe efectuar la preparación ideológico-político de sus cuadros y organizar a las masas populares para la revolución. Debe hacer avanzar la lucha revolucionaria a fin de no perder la oportunidad para derrocar la dominación reaccionaria y establecer el nuevo poder cuando las condiciones necesaria^ estén , dadas; de otro modo, aunque estén maduras las condiciones objetivas, el Partido dejará simplemente escapar la oportunidad de conquistar la victoria de la revolución. El partido debe mantener un elevado espíritu de principio. Ser flexible y acordar a veces los compromisos que sean necesarios en interés de la revolución, pero no se debe renunciar nunca a la política de principios y a los objetivos de la revolución so pretexto de flexibilidad y “compromisos necesarios”. El Partido debe dirigir a las masas populares en su lucha contra los enemigos y saber utilizar las contradicciones entre ellos. Pero con el propósito de alcanzar con mayor facilidad los objetivos de la lucha revolucionaria del pueblo y no anular hay experiencias que merecen elogios y otras que merecen la duda, cuando no el rechazo. Debemos reflexionar concienzudamente estas experiencias de éxitos y fracasos para sacar de ellas conclusiones correctas y lecciones útiles. No olvidemos que son inevitables los sacrificios y dolores para que surja la nueva sociedad. Hay quienes temen hacer la revolución por temor a los sacrificios y no se mantienen firmes, pero el pueblo igual seguirá sufriendo sacrificios si no se hace la revolución. EL PARTIDO LIGADO A LAS MASAS FOMENTA LA CRITICA Y AUTOCRÍTICA El partido debe estar siempre al servicio del pueblo y nunca alejado un instante de él. Hacer todo lo favorable para el pueblo y no hacer lo desfavorable para él. (HDLT). Debernos conocer cuales son las demandas y necesidades del pueblo. Todo militante debe conectarse con Las masas, averiguar sus necesidades y "comunicarlas al partido. Si un partido no se liga a las masas, fracasará o cometerá errores al lanzar sus consignas. No olvidemos que un partido es a las masas corno el pfez alagL&. El pez fuera del agua se muere, el partido alejado de las masas fracasa. Unido a las masas resolverá todas sus dificultades, tomará nuevas fuerzas y crecerá,si lucha aislado jamás conseguirá la victoria. En cuanto a la crítica, esta es necesaria para corregir los errores y las concepciones equivocadas. La crítica y la autocrítica es como el barrido diario de las habitaciones: si no se hace diariamente , se acumula el polvo El pensamiento también puede empolvarse; con la critica y autocrítica se linpia ese polvo. Polvo político son las concepciones erróneas, los criterios equivocados que nos influencian de manera permanente» , torciendo nuestro canino y distorcionando ( nuestros objetivos» Hay quienes son muy valientes y dicen que darán su vida por la revolución pero ni siquiera están en capacidad de reconocer sus errores; quien no sea capaz de reconocer sus errores, no puede ser considerado revolucionario. Si una persona reconoce una equivocación, no pierde su vida por esto; pero el no saber reconocer los propios errores es una característica de los cobardes y los tontos. Para avanzar hay que actuar y el que actúa comete errores; reconocer y rectificar los errores es práctica del buen revolucionario. Todos los militantes deben dar a conocer sus opiniones, todos los militantes tienen el derecho de criticar a sus dirigentes. A veces la crítica no es acertada total o parcialmente; pero la parte acertada hay que aceptarla. En esa forma se fortalece la democracia interna y se superan las fallas. Todos deben asistir a las reuniones de discusión, los problemas deben discutirse y resolverse colectivamente? cada uno debe dar su opinión y las resoluciones deberán ser tomadas considerando todas las opiniones vertidas; la resolución resulta así como opinión de todos los reunidos y no de uno de ellos. es necesario que toaos los organismos apliquen la dirección colectiva junto con un sistema de responsabilidad del trabajo que debe ser personal. Cada uno debe ser responsable de la parte del trabajo que le corresponde y en menor Hedida de la que corresponde a los darás? esto porque débenos mantener una actitud vigilante sobre .cada uno de los compañeros; sólo la vigilancia revolucionaria ¡tutus nos preservará de- la holgazanería, el marasmo, la claudicación y el oportunismo. Es así como debe funcionar un partido que pretende ser revolucionario. CAPITULO II LA REVOLUCIÓN APRISTA TAREA FUTURA El Apra y la Ideologiz ación de los Cuadros LA NECESIDAD
diferencia de las revoluciones sociales del pasado, el movimiento revolucionario no transcurre de manera espontánea sino conciente, regido por las leyes objetivas- ya descubiertas-del desarrollo de la sociedad. Ya ños decía Anterior Orrego "El imperialismo es un fenómeno mundial, pero en ninguna parte de potencia más absoluta y esclavizante para la producción nacional, como en nuestros países; por lo tanto el problema de la revolución en América Latina tiene que comportar una teoría y una praxis antimperialista. Es el arma científica que el marxismo pone en manos de sus masas revolucionarias" (7). A este respecto, adquiere una importancia de singular magnitud el problema de preparar cuadros políticos, dirigentes, organizadores, líderes del partido con conciencia revolucionaria. Es necesario la formación ideológica en torno a experiencias revolucionarias de los movimientos sociales contemporáneos ; es necesario incidir en la preparación do cuadros como una necesidad de estos para asumr cargos dirigenciales y sobre el compromiso de garantizar estratégica y tácticamente un proceso revolucionario. Pero no sólo el carácter teorizante del cuadro es lo fundamental de esta formación que propugnamos, sino también la búsqueda de una unidad ideológica en la praxis, que nos garantice reinvindicar primero y constituirnos después en una verdadera herramienta revolucionaria que nos conlleve a la transformación social que el APRA, como proyecto, propugna. Así pues, es necesario reorientar las prioridades partidarias y poner en plano la necesidad de formar dirigentes en la lucha popular, cuadros profesionales revolucionarios sin los cuales el frente único no podrá vencer a la oligarquía y a sus aliados, la burguesía transnacional... ¿Qué significa poner en plano...? Significa crear el destacamento de cuadros profesionales con un criterio selectivo que ponga énfasis en la calidad reclutando para el partido a lo mejor del movimiento popular, a lo más conciente y combativo; significa la búsqueda de la elevación permanente y sistemática del nivel de los militantes, del desarrollo de su moral revolucionaria, de su disposición combativa, de su formación ideológico-política, de sus capacidades organizativas, de su capacidad militar. En síntesis, para poder alcanzar los objetivos de la revolución debe propender a que los militantes del partido estén en condiciones de conducir el combate de las masas en sus diversas manifestaciones-sean éstas políticas o militares- aún en las condiciones más adversas apelando a su iniciativa y creatividad. ¿Por qué político-militar?. Si bien es cierto buscamos desarrollar la gran revolución de manera menos cruenta posible* también es cierto que en los momentos actuales- iniciando ya el proceso de transformación de las estructuras- las clases medias altas, los sectores de la burocracia privilegiada, junto a los poderes trahsnacionales buscarán desestabilizar a nuestro gobierno y para ello boicotearán la reactivación económica, aguzando y retaceando mejoras económicas y chantajeando con el cierre de fábricas por mayores utilidades, respectivamente. Si a ello sumamos la posición irresponsable de ciertos sectores antiapristas enguistados en la' íí/, que buscan con paros y huelgas la Jkllendiza- ción del país y la sepultura política del partido coro proyecto histórico, es que tenernos entonces que prepararnos para no repetir la historia del pueblo Chileno. Por ello los ccnpafteros del partido que creen que la revolución está a la vuelta de la esquina y bacán agora de las posiciones antihistóricas de ..la clase medía y de sectores privilegiados conducidos por grupos infantiles y reaccionarios; a 'estos compañeros les decimos que los verdaderos revolucionarios sterrpre deben tener en cuenta dos aspectos bien fundamantales: a) Primero, que para exigir revolución al gobierno aprista, -se- debe primero exigir que el partido sea estructural y orgánicamente un instrumento revolucionario, cuya dirección un ejemplo J'. en formación de combate, porque eso es lo que nos espera. El futuro está cercano, entonces es necesario pensar y preparamos para la acción. La derecha preparándose está para tumbar a nuestro gobierno, entonces las condiciones pre-revo-lücionarias se están creando y es responsabilidad histórica no llegar tarde a la revolución y dejar que otros asuman la vanguardia de la lucha. b) Segundo, que el éxito se dará en la medida que cada uno de nosotros pueda dar algo de si sin pedir sueldo y puesto alguno, en una entrega desinterasada de lucha. En la medida que seanos concientes que la revolución es el fruto reas caro del desarrollo de la lucha de clases ('de los oprimidos contra sus opresores) entenderemos que para resolver el problema del peder tenemos que aceptar que la lucha es propia del devenir histórico y que la nueva sociedad sólo será obra de una militancia desinteresada. EL PROBLEMA 1.2. DE LOS CUADROS DE HOY Una interpretación marxista de la historia para el nuevo mundo-cuyas síntesis dialéctica inequívoca es el aprismo- nos lleva a señalar que las fuerzas motrices de toda transformación en América oprimida sons el campesinado, la clase obrera y las clases medias constituidas en un Frente Único de clases que tienen por enemigo principal al imperialismo y sus nexos nativos? es decir la burguesía ligada a los intereses imperialistas. Este enemigo principal surge de la contradicción principal entre las clases productoras oprimidas que luchan por la hegemonía del Estado y la potencia imperialista {principalmente yanqui) opre-sora que detenta el poder del Estado, el poder poli-tico, el poder cultural, etc. como consecuencia de su bien sentado poder económico. Pero también existe un enemigo secundario, no por eso menos importante, que es producto de la contradicción secundaria, que es una contradicción al interno del Frente Único de clases. Este enemigo surge porque, como lo señalara Haya de la Torre, ante la falta de preparación y experiencia de las clases productoras para desenvolverse en el gobierno, es requisito indispensable el concurso de las clases medias; concurso que desgraciadamente va acompañado de toda las taras inherentes a esta clase? vale decir» un nato egoísmo, sectarismo, dogmatismo, personalismo, proclividad al caudillismo, a la obaudición de principios, primacía de los intereses de grupo o de personas, tendencia al faci-lismo, a la corrupción, inmoralidad, etc.; en suma todas aquellas taras y trabas para un proceso revolucionarlo que si no le dan el trato debido en el proceso de formación de cuadros, terminarán lleváaelb nos inebitablemente hacia el más estrepitoso fracaso histórico que jamás se haya conocido. Este enemigo secundario que surge en "casa" es tanto o más peligroso que el principal, porque éste último es visible y enfrenta al programa revolucionario de manera frontal, mientras que aquel anda camuflado, rodeado de seguidores y en las más de las veces usa un lenguaje y una verborrea capaz de confundir no solamente a las masas amorfas sino también a quellos cuadros que recién empiezan su formación como tales y que en consecuencia se encuentran ápidos de alimento teórico y de experiencia práctica. Es más, este]enemigo muchas veces surge sin que el mismo se percate de elloi en su honestidad cree actuar correctamente, porque no v cabe en él la Idea pese a sus. buenas intenciones - de que no hace otra cosa que el papel del niño bueno e inocentón capaz de hacerla el juego a las clases opresoras; sea como fuere, su papel termina siendo negativo y se convierte en serio obstáculo para alcanzar las metas de la transformación social. ¿Cómo se combate a este enemeglo de la revolución aprista?... De modo general se puede hadar de dos maneras, aunque ninguna de ellas es fácil y sencilla, antes, por el contrario, cada uno implica sus propios costos y sus propios riesgos: |