descargar 157.22 Kb.
|
Ah, que pesar, eso lo tenemos que resolver. Si quiere yo contesto el celular, pues como soy la secretaria ¿no?. Si. Que pena... perdón. ¿Aló? Buenas tardes, habla con la secretaria del doctor Emilio Barragán ¿en que puedo servirle?. Un momentico por favor. Es el ingeniero Vargas Vicuña. Dígale... dígale que estoy en línea con Nueva York, que ya lo atiendo. Aló. Qué pena, mire dice el doctor que apenas termine una llamadita que tiene con Nueva York por el otro celular lo puede atender si usted gusta de esperarlo. Gracias, ingeniero. ¿Si? ¿Y qué? ¿Qué tal lo hago?. Perfecto. Hay que considerar seriamente ese viajecito a París. Cuando usted quiera, doctor. Por favor. ¿Ingeniero? Que pena con usted, pero estaba hablando con Nueva York. No, no tiene por qué disculparse, doctor, Nueva York siempre tendrá la prioridad. Perdone, se me va un poco la señal ¿dónde anda? Estoy por aquí en la circunvalar. Ah, con razón claro. Mire doctor me enteré que usted está a cargo de la sucesión del finado Pereira Antúnez. El finado tenía unos terrenitos ahí por los lados de la laguna. Y esos terrenos empezaron a interesarme... Yo estoy considerando el caso, pero apenas se encuentra en la etapa de estudio preliminar. ¡Oh! Cuando tenga un panorama claro le comento con mucho gusto. ¿Por qué no me llama la semana entrante y ahí, con la memoria fresca, hablamos ¿Y es que anda malito de la memoria? ¿Cómo dice? Si usted como abogado de la sucesión ve posibilidades de que yo pueda negociar esos terrenos directamente, considéreme la primera opción. Si no se puede, si los terrenos pasan a propiedad del Estado hablamos de todos modos. ¿De acuerdo? Que a la memoria como a las plantas se le puede echar agüita, mucha agüita... ... Poco después de alcanzar los once años de edad, oí a mi padre que decía: “Aristófanes sólo sirve para comer. Me avergüenzo de él”. Entonces, dejé de ingerir alimentos, y cuando la gente empezó a mirarme como se mira al que ya no está, me hospitalizaron. Desde ese momento mi padre casi no se despegó de mi lado. Y una madrugada me despertaron unos gemidos: era mi papa que lloraba junto a mi cama de hospital y mis pobres veintiocho kilos de peso... Amigos: todos sabemos lo que siente un ser humano cuando ve llorar a su padre. Pausa.... ¿Pausa? Si, ya tuve... ya se. Al día siguiente mi martirizado cuerpo se desatascó y pude volver a ingerir alimento, pero el llanto de mi padre me enseñó a temer el poder de las palabras. Bonito, emocionante, lo felicito. ¿Y para cuándo el resto? Bueno, en unos días... El asunto del empalado siempre me toma tiempo. Bueno y ¿qué sabe de él? No mucho por ahora... Usted tiene que darme más información, coronel, mire que si no avanzo me echan del periódico... Baños turcos “El paraíso terrenal”. Comience por ahí Silampa. ¿Cuándo vamos a tener la identificación del cadáver? Estamos en eso, ya casi. Lo importante es que me termine mi discurso. Y no deje de informarme lo que sabe. Pero sonría, periodista. Últimamente está muy serio. ¿Quica? Quica. Se demoró ¿?? Papito. ¿Cuánto por subir al cuarto? Pero me trata con educación. Si. Jefe. Si pilló. Que el periodista se nos está volviendo cliente. ¿Ah, es periodista? Eso dicen. Pues que no le acepten ni cheques ni vales. Estoy lista. ¿Quieres algo especial, papi, o sólo el menú del día? Oiga, aquí la gente viene a tirar... Si le gusta más me le puedo subir yo, ¿quiere? Mire, señor, por más que yo sea puta sigo siendo una persona. Conteste pues. Si. Súbete. Súbete, por favor. ¿Sabe? Eso le pasa por tomar tanto. ¿Ya se le pasó la perra? Estaba giucho, papito. ¿Qué pasó? Pues que se quedó dormido y los del Lolita lo sacaron a la calle... Me lo traje a mi casa por boba y porque me dio lástima. Eso sí, me debe un montón de plata, ¿oyó?. ¿Qué hora es? Seis y veinte. Si quiere sube y péguese una ducha, ¿quiere café? Si. Tome a ver si se le quita el guayabo. Gracias. Oiga, ¿y dónde quedó mi carro? Se lo llevó su amigo. ¿Cuál amigo? Uno que estaba ahí y que me ayudó a meterlo al taxi. Dijo que después venía a recogerlo. Pues gracias, Quica. Oiga ¿y como cuánto le debo? Cien mil, con las horas extras y el taxi. Hubo que pagarle doble al chofer para que me ayudara a subirlo. Está bien. Otro día la invito y salimos a donde usted quiera. ¿Eh?. Pues mire, yo le acepto su invitación, pero si lo que quiere es emborracharse, no me busque. No me gustan los borrachos. Ahora sí explíqueme, Estupiñán, porque no entiendo que hace aquí. No, si yo le explico, jefe, pero primero tiene que contarme como le fue con la hembrita. Es mucho pastel de gloria. ¿Tenía buen relleno? Mentira jefe. ¿no se acuerda de anoche, de verdad? ¿Anoche? Claro, usted me dio las llaves del carro porque dijo que se iba a quedar chupando. Luego lo sacaron casi dormido del bar Lolita y yo le dije que no lo podía llevar porque ¿no ve que el gordo Abuchijá estaba a punto de decirme algo? Apareció la hembrita y se lo llevó. Mire, hasta me dio aquí la dirección donde tenía que recogerlo, y así quedamos, ¿ no se acuerda? No, no me acuerdo. Mierda jefe. Antes no le dieron en la jeta. ¿Y Abuchijá dijo algo nuevo? Me confirmó lo de la bodega... ¿Nada más? ¡Uy!¿Quería algo más? Oiga, esa Quica si es mucho bizcocho, jefe. Es una niña... Si, hubiera visto esa niña cuando llegó al bar Lolita... Todos los clientes se pelean por estar con ella. ¿Usted también? A mi para el material rajado me gustan más bien maduritas, jefe. O si no... Oiga no me diga “jefe”, ¿si? Bueno, ¿y ahora qué hacemos? Pues... me lleva a mi casa y le dejo ahí en el camino. ¿Listo? Pero vamos a echar caldo primero ¿no? Hala vamos. Jefe, ¿usted cree que la guerrilla sea neoliberal? Es que la otra vez escuché que los latinoamericanos no teníamos educación política... Entonces... pues yo pregunto a ver si aprendo algo. No sé, Estupiñán... El problema es que yo también soy latinoamericano... ...y a los once años, fui a vivir con mi abuela Simona... que tenía un puestico de dulces... y con la primera cucharada de mielmesabe, y la primera trenza de melcocha que me eché a la barriga, yo ya estaba perdido, ya había caído en las garras del azúcar... ¡Uy Joaquín! Es que no es lo mismo Marco Tulio. ¿Ah? Sales a la calle, te compras Le Monde desayunas con un buen croissant... Después te vas por ahí a dar unas vueltas por la Rue Saint Honoré. Uy no, no, no. ¿Por qué no le damos almuerzo a tu papá a ver si deja de decir tanta pendejada? No se burlen de su papá que todavía están muy chiquitos. Ya van a tener tiempo para eso. Hala, ¿otra vez? Es que Pereira Antúnez se murió hace ocho semanas y yo te mandé a ti para el entierro, ¿ ya se te olvidó o fue que no fuiste? Hablemos de lo que importa: ¿qué pasó con el asunto de los terrenos del lago? A ver, es que yo, yo te puse a ti en lo de la sucesión para eso precisamente y no para andar soñando maricadas. Eso va más o menos. Hasta ahora nadie se ha presentado para reclamar la herencia. Estuve revisando los documentos que me enviaste de Pereira Antúnez entre esos bienes no hay ni rastro de esas cuatrocientas hectáreas. ¿Qué? Como lo oyes. Ni rastro. No, No me jodas, es que cuatrocientas hectáreas de tierra no se le pierden a nadie entre el cajón de un escritorio, viejo. Es que no se han perdido, ahí están. Lo que pasa es que Pereira Antúnez era naturista y le cedió una parte al “El Paraíso Terrenal”. Les cedió algún derecho, algún uso, pero no la propiedad. Ah si, efectivamente, entre los papeles había una escritura de usufructo. Lo que pasa es que falta la escritura original. Tengo que investigar a ver quien la tiene. A Vargas Vicuña también le interesa... ¿Y ahora de donde salió ese dato? Es que yo también me entero de vainas. Mira Emilio: a mi el presidente de Colombia Constructions me dijo que ya está listo todo el proyecto para la urbanización, y a mi es lo único que me interesa en este momento. No digas que ya tienes un compromiso con ellos. ¿Compromiso de qué? ¿En qué país vives viejo? ¿En qué país vives tú? Aterrizá Emilio. ¿Quién crees que fue el principal aportante a mi campaña al Concejo? Si nosotros no hacemos que esos terrenos pasen al distrito, ¿qué va a pasar con mi campaña al Senado? Y yo al Senado vuelvo, porque vuelvo. Así que mucho cuidado con enredarme la pita por andarme hablando mierda por ahí. Un.. un momento... pero entonces ¿Vargas Vicuña qué? Yo pensé que tú estabas trabajando con él en esto Es que resulta que yo a Vargas Vicuña no le debo nada. Yo a Colombia Constructions le debo todo. A mi a veces tu falta de agudeza, de veras, me sorprende todavía y me exaspera. ¡Coño! Es que, es que, no es posible... Ya, ya, cálmate. No calmate, es que estamos hablando de una cantidad de plata... aquí... Emilio estamos hablando de millones de dólares. Si nosotros no llegamos a... a aprovechar esta oportunidad porque tu no te pones a la altura de las circunstancias yo te capo viejo, y te voy a advertir otra vaina: ya como pariente, una sola palabra que salga de aquí... una sola y yo te hundo viejo, te hundo huevón, porque a mi ¡parir me importa un culo entre otras cosas! No me amenaces, Marco Tulio. No, yo te amenazo todo lo que se me da la hijueputa gana. Y me consigues esas escrituras. Doctor Elius, ¿cómo le va? ¿por qué no ha vuelto? Mi querido concejal. Que gustazo verlo y saludarlo. Ya digo ¿qué tal? ¿Cómo le va? ¿Ustedes se conocen? El doctor Barragán... Encantado, Heliodoro Tifris, a su mandar. Mucho gusto, ya nos habían presentado en el entierro del Doctor Pereira. Un aguardiente con limón para esta mesa y dos dobles para ésta. Siéntense háganme el favor. Este solecito esta como bueno para tomarse unos aguardienticos. ¿Les provoca acompañarme?. Claro. Si, si, si, si... sí. ¡??????! Que sean cinco para esta mesa. Solecito de aguacero. Bueno, ¿y a qué debo este inusual honor?. Es una... una consulta. Doctor Barragán y yo estamos a la búsqueda de unas escrituras de unas tierritas que eran de Pereira Antúnez. A mi se me ocurrió de pronto venir a preguntar porque usted era tan allegado de Don Casiodoro... Tal vez... dije yo. Brindo por la memoria de ese gran hombre. El Doctor Barragán está a cargo de la asociación, y yo como concejal tengo que intervenir porque hasta el momento no aparecen herederos, y entonces el gobierno de la ciudad tiene que tomar cartas... Perdóneme doctor... que, ¿ya les pido el otro? Pues si toca... Si toca jefe... Tres barrenitas, para acá. Perdóneme doctor, siga su cuento. ¿Estos terrenos quedan donde? Quedan en Teusa. Cuatrocientas hectáreas bordeando el lago. ¿Qué le digo doctor? Pues déjeme, yo hago unas averiguacioncitas por mi parte. La vaina es que si no nos aparecen las escrituras entonces la ciudad tiene que iniciar un proceso de expropiación, y si eso nos pasa el problema se agrava, se dilata, se encarece... y yo lo que quiero es ahorrarle unos pesos al erario público y muchas molestias a los interesados. ¿Se ve? Veo, veo doctor y entiendo perfectamente. Tranquilo doctor que yo le estoy llamando. Adios Hasta lue... Hasta luego. Yo creo que este es el hombre, ¿sabes?. Este pisco nos saca de este atolladero. ¡Quica! ¡Quica! ¿Qué hubo? ¿Quihubo? Sube, nos vamos. ¿Ah sí?¿Y a dónde, si puede saberse? Te invito a un paseo... Estoy en deuda contigo, ¿no te acuerdas? ¿Y a mí quién me paga el día? Yo, ¿quién más va a ser?. No veo a nadie más por aquí. Pues... entonces espérese aviso al “Lolita” que no voy, me arreglo y nos vamos. Nooo, así estás bien, apúrate. ¿Así? Sí, súbete. Quica, te voy a pedir un favor. Aquí mientras más calladita esté mejor. Usted por favor no hable con nadie ¿si?. Júreme que no me van a hacer ninguna cochinada Se lo juro. Doctor, necesita firmar. Aquí únicamente aceptamos parejas porque este es un lugar muy respetable, donde lo único que interesa es compartir la filosofía naturista. Claro. Eso me parece muy bien. La invitación para que pasen una jornada gratuita tiene un doble propósito: por un lado, que conozcan nuestras instalaciones; y por el otro, conocerlos nosotros a ustedes... como pueden ver somos muy exigentes en materia de admisiones. Y con toda la razón. Fantástico, ¿o no?. Claro... si. Espérame. ¿Adónde va? Usted espéreme aquí... Allí. ¡Quica! Venga Víctor, le presento a don Alberto. Hola. Le estaba diciendo a su novia el gusto que me da ver que a los jóvenes también les interesa el naturismo. ¡Ah! si. A mí me fascina. Yo lo practico desde que tenía diecinueve años. Claro que en aquel entonces nos tildaran degenerados, como si la desnudez fuera cuestión de pipí solamente. ¡Alberto! Ven Tenemos reunión en la oficina, ¿no te acuerdas? Nos están esperando. Mira, ellos son nuevos. Encantado. Ella es Susan Caviedes, nuestra gerente. Mucho gusto. Bienvenidos. Y luego me dice “tóqueme... ..no... ...puede tocarme hasta una cumbia y verá que no me pasa nada”. Pues si. Pues claro, ¿qué puede pasar? Quica. ¿Tú has sufrido alguna vez? Si, cuando mataron a mi hermano... Era el tipo más chévere del mundo... Se lo llevaron unos manes en uniforme y luego apareció muerto. Tres tiros le metieron. No supimos si fueron los paras o si fue la guerrilla. Mi hermano no se metía con nadie, respetaba a todo el mundo…Esa Susan debe ser mala, se le nota. ¿Adónde vamos ahora? A mi casa, a descansar. ¿Descansar? Usted lo que quiere es culearme... Tan cochino. ¿Cuántos años tienes? Depende: si es policía veintitrés y si es cliente, dieciséis. ¿Cuál prefiere? La verdad. La verdad... la verdad ni yo la sé. ...”oiga, gordito, ¿me invita a una chevechita bien rica?”, me lo decían a mí, pero me parecía que la cosa no era conmigo, que no me lo estaban diciendo a mí. Pero no había nada que hacer: las putas me llamaban “el gordito”, y por más que yo chupara barriga y sacara pecho... ¿Ese quién es? Un amigo gordo. Otra mala persona. ¿Y eso? Un regalo. ¿Quién le regaló esa cosa? Mi maestro... Es para tener con quien hablar cuando me siento solo. No hablar es malo. Qué horror, su maestro debe estar loco. Pues sí, está un poco mal de la cabeza el pobre... Me lo regaló cuando le dijeron que tenía que internarse en un manicomio.. ¿Y ésta quién es? Ya no es. ¿Se murió? Para mí, sí. Me abandonó. Ah, ¿sí ve? Yo sabía que usted estaba entusado. ¿La quería mucho? Pues ya ni sé. Como me abandonó parece que sí... Pero ya me está pasando. Por eso es que toma tanto trago, ¿no es cierto? Está más entusado que el putas. ¡Ay! Mi mamá siempre me dijo que era mejor no enamorarse. Bueno, entonces, ¿qué?, ¿vamos a la cama o prefiere quedarse con su muñeca? |
![]() | ![]() | ||
![]() | «empeño». Podría ser que lo único que queramos es salir de la tarea sin que nos importe la calificación que obtengamos. Tal vez se... | ![]() | «Espera… ¿qué hay de esa señora mayor que vive junto al canal?» Eso sí que es poco digno |
![]() | ![]() | ||
![]() | ![]() | «herejías» en que incurre Calisto? (pp. 31-34) ¿Qué enfermedad padece y cómo se manifiesta? | |
![]() | ![]() |