José Martí- Dentro de Mí
1.
Dentro de mí hay un león enfrenado:
De mi corazón he labrado sus riendas:
Tú me lo rompiste: cuando lo vi roto
Me pareció bien enfrenar a la fiera. Antes, cual la llama que en la estera prende,
Mi cólera ardía, lucía y se apagaba:
Como del león generoso en la selva
La fiebre se enciende; lo ciega y se calma. Pero, ya no puedes: las riendas le he puesto
Y al juicio he subido en el león a caballo:
La furia del juicio es tenaz: ya no puedes.
Dentro de mí hay un león enfrenado.
Julia de Burgos- Canción Amarga
3.
Nada turba mi ser, pero estoy triste.
Algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrás de esta agonía,
he tenido en mi mano las estrellas. Debe ser la caricia de lo inútil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedia sin par de la existencia. Ser y no querer ser? esa es la divisa,
la batalla que agota toda espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el mísero cuerpo aún quedan fuerzas. ¡Perdóname, oh amor, si no te nombro!
Fuera de tu canción soy ala seca.
La muerte y yo dormimos juntamente?
Cantarte a ti, tan sólo, me despierta. Aída Cartagena Portalatín- De La Ausencia Tuya
4.
Ausencia tuya nunca ha estado sola:
tu recuerdo es el pasaporte de mis viajes.
si tu ausencia fuera la ausencia de los otros,
y te presintiera como estrella lejana, vacilante,
entonces, no sería tu ausencia la ausencia,
sería el dolor de la muerte.
Tu palabra fué más que una palabra
y te hice ídolo en mi templo en llamas,
donde estaremos hasta siempre... la muerte!
Si tu ausencia no se hubiera eternizado,
como una luz o una sombra,
yo no estaría ausente.
En un continuo viaje iría hacia tí,
persiguiendo tu presencia.
Luis Muñoz Rivera- A CUALQUIER COMPATRIOTA
2
Van llegando, por más que no lo creas,
los tiempos en que emigran las ideas. Qué es, en el fondo, el negro despotismo
un fantasma con miedo de sí mismo. Muchas veces se mira una bandera
protegiendo el cubil de una pantera. Para ser digno y libre ¿a quién esperas?
Lo serás, si es que quieres, cuando quieras. Pueblo viril que de su honra cuida,
perdona acaso, pero nunca olvida. ¿Naciste en la colonia? Muy bien hecho,
serás el Jeremías del derecho. ¿Justicia? ¡Qué palabra tan hermosa!
Pero es una palabra y no otra cosa. ¿Derecho? En esta tierra infortunada,
es aire, es humo, es ilusión, es nada.
Lola Rodríguez de Tio- Rayo de Luna
5
Blanco rayo de luna,
desciende ya, ilumina
las horas de tristeza
que oscurecen mi vida. Desciende en la onda clara
de tu lumbre tranquila
y quebrate en mi seno
donde el dolor se abriga.
mis humedas miradas
en ti solo se fijan,
y un misterioso anhelo
consume el alma mia. Al fulgor de tu lumbre,
de la mente indecisa
visiones vagorosas
se alzan y me acarician,
y con helados besos,
con languida sonrisa,
de mis sueños me hablan
y luego se disipan. Blanco rayo de luna,
desciende ya, ilumina
la noche de los tristes
que por amor suspiran.
Ramón Emilio Jiménez- El Encuentro del Perro
6
Venía un perro por la vereda;
Yo iba solo, de él temí;
Miré una piedra que en ella había
Y en un impulso la recogí.
Pero el instinto que por mi vida
Vela impaciente como un guardián,
Miró hacia un lado pasar serena
La sombra triste del pobre can.
Hubiera sido villano gesto
Que haciendo burla del animal,
Le castigara con una piedra
Por el capricho de hacer el mal.
Nobleza –dije- pide nobleza,
Le castigara con una piedra
Y abandonando la piedra audaz,
Seguí, la mano llena de polvo
Y la conciencia llena de paz.
José Martí- Dos Patrias
7
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.
¿O son una las dos? No bien retira
su majestad el sol, con largos velos
y un clavel en la mano, silenciosa
Cuba cual viuda triste me aparece.
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento
que en la mano le tiembla! Está vacío
mi pecho, destrozado está y vacío
en donde estaba el corazón. Ya es hora
de empezar a morir. La noche es buena
para decir adiós. La luz estorba
y la palabra humana. El universo
habla mejor que el hombre.
Cual bandera
que invita a batallar, la llama roja
de la vela flamea. Las ventanas
abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo
las hojas del clavel, como una nube
que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...
Ramón Emilio Jiménez- Himno del Árbol
8.
Es el árbol feliz, un amigo
que nos hace venir a jugar
y nos llama al placer de su abrigo
para hacernos reír y gozar.
Fiel amante de todos los niños,
nos inspira en sus ramas amor,
y nos brinda su tierno cariño
en la esencia sutil de la flor.
Si sentimos amargas congojas,
si el fastidio nos brinda su hiel,
nos da el árbol la paz en sus hojas
y en sus frutos de oro la miel.
En su tronco nos tiende una alfombra
y al amparo feliz de su sombra respiramos
un aire mejor.
No ofendamos su dura corteza,
respetemos su vivo esplendor
porque el árbol nos da su riqueza
en la rama, en el fruto, en la flor.
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