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SAINT - YVES D' ALVEYDRE El Arqueómetro CLAVE DE TODAS LAS RELIGIONES Y DE TODAS LAS CIENCIAS DE LA ANTIGÜEDADReforma sintética de todas las Artes ContemporáneasACOMPAÑADO DE 5 LAMINAS EN COLORES DE 10 RETRATOS Y DE 100 FIGURAS Y CUADROS ![]() BIBLIOTECA UPASIKA www.Upasika.com ![]() SAINT - YVES D' ALVEYDRE El Arqueómetro CLAVE DE TODAS LAS RELIGIONES Y DE TODAS LAS CIENCIAS DE LA ANTIGÜEDADReforma sintética de todas las Artes ContemporáneasACOMPAÑADO DE 5 LAMINAS EN COLORES DE 10 RETRATOS Y DE 100 FIGURAS Y CUADROS ![]() ![]() LA VERDADERA SABIDURIABRA-ShITh BRA ALHIM Génesis, 1, 1 BRA - ShITh Halah HaDaBaR San Juan, Ev. 1,1 LIBRO IINTRODUCCION AL ESTUDIO DEL ARQUEOMETROEL ARQUEOMETRO 2. SU RECONSTITUCION OBJETIVA SOLSTICIOS Y EQUINOCCIOS DE LA PALABRA DEL VERBO 4. ARQUEOMETRIA DE LAS RELIGIONES COMPARADAS EN LO INCOMPARABLE 5. EL BRAHMANISMO, INVERSION DEL ISHOA-RISMO 6. LA PROTESTA DE PHO-Y, DE ZARATHOSTRA, DEL PROTO-BUDHISMO GAYNA 7. EL IOHANISMO DE LOS SOBBHAS Y EL MAHOMETISMO DEDICATORIAMi querido Maestro. El implacable destino que ha puesto fin bruscamente a vuestros días terrestres, nos ha valido el peligroso honor de reemplazar, por la unión de vuestros amigos, la unidad de vuestra inteligencia, para la publicación del Arqueómetro. Si hubieseis vivido para asistir a este nacimiento de vuestra obra intelectual. la dedicatoria de esta obra hubiese sido hecha por vos al Angel que ha presidido, del otro lado, a su edificación. Es a vuestra querida mujer, es a este espíritu angélico descendido sobre la tierra para iluminar con toda la irradiación de su belleza y de su espiritualidad nuestro pobre infierno de aquí abajo, es a ella que vuestra obra habría rendido homenaje. Así pues, es un deber para nosotros evocar, a la cabeza de esta publicación que viene de un doble plano, la memoria de aquella que ha sido su inspiradora en el Mundo de la Palabra viviente. Dedicamos pues el Arqueómetro a Madame la Marquesa de Saint-Yves d'Alveydre, que está ahora unida eternamente a vos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y por la bondad de Maria. la Virgen de piedad y de luz. ADVERTENCIA Hace dos años apenas que nuestro venerado Maestro, abandonando el mundo visible, ha franqueado la Puerta de las Almas, para unirse por siempre en el Verbo divino al Alma angélica, que fue siempre, aun invisible, su sostén y su vida aquí abajo. La desaparición de este luminoso genio le ha hecho surgir de todas partes una cantidad de discípulos, y no podríamos sino estar dichosos por ello, si ciertos de estos convencidos de ayer, exagerando un poco su celo de neófitos, no intentasen persuadirse a sí mismos, y persuadir a otros, de que son verdaderamente los depositarios de las confidencias supremas del Maestro, y de sus más íntimos pensamientos. Es inútil añadir que todos conocen a fondo el Arqueómetro, cuya descripción exacta, que nosotros tenemos de la mano misma de su Inventor, es sin embargo enteramente inédita todavía. Algunos no vacilan en dar interpretaciones cabalísticas de este Instrumento de interpretación. Otros, que no se sonrojan de afirmar conocer los últimos secretos de la Ciencia arqueométrica, prometen iniciaciones grandiosas y fantasmagorías que no existirán jamás, a Dios gracias, más que en su imaginación exaltada. Otros, en fin, apelando a Saint-Yves, libran por todo pasto, a sus lectores, elucubraciones de un anticlericalismo y de un antipapismo verdaderamente demasiado rudimentarios e infantiles, dignos a lo sumo de un subcomité electoral de pueblo o de una Logia de décimo orden del G.'. O.'., y que hubiesen valido a sus autores, en vida del Maestro, para ser clavados en la picota por una de estas fustigantes palabras de las que él tenía el secreto. Entre los espíritus que leyeron y apreciaron sinceramente a Saínt-Yves, algunos han podido preguntarse por qué sus Amigos parecían poner tan poco empeño en defender su memoria. La razón de ello es simple. Un ser como el que no echaremos nunca lo bastante de menos, no tiene necesidad de ser defendido; aún cuando muerto en la Tierra, es lo bastante poderoso para defenderse solo, habiendo dejado tras de sí suficientes obras inéditas para cerrar la boca a todos los impostores. La que publicamos hoy es una magnífica prueba de ello. Ella llega en su momento, en el momento querido y escogido por el Maestro, y responde como un trueno a todas las demencias propaladas desde hace dos años bajo el abrigo de su nombre. Complemento y sello final de las "Misiones", este libro es la verdadera Introducción al Estudio del Arqueómetro. Nunca, en ninguna de sus obras anteriores, ha desvelado Saint-Yves, como aquí, el fondo de su pensamiento intimo; nunca, en ninguna, han sido los Misterios tan audazmente escrutados por él; nunca, como aquí, se ha revelado él tan completamente. No es solamente el genio cristiano, el Renovador inspirado de la Sinarquía el que reconoceremos; es el verdadero sucesor de los Nabis antiguos, el último Profeta. Una Dama terrible corre en su obra de Isaías moderno, tan severa para los Fariseos y los Escribas contemporáneos como el hijo de Amós lo fue para los Letrados y los sacerdotes de Judá. Tan aterradoras son sus visiones tocantes al porvenir de Francia y de Europa, recaídas hoy en la peor Anarquía pagana; muchas, ¡ay!, se han realizado ya, otras están en vías de cumplimiento, y, si nosotros no hubiésemos escuchado, de la boca misma del Maestro la lectura de estas profecías hace más de siete años, ante el infinito de la Mar, que les daba, si es posible, aún más amplitud y majestad, podríamos creer que fueron escritas después. Mas, al mismo tiempo que muestra las catástrofes inminentes para los Pueblos sometidos a las Leyes implacables de los Ciclos históricos, su corazón se desangra ante esta Fatalidad que parece inevitable y que podría sin embargo no serio. Y exhorta a sus hermanos los humanos a abandonar la falsa vía para seguir la Vía verdadera, aquella que les ha indicado, desde hace ya veinte años, aquella que todavía les indica. Les suplica, en fin, que quieran hacer el ensayo leal de los únicos medios que pueden todavía oponerse al Destino y salvar a la Humanidad. Y en esto es verdaderamente hombre, hombre a quien "nada de lo que es humano le es extraño", y ése no es el menor de sus títulos en nuestra veneración y en nuestro afecto profundos. Es hacia 1903, tal como lo indican ciertas alusiones a los acontecimientos de entonces, que fue compuesta la Obra que libramos hoy en día al público. Notas dispersas y partes completas, las recolectamos piadosamente, y no quisimos ser de ellas, estrictamente, más que los simples ordenadores. Advertimos de ello al lector, que comprenderá así por qué hemos tenido que rechazar en apéndice, un fragmento escrito sobre un modo y en un estilo del todo diferentes al conjunto de la obra. Y si hemos conservado y publicado este fragmento inacabado, es en la convicción de que será leído con placer por todos aquellos que han conocido al Maestro y que le han frecuentado un poco; pues lo reconocerán ahí por entero con esta fina ironía, este espíritu chispeante y esta exquisita mezcla de sales atica y gala que ponían tanto encanto, originalidad, y a veces lo imprevisto, en sus conversaciones más elevadas y más serias. En cuanto a la forma y a la división de la obra, no hablaremos de ella; es lo bastante clara, sobre todo ahora que ciertas planchas del Arqueómetro han sido difundidas y reproducidas un poco por todas partes. 23 mayo 1911 LOS AMIGOS DE SAINT-YVES EL ARQUEOMETRO DE SAINT-YVES |