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5b) Comente los aspectos más relevantes de la obra que durante esta evaluación haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 p.) Coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique Aunque la mayor parte de la obra poética de Jorge Manrique se inserte en los cánones de la lírica del amor cortés, sus composiciones más famosas son las Coplas a la muerte de su padre, escritas aproximadamente entre 1460 y 1470 (siglo xv). Se trata de una elegía en la que la experiencia dolorosa de la desaparición de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación en torno a la vida y la muerte, tras la que propone a su padre como modelo de caballero cristiano. Manrique, fiel representante del ideal de cortesano de la época (político, guerrero y poeta), instruido por su tío, Gómez Manrique y por sus vivencias en ambientes cortesano, toma aquí la tradición del planto medieval con el objetivo de convertir a su padre en modelo de caballero cristiano y defender su casa nobiliaria en un momento de turbulenta crisis social, de quiebra del sistema feudal, y de pérdida de legitimidad de los Manrique por discrepancias con la corona. Las coplas se insertan en una tradición literaria medieval que se encarga del tema de la muerte, tema preocupante en la época ante el alto índice de mortalidad por epidemias, hambrunas o guerras. Por tanto, se trata de una tradición que conecta con las Danzas de la muerte, las cuales reflejaban el poder igualitario de la muerte, cuya danza arrastra a todas las personas, sea cual sea su condición o edad. Aun así, Manrique va a recoger una serie de ideas que son lugares comunes en aquella época: la consideración del mundo como vanidad de vanidades; el menosprecio de la vida terrena; la convención del ubi sunt (dónde han ido a parar aquellos ilustres personajes famosos por sus glorias); o la inestabilidad de la Fortuna. A ello podemos sumar otras ideas como el recuerdo de la felicidad pasada como un sufrimiento, la consideración de que el tiempo pasado fue mejor o la existencia de las tres vidas: la terrena, la celestial y la de la fama. La obra, compuesta de cuarenta coplas, se estructura en tres partes. La primera ocupa las primeras catorce estrofas y en ella el poeta reflexiona sobre la fugacidad de las cosas terrenales y expone la visión cristiana de la vida. La segunda parte, en diez coplas, es la que recoge el tópico del ubi sunt, referido al carácter transitorio de lo mundano. La tercera parte, las últimas dieciséis coplas, constituye la glorificación de la figura paterna, con cuya fama póstuma llega a vencer a la muerte. Métricamente, el poema está escrito en coplas de pie quebrado o coplas manriqueñas: estrofas formadas por dos sextillas con rima independiente; en cada una de las sextillas se suceden dos versos octosílabos y uno tetrasílabo –a veces pentasílabo-, el pie quebrado. A ello hay que sumar la sencillez de estilo que las caracteriza. Manrique huye de la retórica medieval y busca la naturalidad estilística y el lenguaje llano, dando más peso al concepto y al símbolo, lo que hace vislumbrar en su obra la renovación poética del Renacimiento. |