Gustavo adolfo bécquer






descargar 28.24 Kb.
títuloGustavo adolfo bécquer
fecha de publicación31.08.2015
tamaño28.24 Kb.
tipoDocumentos
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
RIMAS

II
Saeta que voladora

cruza, arrojada al azar,

y que no se sabe dónde

temblando se clavará;

hoja que del árbol seca

arrebata el vendaval,

sin que nadie acierte el surco

donde al polvo volverá.

Gigante ola que el viento

riza y empuja en el mar

y rueda y pasa y se ignora

qué playa buscando va.

Luz que en cercos temblorosos

brilla próxima a expirar,

y que no se sabe de ellos

cuál el último será.

Eso soy yo que al acaso

cruzo el mundo sin pensar

de dónde vengo ni a dónde

mis pasos me llevarán.

IV
No digáis que agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso

palpiten encendidas,

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista,

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!

Mientras la humana ciencia no descubra

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista,

mientras la humanidad siempre avanzando

no sepa a do camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,

sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran,

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira,

mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas,

mientras exista una mujer hermosa

¡habrá poesía!
XI
-Yo soy ardiente, yo soy morena,

yo soy el símbolo de la pasión,

de ansia de goces mi alma está llena.

¿A mí me buscas?

-No es a ti: no.

-Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,

puedo brindarte dichas sin fin.

Yo de ternura guardo un tesoro.

¿A mí me llamas?

-No: no es a ti.

-Yo soy un sueño, un imposible,

vano fantasma de niebla y luz;

soy incorpórea, soy intangible:

no puedo amarte.

-¡Oh, ven; ven tú!

XV
Cendal flotante de leve bruma,

rizada cinta de blanca espuma,

rumor sonoro

de arpa de oro,

beso del aura, onda de luz,

eso eres tú.

¡Tú, sombra aérea, que cuantas veces

voy a tocarte te desvaneces.

Como la llama, como el sonido,

como la niebla, como el gemido

del lago azul!

En mar sin playas onda sonante,

en el vacío cometa errante,

largo lamento

del ronco viento,

ansia perpetua de algo mejor,

eso soy yo.

¡Yo, que a tus ojos en mi agonía

los ojos vuelvo de noche y día;

yo, que incansable corro y demente

tras una sombra, tras la hija ardiente

de una visión!

XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul;

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.

XXIV
Dos rojas lenguas de fuego

que a un mismo tronco enlazadas

se aproximan, y al besarse

forman una sola llama.

Dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armoniosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que al romper se coronan

con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor

que del lago se levantan,

y al juntarse allá en el cielo

forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan,

dos besos que a un tiempo estallan,

dos ecos que se confunden,

eso son nuestras dos almas.

XXXVIII
¡Los suspiros son aire y van al aire!

¡Las lágrimas son agua y van al mar!

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes tú a dónde va?

XLI
Tú eras el huracán y yo la alta

torre que desafía su poder:

¡tenías que estrellarte o que abatirme!

¡No pudo ser!

Tú eras el océano y yo la enhiesta

roca que firme aguarda su vaivén:

¡tenías que romperte o que arrancarme!

¡No pudo ser!

Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados

uno a arrollar, el otro a no ceder:

la senda estrecha, inevitable el choque...

¡No pudo ser!

LIII
Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquéllas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquéllas que aprendieron nuestros nombres...

ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas

de tu jardín las tapias a escalar

y otra vez a la tarde aún más hermosas

sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío

cuyas gotas mirábamos temblar

y caer como lágrimas del día...

ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar,

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido... desengáñate,

así... ¡no te querrán!

LXVI
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero

de los senderos busca;

las huellas de unos pies ensangrentados

sobre la roca dura,

los despojos de un alma hecha jirones

en las zarzas agudas,

te dirán el camino

que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste

de los páramos cruza,

valle de eternas nieves y de eternas

melancólicas brumas.

En donde esté una piedra solitaria

sin inscripción alguna,

donde habite el olvido,

allí estará mi tumba.

Añadir el documento a tu blog o sitio web

similar:

Gustavo adolfo bécquer icon¿Dónde y en qué año nació Gustavo Adolfo Bécquer? ¿De dónde provenía...

Gustavo adolfo bécquer iconGustavo adolfo bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconGustavo adolfo bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconGustavo Adolfo Bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconDe Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconGustavo Adolfo Bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconDe gustavo adolfo bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconEl Simbolismo. Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo adolfo bécquer iconGustavo Adolfo Bécquer Rimas

Gustavo adolfo bécquer iconLas rimas de gustavo adolfo bécquer






© 2015
contactos
l.exam-10.com