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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA – 1º BACHILLERATO
MORFOLOGÍA: TEMA 2
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EL SUSTANTIVO Y EL ADJETIVO
EL SUSTANTIVO
FORMA
El género
El número
SIGNIFICADO
Nombres comunes / nombres propios
Nombres concretos / nombres abstractos
Nombres individuales / nombres colectivos
Nombres contables / nombres no contables
FUNCIÓN
LA SUSTANTIVACIÓN
EL ADJETIVO
FORMA
El género
El número
La gradación del adjetivo
SIGNIFICADO
FUNCIÓN
POSICIÓN DEL ADJETIVO
EL SUSTANTIVO
FORMA
Desde el punto de vista morfológico, como el resto de las clases de palabras nominales, el sustantivo se caracteriza por poder recibir morfemas flexivos de género y número. Ejemplos: niñ-o-s, niñ-a-s
El género
Definición de género
El género es una variación gramatical que permite agrupar a los nombres en masculinos o femeninos. Un tercer género, el neutro, existente en latín, se perdió en castellano, y solo quedan restos de él en el artículo (lo) y en algunos pronombres (esto, eso, aquello, ello, algo…)
Función del género
La función del género en la gramática es la de permitir establecer la concordancia entre el sustantivo y otras palabras que se refieren a él y que también admiten la variación del masculino y femenino (sobre todo, determinativos, adjetivos y participios del verbo en construcción pasiva. Ejemplos: Las casas viejas fueron destruidas. Los edificios viejos fueron destruidos.
Género inmotivado
En la mayoría de los sustantivos el género es un rasgo inherente y, por tanto, no admite variación. No transmite, en general, información sobre el sexo del objeto designado. Ejemplos: mesa o libro. En estos casos, la asignación de género resulta ser arbitraria, inmotivada: no responde a ninguna característica del objeto designado, sino que depende de factores históricos.
Una consecuencia importante de esto es que, en los sustantivos que no admiten variación de género no se puede considerar la vocal final, sea cual sea, como morfema de género. Ejemplo: en mesa, la –a final no es morfema flexivo de género femenino, sino que forma parte de la raíz. Lo mismo puede decirse de la –o final de libro.
Género motivado
Cuando el sustantivo se refiere a entidades “sexuadas” puede el género transmitir de tal tipo: niño /niña; gato/ gata, etc. En estos casos, la lengua dispone de mecanismos diferentes para realizar la oposición entre masculino y femenino:
Mediante la variación de los morfemas flexivos: -o, -e, Ø para el género masculino y –a para el femenino. Ejemplos: gat-o / gat-a; monj-e/ monj-a; director (Ø)/director-a. Algunos nombres femeninos se forman con terminaciones especiales como: -esa, -isa, -ina, -triz: abadesa, poetisa, zarina, institutriz.
Mediante la variación léxica: utilización de sustantivos diferentes para cada género. Ejemplo: padre/ madre; toro/ vaca; yerno/ nuera. A estos sustantivos se le llaman heterónimos.
Mediante la concordancia con los determinativos y adjetivos, en aquellos casos en los que el sustantivo no admite morfemas flexivos de género. Ejemplos: el/ la pianista; el/la mártir; el/la testigo. A estos sustantivos que expresan el género de modo sintáctico se les suele denominar nombres de género común. No obstante, la RAE ha incorporado la forma femenina a algunos de estos sustantivos que designan profesiones de las que se había venido marginando a la mujer. Así tenemos: la abogada, la médica, la jueza…
Casos especiales con respecto del género
Nombres epicenos: ciertos sustantivos, la mayor parte referidos a animales, no pueden marcar de ninguna forma la distinción de sexo: no admiten morfemas flexivos y establecen la concordancia obligatoriamente en uno de los dos géneros. Ejemplos: el buitre , la perdiz, la pantera, el monarca.
Nombres ambiguos: son sustantivos que admiten la concordancia tanto en masculino como en femenino sin que cambie su significado: el/la mar; el/la armazón; azúcar blanca/ azúcar moreno.
En otros sustantivos, la variación de género no remite al sexo del referente, sino que señala una oposición semántica relativa al tamaño o la forma, una relación de metonimia, o una relación árbol-fruto: el cesto/ la cesta; el barco/ la barca; el trompeta / la trompeta; el manzano/ la manzana.
Nombres homónimos: son aquellos en los que no hay una relación semántica entre ambos sustantivos, masculino y femenino: la vela / el velo; la cosa / el coso; el cólera / la cólera.
Valor extensivo de la oposición entre masculino y femenino
La oposición entre masculino y femenino se establece considerando al masculino como término con valor extensivo: mientras que las españolas solo puede referirse a personas del sexo femenino, la forma masculina los españoles puede tener dos sentidos: ‘los españoles del sexo masculino’ o bien ‘todos los españoles, hombres o mujeres’. En algunos casos, este valor extensivo del masculino puede llegar a producir ambigüedades que se resuelven normalmente recurriendo al contexto lingüístico o extralingüístico. En cualquier caso, el valor extensivo del masculino, como en todas las ocasiones en que la lengua utiliza una oposición entre término marcado y no marcado, contribuye a la economía lingüística.
El número
Definición
El número es una variación gramatical que permite informar de si el referente del sustantivo es uno, singular, o más de uno, plural.
Formación del plural
Los morfemas flexivos de número plural son –s y –es. El singular, en cambio, no está marcado por ningún morfema flexivo. Las normas generales para la formación del plural son las siguientes:
Cuando el sustantivo en singular termina en consonante que no sea s , se utiliza la variante –es para formar el plural: leon-es, árbol-es.
Cuando el sustantivo termina en la consonante s, se presentan dos posibilidades:
Si la palabra no es aguda, no varía en el plural. Singular y plural han de distinguirse por la concordancia con los determinativos y adjetivos que lo acompañan: el lunes / los lunes.
Si la palabra es aguda —incluidos los monosílabos— , el plural se forma con el morfema –es: país / países; tos /toses.
Cuando el sustantivo en singular termina en vocal átona o en –é tónica, el plural se forma con la variante –s: mesa / mesas; libro/ libros; café / cafés.
Cuando el sustantivo termina en vocal tónica distinta de –é, el plural se forma en unas ocasiones con la variante –es y en otras con la variante –s: jabalíes, tabúes, papás, mamás, sofás, alhelíes, faralaes. No hay una regla fija, y el hecho de que en determinadas palabras se haya impuesto una forma de plural y otra depende de las preferencias de los hablantes: marroquís / marroquíes; tabús / tabúes.
Algunos sustantivos no admiten la distinción de número:
Unos solo pueden ser usados en singular: caos, salud, cenit, sed…
Otros sólo en plural: gárgaras, víveres, enseres, finanzas…
Significación del morfema de plural
La significación que aporta el morfema de plural depende del tipo de sustantivo al que se aplica:
Sustantivos contables: el plural significa ‘varios individuos de la especie’. Ejemplo: libro/ libros
Sustantivos no contables: el plural designa ‘clase, tipo’. Ejemplo: el vino / los vinos.
Sustantivos abstractos: los sustantivos abstractos (belleza, amistad), pasan en plural a ser concretos: las bellezas, las amistades.
Plural con valor enfático o expresivo: los cielos, los sudores, las aguas, las arenas…
Variación de significado del plural al singular: celo/ celos; seso /sesos. En otras ocasiones, el plural de un sustantivo puede remitir a dos significados diferentes, uno que mantiene relación con el singular y otro que designa un referente distinto: grillo (insecto) / grillos (varios insectos) / grillos (‘grilletes’); esposa (mujer casada) /esposas (mujeres casadas) / esposas (pulseras de hierro unidas por una cadena).
Sustantivos que designan objetos de estructura simétrica: pueden ser utilizados indistintamente en singular o en plural, sin variación de significado: tijera / tijeras; pinza/pinzas; nariz / narices; pantalón/ pantalones…
SIGNIFICADO
Los sustantivos clasifican los seres y realidades, es decir, determinan clases o grupos (la clase hombre, la clase edificio, la clase madera…) frente a los adjetivos que establecen propiedades o cualidades de los seres. La clasificación tradicional de los sustantivos se basa en la oposición de significados:
Nombres comunes / nombres propios
Nombres comunes: designan a todos los seres de una misma clase: pino, balcón…
Nombres propios: identifican o individualizan a un ser distinguiéndolo de otros de la misma clase. Dentro de los nombres propios distinguimos:
Antropónimos o nombres propios de persona: Gabriela, Eduardo…
Topónimos o nombres propios de lugar: Júcar, Madrid…
Los nombres propios, por designar seres individualizados, no suelen aceptar el plural, y los de persona rechazan el artículo, salvo en casos muy especiales:
Cuando el nombre propio va especificado:
Que se pongan de pie todas las Marías de la clase.
El Pepe que yo conocí era muy distinto.
Una de las dos Españas ha de helarte el corazón
Cuando se presupone un sustantivo común omitido: el (río) Duero.
Cuando designan familia o grupo: los García(s), los Maquina(s). Si terminan en –z o en –s permanecen siempre invariables: los Fernández.
Cuando entre el artículo y el sustantivo se intercala una adjetivo: el genial Cervantes.
Nombres concretos / nombres abstractos
Nombres concretos: designan seres perceptibles por lo sentidos; ello no significa que existan necesariamente en la realidad, puede tratarse de seres imaginarios, representables con imágenes: unicornio, por ejemplo.
Nombres abstractos: no designan un objeto real, sino una idea o una cualidad de los seres, es decir, realidades que solo se perciben por la inteligencia: al no estar encarnados concretamente por ningún ser, no se pueden percibir por los sentidos. Buena parte de los nombres abstractos son palabras derivadas de verbos (desesperación, pensamiento) y de adjetivos (hermosura, tranquilidad).
Los nombres abstractos cuando se ponen en plural, pasan a ser concretos: la belleza / las bellezas.
Nombres individuales / nombres colectivos
Nombres individuales: designan en singular a un solo elemento de una clase o conjunto (árbol, abeja).
Nombres colectivos: designan en singular a un conjunto de seres individuales semejantes o considerados como semejantes: arboleda, enjambre.
Nombres contables / nombres no contables
Nombres contables: designan entidades discontinuas, separables y que pueden ser contadas (minuto, hoja)
Nombres no contables, también llamados de materia, medibles o de referente continuo: designan realidades que no se pueden contar, aunque sí medir o pesar (tiempo, papel).
La diferencia fundamental entre unos y otros estriba en el tipo de determinativos que admiten: los contables pueden ir determinados por cuantificadores definidos (numerales, por ejemplo), pero los no contables sólo admiten cuantificadores indefinidos. Además, los no contables se usan más frecuentemente sin artículo como complementos de ciertos verbos: decimos Dame leche, pero no *Dame libro.
FUNCIÓN
La función principal del sustantivo es la de núcleo del grupo nominal (GN). Llamamos grupo sintáctico, o simplemente grupo, a la unidad formada por una palabra o conjunto de palabras que pueden desempeñar una función sintáctica dentro de una oración.
El grupo nominal se denomina así porque su núcleo es un sustantivo. Dentro del GN pueden aparecer también algunos modificadores:
- Determinantes: función desempeñada por los determinativos.
-Complementos nominales: función desempeñada por grupos adjetivales, grupos nominales, oraciones de relativo… Por otra parte, también es característico del sustantivo el hecho de que a los grupos que forma les corresponden funciones oracionales básicas, como sujeto o complemento directo.
LA SUSTANTIVACIÓN
En ocasiones encontramos sustantivos que proceden de otras clases de palabras diferentes. Por ejemplo, a partir de adjetivos como viejo, químico, etc., se han formado sustantivos como un viejo, un químico, etc. Lo mismo ha sucedido con formas verbales como pagaré o pésame. A estos cambios de categoría se les denomina transcategorización y, en concreto, cuando dan lugar a la creación de un sustantivo, se habla de sustantivación. La más productiva es la sustantivación de adjetivos. Es un proceso que muestra la tendencia de los hablantes a “conceptualizar” como entidades o como objetos lo que en un principio no son sino “propiedades” de estas entidades u objetos: cobarde designa una propiedad de determinados seres humanos (persona cobarde), pasa a designar una clase de hombres (los cobardes) y al individuo perteneciente a esta clase (un cobarde), con lo que el adjetivo pasa a ser, pues, sustantivo. En cualquier caso, se trata de un proceso histórico, por lo que podemos encontrarnos con sustantivaciones ya arraigadas en la lengua, como las anteriores, y en otros casos con sustantivaciones menos consolidadas: Veo los contras de este negocio. Puso muchos peros al proyecto. La frontera entre sustantivaciones permanentes y ocasionales es a veces muy difusa: puede servir como prueba de su afianzamiento en la lengua el hecho de que el nuevo sustantivo admita como determinante el indefinido un (un joven) y, en los infinitivos, el que pueda recibir el morfema de plural (los poderes). Algunos gramáticos consideran sustantivaciones, aunque ocasionales, expresiones como el caro, lo bueno, el de la derecha, lo que tú quieras. No obstante, parece un proceso distinto del anterior, puesto que no crea sustantivos nuevos. Es más bien un problema sintáctico.
VALORES ESTILÍSTICOS DEL SUSTANTIVO
Si tú no tuvieras nombre,
Yo no sabría qué era,
Ni cómo ni cuándo (Salinas, La voz a ti debida) Los nombres designan las cosas y los seres de los que predicamos algo. Son nuestra manera de apropiarnos del mundo, con ellos nos referimos al mundo y con ellos lo entendemos : que tu palabra sea la cosa misma, decía Juan Ramón. Su función estilística nace según la frecuencia de su uso: especialmente queridos por todos aquellos poetas influidos por la idea de la poesía pura. Estos, a veces, pueden prescindir de las demás clases de palabras, con tal de destacar la capacidad del poema para nombrar: de Guillén es este ejemplo, designa a unos amantes con sucesión de sustantivos: Tallos. Soledades
ligeras ¿Balcones
en volandas? Montes,
bosques, aves, aires. También son frecuentes en lenguajes científicos y en textos de naturaleza expositiva o descriptiva. Al contrario, su uso decrece en textos narrativos. Tradicionalmente se habla de tipos de nombres según la naturaleza de aquello que designan (comunes, propios, concretos, abstractos, colectivos, individuales...) repasa esta clasificación, aunque el valor del sustantivo dependerá siempre de su uso concreto. Cuando un poeta dice Esta es mi soledad (Guillén) ¿soledad sería un sustantivo abstracto, designando la idea de soledad, o concreto, ya que está determinado por el posesivo y se predica de un pronombre demostrativo, refiriéndose a la concreta soledad de Guillén? El uso decide el valor semántico del sustantivo.
EL ADJETIVO
FORMA
El adjetivo puede poner de manifiesto el género y el número por efecto de la concordancia. El adjetivo, además, admite apreciativos: pequeñ-ito, grand-ote.
Por otro lado, se afirma tradicionalmente que el morfema de grado es específico de la clase de palabras “adjetivo”: guap-ísimo, inteligent-ísima.
El género
Tanto el género como el número permiten la concordancia del adjetivo con el sustantivo.
Hay adjetivos en los que no se marca la oposición de género: agradable, idealista, hipócrita, ágil. Ahora bien, pueden referirse a un sustantivo masculino o femenino: un hombre/ mujer infeliz.
Cuando los adjetivos presentan oposición formal de género, este se señala como en el sustantivo: malo/mala; nervioso/ nerviosa; creador/ creadora; francés / francesa.
El número
Para concordar con el sustantivo en número, el adjetivo presenta la misma variación que el sustantivo. Ejemplos: agradable/ agradables; idealista/ idealistas; ágil/ ágiles; francés / franceses.
Los adjetivos que terminan en –s y no tienen una pronunciación aguda tienen la misma forma para el singular y el plural. Ejemplo: una entrada gratis / unas entradas gratis.
La gradación del adjetivo
Las cualidades que expresan los adjetivos suelen ser graduables, esto es, se pueden presentar como más o menos intensas: una casa puede ser más o menos alta o más o menos grande. Esta característica de los adjetivos ha hecho que se venga afirmando que la gradación es algo específico del adjetivo. Observaciones:
Hay adjetivos que no se pueden graduar, sin que por ello dejen de ser adjetivos: *muy municipal, *muy paterno, *muy civil, *muy virgen, *muy mortal son expresiones inaceptables, pero municipal, paterno, civil y virgen son adjetivos.
Hay otras palabras que admiten gradación:
Algunos sustantivos: muy hombre, muy madre
Ciertos adverbios: lejísimos, cerquísima.
Procedimientos lingüísticos para expresar el grado del adjetivo
Son varios los tipos de procedimientos lingüísticos para expresar el grado del adjetivo, es decir, las diferencias de intensidad de la cualidad designada por él. Fundamentalmente, son dos: a) Sintético o morfológico: mediante la adición de afijos, bien sean sufijos (buen-ísimo) o prefijos (super-caro, re-bonita, requete-guapo). b) Analítico o sintáctico: mediante adverbios que modifican al adjetivo y que, por tanto, forman con él un grupo cuyo núcleo es el adjetivo. Ejemplos: muy grande, más grande que…, menos grande que…, tan grande como…, (el) más grande de…
Significación del grado
En cuanto a la significación, se pueden establecer los siguientes grados del adjetivo: a) Grado positivo: el adjetivo no expresa ningún tipo de gradación, aparece sin modificar y expresa simplemente la posesión de la cualidad. Ejemplos: un libro entretenido, un hombre feliz. b) Grado comparativo: se expresa la intensidad poniendo la cualidad en relación con la que posee otro elemento. El elemento que se somete a comparación suele denominarse primer término de la comparación, y el elemento con el cual se compara es el segundo término. Se construye mediante procedimientos sintácticos, utilizando modificadores y complementos. Hay tres variantes dentro del comparativo: - Comparativo de superioridad: más… que. Ejemplo: más inocente que un niño.
- Comparativo de inferioridad: menos… que. Ejemplo: menos trabajador que su padre.
- Comparativo de igualdad: tan… como. Ejemplo: tan alta como la luna. c) Grado superlativo: expresa la cualidad del adjetivo en alto grado; la cuantificación se produce con la máxima intensidad. Se diferencian dos tipos: - Superlativo absoluto: se expresa tanto con procedimientos sintácticos como morfológicos:
Superlativo absoluto analítico: se construye con adverbios como muy, harto, bien, extremadamente, sumamente, enormemente…
Superlativo absoluto sintético: se expresa mediante los sufijos –ísimo, -érrimo, y también con algunos prefijos como super- , extra- , re-, requete-
Hay adjetivos que pueden aparecer tanto en la forma sintética como en la analítica; otros, en cambio, sólo admiten el superlativo absoluto analítico:
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Positivo
| Superlativo analítico
| Superlativo sintético
| listo
| muy listo
| listísimo
| lento
| muy lento
| lentísimo
| pobre
| muy pobre
| paupérrimo
| célebre
| muy célebre
| celebérrimo
| posterior
| muy posterior
| *posteriorísimo
| próximo
| muy próximo
| *proximísimo
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- Superlativo relativo (también llamado “comparativo de excelencia”): señala el componente o componentes de un grupo que se distinguen de los demás por poseer en mayor grado una cualidad. Se construye con el adjetivo en grado comparativo (superioridad o inferioridad) precedido del artículo y seguido de un complemento encabezado por la preposición de: el más alto de…, el menos alto de…, el mejor de…, el peor de…
Formas especiales para expresar el grado
Algunos adjetivos presentan formas especiales para expresar el grado tanto el comparativo como el superlativo absoluto. Son formas cultas de origen latino con un lexema distinto al que posee el correspondiente adjetivo en grado positivo. Se trata, por tanto, de un procedimiento léxico. Estos adjetivos, sin embargo, también pueden expresar el grado mediante los mecanismos sintácticos regulares:
Positivo
| Comparativo de origen latino
| Comparativo analítico
| Superlativo de origen latino
| Superlativo sintético
| Superlativo analítico
| bueno
| mejor
| más bueno
| óptimo
| buenísimo
| muy bueno
| malo
| peor
| más malo
| pésimo
| malísimo
| muy malo
| grande
| mayor1
| más grande
| máximo
| grandísimo
| muy grande
| pequeño
| menor
| más pequeño
| mínimo
| pequeñísimo
| muy pequeño
| alto
| superior
| más alto
| supremo
| altísimo
| muy alto
| bajo
| inferior
| más bajo
| ínfimo
| bajísimo
| muy bajo
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SIGNIFICADO
Según su significado, pueden distinguirse dos clases de adjetivos:
Adjetivos calificativos: adjetivos que describen cualidades o propiedades de los seres, frente a los sustantivos, que describen clases de seres.
Adjetivos de relación: estos adjetivos suelen derivar de sustantivos a partir de ciertos sufijos, como –al, -ar, -ario o –ico. Establecen conexiones entre objetos o ámbitos, expresando que un significado determinado ‘concierne a’ o ‘afecta a’ a ese objeto. Como se define en los diccionarios, se trata de adjetivos cuyo significado es ‘relativo a’ o ‘perteneciente a’ cierta entidad. Ejemplos: vacuno es algo ‘perteneciente al ganado bovino’, paterno es algo ‘perteneciente al padre’ y provincial se refiere a lo ‘relativo a una provincia’.
Estos adjetivos relacionales no pueden anteponerse al sustantivo ni tampoco admiten gradación, por lo que son inaceptables expresiones como *financieras dificultades, *dificultades muy financieras, *presidencial palacio, *palacio muy presidencial, etc. 2.2.1. Casos de doble interpretación: calificativa y relacional.
Adjetivos de doble interpretación: calificativos y relacionales: algunos adjetivos admiten una doble interpretación: nerviosas en respuestas nerviosas es calificativos, pero en crisis nerviosas es relacional, por eso se puede decir nerviosas respuestas y no *nerviosas crisis; musical es adjetivo calificativo en verso musical y adjetivo relacional en enseñanza musical, por lo que es aceptable verso muy musical e inaceptable *enseñanza muy musical.
Adjetivos con la misma base léxica y doble interpretación: en algunos casos podemos encontrar parejas de adjetivos uno calificativo y otro relacional, que tienen la misma base léxica (y por tanto, un significado similar), pero un sufijo distinto: paternal (calificativo) / paterno (relacional); provinciano (calificativo) / provincial (relacional); musculoso (calificativo) / muscular (relacional); cívico (calificativo) / civil (relacional)
Finalmente, cabe señalar que la doble interpretación, como calificativo y como relacional, puede ofrecerse en un mismo grupo nominal, dando lugar a una construcción de significado ambiguo: reunión familiar puede hacer referencia a una relación ‘de tipo familiar’, de ambiente distendido e informal, donde el adjetivo expresa una cualidad de la reunión; pero se puede entender también como ‘reunión de la familia’, y entonces el adjetivo tendría un significado relacional.
FUNCIÓN
La función del adjetivo es ser núcleo del grupo sintáctico que forma: el grupo adjetival (GAdj). Como tal, puede ser modificado por otras palabras: adverbios que funcionan como cuantificadores, y grupos preposicionales y oraciones subordinadas principalmente, que funcionan como complementos. Ejemplo: muy difícil de hacer.
En tanto que núcleo de un GAdj, el adjetivo precisa y completa la significación del sustantivo con el cual concuerda. Se refiere al sustantivo bien directamente (un día tranquilo), bien a través de un verbo (Luis está tranquilo, Luis ha llegado tranquilo).
Cuando el adjetivo calificativo modifica de forma directa al sustantivo puede tener dos valores distintos: especificativo (o restrictivo) y explicativo ( o no restrictivo).
Un adjetivo con valor especificativo (restrictivo): señala una propiedad que distingue al ser u objeto designado por el sustantivo de entre otros posibles; así, la referencia del sustantivo queda delimitada y restringida (de ahí el término restrictivo) a los seres que poseen esa propiedad designada por el adjetivo: en Dame el bolígrafo azul, el adjetivo azul diferencia el bolígrafo que pide el hablante de otros bolígrafos posibles.
Un adjetivos con valor explicativo (no restrictivo): señala una propiedad del ser u objeto que no pretende distinguirlo de otros seres u objetos a los que el sustantivo puede aludir; la referencia del sustantivo no es delimitada ni restringida (de ahí el término no restrictivo ) por el adjetivo: en la suave brisa del mar, suave describe y explica cómo es la brisa del mar, pero no diferencia un tipo de brisa de otros. El adjetivo usado de esta forma se denomina epíteto.
POSICIÓN DEL ADJETIVO
En general, en castellano el adjetivo puede seguir o preceder al sustantivo al que modifica. La elección de la construcción antepuesta o pospuesta está determinada más por factores semánticos, estilísticos y rítmicos que por factores morfosintácticas.
Suele ser frecuente que el adjetivo con valor especificativo aparezca pospuesto al sustantivo y el explicativo, antepuesto, ello no implica que necesariamente sea así: por ejemplo, en Tuvo un frío recibimiento, frío es especificativo, y en Contempla la mar inmensa, inmensa es explicativo, puesto que no diferencia un tipo de mar de otro distinto.
Sin embargo, hay adjetivos que tienen una posición fija. Los ya mencionados adjetivos relacionales van siempre pospuestos: los problemas económicos / *los económicos problemas. Además, el uso ha determinado que cristalicen ciertas construcciones en las que el adjetivo calificativo va necesariamente en una posición concreta: suele decirse buen gusto, idea fija, mala suerte, rara vez y no gusto bueno, fija idea, suerte mala, vez rara.
Algunos adjetivos cambian de significado según vayan antepuestos o pospuestos: viejo amigo / amigo viejo; una simple idea / una idea simple; un pobre hombre / un hombre pobre; una gran mujer / una mujer grande.
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