Tema 14. Cervantes novelista autora: Mónica Henríquez






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fecha de publicación12.07.2015
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TEMA 14. CERVANTES NOVELISTA




Autora: Mónica Henríquez


La faceta más interesante e innovadora de Cervantes es la de novelista. Cultiva todos los géneros entonces en boga, pero sui generis. Comienza con la novela pastoril, La Galatea, pero superando el idealismo propio de ésta. Con las Novelas ejemplares sienta las bases de la moderna novela realista; aunque algunas de estas novelas se sitúan en un ambiente picaresco, da un salto desde los personajes arquetípicos propios de la novela picaresca a personajes con mayor complejidad psicológica, siendo el narrador un simple testigo y los seres de ficción crean un juego dialéctico. El Quijote es un mundo aparte, obra paródica y humorística que no tiene correlato con ninguna de las tendencias en boga. Aunque la trayectoria narrativa de Cervantes parece avanzar hacia el realismo, su última obra, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, tiene una trama propia de la novela bizantina e imbuida del idealismo neoplatónico.


  1. La Galatea


Es la primera obra extensa publicada de Cervantes. No hay unanimidad de opiniones respecto a la fecha en que fue escrita, pero se cree que no es una obra tan juvenil como en principio se había supuesto. Consta de seis libros que fueron escritos como poesía, por lo que la trama es tan tenue que parece ser sólo un pretexto para introducir los abundantes poemas. También son numerosos los relatos secundarios sobre amores pueblerinos desde una perspectiva distinta al estereotipado mundo pastoril. Esta diversidad de la novela aumenta su densidad.

Su argumento puede resumirse así: comienza in media res con los lamentos de amor del pastor Elicio por Galatea, que va a casarse con un pastor lusitano por complacer a su padre. El pastor y sus compañeros intentan evitar la boda por un ideal platónico: evitar que las riberas del Tajo se vean privadas de la belleza de Galatea. Muchos críticos han pensado que los pastores que aparecen en la novela son personajes de la época encubiertos.

Muchos han considerado erróneamente que La Galatea fue un capricho juvenil de Cervantes. Sin embargo, ciertos motivos de ésta tienen proyección en la obra posterior del autor, especialmente, en el Quijote. El mundo pastoril fue, pues, para el novelista algo más que una moda pasajera, la expresión de la cara ideal de la realidad, que se complementa con la visión realista de El coloquio de los perros y que forma perfecta síntesis en el Quijote.

La filosofía de La Galatea está dominada por el neoplatonismo influencia de León Hebreo. También hay pequeños detalles de Sannazaro y, especialmente, de las dos Dianas de Montemayor y Polo. La influencia de lo pastoril sobre la novela moderna está en la introspección sicológica de los personajes.

Aunque la valoración general de La Galatea es negativa, sus valores hay que buscarlos en rasgos aislados de estilo y en el carácter de embrión que tienen muchos de sus motivos en relación con otras obras más logradas del autor.


Autora: Sagrario Martín Pino




b) Las novelas ejemplares




Rasgos generales y clasificación:



Se publicaron en 1613, aunque sabemos positivamente que algunas de ellas estaban escritas con notable anterioridad. En el Quijote de 1605 se cita a Rinconete y Cortadillo como obra ya escrita, y en la Compilación de curiosidades españolas que realizó Francisco Porras en 1604 se incluye una versión ligeramente distinta de la editada de Rinconete y Cortadillo y El celoso extremeño.

Uno de los temas que más se ha tratado ha sido el de su presunto carácter ejemplar. Cervantes parece creer en él cuando en el prólogo puntualiza:

Heles dado el nombre de Ejemplares, y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso

.El sentido de lo ejemplar no atiende tanto a la moral al uso como a la enseñanza para la vida que se puede deducir de su peripecia.
Nuestro autor manifiesta repetidas veces su legítimo orgullo por ser el primero en novelar en castellano. Hasta el momento, las narraciones breves o habían sido intentos en solitario o bien se trataba de colecciones basadas en los novellieri italianos o en los cuentos tradicionales. Los conatos de novella propiamente dicha se encuentran en obras de mayor extensión, como La historia de Ozmmín y Daraja, en el Guzmán de Alfarache. La primera colección de novelas españolas, la mayor parte de ellas con personajes y ambientes nacionales, es sin duda la de Cervantes.
Ya que no ha sido posible establecer la relación cronológica entre los diversos relatos, hay que atenerse al tema y estilo para elaborar una clasificación coherente. Nos parece interesante la clasificación que establece Valbuena:
1) NOVELAS IDEALIZANTES, al estilo italiano, que son, con mucho, las más flojas en su concepción y desarrollo: El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos doncellas y La señora Cornelia.
2) NOVELAS IDEORREALISTAS, en las que el proceso idealizador toma como punto de partida la realidad, no la convención literaria. Dentro de este grupo distinguimos dos clases: las que basan su trama en la anagnórisis final: La gitanilla y La ilustre fregona, y las que se inspiran en motivos folclóricos y están próximas al cuento boccacciesco: El celoso extremeño y El casamiento engañoso.
3) NOVELAS REALISTAS, que constituyen un magistral cuadro de costumbres con sus ribetes de sátira e ironía. Su calidad, en todos los sentidos, es muy superior: Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los perros y El licenciado Vidriera.
No menos acertada es la clasificación que propone Amezúa considerando la calidad y el estilo. Se puede hablar de las siguientes etapas:

1ª) Muy influida por Italia. Lo esencial no es el análisis sicológico, prácticamente inexistente, sino la acumulación de sucesos y peripecias que enredan la trama para desembocar en el final que es de preveer. Pertenecen a este grupo El amante liberal, La señora Cornelia y Las dos doncellas.

2ª) Es una etapa intermedia, en la que se va introduciendo la introspección sicológica y el análisis de las relaciones del individuo con el medio en que vive: La gitanilla, La española inglesa, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona y El casamiento engañoso.

3ª) El autor analiza implacablemente la vida social, para eso nos ofrece una serie de cuadros tomados de la más inmediata realidad: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera y El coloquio de los perros.
La crítica también ha especulado sobre los posibles motivos que pudo tener Cervantes para darles la ordenación con que han llegado hasta nosotros. Si hemos de hacer caso al propio autor, atiende exclusivamente al propósito de hacer una colección variada y amena.
1.- Novelas idealistas:

Son las menos interesantes y las más estereotipadas. Sus protagonistas son planos, aparecen adornados de todas las gracias imaginables. Transcurren a veces fuera de España y siguen fielmente la técnica italiana, lo que les da escasa movilidad. La peripecia cae, casi siempre, en lo inverosímil.

El amante liberal


La crítica, a excepción de Azorín, la considera la peor de la serie, lo que ha llevado a pensar que fue una de las primeras en escribirse. Los mayores fallos son la inverosimilitud de sus episodios y su excesiva exaltación.

Su estructura es similar a la de la novela bizantina. Se suma a ello el tema del cautiverio, habitual en Cervantes. Es la historia del cautiverio de Ricardo y Leonisa, sicilianos, en poder de los turcos y del triunfo del amor sobre todas las adversidades, con un final inevitablemente feliz.
La señora Cornelia

Es una típica novela de aventuras, sin mayor compromiso. La peripecia está bien llevada, pero carece de relieve humano, sólo resulta convincente la caracterización de los personajes españoles.

La obra se desarrolla en un doble plano: el honor de Cornelia, mancillado por el duque de Ferrara, y la involuntaria y azarosa inclusión en el asunto de dos caballeros españoles: Juan de Gamboa y Antonio de Isunza, que han abandonado su casa en busca de aventuras. La acción se desarrolla en Bolonia. Al final el duque cumple su palabra de casamiento.
Las dos doncellas

Es otra de las menos interesantes. De nuevo Cervantes pierde la noción de lo verosímil y nos ofrece una serie de lances que desembocan en un final feliz. Es la más italianizante de la colección.

Dos damas de buena posición, Teodosia y Leocadia, van en persecución del caballero Marco Aurelio, que les ha dado palabra de casamiento, disfrazadas de hombre. Tras mil peripecias se realizan dos bodas.

La española inglesa

Recoge, junto a las aventuras novelescas de acción bastante compleja, abundantes recuerdos personales del autor relacionados, sobre todo, con la vida de cautiverio. Destaca el tono amistoso con que se describe la realidad inglesa y, muy especialmente, a la reina Isabel I (no olvidemos que Felipe II había reanudado las relaciones con este país). También se advierte un anhelo de unificación católica.

Durante el saqueo de Cádiz un caballero inglés secuestra a una niña que educará como su hija y que acabará enamorada y casada con su propio hijo después de infinitud de lances.
La fuerza de la sangre

Es una novela muy breve. Pese a que la acción tiene como marco a Toledo, una ciudad bien conocida por Cervantes y absolutamente real y próxima, los sucesos no pueden ser más novelescos.

De nuevo aparece el tema del honor mancillado: Leocadia es violada y tiene un hijo. El azar interviene y se produce la reparación final: Rodolfo se casa con ella.

2.- Novelas ideorrealistas:

Pese a que algunas de ellas, como La ilustre fregona o La gitanilla, se desarrollan en ambientes aptos para la plasmación de la realidad social de su tiempo, se mueven aún en un mundo idealizado de bellezas sin par y honestidades inquebrantables que, a la postre, resultan ser hijas desconocidas de algún empingorotado personaje.

Este grupo de relatos goza de una trama bien desarrollada, una peripecia compleja, a la italiana, pero nacionalizada, y una cierta dosis de observación de la realidad. La mejor de esta serie es, con bastante, El celoso extremeño.
La gitanilla

Es, sin duda, una de las más populares. Se cree, por su desarrollo muy perfecto y por algunas referencias históricas, que fue de las últimas en escribirse. Es una típica obra intermedia: la idealización de la realidad. Cervantes abandona pronto la narración más o menos realista y opta por una descripción pintoresca y optimista de la vida gitana (la exaltación es excesiva).

Se le ha reprochado a la obra que el habla alambicada de los personajes no responde a lo que sería propio en unos gitanos. La recriminación apunta hacia el hecho evidente de que La gitanilla es un relato imbuido de idealismo. Cabe destacar algunos de los versos que recita la protagonista, sonetos y romances. También encontramos la ironía y la sátira cervantina.

El argumento es el siguiente: don Juan de Cárcamo se enamora de Preciosa, gitana que reúne todas las cualidades de un ser ideal, y ésta le exige para aceptarle que abandone su vida y se una a ellos. Tras muchas peripecias se descubre que Preciosa es hija de un noble caballero y todo acaba en boda.
La ilustre fregona

Es otra de las obras toledanas. De nuevo nos encontramos con la idealización característica de la novella italiana, con anagnórisis y casamiento final. Lo más valioso del relato es la plasmación de las costumbres toledanas y del mesón. Se han visto ciertas coincidencias entre esta novela y la comedia El mesón de la corte de Lope de Vega, anterior a 1604.

Tomás de Avendaño y Diego de Carriazo dejan su casa en busca de aventuras. Avendaño se enamora de la fregona de un mesón que, como era de temer, es hija de noble cuna y se casa con su platónico amante.
El casamiento engañoso

Es una brevísima novela de corte boccacciesco que sirve de prólogo a El coloquio de los perros. En realidad, este graciosísimo y perfectamente desarrollado relato, es independiente, pero se enlaza con la fantasía lucianesca porque su protagonista es el testigo privilegiado de tan inusitado diálogo. La crítica ha supuesto unánimemente que su composición es anterior a la de El coloquio.

El licenciado Peralta encuentra saliendo del hospital de Valladolid al alférez Campuzano. Éste le cuenta a su amigo la historia de su casamiento con doña Estefanía, mujer de vida airada, y de cómo le engañó y abandonó. El alférez ofrece a Peralta el diálogo que ha escrito, en el que se recoge la conversación que, según él, mantuvieron los dos perros del hospital.
El celoso extremeño

Es la mejor de esta serie. Se combinan de forma casi perfecta la gracia del cuento boccacciesco nacionalizado (la acción se desarrolla en Sevilla), y la aguda observación de caracteres y personajes. Se basa en el motivo folclórico del matrimonio desigual entre un viejo caduco y una moza joven y lozana. Los antecedentes del tema son interminables: el Decamerón de Boccaccio, una anécdota del Corbacho del Arcipreste de Talavera, la tradición oral, un cuentecillo marroquí, etc.

El mismo asunto está tratado en el entremés de Cervantes El viejo celoso. No obstante, en el entremés se ve el problema desde una perspectiva absolutamente grotesca, mientras que en la novela el tono es más serio y respetuoso para con el pobre viejo burlado. No se ha llegado a un acuerdo acerca de cuál de las dos piezas precede a la otra en el tiempo. También hay que mencionar la curiosa modificación que sufre el final de la novela con relación a la primera versión de la misma incluida en el códice de Porras.

Felipe de Carrizales, viejo indiano, se casa con Leonora, a la que encierra en casa movido por la desconfianza y los celos. Loaysa consigue vencer la guardia y seduce a Leonora. En la versión impresa el adulterio no se consuma, pero en el códice de Porras sí. Carrizales los sorprende y la impresión le causa la muerte. La viuda ingresa en un convento.

3.- Novelas realistas:


Este grupo lo constituyen tres textos que podríamos calificar de “denuncia social”. La peripecia argumental no tiene gran relieve en estas piezas. El autor no utiliza su descripción de la realidad para servir de apoyo y contrapunto a las aventuras, más o menos fantásticas, de los protagonistas. Las tres novelas son una acusación a la sociedad contemporánea que tiene plena validez en otros tiempos y lugares. La descripción de la vida humana que le circunda está aprovechada para mostrar los comportamientos, contra natura y contra la razón, de los hombres. La ironía, algo amarga, se deja sentir en este mundo al revés que nos muestra Cervantes.
Rinconete y Cortadillo

Ha sido la que mayores elogios ha merecido de toda la colección. Está también en el manuscrito del licenciado Porras con el título de Novela de Rinconete y Cortadillo, famosos ladrones que hubo en Sevilla, la cual así pasó en el año 1569. La fecha parece excesivamente temprana y hace suponer que Porras se equivocó al copiarla y que debería poner 1589. Entre ambas versiones existe alguna pequeña diferencia, como la supresión del episodio de la Cariharta y el bretón, que en la edición de 1613 se incluye en El coloquio de los perros.

En cuanto a la fecha de composición, se suele aceptar que es anterior a la primera parte del Quijote ya que en el capítulo XLVII de éste viene citada.

Se la ha considerado a veces como picaresca. Ahora bien, no cabe duda de que los personajes y el ambiente son picarescos, pero no la estructura, ya que el relato está hecho en tercera persona. Por otra parte, el enfoque es diferente, los personajes hablan con voz propia y sufren un proceso dialéctico, frente a la picaresca, donde el enfoque es unilateral y la realidad consumada e inamovible.

La obra carece de progresión lineal ya que se compone de una sucesión de cuadros, en los que se describe magníficamente el hampa sevillana. El cuadro, pese a su animación y humorismo, no puede ser más desolador: los ministros de la justicia están conchabados con los ladrones y gente del hampa, que para mayor ironía, son devotísimos de cuantas imágenes existen en la ciudad. Cervantes critica duramente esta situación social que él conocía muy bien ya que gran parte de su vida la pasó en esta ciudad; pero no se pierde en moralidades baratas, se limita a mostrar un cuadro social y de esta muestra, sin más intervención del autor, se desprende la sátira moral.

Dos mozalbetes, Rincón y Cortado, deciden aliarse en sus trapisondas. Llegan a Sevilla y entran en una cofradía de ladrones y gente de mal vivir, dirigida por Monipodio que ejerce una parodia de justicia en medio de ese ambiente.
El coloquio de los perros

Es una de las obras del periodo vallisoletano del autor. El coloquio transcribe la conversación que el alférez Campuzano (El casamiento engañoso) oye a los perros Cipión y Berganza en el hospital de la Resurrección.

Berganza cuenta sus aventuras a Cipión. Se trata de una serie de cuadros satíricos que inevitablemente nos traen a la memoria la novela picaresca. Pese al evidente parecido (Berganza ha servido a muchos amos), las diferencias son grandes: el elemento mágico característico de la sátira lucianesca, que permite el diálogo entre los canes, las puntualizaciones de Cipión, que lima los extremismos de su compañero, la bondad del perro...

El tema de la novela es el del mundo al revés: pastores que se portan como lobos, alguaciles ladrones, la fingida devoción de la bruja...

El artificio lucianesco de los perros parlantes permite al autor convertirse en espectador de la sociedad de su tiempo. Resulta una gran ironía que el perro critique la conducta absurda e inmoral del hombre. Según parece, El coloquio se escribió en Valladolid, donde estaba a la sazón la corte, por lo que la intencionalidad política es clara. Los fines moralizadores, lo ejemplar, es evidentemente a contrario: con sólo exponer lo que ocurre se produce una visión satírica de la realidad.

El deambular de Berganza parece que guarda una exacta correspondencia con las andanzas de su autor. Los ambientes están retratados con absoluta fidelidad y la mayoría corresponden a Andalucía, tierra que Cervantes conocía muy bien.

Los dos perros del limosnero del hospital descubren una noche que pueden hablar, por lo que Berganza aprovecha la ocasión para hablar de su vida y los distintos amos que ha tenido, a todos los cuales acabó abandonando por distintos motivos.
El licenciado Vidriera

Es la historia de Tomás Rodaja, estudiante en Salamanca y soldado en Italia, que pierde la razón por un hechizo de amor y cree estar hecho de vidrio. En su locura se dedica a decir la verdad a cuantos le preguntan, con gran regocijo de todos, pese a las amargas realidades que les pone ante los ojos. Recuperada la razón, todo el mundo le desprecia.

Hay quienes opinan que la estructura es poco compacta y que no es más que una mera excusa para engarzar máximas. Pero lo importante es el hecho de que el licenciado sea condenado al ostracismo por una sociedad que no quiere oír la verdad de labios de un cuerdo y que, si la admite del loco, es porque su procedencia la permite no plantearse en serio sus propias deficiencias. Es una obra magnífica, una amarga sátira, una nueva muestra del mundo al revés que fue la España de los Austrias y que acostumbra a ser la sociedad humana.

La tía fingida


En el códice de Porras, junto a El celoso extremeño y Rinconete y Cortadillo, aparece esta novela cuya paternidad se ha venido atribuyendo a Cervantes. Se suele justificar su no inclusión en la colección de Novelas ejemplares por su tono excesivamente desenfadado, aunque la caracterización de los personajes y el estilo son cervantinos. Si no es obra suya, pudiera serlo; no hay pruebas ni en un sentido ni en otro.

Las protagonistas son la joven Esperanza y Claudia, que finge ser su tía y velar por su virtud, cuando lo que hace es venderla por doncella todas las veces que puede. La muchacha acaba casándose y la tía condenada por alcahueta y hechicera.

c) Los trabajos de Persiles y Sigismunda



Se publicó póstumamente en 1617 en Madrid, con el título de Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Historia septentrional. Gozó enseguida de una gran aceptación y se multiplicaron las ediciones. Su éxito posterior ha sido menor y ha sido constantemente menospreciada y contrapuesta a la calidad del Quijote. Hoy en día los juicios le son más favorables.
Cervantes consideraba esta obra como la mejor de todas las suyas, y a ella dedicó buena parte de su vida. Consta de cuatro libros. Debió empezar a escribirse en 1599, el segundo libro estaría acabado para 1605, y las dos últimas partes en 1612 y 1616 respectivamente. Sabido es que en la primera parte del Quijote, Cervantes hace, por boca del canónigo, una descripción de lo que estaba plasmando en su Persiles. El cuarto libro fue escrito, al parecer, precipitadamente, con las ansias de la muerte, y es más breve que los tres primeros.
El Persiles se ha interpretado como una recaída de Cervantes en el idealismo que parecía totalmente superado en el Quijote; pero hemos de reconocer que nunca abdicó del idealismo neoplatónico, y que estuvo escribiendo esta obra con simultaneidad al Quijote y a las más realistas de sus Novelas ejemplares.

Tradicionalmente se ha incluido entre las novelas de corte bizantino. Narra las aventuras de Auristela y Periandro, que luego resultarán ser Persiles y Sigismunda, en su larguísima peregrinación que se inicia en las tierras del norte de Europa y culmina en Roma, pasando por España y Portugal. Las primeras peripecias se sitúan en una geografía fantástica y se mezclan la fantasía con noticias más o menos fidedignas. Al llegar a la zona mediterránea, tan familiar para él, el tono cambia y se vuelve más real.
En cuanto al sentido de este peregrinaje, los críticos han dado opiniones diversas:

  • Avalle-Arce cree que es una progresión vital que representa un claro impulso ascendente, hasta llegar al cénit que es la contemplación de Roma.

  • Valbuena ha observado cómo el realismo y el idealismo se mezclan el Persiles de forma justamente contraria a lo que vemos en el Quijote. En éste la trama central está dominada por el realismo, en tanto que aparecen figuras secundarias claramente imbuidas de neoplatonismo. En el Persiles ocurre lo contrario: los protagonistas son figuras planas, pero en la acción central se insertan una serie de relatos breves que son un tesoro de gracia, humor o agudeza psicológica.

  • Babelón opina que es una novela-río (roman-fleuve), donde tienen cabida todo tipo de elementos sin otro elemento de unión que la peregrinación, un tanto extraña, de un grupo de viajeros.


Junto a la mezcla de mil elementos sin plan aparente, el lenguaje está cuidadísimo, incluso más que en el Quijote y hay que destacar la notable corrección del estilo.

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