LA POÉTICA DE FLAVIA COSMA
―Arañazos sobre la faz del espejo―
Por Mirian Caloretti. Cuando el homo sapiens contempló su rostro, por primera vez, en un quieto arroyo o en alguna piedra mineral sin duda se sorprendería, quizá por identificar su florida cabellera, ojos vivaces y burbujas sonoras fugando de su boca. Este individuo se reconoció en un acto trascendental de conciencia, presumo que por eso el espejo tiene tanta connotación en nuestras vidas, prueba de ello es la producción que esta noche nos ofrenda Flavia Cosma bajo el título de «Arañazos sobre la faz del espejo». El nombre de este trabajo poético es una sencilla metáfora en donde la aeda desentraña su esencia en un acto de reconocerse, adentrarse en sí misma, en una percepción refleja de lo que es la vida, su armonía y disonancia; por ello esta obra expresa su búsqueda en un acto de raer la imagen que subyace en la profundidad de un espejo. No en vano el gran Octavio Paz nos decía que «La poesía es entrar en el ser». La Academia de la Lengua indica que el espejo es una superficie pulida que refleja la luz e imagen. Los artistas lo consideran como un elemento líquido que es usado en la iconografía de los tocadores de dioses o mortales. Para nuestra poeta el espejo tiende a ser un lago, cito: «Las nubes cambian su forma, salen del paisaje/ /otras vuelven a ser desde los abismos/ /la inquietud del agua/ /se funden en la piel del lago». Es decir la onda del espejo de Flavia son las ondas del lago en las cuales se pierde la cabellera amaizada de la poeta. Y sí nos preguntamos ¿Por qué el espejo? la respuesta es clara, este es un símbolo revelador para Flavia, pues sé bien que la “Oglindă”, es un elemento esencial de la cultura y tradición rumana, puedo dar fe de ello cuando he visto bailar y cantar esta melodía a niños y jóvenes rumanos; por eso estoy segura que con esta obra ella reafirma sus raíces originarias las cuales pese a la distancia y el tiempo siguen enraizadas en el árbol de su alma. Todo eso es coherente con la condición de mujer en donde el espejo perdura como un símbolo mágico de los cuentos de hadas y embrujos de su infancia. Ya en su poemario «El Barrio Latino» la poeta demostraba su disposición no sólo por arañar espejos sino para quebrarlos, especialmente motivada por el amor, veamos cuando dice: «Espérame amado, / / volveré pronto a tu lado,/ / quebrantaré botellas, espejos, porcelanas, / / y las pesadas campanas de las iglesias/ / ennegrecidas por el paso del tiempo». Por otro lado, todos sabemos que es común el uso del espejo en nuestra vida cotidiana. Sentimos la necesidad de vernos reflejados en él, pero ojo tengamos cuidado, hay que tener en cuenta que si es verdad que el espejo representa la realidad este lo hace de manera invertida. Carmen Noemí Perilli en su trabajo “El símbolo del espejo en Borges” nos dice: «El espejo es el símbolo por excelencia de la representación de la realidad. Esta representación es fiel sólo en apariencia pues ofrece una imagen idéntica pero invertida, mostrando una suerte de revés de la vida». Ese es el primer misterio del espejo literario de Flavia nos muestra mucho pero de manera invertida. Eso significa que los arañazos sobre la faz del espejo de Flavia no lo son como tal. En la construcción poética de esta obra encontramos imágenes de sombra, bronce, otoño, tempestad identificamos a la vez de calor, luz, sueño y esperanza conjugados en su imaginario; a todo eso debemos agregar la naturaleza felina que asume la autora, develando su real condición de mujer, dispuesta a luchar por el amor y la fe que profesa, en donde el gato es el protagonista principal que penetra en la intimidad de su desliz, veamos:
«Me caí dormida pensando en tus manos/ / me dejé deslizar de un modo/ /tal, como un gato a quien el miedo/ / lo ha abandonado de repente,//y que, una vez dueño/ /del mundo,/ /duerme con la pata blanda/ /apoyada en el cielo». Por todo ello no dudo en afirmar que sus arañazos son rasgos de ternura, construidos en la filigrana de su pasión, demandando amor al tiempo, por eso lanza su clarinada: «Ven ahora/ / necesito tu respiración/ / trastornando mi cama» o «Déjame beber la sal de tu piel/ /corazón a corazón enfrentados……déjame volver/ a darte la vida». Como hacedora de amor la poeta universaliza su canto, en un espacio en donde lo posible e imposible se dan de la mano. También la creación multidimensional de este trabajo se sostienen en escenarios de vida y muerte que la autora los ha enumerado como pisos, los cuales suena a tambores de guerra cuando nos dice que: «…mi carne, mi sangre y/ / mi alma se han fundido hace mucho tiempo/ /en acontecimientos y guerras». Sus versos denotan la experiencia vivida por la poeta y es más identifico su no perdón, ella no se perdona así lo hace notar: “Yo he matado muchas flores/ /antes del alba./ /Por eso ya pagué y pagaré/ /hasta el último instante/ y más allá./ Flavia se ha develado el misterio de las aguas de tu espejo, no queda otra cosa que mirar el sol, despertar, despercudirte y sanarte. Todo aquello que fue y nos hace sufrir sucede y sucedió porque se tenía que dar en la particularidad universal de nuestra existencia y como parte del misterio de la vida, porque esta se da al margen de nuestra voluntad. Por todo eso vayan mis profundas felicitaciones a los poetas, escritores y personalidades acá presentes, nos ratificamos una vez más que la poesía sana, cura y nos transforma. En suma esta ingeniería literaria evidencia una vez más la vocación de alfarera de Flavia, ratificando su compromiso con la poesía no en vano ha sido merecedora de tantos premios, pero con este último trabajo se consagra en la pedagogía del amor de ahí que no deba sorprendernos cuando dedica su libro a: «…a aquellos que atraídos por la no existencia descienden por los escalones del tiempo, aprendiendo en la caída los misterios del vuelo». Finalmente, es necesario destacar la tesonera labor de Luis Raúl Calvo en los méritos de traducir os versos del original rumano a la lengua castellana que exigen mucho manejo en lo gramatical y lingüístico, pero sobre todo en la capacidad de valorar los tropos, metáforas y complejas figuras literarias que la poeta puso en escena. La poesía es mucho más que una horizontalidad de la línea, es emoción, imagen y sentimiento, por ende se desplaza en diversas dimensiones y dinámica de insinuaciones. Este traductor ha sabido con sensibilidad y pertinencia calar en el alma de la autora cumpliéndose así una ley natural, la cual es que el ser humano va conocerse asimismo cuando se ve reflejado en otro ser humano. La fuerza traductora de este poeta argentino ha cumplido ese valorable papel nuestro mayor reconocimiento. Felicitamos a la Editorial Torremozas de España por la calidad y presentación del trabajo que eleva los estándares internacionales de la producción de la poeta y agradezco de manera particular la invitación realizada a mi persona de parte de la Embajada de Rumania, establecida en Argentina, especialmente a su digna representante la Señora Carmen Podgorean por la gentileza de invitarme. Reciban todos ustedes unos especiales saludos de los poetas peruanos y de manera especial de la Casa del Poeta Peruano. El misterio de este espejo ha sido develado para que la pluma prosiga su trascendental vuelo en el espectro imaginario de los poetas. No hay más que decir querida Flavia porque cuando de versos y literatura se trata, la buena poesía solo se puede escribir con lágrimas de alma o con tinta del corazón. Mis Parabienes para todos ustedes.
Por la poesía, por el hombre y la vida. ¡Viva la Poesía!
Argentina, Buenos Aires, 15 de diciembre de 2015. |