Orientaciones metodológicas
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Los principios metodológicos que rigen los cuatro libros de Lengua castellana y literatura para la ESO pueden resumirse en los siguientes puntos: 1. La atención por la expresión oral y escrita. El texto se convierte en el principal recurso didáctico y en el punto de partida de cualquier reflexión lingüística.
2. La recurrencia y la simultaneidad de contenidos a lo largo de la etapa. De este modo se combinan y se reiteran a lo largo de los cuatro cursos los múltiples aspectos de la lengua y la literatura: vocabulario, gramática, ortografía, análisis y comprensión de textos... Para ello se proponen ejercicios que refuercen, repasen y amplíen todos los apartados y que potencien la reflexión de lo realizado y la elaboración de conclusiones de lo que se ha aprendido. Por tanto, los contenidos deben presentarse con una estructuración que muestre sus relaciones y plantee la interrelación entre los distintos contenidos del área y entre contenidos de distintas áreas.
3. La integración de la lengua y la literatura en los dos cursos del ciclo. El hecho de que las lecturas que encabezan cada unidad de los cuatro libros sean, en su mayoría, de textos literarios tiene como finalidad que el alumnado empiece a familiarizarse con este tipo de textos más complejos. Se deja para los dos cursos del segundo ciclo el estudio de movimientos y géneros literarios.
4. Una metodología que potencie el razonamiento inductivo y que aúne el trabajo individual y en grupo. De esta manera, se consigue una actitud activa y participativa por parte del alumno o alumna y también que sea el propio adolescente el que construya su propio aprendizaje. En este proceso el profesorado actúa como guía y no como mero transmisor de conocimientos. Los contenidos se han dividido en cuatro libros de texto compuestos de doce unidades didácticas cada uno, complementadas por una unidad inicial. Se ha procurado que las explicaciones sean amenas, atractivas y estén centradas en los intereses de los adolescentes. Los ejercicios, textos y actividades recogen las principales tipologías textuales y los registros lingüísticos más usuales: textos narrativos, conversacionales, descriptivos, periodísticos, expositivos, publicitarios, literarios, etc., en los que aparecen los distintos registros de la lengua y la literatura castellanas. No se han excluido en la redacción de los manuales ni la ironía, ni el humor, ni las pinceladas de motivos y temas de actualidad, tan apreciados por los jóvenes.
El planteamiento global de los cuatro libros pretende estimular a los alumnos y alumnas en el aprendizaje, influirles positivamente en el uso correcto y crítico de la lengua, y ayudarles a adquirir una comunicación eficaz en sus relaciones personales. El objetivo es que el alumnado sea consciente de que las destrezas lingüísticas adquiridas le resultarán indispensables para su posterior éxito personal y laboral. Concretamente, se pretende que, al finalizar estos cuatro cursos, el alumno o alumna haya logrado: • Un claro progreso en el dominio personal de las cuatro destrezas básicas e instrumentales de la lengua: escuchar, hablar, leer y escribir.
• Sentirse atraído por la lectura y hacer de ésta un hábito.
• Expresarse con más fluidez oral y escrita.
• Ampliar su vocabulario y utilizarlo con más soltura y propiedad.
• Avanzar en la corrección y eficacia de la comunicación escrita.
• Comprender y analizar textos literarios.
• Conocer los distintos géneros y periodos literarios. Se ha tenido en cuenta la edad de los estudiantes a los que van dirigidos estos manuales y los objetivos generales de la etapa, sin olvidar que estos alumnos y alumnas están adquiriendo la formación básica y necesaria a la que tienen derecho todos los miembros de la sociedad.
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Para la enseñanza-aprendizaje
Aunque menor que en los cursos del primer ciclo, la diversidad del alumnado es aún notable en cuanto al dominio de la lectura expresiva y de la comprensión lectora, y no son pocos los que arrastran aprendizajes inseguros y deficiencias en ambos sentidos. Por este motivo, el apartado de lectura tiene como finalidad, por un lado, ampliar el horizonte de lecturas del alumnado, y por otro, reforzar las habilidades de lectura expresiva y de comprensión lectora en los alumnos y alumnas que lo necesiten. Los textos seleccionados –pertenecientes a renombrados autores contemporáneos– contribuyen a despertar en el alumnado el gusto por la lectura y la atracción por la letra escrita: son una puerta abierta a la literatura y un estímulo para la imaginación, al tiempo que fomentan otros valores. Al margen del texto se han anotado únicamente las definiciones de las palabras que pueden presentar dificultades para la comprensión. Las palabras que merecen una explicación o que son susceptibles de duda en cuanto a su significado, se proponen en el apartado de Léxico para su búsqueda en el diccionario. En ambos casos, sería conveniente que fuesen los propios alumnos y alumnas los que intenten definir el significado de las palabras, procurando deducirlo por el contexto en que aparecen. Las actividades de léxico, sustentadas todas en la lectura inicial, tienen como primordial objetivo la ampliación del vocabulario por parte del alumnado. Si, como parece, hay una coincidencia general en señalar la pobreza léxica como una de las carencias más preocupantes del alumnado de ESO, será necesario conceder especial atención a este apartado. En esta tarea de ampliación del vocabulario no debe obviarse una herramienta imprescindible: el diccionario, a cuya consulta remiten buena parte de los ejercicios. Deberá prestarse una atención especial a la explicación del significado de locuciones y frases hechas, tan importantes en la lengua. Estas expresiones también servirán para inculcar en los alumnos y alumnas el hábito de consultar el diccionario. A la par que enriquecen y amplían su caudal léxico, los alumnos y alumnas repasan cuestiones básicas ya trabajadas en los cursos anteriores (sinonimia y antonimia, formación de palabras derivadas, familias léxicas, etc.). Una cuestión importantísima es que el alumnado aprenda a distinguir los diferentes registros o niveles del habla, y a utilizar uno u otro según las circunstancias. El profesor o profesora les hará ver tal necesidad con ejemplos de la vida cotidiana. Las actividades orales han de servir al alumnado para tomar conciencia de la importancia y la necesidad de cuidar la expresión y la comunicación espontánea. La ortografía ha de consistir básicamente en la práctica continuada de ejercicios. En cuanto a la puntuación, que es tal vez el aspecto más importante de este curso, se ha de insistir a los alumnos y alumnas en la importancia que tiene para la adecuada expresión de los pensamientos del emisor y de la correcta comprensión por parte del receptor. La importancia de la puntuación a la hora de redactar cualquier tipo de escrito tendrá más valor si la enfocamos hacia el mundo laboral (al que algunos de los alumnos y alumnas tal vez se incorporen al terminar el curso). A este respecto, puede resultar útil un ejercicio tan sencillo como la lectura en voz alta de textos escolares incorrectamente puntuados.
| Dando por superados ya los principales escollos –como el uso de las grafías b/v, g/j, etc.–, insistimos ahora en otras cuestiones de singular importancia, como, por ejemplo, toda una serie de palabras y locuciones que son de uso muy frecuente: a menudo, a gusto, enfrente, aparte... La duda que suelen plantear es si se escriben en una sola palabra o en dos. Hay otra serie de palabras que pueden escribirse de las dos maneras, según el significado que tengan, como, por ejemplo, demás/de más, sino/si no, conque/con que... La sección de Comunicación tiene por objeto relacionar, de un modo concreto y estimulante, el modelo y los conceptos del estudio de la lengua con la actividad comunicativa. En cada unidad se propone un aspecto de las diversas modalidades comunicativas, con la finalidad de presentar, por una parte, unos términos básicos, que permitan captar los usos y el sentido de la acción; y por otra, aportar unas muestras discursivas y unas actividades, con las que se propone su desarrollo y su análisis. El orden de los contenidos de la sección de Comunicación, con una explicación de conceptos y textos, primeramente, y unas actividades, a continuación, no presupone seguir este mismo trayecto. Lo fundamental es que el alumnado alcance y mantenga la curiosidad por los discursos, distinga su formato y registro según los usos, y produzca a su vez unas exposiciones similares. El proceso deseable de aprendizaje es un trayecto que incluye las explicaciones del libro y las múltiples producciones discursivas que el alumnado halla en su entorno familiar y social. Las cuestiones teóricas son importantes para los alumnos y alumnas de esta edad, y deben asimilarlas, pero hay que prestar especial atención a la vertiente práctica, tanto en la lengua oral como en la escrita: textos expositivo-argumentativos, administrativos, etc. En este sentido, cobran especial importancia las técnicas de búsqueda de información en nuevos soportes (unidad 4) y el tratamiento informático de textos (unidad 5). La presentación de la asignatura en el temario puramente gramatical se ha concebido como una iniciación en el análisis de los procedimientos lingüísticos que tiene como principio la claridad y como fundamento el análisis; el ejercicio. Sólo lo que se ejercita, lo que se practica, se aprende: esta idea es el principio de cómo debe enseñarse la gramática en el presente libro de texto. Por ello, debe entenderse esta parte como una enseñanza en la que el profesorado actúe de modo paralelo en los dos planos, el teórico y el práctico:
Una breve explicación teórica, que trata de ser clara –adecuada al nivel de cuarto de la ESO– y que ha de servir para orientar al alumnado a diferenciar los conceptos que tratan de transmitírsele.
La aplicación de los fundamentos teóricos a través de ejercicios diversos, de diferentes grados de dificultad.
Es aconsejable ir de la unidad explicativa a los ejercicios a medida que se avance en la explicación. La razón de que se propongan tantas prácticas es que se puedan trabajar siempre que sea preciso, al acabar la explicación de la unidad didáctica. El profesor o profesora observará que la terminología empleada para el análisis gramatical responde a un criterio de claridad y a que se trata de términos generalmente conocidos y no demasiado novedosos facilitar el aprendizaje. También se ha querido que los diversos ejercicios y actividades propuestas obedezcan a un criterio de dificultad progresiva, una vez que los conocimientos han sido asegurados y fijados en la práctica del alumnado. A fin de que las prácticas no se conviertan en un ejercicio árido, se ha procurado incluir una variada selección de fragmentos que pudieran ser atractivos para la lectura. El análisis del texto debería ser el fin último del análisis gramatical, atendiendo así a la creciente dificultad de los ejercicios.
La explicación de esta parte de la materia debería alcanzar el objetivo de que los alumnos y las alumnas se formen una idea global del funcionamiento de la lengua, de los niveles que la forman, de los elementos básicos de cada nivel y de los procedimientos o reglas a los que obedecen. La gramática suele ser la parte menos agradecida del área de lengua y literatura, ya que normalmente son pocos los alumnos y alumnas a los que les resulta interesante. Por esta razón será fundamental trabajar este apartado de la manera más amena y entretenida que se nos ocurra, en la medida de lo posible, claro está. Creemos que es de capital importancia que el alumnado no vea la gramática como una ciencia aparte, sino que la relacione estrechamente con la literatura y que comprenda que es una herramienta necesaria para lograr un buen nivel de expresión escrita. El análisis sintáctico no debería quedarse en el mero reconocimiento y distinción de los diferentes complementos verbales y en la correcta identificación de los constituyentes de la oración, sino que debería enfocarse de manera que contribuyera a una mejor estructuración del pensamiento y, por consiguiente, de la expresión oral y sobre todo escrita del alumnado. Ése es el reto de la enseñanza de la sintaxis: ayudar a mejorar la expresión; hacerla más coherente, lógica y ordenada. En el apartado de Literatura es fundamental estimular en los alumnos y alumnas la afición por la lectura. El estudio de la literatura se ha de situar en un nivel introductorio, que englobe el texto, el contexto histórico y cultural y el movimiento literario o la tendencia estética. Por lo que respecta a la figura del autor, conviene transmitir al alumnado (y únicamente en el caso de los autores más representativos) los principales hechos biográficos, siempre que estos datos ayuden a comprender mejor su obra. Más provechoso y conveniente es, en cambio, detenerse un poco más en la consideración de sus planteamientos estéticos y en su concepción de la literatura, pues sin duda esto facilitará la comprensión cabal del contenido y el estilo de sus obras. Los textos de lectura, convenientemente seleccionados, deben ejercer de núcleo aglutinador de todas las informaciones. El trabajo sobre los textos ha de servir para aplicar el conjunto de conocimientos y experiencias literarias que el alumnado haya adquirido anteriormente. No concebimos otra manera de acercar la literatura a los alumnos y alumnas de esta edad que no sea la lectura y el comentario de los textos más significativos de cada movimiento literario y cada autor. Para el comentario de los textos no proponemos un único método concreto, que por experiencia sabemos que acaba convirtiéndose en un esquema rígido que el alumnado se ve forzado a rellenar. Por eso hemos preferido adaptar el comentario a las características del texto, y ése es el cometido de las cuestiones que se plantean a continuación de cada texto en las diferentes unidades. En cualquier caso, los textos seleccionados han de permitir establecer relaciones con el resto de la obra a la que pertenecen, con el conjunto de la obra del autor, con su estilo y concepción literaria, con los rasgos estéticos del movimiento o la época en que se produce y, también, con las características que aporta a ese movimiento o esa época. La lectura –de fragmentos de obras, de poemas enteros, etc. – constituirá, por consiguiente, el eje vertebrador de la mayor parte de las sesiones. Paralelamente a la lectura y al comentario de textos, conviene fomentar también la expresión oral, a partir de diversas técnicas: lectura, exposición o dramatización, individual o por grupos, de textos o de obras; debates sobre algún tema sugerido por los textos leídos; recitación de poemas, etc.
| El profesorado debe transmitir a los alumnos y alumnas que la literatura es un fenómeno vivo. Con tal fin, la selección de artículos de prensa, de entrevistas, de apariciones televisivas, de representaciones teatrales, de exposiciones, etc. podrían servir perfectamente para establecer un vínculo entre lo que se hace en clase y la realidad que nos rodea. De ahí que también sea aconsejable el uso de materiales audiovisuales: musicalización de poemas, obras de teatro, películas, etc. Esto obligaría a trazar una línea de recursos auditivos (audición de textos musicados y recitados) y otra de recursos visuales (grabación de una sesión de lectura, proyección de películas u obras de teatro, asistencia a exposiciones, etc.). Es necesario suscitar en el alumnado el interés por la lectura y ampliar sus conocimientos a partir de su propia iniciativa. En este sentido, conviene orientarle en todo momento para que pueda, por un lado, completar lecturas o leer obras que no puedan estudiarse en clase, y por otro, proporcionarle las bases necesarias para que pueda efectuar por su cuenta consultas bibliográficas en bibliotecas u otras fuentes de información. También es importante que el alumno o alumna perciba la evolución cronológica de los diferentes movimientos literarios, así como las causas históricas, sociales y culturales que explican su origen. Por último, la lectura y el comentario de los textos que aparecen en Club de lectura permitirán al alumnado darse cuenta de la estrecha interrelación entre la literatura española y la de otras lenguas y culturas. En todas las unidades didácticas, y en cada uno de sus apartados, se ha tenido presente al alumnado canario, como usuario de una variedad lingüística propia del castellano y como destinatario de un patrimonio cultural que debe conocer y valorar.
Para la evaluación
La evaluación debe ser un proceso continuo, integrador y personalizado. La participación del alumnado en el proceso de evaluación es fundamental. La autoevaluación puede ser un medio para conseguir que el alumno o alumna adquieran una implicación responsable en su aprendizaje y alcancen una mayor autonomía personal en la elaboración de juicios y criterios sobre diferentes aspectos de su formación. El profesorado debe adecuar los objetivos generales de la etapa a las diferentes áreas del currículo. El objetivo de la evaluación debe ser conseguir que el alumnado alcance un nivel adecuado a sus posibilidades; no se trata, por tanto, de seleccionar, sino de mejorar las capacidades de cada alumno o alumna, según su ritmo de trabajo, sus aptitudes... Es importante asegurar la buena y total comprensión de los diferentes tipos de textos que se presentan, especialmente las biografías y autobiografías, los textos dialogados, los descriptivos, etc. La adquisición de estos conocimientos se valorará mediante ejercicios del tipo siguiente: • Redacción de la biografía de un personaje famoso. Para ello es necesario que el alumnado busque en enciclopedias los datos biográficos más relevantes del personaje en cuestión.
• Conversión de textos en estilo directo a estilo indirecto.
• Descripciones científicas y literarias de una misma realidad.
• Análisis de textos pertenecientes a géneros periodísticos diferentes. Las lecturas que se proponen tienen como finalidad asegurar la comprensión del texto a través de las preguntas que se formulan en el apartado Comentario de la lectura. Asimismo, se tendrá en cuenta la capacidad de identificar en textos orales y escritos imágenes y expresiones que denoten alguna forma de discriminación social, racial, sexual, etc.
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Respecto a los textos propuestos, se procurará que el alumnado sepa analizar globalmente los elementos que los constituyen (estructura, personajes, punto de vista, espacio, etc.).
Como resultado final del proceso de aprendizaje, deberá valorarse el nivel alcanzado por el alumnado en cuanto a la organización y presentación de trabajos escritos. Se prestará también especial atención a la lectura expresiva, sobre todo a la hora de leer o recitar un poema. En cuanto al léxico, se valorará especialmente el progreso del alumnado en la adquisición y consolidación del vocabulario. Además, deben ser capaces de reconocer el significado de las palabras polisémicas atendiendo al contexto, de sustituir una palabra por un sinónimo o antónimo, de identificar los formantes de palabras derivadas y compuestas, de explicar, por el contexto, el significado de locuciones y frases hechas, de identificar y explicar siglas, abreviaturas y acrónimos. También deben ser capaces de reconocer las diferentes variedades sociales de la lengua y tener conciencia de la importancia de dominar más de un registro y ser capaces de utilizar el adecuado según las circunstancias comunicativas. Por último, señalamos que debe valorarse la capacidad de consultar, individualmente o en equipo, diversas fuentes de información, mediante el manejo de índices, fichas, diccionarios, enciclopedias, etc. En la ortografía, además de valorar el grado de corrección y de aplicación de las normas (en particular las de puntuación), se debe valorar el interés por aplicar esas normas y el reconocimiento de su importancia en cualquier expresión escrita. Para la valoración del aprendizaje del alumnado en el apartado de Comunicación, pueden considerarse como indicios de su aprovechamiento: 1. La curiosidad por los diferentes registros y formatos discursivos.
2. La capacidad de relación de la teoría con la realidad comunicativa de su entorno.
3. El progreso que manifieste el alumno o alumna a lo largo del curso en sus producciones escritas, en sus intervenciones orales y en la inclusión de terminología en sus análisis.
4. El desarrollo de la capacidad de trabajo en grupo, que implica un esfuerzo notable, ya que incluye: – La preparación de tareas.
– La negociación de sus significados con los compañeros.
– Una exposición de sus puntos de vista tanto en lo que se refiere a contenidos como a aspectos formales y de norma. Como criterios generales de evaluación se proponen los siguientes: • Saber reconocer las características fundamentales de los diferentes tipos de escritos. Este criterio pretende que el alumnado sepa identificar cómo está estructurado un texto narrativo, un texto argumentativo, un texto expositivo, un texto descriptivo y un texto periodístico. Asimismo, también se valora el hecho de que el alumnado sepa distinguir las diferentes clases de textos narrativos, descriptivos, argumentativos, expositivos y periodísticos. • Elaborar diferentes tipos de textos (narrativos, descriptivos, argumentativos, expositivos, periodísticos) y adecuarlos a las diferentes situaciones comunicativas.
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Este criterio comprueba si el alumnado es capaz de crear los diferentes tipos de textos respetando su estructura, organizando sus partes y adecuándolos a la situación de comunicación. • Captar las ideas esenciales de diferentes tipos de textos. Este criterio trata de comprobar si el alumnado comprende el contenido primordial del texto que lee y si sabe desestimar la información complementaria. • Sintetizar las ideas esenciales de los diferentes tipos de textos y elaborar opiniones razonadas. Este criterio pretende evaluar si el alumno o la alumna, una vez hayan reconocido la parte principal de un texto, son capaces de resumir, esquematizar la idea o puntos más importantes y aportar una opinión personal. • Saber expresarse, de forma oral y en público, con la soltura y la corrección adecuadas a la situación comunicativa. Este criterio centra su atención en la utilización correcta de la lengua oral por parte del alumnado. En las lecturas de textos o en las exposiciones se cuidará la entonación, el volumen de la voz, las pausas y la dicción. • Saber sintetizar informaciones de diferentes textos sobre un mismo tema con el fin de crear textos de síntesis que reflejen las ideas principales de los diversos textos. Con este criterio se pretende evaluar la capacidad del alumnado de integrar y de resumir en un mismo texto diferentes informaciones. Con ello logrará una mayor capacidad comprensiva de los textos y podrá elaborar ya ideas propias y compararlas con las expuestas en los diferentes textos que maneje. Los conocimientos de ortografía, léxico y gramática deberán basarse en la práctica continuada, para mejorar así la expresión oral y escrita del alumnado. Aunque podrían evaluarse por separado, es fundamental que el alumno o alumna entienda que son aspectos relacionados entre sí y que deberá tener en cuenta en el análisis y elaboración de cualquier tipo de texto. La ortografía, el léxico y la gramática se valoran en función del uso que el alumnado haga de ellos a la hora de crear textos orales y escritos. En el caso de la gramática, el seguimiento y la evaluación de los alumnos y alumnas puede orientarse a través de estos aspectos de referencia: – El trabajo del alumnado en el aula. Para ello se aconseja siempre realizar algún ejercicio en cada sesión. No parece aconsejable dedicar todo el periodo a la explicación teórica, sino que parece conveniente hacer una explicación que abarque de 15 a 25 minutos y se programe el tiempo restante para la realización de ejercicios.
– El trabajo del alumnado en casa se puede evaluar a partir de las tareas que debe realizar en su cuaderno, así como su corrección en el aula. Esta parte nos permitirá evaluar la escritura, el orden, el esfuerzo, la actitud hacia la materia.
– La prueba escrita confirmará lo ya advertido en el seguimiento de las otras tareas. Deberá procurarse que abarque varias unidades, incluso sería aconsejable establecer pruebas que culminen una serie de temas homogéneos.
– Debe acostumbrarse al alumnado a ser riguroso en la utilización de los signos con los que representa en el análisis una función o un elemento (SN, SP, CD); las abreviaturas deben estar uniformadas para todo el grupo y el libro del alumnado insiste en ello en algunas lecciones.
| – Parece oportuno señalar que la evaluación se establezca de forma gradual, como corresponde a la distribución y alternancia de los ejercicios propuestos, y que tenga siempre presente que el fin último es alcanzar el análisis del texto: ésta es la parte más novedosa de este curso.
En lo que respecta al apartado de Literatura, resulta casi imprescindible, al comienzo del curso, la realización de una evaluación inicial, que servirá al profesorado, por un lado, para determinar los conocimientos literarios, en especial los relacionados con el comentario de textos (géneros literarios, técnicas narrativas, recursos expresivos, métrica, etc.). El profesorado tendrá que sistematizar los resultados obtenidos a fin de detectar errores y orientar su trabajo en clase, adaptando el nivel o efectuando los cambios necesarios. No se pretende que el alumnado memorice datos, sino que conozca el lenguaje literario plasmado en las obras de los principales autores, a través de la lectura y el análisis de textos diversos. Una manera de comprobar este conocimiento puede ser el cotejo de diferentes textos de una misma época para que el alumnado deduzca las características comunes a todos ellos. Por otra parte, la comparación entre textos de distintas épocas servirá para que el alumno o alumna descubra las diferencias entre los diversos movimientos literarios. En cuanto a la caracterización de cada uno de los géneros literarios, será imprescindible que el alumnado se fije en los aspectos formales de los textos y sepa extraer sus propias conclusiones a partir de la lectura y el análisis de los mismos. El comentario de textos es un buen instrumento para que el alumnado analice los recursos del plano de la expresión y del plano del contenido que organizan los diferentes textos literarios. En las cuestiones relativas a la literatura no se pretende que el alumnado memorice datos y fechas, sino que sepa reconocer los grandes rasgos que definen las distintas épocas de la historia de la literatura, así como los autores más significativos. Hay que tener en cuenta que el último objetivo de un estudio literario es el texto y los elementos que lo caracterizan. La producción de textos con intención literaria pertenecientes a distintos géneros servirá para que el alumnado ponga en práctica y demuestre los conocimientos adquiridos acerca de la lírica, la dramaturgia y la narrativa. Se valorará especialmente la sensibilidad del alumnado ante el hecho literario y su capacidad para comprender y comentar los aspectos relevantes de un texto determinado de manera crítica y razonada. En lo que se refiere a los contenidos, el alumnado ha de ser capaz de: – Leer y comprender textos literarios diversos e identificarlos como tales a partir del reconoci-miento de las características de los diferentes géneros literarios.
– Realizar el esquema métrico de un poema (medida, rima y estrofa) y reconocer en un texto los recursos literarios más importantes: metáfora, personificación, etc.
– Contextualizar históricamente autores y obras.
– Relacionar los autores y obras estudiados con el marco cultural y estético.
– Reconocer y analizar los temas propuestos por los diferentes autores y obras.
– Analizar textos literarios breves explicando su organización o estructura, los recursos estilísticos y técnicos más significativos y, en su caso, el papel que desempeñan los personajes, además de determinar el tema o temas.
– Caracterizar los periodos más importantes de la historia de la literatura e indicar su conexión con las ideas estéticas y culturales del momento.
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La evaluación formativa permitirá al profesorado recoger información sobre los progresos de sus alumnos y alumnas, los puntos que presenten dificultad, la validez de los materiales empleados y la adecuación metodológica que se ha puesto en marcha. Todo ello ayudará a enmendar posibles errores y a tener un conocimiento lo más exacto posible del alumnado. En este sentido, conviene elaborar una ficha personal de cada alumno y alumna en que se anote lo siguiente:
– Nivel de oralidad: capacidad discursiva, pronunciación y entonación, ordenación de las ideas.
– Comprensión conceptual: asimilación de los temas.
– Comprensión lectora: capacidad de lectura y de interpretación.
– Conocimientos de literatura.
– Conocimientos de cultura en general.
– Conocimiento de las técnicas literarias.
– Redacción de trabajos.
– Actitud del alumno ante la materia. Las actividades de aprendizaje que se diseñen pueden servir también de evaluación. Se debe ayudar al alumnado a participar responsablemente en su autoevaluación y en la de sus compañeros. Por lo que respecta a la escritura, conviene que el profesorado oriente constantemente la formación de criterio por parte de los alumnos y alumnas. Zéjel se inicia con una unidad dedicada a la evaluación inicial del alumnado para detectar sus conocimientos previos. Se ofrecen asimismo en esta guía tres propuestas de evaluación, una por cada trimestre (unidades 1-4, unidades 5-8 y unidades 9-12).
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