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Semblanza Justo Vasco por Jesús Lens Espinosa de los Monteros*, para PL.com Se ha ido Justo Vasco, escritor, traductor y coordinador literario de la Semana Negra de Gijón. Tras superar un cáncer de riñón, la desgracia ha querido que un infarto cerebral se haya llevado a un hombre cálido, entrañable, querido y admirado por todos los que le conocimos. N ![]() Políglota consumado, Justo Vasco hablaba ruso, inglés, italiano y alemán, idiomas de los que era excelente traductor. Su trabajo sobre El largo adiós de Raymond Chandler es, sin duda, la versión definitiva de uno de los grandes clásicos de la literatura del siglo XX. Pero si como traductor era excelente, como escritor, Justo fue tan aclamado y reconocido... como poco prolífico. Escribió sus primeras tres novelas a cuatro manos con el autor uruguayo Daniel Chavarría. Completo Camagüey, Primero muerto y Contracandela son auténticas obras de culto, buscadas y coleccionadas por los aficionados a la novela negra con ahínco y dedicación. Su siguiente novela, El muro, data de 1990, y ya fue escrita en solitario. Por último, en 1998 publicó Mirando espero, posiblemente su obra maestra, reeditada recientemente y traducida a varios idiomas. Llevaba mucho tiempo trabajando en una nueva novela, que tenía muy avanzada, aunque todavía no había fecha de publicación. Habrá que estar muy atentos a ese manuscrito, que promete emociones fuertes. Justo Vasco fue, también, maestro consumado en un género tan difícil como el relato corto. Con su cuento Y en eso llegó Bebo ganó el Premio del Concurso de Relatos de la Semana Negra de 1994 y otros relatos suyos como El día difícil de Juanita Chirino son auténticas perlas del género corto. Una vez afincado en Gijón, se enroló en el equipo organizador de la Semana Negra, de la que era coordinador literario, decidiendo a qué autores había que invitar, qué novelas presentar en público y cuáles seleccionar para los diversos premios: Dashiell Hammett a la mejor novela policíaca, Silverio Cañada a la mejor ópera prima de género negro, Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción y, desde el pasado año, el premio Leonardo a la mejor novela histórica. P ![]() Siempre tenía una palabra cariñosa para cualquier invitado a la Semana, fuera un autor consagrado o un despistado joven recién desembarcado en el Festival Multicultural más visitado de Europa. Por todo eso, la fatalidad de su partida nos dejó perplejos, tristes y abatidos a todos los que le conocimos. Al principio. Después, poco a poco, hemos ido reaccionando. Porque Justo era una persona alegre, vital y vitalista, al que no estará gustando este desbocado torrente de lágrimas que fluye desde ambas orillas del Atlántico. Por todo ello, el mejor homenaje que podemos hacer a Justo es leer sus libros y sus relatos, disfrutar de esas lecturas, charlas y conversaciones que tan gratas le eran. Escuchar discos, ver películas, vivir la vida, como hizo él... y, eso sí, tomar un buchito de ron. ¡Va por ti, maestro y amigo! Granada, 29 de enero de 2006 *Jesús Lens Espinosa de los Monteros (blogs.ideal.es/pinchandoenhueso) es escritor y crítico literario. |