


Literatura y sociedad. Evolución de los temas y las técnicas narrativas del Realismo.La sociedad en la segunda mitad del siglo XIX.
La burguesía triunfa con la
industrialización y los avances tecnológicos y es el público lector al que se dirige la novela. Los ideales románticos se desvanecen ante el impulso del progreso económico y de unas formas de vida
menos idealistas, más prácticas. Al mismo tiempo se transformaba la vida. El primer tren de viajeros rueda en 1830 y ya había empezado a funcionar la primera línea transatlántica de grandes navíos metálicos. De 1835 a 1855 comenzaban a usarse el telégrafo, el teléfono y el sello de correos. La
industria, dotada de un utillaje revolucionario, alteraba las condiciones de la vida económica y, por tanto, de la social. El lector burgués
rechaza la evasión y la exaltación romántica y se inclina por una literatura de la
vida cotidiana.
Otro rasgo importante del periodo es la aparición de una nueva visión de la vida: el
positivismo. La filosofía de
Augusto Comte (1789-1857) rechaza la especulación filosófica del idealismo romántico y propone la
investigación y la
observación de la realidad comprobable. La literatura y el arte serán influidos por este pensamiento y los artistas se convertirán en observadores minuciosos de las situaciones y personajes reales. Siguiendo a Comte, el positivismo inglés de esta época desarrolla de forma científica la psicología y la sociología, disciplinas que influyen notablemente en la novela realista.
El fisiólogo Claude Bernard expone en 1865 el
método experimental en medicina, basado en la aceptación del
determinismo.
Darwin propone la
teoría de la evolución con la idea de la selección natural.
Mendel explica las leyes de la
herencia genética que refuerzan el determinismo. Y
Marx afirma que la
lucha de clases es el motor del desarrollo histórico y explica las contradicciones de la nueva sociedad capitalista. Estas teorías serán el soporte intelectual de la nueva corriente literaria denominada
Naturalismo.
La novela realista.
La novela de la segunda mitad del siglo XIX desarrolla el Realismo iniciado en el siglo XVIII, sobre todo en Inglaterra. La prosa narrativa era el género más adecuado para reflejar la realidad. Al éxito de la novela contribuyó el desarrollo editorial y la difusión de la prensa.
Hay un acuerdo en considerar el género como una
refundación de la novela a partir de raíces cervantinas y de la
picaresca, en enlazarlo con el consolidado apogeo de la burguesía como clase dominante, en relacionarlo más o menos directamente con el pensamiento positivista, y en caracterizar su lenguaje con
propiedades cercanas al periodismo (tanto por buscar un público amplio corno por ser el periódico, en significativas ocasiones, un primer canal por donde las novelas llegaban al lector). Pero el acuerdo mayor parece estar en considerar esta novela como un
reflejo relativamente fiel de la realidad de su época: como se miraba, por ejemplo, la pintura, que se valoraba en función de la semejanza entre la figura pintada y el modelo. Pero todo el mundo sabe que la pintura no es la realidad, que es arte. De la misma forma, la novela realista no es "realidad", sino literatura. Aunque a veces el análisis de las obras realistas se centra en el carácter de documento histórico, o en la visión social y psicológica del mensaje, la
conciencia artística es tan importante como en otros movimientos. Es evidente y muy comentada en el caso de
Flaubert, pero también es importante en otros autores como
Galdós y
Clarín, que analizan la sociedad con una
ideología progresista pero tejen sus obras con plena conciencia de escritores.
Rasgos generales:
Observación de la realidad y descripción precisa de ella.
La vida real se convierte en objeto estético. La observación y la documentación sobre personajes y ambientes se convierten en un principio fundamental de los escritores.
Proximidad en el tiempo y en el espacio.
La mirada se desplaza hacia lo próximo, conocido y cotidiano; se elimina la fantasía y se controla la imaginación.
Verosimilitud.
Las historias narradas están basadas en la
experiencia cotidiana, aunque sean inventadas. Los ambientes y los personajes creados son creíbles. Desaparecen los hechos maravillosos y los personajes y ambientes exóticos.
Narrador omnisciente.
El narrador puede fingir ser un simple cronista de lo que pasa, pero suele conocer lo que ha sucedido, lo que va a suceder y los pensamientos más ocultos de los personajes. Además, suele intervenir y juzgar a los personajes.
Aparición del estilo indirecto libre.
Es un estilo especializado en la narración de la intimidad, sirve para reflejar reflexiones y sentimientos, y consiste en eliminar las marcas más patentes de la intervención del narrador suprimiendo los verbos de lengua o actividad mental introductorios. (decía, pensaba...)
Estructura lineal.
Normalmente, las novelas son fáciles de seguir argumentalmente porque el hilo narrativo avanza coincidiendo con el paso del tiempo.
Descripción minuciosa.
La importancia de la observación lleva al autor a detenerse en los más mínimos detalles físicos y psicológicos de los personajes y ambientes.
Intención crítica.
El tipo de novela realista más frecuente explora los conflictos sociales con intención crítica. Aunque el tono sea aparentemente objetivo, los autores se decantan preferentemente por soluciones progresistas a los conflictos presentados
Estilo sencillo.
La literatura rechaza la exaltación y los adornos expresivos del Romanticismo. El ideal de estilo se acerca al del científico y al del periodismo Se eleva a categoría literaria la lengua de la conversación cotidiana. Los personajes se expresan según su condición social, según el habla de su región y según sus particularidades psicológicas individuales.
Realismo y Naturalismo.
Émile Zola escribió entre 1871 y 1893 un ciclo de novelas (
Los Rougon-Macquart) que llevan el realismo al extremo, al considerar que el ser humano está determinado genética y socialmente. Los personajes preferidos viven en ambientes
marginados y padecen taras biológicas, psicológicas y sociales, con lo que se incide en el
determinismo. El Naturalismo es la culminación del Realismo y se basa principalmente en los métodos de las ciencias experimentales y en el determinismo. Zola defiende que el novelista debe
experimentar sobre los
caracteres, las
pasiones o los hechos humanos y sociales como un científico, y que el comportamiento de los personajes está
condicionado por problemas físicos y psíquicos hereditarios y sociales. Con estas novelas comienza el
Naturalismo, que pretende ser una concepción del hombre y un método para estudiar y transcribir su comportamiento.
Rasgos
Materialismo
El hombre es, ante todo, un organismo, todos sus comportamientos se explican por su fisiología. Las leyes que rigen su organismo deben explicar las reacciones anímicas.
Determinismo
El hombre no es libre porque actúa impulsado por las presiones del medio ambiente en que vive y por el peso de su herencia biológica.
Recreación
Se recrean ambientes sórdidos o desagradables de la sociedad y abundancia de personajes tarados, alcohólicos, psicópatas, seres que obedecen, sin saberlo, a sus impulsos hereditarios.
Técnica y estilo:
Llevan a las máximas consecuencias los postulados de la novela realista: dan el máximo rigor a los métodos de la observación y la documentación. Se hace más precisa la reproducción del lenguaje hablado.