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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN CARRERAS: LETRAS Y LENGUAS MODERNAS ASIGNATURA: Lingüística PROFESORA TITULAR: Angelita Martínez PROFESORA ADJUNTA: Adriana Speranza CICLO LECTIVO: 2012 H ![]() Trabajo Práctico Nº 5 Debates sobre el significado Bibliografía complementaria:
Bibliografía de las clases prácticas:
Anexo bibliográfico (para consulta):
Actividades:
Para la elaboración de la conclusiones busque en gramáticas del español la descripción de las preposiciones analizadas en el texto y tenga en cuenta el texto de de Jonge trabajado en la consigna anterior. ![]() “1.4.1. Contacto español-guaraní Las emisiones (1) y (2) –que corresponden a producciones escritas por niños en situación de contacto guaraní-español6– nos permiten observar el uso variable intrahablante de las preposiciones a y en con verbos de movimiento.
E ![]() Si nos detenemos a reflexionar sobre el significado de cada una de las preposiciones, nuestra conclusión es que la preposición a significa básicamente dirección (real o figurada) mientras que la preposición en expresa básicamente estado o locatividad. Los contextos de aparición de las formas son, entonces, coherentes con el aporte significativo de las mismas. Se privilegia a cuando la meta es una acción, mientras que se privilegia en cuando se trata de un lugar. Es decir, la preposición en se muestra más consistente en contextos de metas más específicas, tal como los lugares, por ejemplo. En el ejemplo (2), ocurre algo muy interesante. El dominio de la variación a versus en se extiende a lugares: me fui a Corrientes y me fui en la misa de la Capilla Itatí. A la luz del significado de las formas, podemos entender la variación si consideramos que el lugar más específico –la misa de la Capilla Itatí– es un contexto más apropiado que el lugar más general –Corrientes– para la selección de en. La categorización del desplazamiento, que provoca redistribución paradigmática en distintas variedades del español, como por ejemplo, en contacto con el quechua –tal como explicitamos en el Cuadro I– también es consistente con las características gramaticales de la lengua guaraní. En efecto, la lengua guaraní posee el mismo sufijo –pe para expresar lo que el español implica tanto locatividad como desplazamiento (Gregores y Suárez 1967:143), tal como se muestra en las siguientes emisiones7: /che sý ´upe´a ´o -ikó la flóre -pe/ mi mamá eso ellos viven las flores en ‘Mi familia (mi mamá, mis hermanos) viven en Las Flores’ /che´a -ju -rié rosario -pe nda -hechá -i -ba´e -kwé/ yo venir después rosario en neg. ver neg. pas pas ‘Desde que vine a Rosario’ Creemos que esta interpretación de la locatividad manifestada a través del sufijo –pe puede incidir en el empleo variable idiosincrásico de las preposiciones a y en, que se observa en hablantes en situación de contacto lingüístico, tal como hemos ejemplificado en (1) y (2).” ![]() 6 El corpus de donde extrajimos estos ejemplos pertenece a Gabriela González Sandoval (2005) a quien agradecemos la generosidad de publicarlo y, a la vez, destacamos la relevancia de haberlo hecho. 7Los ejemplos han sido extraídos de Welti y Stroppa 1996:172-175.
Capítulo 9 GUANABARA Río de Janeiro es mordida por su bahía hasta el corazón; se desembarca en pleno centro, como si la otra mitad, nueva Ys, ya hubiera sido devorada por las olas. Y en cierto sentido es verdad, que la primera ciudad –un fuerte- se encontraba en ese islote rocoso recién bordeado por el barco y que lleva aún el nombre de su fundador: Villegaignon. […] Lo que primero intento discernir, en ese Río de Janeiro que se me da ahora como alimento, es el sabor de esta aventura. En realidad, iba a adivinarlo un día en ocasión de una excursión arqueológica al fondo de la bahía, organizada por el Museu Nacional en honor de un sabio japonés. Un vaporcito nos había dejado en una pequeña playa pantanosa donde se oxidaba un viejo casco encallado; sin duda no era el siglo XVI, pero lo mismo introducía una dimensión histórica en esos espacios donde nada hacía figurar el paso del tiempo. Bajo alba, la ciudad lejana había desaparecido. Más allá de los cangrejos, que pululaban en el fango negro, y de los mangles, cuyo desarrollo de formas no se sabe si depende del crecimiento de la putrefacción, la selva destacaba solamente las siluetas de algunas cabañas de paja, de edad indefinida. Más lejos aún, pendientes montañosas hundían sus escarpaduras en una bruma pálida. Claude Lévi-Strauss, Tristes trópicos. 2006. Ed. Paidós. |