Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - Semillero de 11°: Lenguaje

COMPETENCIA LECTORA
EXAMEN DE ADMISIÓN – UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA – SEMESTRE 2010-02 Preguntas de la 1 a 40
1.- Las vocaciones son misteriosas: ¿por qué aquel dibuja incansablemente en su cuaderno escolar, el otro hace barquitos o aviones de papel, el de mas allá construye canales y túneles en el jardín o ciudades de arena en la playa, el otro forma equipos de futbolistas y capitanea bandas de exploradores, o se encierra solo a resolver interminables rompecabezas? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Lo que sabemos es que esas inclinaciones y aficiones se convierten, con los años, en oficios, profesiones y destinos. El misterio de la vocación poética no es menos sino más enigmático. Comienza con un amor inusitado por las palabras, por su color, su sonido, su brillo y el abanico de significaciones que muestran cuando, al decirlas, pensamos en ellas y en lo que decimos. Este amor no tarda en convertirse en fascinación por el reverso del lenguaje, el silencio. Cada palabra, al mismo tiempo, dice y calla algo. Saberlo es lo que distingue a los poetas de los filólogos y los gramáticos, de los oradores y los que practican las artes sutiles de la conversación. A diferencia de esos maestros del lenguaje, al poeta lo conocemos tanto por sus palabras como por sus silencios. Desde el principio el poeta sabe, obscuramente, que el silencio es inseparable de la palabra, en su tumba y su matriz, la letra que lo entierra y la tierra donde germina. Los hombres somos hijos de la palabra, ella es nuestra creación; también es nuestra creadora, sin ella no seriamos hombres. A su vez la palabra es hija del silencio: nace de sus profundidades, aparece por un instante y regresa a sus abismos.
2.- Mi experiencia personal y, me atrevo a pensarlo, la de todos los poetas, confirman el doble sentimiento que me ata, desde mi adolescencia, el idioma1 que hablo. Mis años de peregrinación y vagabundeo por las selvas de las palabras son inseparables de mis travesías por los arenales del silencio. Las semillas de las palabras caen en la tierra del silencio y la cubren con una vegetación a veces delirante y otras geométrica. Mi amor por la palabra comenzó cuando oí hablar a mi abuelo y cantar a mi madre, pero también cuando los oí callar y quise descifrar o, más exactamente, deletrear su silencio. Las dos experiencias forman el nudo de que está hecha la convivencia humana: el decir y el escuchar. Por esto, el amor a nuestra lengua, que es palabra y silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, que es palabra y silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, a nuestros muertos, los silenciosos y a nuestros hijos que aprenden a hablar. Todas las sociedades humanas comienzan y terminan con el intercambio verbal, con el decir y el escuchar. La vida de cada hombre es un largo y doble aprendizaje: saber decir y saber oír. El uno implica al otro: para saber decir hay que aprender a escuchar. Empezamos escuchando a la gente que nos rodea y así comenzamos a hablar con ellos y con nosotros mismos. Pronto, el círculo se ensancha y abarca no sólo abarca a los vivos, sino a los muertos. Este aprendizaje insensiblemente nos inserta en una historia: somos los descendientes no sólo de una familia sino de un grupo, una tribu y una nación. A su vez, el pasado nos proyecta en el futuro. Somos los padres y abuelos de otras generaciones que, a través de nosotros, aprenderán el arte de la convivencia humana: saber decir y saber escuchar. El lenguaje nos da el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad. El espacio se ensancha y el tiempo se alarga: estamos unidos por la lengua a una tierra y a un tiempo. Somos una historia.
3.- La experiencia que acabo toscamente de evocar es universal, pertenece a todos los hombres y a todos los tiempos, pero en el caso de las comunidades de habla castellana, aparecen otras características que conviene destacar. Para todos los hombres y mujeres de nuestra lengua, la experiencia de pertenecer a una comunidad lingüística está unida a otra: esa comunidad se extiende más allá de las fronteras nacionales. Trátese de un argentino o de un español; de un chileno o de un mexicano, todos sabemos, desde nuestra niñez, que nuestra lengua nacional es también la de otras naciones; y hay algo más y no menos decisivo: nuestra lengua nació en otro continente, en España, hace muchos siglos. El castellana no sólo trasciende las fronteras geográficas sino las históricas, se hablaba antes de que nosotros, los hispanoamericanos, tuviésemos existencia histórica definida. En cierto modo, la lengua nos fundó o al menos hizo posible nuestro nacimiento como nación. Sin ella, nuestros pueblos no existirían o serían algo muy distinto a lo que son. El español nació en una región de la península ibérica y su historia, desde la Edad Media hasta el siglo XVI, fue la de una nación europea. Todo cambió con la aparición de América en el horizonte de España. El español del siglo XX no sería lo que es sin la influencia creadora de los pueblos americanos con sus diversas historias, psicologías y culturas. El castellano fue trasplantado a tierras americanas hace ya cinco siglos, y se ha convertido en la lengua de millones de personas. Ha experimentado cambios inmensos y, sin embargo, sustancialmente sigue siendo el mismo. El español del siglo XX, el que se habla y se escribe en Hispanoamérica y en España es muchos españoles, cada uno distinto y único con su genio propio; no obstante, es el mismo de Sevilla, Santiago, la Habana. No es muchos árboles, es un solo árbol pero inmenso, con un follaje rico y variado, bajo el que verdean y florecen muchas ramas y ramajes. Cada uno de nosotros, los que hablamos español, es una hoja de ese árbol. ¿Pero realmente hablamos nuestra lengua? Más exacto seria decir que ella habla a través de nosotros. Los que hoy hablamos castellano somos una palpitación en el fluir milenario de nuestra lengua.
4.- Se dice con frecuencia que la misión del escritor es expresar la realidad de su mundo y su gente, es cierto, pero hay que añadir que, más que expresar, el escritor explora su realidad, la suya propia y la de su tiempo. Su exploración comienza y termina con el lenguaje. ¿Qué dice realmente la gente? El poeta y el novelista descifran el habla colectiva y descubren la verdad escondida de aquello que decimos y de aquello que callamos, el escritor dice, literalmente lo indecible, lo no dicho, lo que se quiere o puede decir. De ahí que todas las grandes obras literarias sean cables de alta tensión, no eléctrica, sino moral, estética y crítica. Su energía es destructora y creadora, pues su poderes de reconciliación con la terrible realidad humana, no son menos poderosos que su potencia subversiva. La gran literatura es generosa, cicatriza todas las heridas, cura todas las llagas y aun en los momentos de humos más negro dice: sí a la vida.
De la comprensión que emplea el autor, según la cual, los hombres somos hijos de la palabra y la palabra es hija del silencio, se deduce, entonces, que el silencio respecto al hombre es su:
Hijo
Abuelo
Tío
Padre
Otra modalidad de relación semejante a la del silencio y la palabra es la que se encuentra en la vida diaria entre, EXCEPTO:
La espera y el desespero
El verano y el invierno
Los afanes del trabajo y las horas de descanso
El trabajo del labrador y el tiempo de espera para que haya frutos
La idea clave del párrafo 1 está expresada en las siguientes palabras: Cada palabra, al tiempo, dice y calla algo. La oración que la explica es:
Los hombres somos hijos de la palabra
Saberlo es lo que distingue a los poetas de los gramáticos y oradores
Al poeta lo conocemos tanto por sus palabras como por sus silencios
El poeta sabe, oscuramente, que el silencio es inseparable de la palabra.
En el segundo párrafo, las dos experiencias que le permitieron al autor reconocer el “nudo de palabra y silencio del que está hecho la convivencia humana” son:
Las palabras y el silencio del abuelo y de la madre
Las palabras del abuelo y el canto de la madre
La peregrinación por la selva de las palabras y la travesía por los arenales del silencio
Las palabras delirantes y las geométricas
La expresión “El color, sonido y brillo de las palabras y el abanico de significaciones que muestran cuando al decirlas, pensábamos en ellas y en lo que decimos”, quiere decir que la palabra se divide en dos partes, que son respectivamente:
El significado de una palabra / su sinónimo
La palabra que se dice / la palabra escrita
La forma como se oyen / el mensaje que transmiten
Las palabras pintadas / el significado que transmiten
El enunciado: “El silencio es tumba y matriz de la palabra, quiere decir, en otros términos, que:
Las palabras enmudecen y hablan, y el silencio suena y habla
Después de decir una palabra hay una pausa y después surge otra palabra
El que mucho habla poco dice, y el que dice poco habla mucho
El que no quiere volver a hablar de algo, le echa tierra al asunto; y el que quiere hablar de algo lo hace hasta por los codos
Cuando el poeta dice que la palabra es nuestra creación, seguramente se refiere a las palabras que inventamos día a día, ya sea para divertirnos o para nombrar nuevos inventos u objetos. Pero cuando dice que también es nuestra creadora y que sin ella no seriamos hombres, se refiere al hecho de que, EXCEPTO:
El lenguaje puede hacer de un loro un hombre
Los animales no hablan como los hombres
Lo que hace que un hombre sea humano es que habla
Lo que diferencia al hombre de las bestias es que hablan
Si el futuro ingeniero juega a que construye barcos, aviones o ciudades; el futuro gobernante a que lidera grupos, y el futuro científico a que arma sus rompecabezas, hemos de suponer que el futuro escritor prefiere, respecto a las palabras:
Buscarlas en el diccionario
Decirlas
Leerlas
Hacer crucigramas
Si el escritor ama las palabras, hemos de suponer que el pintor y el ingeniero aman, respectivamente las:
Imágenes y los objetos
Caricaturas y los espacios
Personas y los juguetes
Los afiches y los medios de transporte
El enigma de la vocación en el poeta es mayor que el de las demás vocaciones por su:
Amor por el oficio
Fascinación por las palabras
Amor por las palabras
Fascinación por el silencio
El silencio, respecto a la palabra, es semejante a lo que en un cuadro o en un texto indican:
El espacio en blanco
El color negro
La figura con aureola o la palabra en cursiva
El dibujo de mayor colorido o la letra en negrilla
Una lengua es, según el autor:
Un nudo
El amor por nuestra gente
Palabra y silencio
Decir y escuchar
En su primera parte, el primer párrafo tiene una secuencia de temas que va del de las vocaciones al de la vocación del poeta. El tema que sirve de enlace entre ambos es:
El misterio de las vocaciones
Las diversas profesiones
Las vocaciones de los filólogos, gramáticos y oradores
El enigma de la vocación poética
Cuando el autor dice en el segundo párrafo que el circulo se ensancha, se refiere al circulo de:
La sociedad
Los vivos
Lenguaje
La familia
El segundo párrafo tiene dos partes. La primera se refiere a las experiencias que atan al autor al idioma que habla; la segunda, al hecho de que el lenguaje nos inserta en una historia. La idea clave que une las dos partes es:
Toda sociedad humana comienza y termina con el intercambio verbal
Somos los padres y abuelos de otras generaciones
El decir y el escuchar forman el nudo de la convivencia humana
El espacio se ensancha y el tiempo se alarga
Si lo que diferencia al poeta del filólogo es su fascinación por el reverso de las palabras, o sea, por su silencio, puede inferirse, entonces, que lo que captura al último es:
La forma como se escriben
Su significación
La luz
El sonido de las palabras
La idea clave del párrafo Cada palabra, al mismo tiempo, dice y calla algo, permite unir la primera parte del párrafo, dedicada a las vocaciones, con la segunda a través del tema que les es común. Este tema es:
El misterio
El silencio
Las palabras
Las vocaciones
La nota de pie de página dice que el autor, que es el poeta mexicano Octavio Paz, emplea algunos términos indistintamente. Esto quiere decir que los emplea:
Inconscientemente
Como antónimos
Indiscriminadamente
Como sinónimos
En el texto, el enunciado que mejor explica la proposición: El silencio es tumba y matriz de la palabra, es:
El silencio es la letra que lo entierra y la tierra donde germina
Cada palabra, al mismo tiempo, calla y dice algo
El silencio es inseparable de la palabra
La palabra nace de las profundidades del silencio, aparece por un instante y regresa a sus abismos
Ejemplos de la proposición: El silencio es tumba y matriz de la palabra, son respectivamente:
El “si” de una novia en el altar y el último adiós a un amigo que ha muerto
Las preguntas en una clase y la petición de silencio del profesor para poder explicarles
La madre que calla a su hijo con un grito y el llanto desesperado del niño
El fin de una conferencia y el “te quiero” después de un beso enamorado
En la secuencia que nos plantea el autor: “la palabra nace de las profundidades del silencio, aparece por un instante y regresa a sus abismos”, podemos reconocer la verdad del siguiente refrán o proverbio:
Habla más que un perdido cuando aparece
Habla solamente cuando tus palabras sean más bellas que el silencio
A palabras necias, oídos sordos
El que mucho habla, mucho ¿yerra?
Los siguientes son planteamientos contrarios a los del autor, EXCEPTO:
Los ojos son las ventanas del alma
Lo que no me han dicho tus labios, lo dicen tus miradas y tus gestos
Una imagen vale más que mil palabras
Habla para que yo te conozca
Según el texto y lo que plantea, especialmente el cuarto párrafo, entonces, la verdad está en:
Saber decir y saber oír
El lenguaje
Lo que se calla
La conversación
Respecto al lenguaje, el autor destaca en cada párrafo uno de los tres primeros párrafos, un reverso o un aspecto nuevo. Estos aspectos nuevos o desconocidos son en cada caso:
Lo que dicen las palabras / el decir / el castellano de España
El misterio / la palabra / el español del siglo XX
Lo que la palabra calla / el saber decir / el más allá histórico del castellano
El silencio de las palabras / el escuchar / el más allá de las fronteras históricas y geográficas
La actitud del autor se caracteriza por, EXCEPTO:
Limitarse a la historia de su propia comunidad lingüística
Vincular la propia experiencia con la de los demás seres humanos
Amar el reverso del lenguaje
El sentimiento que lo ata a su comunidad lingüística
Del cuarto párrafo se infiere que si la literatura dice “si” a la vida es porque, desde lo que el autor nos dices sobre la vocación poética, la literatura:
No tiene en cuenta ni la lingüística ni la gramática
Cuenta también con la muerte y el silencio
Desecha la muerte y el silencio
Escucha las palabras y la vida
De lo planteado en el cuarto párrafo sobre el hecho de que el escribir habla de los indecible y de lo no dicho, puede inferirse que uno de los temas de la literatura sería:
La muerte
La amistad
El egoísmo
El amor
Los cuatro párrafos hacen parte de un texto más extenso del autor, Octavio Paz, titulada: “Nuestra lengua”. Sin embargo, por sus temas y la forma como se enlazan, podría formar un solo artículo, el titulo bien podría ser: “El escritor y…”:
La muerte
El lenguaje
La palabra
La verdad
Al final del tercer párrafo, el autor expresa dos metáforas para referirse a la relación entre una lengua y sus hablantes, la del árbol y las palpitaciones. Si puede decirse que la palpitación es semejante a una hoja del árbol, entonces, el árbol completo es el:
Castellano
Fluir milenario de nuestra lengua
Español del siglo XX
Español de Hispanoamérica y de España
El texto está atravesado por varias contradicciones. Algunas de ellas son, EXCEPTO:
El castellano ha experimentado cambios inmensos, y, sin embargo, sigue siendo el mismo
Toda lengua trasciende sus fronteras y su tiempo
Cada palabra dice y calla algo
Escuchar a los muertos
La relación entre el silencio y la palabra puede ser como la que hay en una ciudad entre:
Un semáforo en rojo y un semáforo en verde
Las edificaciones semidestruidas y los edificios en construcción
Los jardines y las calles
Las horas pico y las congestiones del tránsito
Del final del segundo párrafo, se infiere que lo que nos une al pasado y al futuro es:
Saber decir y escuchar
Un mismo idioma
Una familia, una tribu y una nación
La comunidad
La idea de “Hablar con los muertos”, puede entenderse como, EXCEPTO:
Revivir a quienes han muerto, en caso de que fuera posible
Aprender antiguos refranes que expresan la sabiduría popular
Leer libros de épocas pasadas como la Ilíada, la Odisea o Don Quijote
Escuchar las historias que cuentan los tíos sobre los abuelos, bisabuelos y fallecidos
Algo de quienes han muerto sigue vivo en los rasgos físicos de sus descendientes, pero también en, EXCEPTO:
Las propiedades y el dinero heredado
En la expresión “como decía mi abuelo o mi abuela…”
Los nombres y apellidos de las familias
Las palabras que dejan escritas para el futuro o la posteridad
Que la lengua castellana haya trascendido las fronteras históricas se refiere, en el tercer párrafo, concretamente al siguiente hecho:
El español del siglo XX, no sería lo que es sin la influencia creadora de los pueblos americanos con sus diversas historias, piscologías y culturas
El castellano fue trasplantado a tierras americanas hace ya cinco siglos, y se ha convertido en la lengua de millones de personas
El español nació en una región de la península ibérica y su historia, desde la Edad Media hasta el siglo XVI, fue la de una nación europea
Todo cambio con la aparición de América en el horizonte de España
El arte de la convivencia humana es, según lo planteado en el segundo párrafo:
Hablar con los vivos y los muertos
Hablar un idioma
Aprender a escuchar para saber decir
Hacer parte de una historia
Estar inscritos en una historia, aunque no seamos conscientes de ellos es, según el autor:
Hablar un mismo idioma que no muere en el tiempo
Hablar el mismo idioma de nuestros antepasados y descendientes
Ser los descendientes de una familia y los padres y los abuelos de las generaciones siguientes
Que estamos vivos y algún día moriremos
En la primera oración del tercer párrafo, el autor dice “La experiencia que acabo toscamente de evocar”. Esa experiencia se refiere a:
Estar unido por la lengua a una tierra y un tiempo
Saber decir y saber oír
Ser una historia
El cantar de la madre y el hablar del abuelo
Si estamos unidos por la lengua a una tierra, en el caso del español y de Colombia, esa tierra o tierras unidas por la lengua es o son:
Los departamentos de Colombia
Todos los lugares del mundo donde se hable español
España
Todos los países cuya lengua oficial es el español
La oración principal del primer párrafo es: Los hombres somos hijos de la palabra; a su vez la palabra es la hija del silencio. La del segundo párrafo es: El lenguaje nos da el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad lingüística. Y la del tercer párrafo es: El castellano no sólo trasciende las fronteras históricas, sino las geográficas. De acuerdo con ello, se infiere que los temas de cada párrafo son, respectivamente:
La palabra / el sentimiento y la conciencia / la geografía y la historia
El silencio / el lenguaje / la comunidad lingüística
El silencio / la comunidad lingüística / el castellano
Los seres humanos / el lenguaje / la trascendencia del castellano
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