descargar 254.67 Kb.
|
TEMA 8: LA GENERACIÓN DEL 27. F. GARCÍA LORCA La generación del 27 está formada por un grupo de escritores que publicaron sus obras más representativas entre 1920 y 1935, y que se reúnen en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid y al Centro de Estudios Históricos. Constituye un grupo compacto, cuya nómina ha sido establecida por ellos mismos en ensayos como: Nueve o diez poetas, de Salinas; estos poetas son: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Pedro Salinas y Miguel Hernández (“epígono del 27”). El nombre de generación del 27 surge a raíz de la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla en 1927 y en el que tomaron parte muchos de los poetas del grupo. Para la difusión de sus obras fue muy importante la labor de algunas revistas literarias como Litoral (creada por M. Altolaguirre y E. Prados), Cruz y Raya, y Caballo verde para la poesía (dirigida por P. Neruda). También fue decisiva la Antología creada por G. Diego (1932), rotunda fe de vida de este grupo poético, que incluye un significativo muestrario de la obra de los miembros del grupo (precedida por una selección de aquellos a quienes consideran sus maestros: Unamuno, los hermanos Machado, J. R. Jiménez…) Existen coincidencias importantes entre los distintos autores: - Nacimiento en fechas similares: apenas hay quince años de diferencia entre Salinas, el mayor, y Altolaguirre, el menor. - Relaciones personales entre sus miembros: todos eran amigos (Generación de la Amistad, se ha llamado alguna vez a este conjunto de poetas) y tuvieron experiencias vitales similares. - Participación en actos culturales: además del homenaje a Góngora en 1927, participaron en otras celebraciones. - Identificación con un guía: en la primera etapa tomarán como modelo a J .R Jiménez; a partir de 1928 Machado y Neruda adoptaron este papel. - Existencia de un lenguaje generacional y anquilosamiento de la generación anterior: se oponen artística y temáticamente al grupo del 98. - La famosa Residencia de Estudiantes, de la Institución Libre de Enseñanza, en Madrid, fue un decisivo lugar de encuentro, con sus conferencias, exposiciones, tertulias…donde coincidieron con Buñuel y Dalí. - Colaboraron en las mismas revistas (Revista de Occidente, La Gaceta Literaria, Litoral, Verso y Prosa,…). - En fin, casi todos ellos escribieron estudios y evocaciones memorables de sus compañeros. CARACTERÍSTICAS GENERALES Aunque cada uno de los poetas del 27, de gran personalidad, tiene sus propias particularidades, se pueden indicar unas características generales que definen a esta Generación: Un declarado propósito de renovación artística, pero que no significó la ruptura con la tradición poética española. Sintieron veneración por los poetas medievales y clásicos: J. Manrique, Garcilaso, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Lope, Quevedo… Significativa es su admiración por Góngora, autor que fue para ellos modelo de la búsqueda de una lengua especial para la poesía. Pero también sintieron pasión por la poesía popular, logrando una estilización culta de esa poesía tradicional, que recibió el nombre de neopopularismo y cuyos principales representantes fueron Lorca y Alberti. Igualmente recibieron la influencia de corrientes extranjeras contemporáneas y estuvieron muy atentos a las vanguardias (Futurismo, Creacionismo y, sobre todo, el Surrealismo)
En suma, en las obras de estos poetas hallaremos una síntesis de polos opuestos: lo culto y lo popular, lo “puro” y lo “humano”, lo “minoritario” y lo que llega a todos, lo español y lo universal, todo ello presidido por la convivencia entre tradición y renovación. Salinas: “La faena del poeta es hacer comunicable a otros la experiencia de vida que constituye el poema. Ni piensa en docenas ni se imagina millones. El poema es una soledad, abierta, sí, en cuanto es comunicable y convivible…Su peculiaridad consiste en hallarse en una zona fronteriza entre insobornable soledad e inmensa compañía.” Dámaso Alonso confirmaba que la poesía del 27 “aunque abierta a muchos influjos exteriores, está profundamente arraigada en la entraña nacional y literaria española”. Los TEMAS POÉTICOS son en realidad los propios de la lírica, aunque tratados desde una perspectiva totalmente novedosa deudora de las vanguardias, que les proporcionarán, además, otros temas característicos de la estética del siglo xx. · La ciudad es protagonista central de sus poemas; la ciudad es un cosmos moderno, es el resultado de la naturaleza que el propio ser humano ha propiciado con el desarrollo técnico; un lugar problemático, donde el hombre está alienado en sus relaciones con sus semejantes y donde sufre la soledad como una condena al vacío de la más elemental humanidad. · La naturaleza, por su lado, cambia totalmente de signo: se «cosifica» y se liga a una percepción del mundo en la que tienen cabida los objetos cotidianos, el entorno más inmediato, el mundo particular de cada autor, pero percibido como algo fragmentario e incluso caótico. · También el amor es tratado de forma inusual. Básicamente, se produce una renuncia expresa al sentimentalismo y a la sensibilidad, y el amor recupera su proyección individual y su sentido simbólico. · Se recupera como tema la tradición popular, la expresión del sentir sobre las bases de la expresión del pueblo, siendo características en este sentido las obras de Alberti y de Lorca, que van a expresar las raíces andaluzas a través de la introducción en sus poemas de costumbres, cantes, romances populares... · El compromiso. Ya se trate de un compromiso con el arte, de signo vanguardista, o de un compromiso con el hombre, simplemente humanitarista o claramente politizado, los líricos del 27 no permanecieron impasibles ante las exigencias de su época, respondiendo a lo que su sociedad les demandaba como intelectuales y como avanzadilla artística. ETAPAS DE LA GENERACIÓN DEL 27 Distinguiremos tres etapas, pero señalando que no todos los poetas las cumplen en la misma medida ni al mismo tiempo: Hasta 1927, aproximadamente Dentro de esta etapa hay que señalar los tanteos iniciales en que es notoria la presencia de tonos becquerianos, junto a algunos resabios posmodernistas. Pero pronto se deja sentir el influjo de las primeras vanguardias, y a la vez el magisterio de J. R. Jiménez que los orienta hacia la “poesía pura”: el anhelo de depurar el poema de la “anécdota humana”, de renunciar a todo tipo de emoción que no fuera estrictamente artística, nacida de la perfección formal. Se caracteriza por: - la obsesión estética que pretende conseguir la belleza total del poema - la depuración del lenguaje - la experimentación - la falta de sentimentalismo - el gran instrumento de este arte puro es la metáfora, con audacias novísimas, deslumbrantes. Sin embargo, no todo es deshumanización. Lo humano había entrado ya por el camino de la lírica tradicional popular. Paralelamente, el anhelo de perfección formal motiva un primer acercamiento a los clásicos que desembocará en el fervor por Góngora, sobre todo en los primeros libros (Marinero en tierra, de Alberti; Versos humanos, de G. Diego; Romancero gitano, de Lorca…). De 1927 a la guerra civil El culto a Góngora marca la cima y el descenso de los ideales esteticistas. Los poetas, llegados a su plena madurez, comienzan a sentirse un tanto cansados de las aventuras formalistas. Se inicia así el proceso de “rehumanización” de su lírica. Y es entonces cuando se produce la irrupción del surrealismo, que señalaba una dirección diametralmente opuesta a la poesía “pura”. A partir de ese momento pasarán a primer término los eternos sentimientos del hombre: el amor, el ansia de plenitud y las frustraciones, la inquietud ante los problemas existenciales… Los tiempos han traído nuevas inquietudes y los acentos políticos y sociales entran en la poesía. La influencia directa de Neruda, que reside en esta época en nuestro país, fue relevante en el cambio de actitud de la generación. Después de la guerra La guerra civil española, además de marcar su vida y su obra, acabó con la Generación como tal. Lorca murió asesinado, una víctima más del odio fratricida, en 1936; Salinas, Guillén, Cernuda y Alberti tuvieron que emprender un largo, en algunos casos definitivo, y difícil exilio. D. Alonso, Aleixandre y G. Diego se quedaron aquí. El grupo poético del 27 se ha dispersado. Cada cual sigue su ritmo poético, pero ninguno abandonará ya los caminos de una poesía humana: - En el exilio: la queja, la denuncia, la nostalgia de una patria perdida. - En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales (D. Alonso) o solidario (Aleixandre). OBRA. Citaremos sólo algunos de los títulos más representativos de la obra poética de los autores de la Generación del 27. Son los siguientes: -Pedro SALINAS: La voz a ti debida, Razón de amor, El contemplado,... - Jorge GUILLÉN: Aire nuestro (Cántico, Clamor y Homenaje) - Gerardo DIEGO: Imagen, Manual de espumas, Versos humanos, Versos divinos,… - Dámaso ALONSO: Poemas puros, poemillas de la ciudad, Hijos de la ira,… - Vicente ALEIXANDRE: La destrucción o el amor, Historia del corazón,… - Federico GARCÍA LORCA: Poema del cante jondo, Romancero gitano, Poeta en Nueva York,… - Rafael ALBERTI: Marinero en tierra, Sobre los ángeles - Luis CERNUDA: La realidad y el deseo - Emilio PRADOS: La voz cautiva, Llanto en la sangre,… - Manuel ALTOLAGUIRRE: Las islas invitadas,… FEDERICO GARCÍA LORCA (Fuente Vaqueros, 1898 - Víznar, 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería. Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular. A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso. En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico. Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano (1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación. Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca. De nuevo en España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arábigo-andaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista. Las últimas obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una verdadera tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su corifeo que dialoga con la protagonista comentando la acción. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo); la pasión y la autobúsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido. Entre toda ellas destaca La Casa de Bernarda Alba (1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. No estuvo muy interesado en política, si bien era partidario de la República. Su acercamiento al pueblo, cada vez mayor le trajo odios que le condujeron al asesinato a comienzos de la guerra civil. El día 16 de Julio viaja a Granada donde es detenido y fusilado un mes más tarde. La personalidad de Lorca ofrece un doble rostro: de un lado su vitalidad arrolladora, desbordante de simpatía; de otro, más hondo, un íntimo malestar, un dolor de vivir, un sentimiento de frustración, como anuncio de su trágico destino. |