Departamento de lengua espa ñ ola






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UNIVERSIDAD DE SALAMANCA.

DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA.

HISTORIA DE LA LENGUA III

José L. Herrero


palatales


GLOSARIO

DE FONÉTICA HISTÓRICA





absorción. Desaparición de un sonido cuando se incorpora a otro sonido vecino: pótsju > pótsu (la j –yod- en ts).

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acento fonético. Es el relieve que se da a una sílaba de las que forman una palabra o frase. Generalmente la sílaba acentuada se pronuncia más fuerte (acento de intensidad) y con el tono de la voz elevado (acento musical); en muchas lenguas también es un poco más larga que las otras sílabas.

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acento gráfico: El acento ortográfico (llamado tilde) es una marca pequeña encima de una vocal acentuada que se utiliza siguiendo determinadas reglas.

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aféresis. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Pérdida de la consonante o de la vocal al comienzo de sílaba.

Emerita > Mérida.

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africación. Proceso por el que un sonido oclusivo o fricativo pasa a articularse como africado: tj > ts

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africadas (oclusiva + fricativa): consonantes complejas que resultan de una oclusión seguida de una fricación en la misma zona de articulación y con los mismos órganos. En español hay un fonema africado palatal sordo /tſ/ y una variante africada de /y/ [ŷélmo] [kónŷuxe].

Ver modo de articulación.

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alveolares. Consonantes en cuya articulación interviene como órgano activo la lengua (punta, ápicoalveolar) y como órgano pasivo la cara interna de los alvéolos (parte superior del diente). En español son alveolares /s/, /l/, /n/, /r/

Ver punto de articulación.

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analogía. Es la alteración de la forma esperable de una palabra por influencia de otra que actúa de modelo (paradigma). Es una fuerza poderosa en el ámbito de la evolución morfológica, que frecuentemente “rompe” con las reglas de evolución fonéticas. Así el verbo latino lĕvāre debería haber evolucionado a *levar, pero como el presente de indicativo tenía λ- (llevo, llevas, lleva...), esta pasó al infinitivo: llevar. Se distingue entre una analogía morfológica (como en el ejemplo anterior) y una analogía léxica (pŭppis debería haber dado en español *pope, pero como proa acaba en –a tenemos popa). Supone, según Lázaro Carreter (DTF), “una actividad espiritual del hablante en contra de las leyes mecánicas del lenguaje”. Es palabra griega que significa ‘regularidad’ (contraria a la anomalía).

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apicales. Consonantes cuyo órgano activo es el ápice (la punta) de la lengua. Los órganos pasivos pueden ser los dientes (ápicodental), los alvéolos (ápicoalveolar, como la /s/ /l/ /r/) o, más raro, el paladar (cacuminales). Forman parte del orden dental.

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apócope. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Pérdida de la consonante o de la vocal final: rete > red. En el siglo XII, hubo en el castellano una apócope vocálico que afectaba a muchas palabras que después recuperaron la vocal perdida: noch…(apócope extrema). Es uno de los tres casos de desaparición de sonidos en una palabra (aféresis –al principio- y síncopa –en medio-).

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articulación. Sonido articulado. Modo en que se colocan y se mueven los órganos que intervienen en la producción del sonido.

Ver modo de articulación y punto de articulación.

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organosarticulacion

asibilación. Aparición de un elemento fricativo silbante (alveolar o palatal) tras una oclusiva (la velar latina k, seguida de e, i fue atraída hacia el paladar por la vocal siguiente y desarrollo dicho elemento fricativo (kei > k' > ts) en las lenguas románicas. Es una tipo de palatalización. El italiano se quedó en la etapa /ts/ (cervum > cervo); en francés pasó a /s/ (cerf) y en español avanzó su punto de articulación hasta /q/ (ciervo), pero hasta el siglo XVI mantuvo el resultado /ts/. Las sibilantes españolas eran entonces: /s/ /z/, /ts/ /dz/, /ſ/ /ζ/.

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asimilación. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Proceso en el que los movimientos articulatorios de un sonido se propagan a otro sonido vecino (que se asimila, por tanto, al anterior). Puede ser a) progresiva, cuando el sonido asimilador precede al asimilado (mb > m: palumba > paloma); b) regresiva (la más frecuente), cuando el asimilado precede al asimilador (pt > tt > t: septe > siete); c) recíproca, cuando dos sonidos se influyen entre sí (ai > ei >e: carraria > carraira > carreira).

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aspiradas. Articulaciones que consisten en un soplo sordo, velar o uvular. Existe en muchas lenguas: griego (espíritu), inglés, alemán, etc. La f- latina, en determinados contextos, se aspira /h/ (aspirada velar sorda) y posteriormente desaparece: ficaria > higéra > igéra (higuera). En zonas dialectales del castellano (andaluz, extremeño, español de América, por ejemplo: /higéra/, /húmo/, /hílo/) subsiste una aspiración arcaizante, inicial de la palabra, representada gráficamente por h- (h aspirada), procedente de f- inicial latina.

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betacismo. Articulación bilabial [β] de la /v/ labiodental.

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bilabiales. Articulaciones cuyos órganos (activos) son labios: /p/, /m/, /b/ /w/. Ver punto de articulación.

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bilabiovelar. Articulación en la cual actúan los labios y el postdorso de la lengua, como órganos activos, y el velo del paladar, como pasivo: w, u.

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bimatización. Primer paso en el proceso de diptongación de una vocal. Consiste en un alargamiento que produce un desdoblamiento del sonido: ę’ >eé.

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cacuminal. Articulación cuyo órgano activo es la lengua, en su borde anterior o, a veces, en su cara inferior, y cuyo órgano pasivo es la parte superior del paladar. En las lenguas románicas, la articulación cacuminal, simple o geminada (representada fonéticamente por [ĵĵ]), en Cerdeña, Sicilia, Apulia, Calabria y en una parte del asturiano occidental.

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cambios fonéticos esporádicos. Son cambios que no siguen una ley fija y son: asimilación, disimilación, metátesis, adición (prótesis, epéntesis, paragoge), eliminación (aféresis, síncopa, apócope), error lingüístico (etimología popular, ultracorreción, equivalencia acústica).

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ceceo. Fenómeno frecuente en Andalucía, que consiste en pronunciar la /s/ como /θ/: casa /káθa/, mesa /méθa/. Tal pronunciación, al contrario de lo que ocurre con el seseo, no es tolerada en el habla normal española. Se considera como un dialectismo rudo. Históricamente es el resultado de confusión en /θ/ de /s,z/ y /tz, dz/. Ver seseo. Ver sibilantes.

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central. Articulación cuyo canal vocal se forma en el centro de la boca. En las vocales, se denomina así a la a (no es ni patalal –e,i-, ni velar –o,u-). Se opone a lateral. El proceso por el que una articulación lateral pasa a hacerse central se denomina centralización o deslateralización: λ > y (yeísmo: calle > káye, pollo > póyo).

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consonante. Articulación que consiste en “un movimiento de cierre, seguido de otro de abertura, con un minimun articulatorio entre estos dos puntos”, frente a la vocal en “un movimiento de abertura, seguido de otro de cierre, con un minimum articulatorio entre uno y otro”. La consonante implica “cierre” (obstáculo), frente a la vocal, que es “abertura”. La consonante no pueden ser centro de sílaba (frente a la vocal) y, por tanto, no pueden formar sola una sílaba. Ver punto de articulación. Ver modo de articulación.

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dentales: Articulaciones consonánticas cuyo órgano pasivo es la cara interior de los incisivos superiores y cuyo órgano activo es la punta de la lengua (ápicales): /t/, /d/... A veces se usa en sentido general e incluye a los sonidos interdentales, labiodentales, alveolares (orden dental).

Ver punto de articulación.

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deslateralización. Proceso por el que una articulación lateral pasa a hacerse central: λ > y (yeísmo: calle /káye/, pollo /póyo/).

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diptongación. Proceso por el que una vocal se convierte en un diptongo, tras un proceso previo de bimantización: ę’ >eé > jé.

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diptongo. Relación de dos vocales contiguas que forman una sola sílaba (lo contrario de hiato). En latín había tres diptongos: ae, oe, au. En español hay tres tipos de diptongo:

1) el de vocal fuerte tónica más débil átona: ai, ei, oi, au, eu, ou (decreciente)

2) el de vocal débil átona más fuerte tónica: ia, ie, io, ua, ue, uo (creciente)

3) y el de débiles: ui, iu (je-sui-ta, ca-suís-ti-ca).

Los tres tipos siguen las reglas generales de acentuación.

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disimilación. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Proceso mediante el que dos sonidos iguales o semejantes cercanos tienden a diferenciarse: formosum > *hormoso > hermoso; arborem > arbor > árbol. En el paso del latín al español es frecuente la disimilación de líquidas y nasales.

Ver asimilación.

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dobletes léxicos. En ocasiones una palabra latina es el origen de dos palabras españolas: una, producto de la evolución fonética tradicional (hereditaria, de boca en boca); la otra, préstamo tomado en algún momento de la historia. Por ejemplo, la palabra latina “materia” es el origen de madera (palabra hereditaria, duplicado popular de materia) y de materia (latinismo, duplicado culto de madera).

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dorsal. Articulación cuyo órgano activo es el dorso de la lengua. Recibe también el nombre de mediodorsal. Son dorsales las palatales y las velares.

Ver apicales.

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ensordecimiento. Proceso por el que una consonante pasa de sonora a sorda. En los siglos de oro, las sibilantes sonoras se ensordecen: z > s; ζ > ſ; dζ > tζ.

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epéntesis. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Consiste en la adición de un sonido en medio de la palabra (normalmente para facilitar las pronunciación de sonidos contiguos): *coronica (crónica); m’n > mbr (ómine > óm’ne > ómbre).

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equivalencia acústica. Es una de las causas del cambio fonético esporádico. Consiste en confundir dos sonidos cercanos en su articulación: “El error de audición puede ser de tres maneras diversas: confundiendo en punto de articulación (por ejemplo b por g), confundiendo la sonoridad y la sordez (por ejemplo, la b con la p o con la f) o confundiendo el modo especial de la abertura articulatoria (por ejemplo, la b con la m)” (M. Pidal) Por ejemplo, gragea en vez del antiguo dragea, surco por sulco, etc.

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etimología popular. Es una de las causas del cambio fonético esporádico. Las palabras nuevas (raras) le producen extrañeza al hablante, que tiende a relacionarlos con otras ya conocidas: vagabundo > vagamundo.

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fonema. Sonido que distingue significados entre diferentes secuencias fónicas: paso, peso, piso, poso, puso. El español tiene 24 fonemas: 5 vocálicos (a,e,i,o,u) y 19 consonánticos (18 en los yeístas). Ha tenido una serie de fonemas que se han desfonologizado, han cambiado o se han perdido: β, δ, γ, h, ts, dz, ts, dζ, s, z, ſ, ζ.

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fonologización. Proceso por el que un elemento fonético que no distinguía significados pasa a distinguirlos. En latín las vocales largas eran cerradas y las breves, abiertas: la abertura o el cierre eran rasgos redundantes, porque lo que diferenciaba las palabras era la cantidad: lĭber (‘libro’) / līber (‘libre’). Cuando la cantidad deja de ser rasgo fonológico, pasa a serlo la abertura: lį’ber (‘libro’) / lị’ber (‘libre’).

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fricativas. Consonantes en cuya articulación los órganos se acercan, pero no interrumpen la salida del aire por el canal bucal: hay una estrechez (pero no cierre, como en las oclusivas): /f/, /s/, /θ/, /x/…

Ver modo de articulación.

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fricativización. Proceso por el que una consonante oclusiva pierde el contacto entre los órganos articulatorios y se convierte en una fricativa (sólo se estrecha el canal bucal, no se cierra). En el paso del latín al español, las oclusivas sonoras intervocálicas se fricativizaron: /-b-/ /-d-/ /-g-/ > /-β-/ /-δ-/ /-γ-.

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geminadas. Consonantes articuladas en dos momentos sucesivos de tensión, entre los cuales hay una distensión que sirve de límite silábico. El latín poseía un sistema de geminadas paralelo a las sencillas. En el paso a algunas lenguas románicas (como el español), estas geminadas se simplifican. En italiano, se mantinen: femmina.

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haplología. Tipo de disimilación en el que se contraen dos sílabas cuando poseen iguales consonantes: idololatria > idolatría.

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hiato. Relación de dos vocales contiguas que forman dos sílabas diferentes (frente al diptongo en el que hay una sola sílaba). En español hay dos tipos de hiato:

el de fuertes (cualquier combinación de a, e, o; y siguen las reglas generales de acentuación: a-é-re-o, ca-er)

y el de débiles (vocal débil tónica + vocal fuerte átona en cualquier orden; siempre lleva tilde la débil tónica: de-cí-a, ma-íz).

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implosivas. Consonantes que ocupa el final de sílaba. En el caso de las oclusivas, sólo se da el primer tiempo de su articulación (la intensión), y carece, por tanto, de explosión (la p de adepto). En la evolución del latín al español, varias consonantes en esta posición se vocalizan (multum > muito). También se habla de “posición implosiva”, dentro de la sílaba.

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inflexión. Cambio del timbre de una vocal por influencia de un sonido vecino. En el paso del latín al español, es frecuente la inflexión de yod, que cierra en un grado la vocal cercana (lectum > lecho y no“*liecho). Ver metafonía.

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interdental. Consonánticas cuyo órgano activo es el ápice de la lengua y cuyo órgano pasivo son los dientes superiores e inferiores: /θ/. Forma parte del orden dental.

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labiales. Consonantes en las que intervienen los labios. Se usa como genérico de sonidos bilabiales o labiodentales. Se habla del orden labial.

Ver punto de articulación.

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labiodentales. Articulaciones consonánticas cuyo órgano activo es el labio inferior y cuyo órgano pasivo el borde de los incisivos superiores: /f/. Forma parte de los sonidos labiales.

Ver punto de articulación.

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labiovelares. Ver bilabiovelar.

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lateral. Articulación en las que los lados de la lengua se elevan hacia el paladar: /l/ (alveolar) y la /λ/ (palatal).

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latinismo. Es una palabra latina tomada directamente de los textos (desde el XIII al XX) y que, por tanto, no han sufrido los cambios fonéticos de las hereditarias. Sólo se han producidos pequeños cambios de adaptación a la estructura fonética del español en cada momento.

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lenición. Proceso, atribuido al celta, que consiste en la debilitación de toda consonante entre vocales (incluye la degeminación de dobles, la sonorización de sordas, la fricativización de sonoras y la desaparición de fricativas).

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líquidas. Articulaciones producidas con una obstrucción central en la boca que, frente a la obstrucción en los sonidos oclusivos o fricativos, no impide el libre paso (por los lados) del aire (de ahí ciertos rasgos vocálicos). Antiguamente era un término para referirse a las consonantes /m/, /n/, /l/, /λ/, /r/ y /rr/ (litterae liquidae). Algunos lingüistas sólo lo aplican a la l y r, por su capacidad de formar grupos (pr-, pl-, etc.) excluyendo a las nasales. /l/ y /λ/ (el aire pasa por los lados de la lengua y se denomina lateral).

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metafonía. Inflexión (cierre) de una vocal por influjo de una vocal final cerrada: veni > vine.

Ver inflexión.

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metátesis. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos.. “Cambio de lugar de los sonidos detro de la palabra , atraídos o repelidos unos por otros” (M. Pidal). Puede ser metátesis recíproca (parabola > palabra, animalia > alimaña), o metátesis sencilla o simple (interareentregar, crepare > quebrar). También se hablar de metátesis en contacto (vidua > viuda) o de metátesis a distancia (parabola > palabra, animalia > alimaña).

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modo de articulación. Modo en que están colocados los órganos de articulación en el momento en que sale el aire: cierre (oclusivas), estrechamiento (fricativas), cierre seguido de estrechamiento (africadas), cierre central y estrechamiento lateral (líquidas), vibración de un órgano –lengua- (vibrantes), aspiración (aspiradas), vibración o no de las cuerdas vocales (sonoras, sordas).

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monoptongación. Paso de un diptongo a una vocal (frente a la diptongación): au > o (aurum > oro).

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nasales. Articulaciones cuya resonancia se produce también en las fosas nasales frente a la articulación oral que se produce en la cavidad bucal: el velo del paladar, que ordinariamente cierra la comunicación entre la boca y las fosas nasales, cae y permite que el aire que proviene de los pulmones sale entonces por la nariz. Casi todas las lenguas tienen consonantes nasales; algunas lenguas, como por ejemplo el francés y el portugués, también tienen vocales nasalizadas.

/m/ bilabial /n/ ápicoalveolar /מ/ palatal.

Ver modo de articulación.

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oclusivas. Articulación en la que hay un contacto completo entre los órganos activo y pasivo, el paso del aire se interrumpe un momento y después hay una breve explosión del aire: /p/, /b/, /t/, /d/, /k/, /g/.

Ver modo de articulación.

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orales. Articulaciones en las que el aire espirado sale sólo por la boca (el velo está caído e impide la salida por las fosas nasales), frente a las nasales (en las que también sale el aire por la nariz). En el primer caso, el resonador es el canal bucal; en el segundo, también la nariz. Todas las vocales son orales en español.

Ver modo de articulación.

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palabra herediaria. Es la que ha pasado desde el latín hablado en Hispania (desde el siglo III a.c. hasta el V) al español de boca en boca, experimentando los cambios fonéticos (además de los semánticos, claro) que son objeto importante de este proyecto.

También se consideran hereditarias (aunque a nosotros no nos interesan ahora) las que parece que proceden de las lenguas habladas en la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos (celta, ibero, vasco).

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paladar. Es la parte de la bóveda superior de la cavidad bucal (entre los alveolos y la úvula). Hay dos zonas: el paladar duro (fija, ósea) y el paladar blando o velo del paladar (móvil, muscular), llamada paladar blando o velo del paladar (su extremo es la úvula). El velo del paladar puede intervenir en las articulaciones como órgano activo (nasales) o pasivo (velares).

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palatales. Articulaciones cuyo órgano activo es el predorso de la lengua y cuyo órgano pasivo es el paladar duro. Puede ser prepalatal, como ch, ñ, ll; o postpalatal; k, g en las sílabas que, gui.

Las vocales palatales son las articulaciones vocales en las que la lengua se eleva hacia el paladar duro (serie anterior): e (media), i (cerrada).

Ver punto de articulación.

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palatalización. Proceso por el que sonido desplaza su punto de articulación hacia el paladar duro. Así, la t dental atraída por la i palatal se hace ch en español: nocte > noite > noche.

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paragoge. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Consiste en la adición de un sonido al final de la palabra: felice en lugar de feliz.

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posición implosiva. Ver implosiva.

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prótesis. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Consiste en la adición de un sonido al principio de la palabra. En el paso del latín a las lenguas románicas, la s + consonante (s líquida) añadió una i para facilitar su pronunciación: sperare > isperare > esperar.

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punto de articulación. Zona del canal bucal en la que los órganos activo y pasivo se aproximan (sonidos aproximantes o fricativos) o contactan (sonidos oclusivos). En español hay articulaciones bilabiales, labiodentales, interdentales, dentales, alveolares, palatales, velares.
lugaresarticulacion

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rehilamiento. Vibración intensa que se produce normalmente por el frotamiento del aire en la zona de articulación. La j inicial se rehíla en ζ (juégo > ζuégo).

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retroflexión. Ver cacuminal.

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semiconsonante. Articulación más cerrada que la vocal (parecida al cierre de una consonante) que, con una vocal posterior, forma un diptongo creciente: j y w ([pjé]; [kwátro]).

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semivocal. Articulación más cerrada que la vocal (parecida al cierre de una consonante) que, con la vocal anterior, forma un diptongo decreciente: ([aḭre], [páṷsa]).

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seseo. Fenómeno propio de las hablas sureñas (incluido el españold de América), que consiste en pronunciar la /θ/ como /s/: cielo /siélo/. Históricamente es el resultado de confusión en /s/ de /s,z/ y /tz, dz/.

Ver ceceo. Ver sibilantes.

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sibilantes. Consonantes articuladas en la zona alveolar o palatal con un componente fricativo (sibilante). En los siglos de oro se produce un reajuste en las sibilantes medievales españolas:



FRICATIVAS APICOALVEOLARES

AFRICADAS DENTOALVEOLARES

FRICATIVAS PREPALATALES

s

z

ts

dz

ſ

ζ




DESAFRICACIÓN




ş

ź

ENSORDECIMIENTO

s

ş

ſ

s

Θ

x

s (seseo) θ (ceceo)

h


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sílaba libre o abierta. Sílaba que acaba en vocal: ca / mi / no.

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sílaba trabada o cerrada. Sílaba que acaba en consonante: sal / tar. En el paso del latín al español, hay una tendencia a la sílaba abierta: las consonantes en final de sílaba sufren diferentes procesos fonéticos.

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síncopa. Es uno de los tipos de cambios fonéticos esporádicos. Pérdida de una consonante o de una vocal en el interior de la sílaba: mortuo > morto.

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sonido. Onda física producida por el aire espirado, que pasa por la cavidad bucal (a veces con vibración de las cuerdas vocales) y/o nasal. Ver timbre. Ver fonema. Ver variante.

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sonoras: Articulaciones en las que hay vibración regular de las cuerdas vocálicas (en la laringe). Generalmente las vocales son sonoras (excepto cuando se habla en susurro); las consonantes pueden ser sonoras o sordas: /b/ /d/ /g/ son sonoras (/p/ /t/ /k/ son sordas).

volver
sonorización. Proceso por el que un consonante pasa de sorda a sonora. En el paso del latín a ciertas lenguas románicas (entre ellas, el español), la serie latina de oclusivas sordas intervocálicas se sonorizan: -p-, -t-, -k- > -b-, -d-, -g- (se atribuye al sustrato celta).

volver
sordas: Articulaciones en las que no hay vibración regular de las cuerdas vocálicas (en la laringe: /p/ /t/ /k/ son sordas; b/ /d/ /g/ son sonoras).

volver
sustrato. Por analogía con las capas geológicas, se da este nombre a la lengua que, como consecuencia de la invasión de otra lengua, queda sumergida y sustituida por la otra. La lengua desaparecida tiñe a la invasora de sus algunos rasgos: palabras que sobrenadan en el hundimiento, hábitos fonéticos, de entonación, gramaticales, etc. Ascoli (s. XIX) fue el primer lingüista en llamar a atención sobre el influjo del sustrato. Muchos fenómenos en el paso del latín a las lenguas romances se atribuyen a este influjo: la pérdida de la -f inicial en castellano se atribuye al sustrato vasco; la palatalización de ct > it > ch) se atribuye a sustrato celta.

volver
timbre. Característica de los sonidos que depende de la caja de resonancia (agudos o graves). Las vocales definen su timbre por el punto de articulación (palatal, velar) y por el grado de abertura (máximo, medio, mínimo).

volver
ultracorrección. Proceso que tiene lugar cuando el hablante interpreta una forma correcta del lenguaje como incorrecta y la restituye a la forma que él cree normal. Un hablante yeísta, por ejemplo, puede escribir “aller”. A veces es la lengua vulgar aparecen pronunciaciones como Bilbado, périto, etc. También, en otras lenguas, se denomina hipercorrección. Es una clase de los cambios fonéticos esporádicos.

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variante. Sonido que no distingue significado; es una variación del fonema en determinados contextos fonéticos. Por ejemplo, la s de desde es sonora porque está en sílaba trabada por consonante sonora; pero es una variante del fonema sordo /s/. En la Edad Media, sin embargo, era un fonema distinto (como lo es hoy en francés: poisson / poison): oso (ausare, ‘osar’) / osso (ossum).

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velares. Articulaciones cuyo órgano activo es el dorso de la lengua y cuyo órgano pasivo es el velo del paladar: Las consonantes velares son /k/ /g/ /x/.

Las vocales velares son las articulaciones vocales en las que la lengua se eleva hacia el velo del paladar (serie posterior): o (media), u (cerrada).

Ver punto de articulación.

volver
velarización. Proceso por el que un sonido pasa a articularse en el velo del paladar. La l implosiva en el grupo alt > aut.

volver




vibrantes. Consonante alveolar en la que el ápice de la lengua vibra una vez (vibrante simple: r) o varias veces (vibrante múltiple: rr). Son consonantes líquidas.

Ver modo de articulación.

volver
vocal. Articulación que consiste en “un movimiento de abertura, seguido de otro de cierre, con un minimum articulatorio entre uno y otro”, frente a la consonante que es “un movimiento de cierre, seguido de otro de abertura, con un minimun articulatorio entre estos dos puntos”, La vocal implica “abertura” (ausencia de obstáculo), frente a la consonante, que es “cierre” (obstáculo). La vocal puede sola forman sílaba.

Vocales átonas y tónicas. Vocales largas y breves. Vocales abiertas y cerradas.

Ver punto de articulación. Ver modo de articulación.

vocalesboca

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vocales tónicas y átonas. Las vocales que llevan acento fonético se denominam tónicas, frente a las que no lo llevan, que son átonas. Estas pueden ser pretónicas (si está antes de la vocal tónica) o postónicas (si está después).

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vocales largas y breves. En algunas lenguas, la cantidad es rasgo fonológico que permite distinguir palabras. El sistema vocálico del latín se basaba en la cantidad:

ă ā mălum (‘malo’) mālum (‘manzano’)

ĕ ē lĕvo (‘aligero’) lēvo (‘pulo’)

ĭ ī lĭber (‘libro’) līber (‘libre’)

ŏ ō nŏta (‘signo’) nōta (‘conocida’)

ŭ ū furĭs (‘del ladrón’) fūris (‘estás furioso’)

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vocales abiertas y cerradas. La abertura es uno de los rasgos que definen las vocales (otro es el punto de articulación). El sistema del latín vulgar distinguía cuatro grados de abertura: a / ę / ẹ / i / ỏ / ọ / u. En español distingue tres: a / e / i / o / u (recuérdese que ę y latinovulgares diptongan).

volver
vocalización. Proceso por el que una consonante se convierte en vocal. La “l” en el grupo alt pasa a o: saltu > sauto > soto.

volver
wau. Se da este nombre, de procedencia hebrea, a la u semiconsonante explosiva agrupada con la consonante anterior (agua) o semivocal implosiva agrupada con la vocal precedente (fauna). El wau semiconsonante se suele representar en alfabeto fonético con w y el semivocal con .

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yod. Este nombre (de origen hebreo) se aplica a la i semiconsonante explosiva agrupada con la consonante anterior (pie, en los diptongos ascendentes) o a la semivocal implosiva agrupada con la vocal precedente (reino, en los diptongos descendentes). Es una articulación más cerrada que la articulación vocal y, en el caso, del latín vulgar fue la causante de una serie de importantes cambios fonéticos: la aparición de una serie de consonantes palatales y una anómala evolución de las vocales tónicas.

volver

M. Pidal distingue cuatro tipos de yod:

1ª) Yod primera NO PRODUCE INFLEXIÓN:

TJ, KJ, que produjeron /ts/ ç o /dz/ z en castellano antiguo, c o z en el español actual ): puteupozo, aciariu > acero.

2ª) Yod segunda /λ/ /מ/:

LJ, K'L, G'L, T'L, que dieron λζ > ſ > x en español: apic(u)la > abeja

NJ, GN y NGe,i que produjeron /מ/ ñ: insignia > enseña.

Inflexionó las vocales abiertas (impiden su diptongación), salvo la de ñ que no inflexionó la ỏ’ (somniu > sueño).

No inflexionó las vocales cerradas, salvo la de ñ que inflexiona la (cunea > cuña).

3ª) Yod tercera /y/:

GJ, DJ (> y)

BJ (> y o bj): radiaraya, pluvialluvia, fovea > hoya.

Inflexionó a ỏ’ (podiu > poyo) y ę’ (pulegiu > poleo), impidiendo su diptongación.

Vacila ante y , inflexionándolas unas veces (> i, > u) y otras no.

4ª) Yod cuarta:

KT, UL+consonante (> tſ), KS (> ſ > x), GR (> ir): lacte > leche, multumucho, taxutejo, integru > enteiro > entero

RY, SY, PY, que fue atraída a la sílaba anterior: caldariu > caldairo > caldero.

Síncopa de sonidos latinos: probavi > probai > probei > probé.

INFLEXIONA A TODAS LAS VOCALES. Sólo ẹ no es inflexionada por kt, ks (strictu > estrecho).

volver
yodización. Conversión de un sonido en yod: k de lacte > lajte > leite > leche; la e de area > aera > aira > era.
volver
DTF: Lázaro Carreter, F., Diccionario de términos filológicos, Madrid, Gredos, 1973.



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