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OPCIÓN A YERMA ¡María! ¿Por qué pasas tan deprisa por mi puerta? MARÍA (Entra con un niño en brazos) Cuando voy con el niño lo hago..., ¡cómo siempre lloras!... YERMA Tienes razón (Coge al niño y se sienta). MARÍA Me da tristeza que tengas envidia. YERMA No es envidia lo que tengo; es pobreza. MARÍA No te quejes. YERMA ¡Cómo no me voy a quejar cuando te veo a ti y a otras mujeres llenas por dentro de flores, y viéndome yo inútil en medio de tanta hermosura! MARÍA Pero tienes otras cosas. Si me oyeras podrías ser feliz. YERMA La mujer del campo que no da hijos es inútil como un manojo de espinos, y hasta mala, a pesar de que yo sea de este desecho dejado de la mano de Dios. (MARÍA hace un gesto como para tomar al niño). Tómalo contigo, está más a gus to. Yo no debo tener manos de madre. MARÍA ¿Por qué me dices esto? YERMA Porque estoy harta. Porque estoy harta de tenerlas y no poderlas usar en cosa propia. Que estoy ofendida, ofendida y rebajada hasta lo último, viendo que los trigos apuntan, que las fuentes no cesan de dar agua y que paren las ovejas cientos de corderos, y las perras, y que parece que todo el campo puesto de pie me enseña sus crías tiernas, adormiladas, mientras yo siento dos golpes de martillo aquí en lugar de la boca de mi niño. MARÍA No me gusta lo que dices. YERMA Las mujeres cuando tenéis hijos no podéis pensar en las que no los tenemos. Os quedáis frescas, ignorantes, como el que nada en agua dulce y no tiene idea de la sed. MARÍA No te quiero decir lo que te digo siempre. YERMA Cada vez tengo más deseos y menos esperanzas. MARÍA Mala cosa YERMA Acabaré creyendo que yo misma soy mi hijo. Muchas noches bajo yo a echar la comida a los bueyes, que antes no lo hacía, porque ninguna mujer lo hace, y cuando paso por lo oscuro de l cobertizo mis pasos me suenan a pasos de hombre. MARÍA Cada criatura tiene su razón. YERMA A pesar de todo, sigue queriéndome. ¡Ya ves cómo vivo! MARÍA ¿Y tus cuñadas? YERMA Muerta me vea y sin mortaja si alguna vez las dirijo la conversación. MARÍA ¿Y tu marido? YERMA Son tres contra mí. MARÍA ¿Qué piensan? YERMA Figuraciones. De gente que no tiene la conciencia tranquila. Creen que me puede gustar otro hombre y no saben que, aunque me gustara, lo primero de mi casta es la honradez. Son piedras delante de mí. Pero ellos no saben que yo, si quiero, puedo ser agua de arroyo que las lleve. (Federico García Lorca, Yerma)
OPCIÓN B Al acusar recibo de un envío de poemas de Jaime Gil de Biedma, Luis Cernuda contestaba en una carta fechada en San Francisco el 15 de enero de 1962: “Los seis poemas me han gustado mucho y desde luego me han interesado no menos (...). Todos me parecen poesía completa, humana e impura. Feliz (sic) ustedes, los poetas jóvenes, que no tienen que combatir necedades como las del tiempo de mi juventud: “deshumanización”, “poesía pura”, etc. Claro que tendrán otras equivalentes de hoy, según me figuro y temo”. Las necedades equivalentes de aquellos años rondaban en torno a una mecanicista y sectaria definición de lo que es realismo y de lo que no es realismo, del compromiso y el no compromiso, etc. Jaime Gil de Biedma, a su manera, se mantuvo al margen de aquella batalla y su poesía salió ganando con ello. Se dio a una poesía “humana e impura” emparentada con aquella que propugnaba en los años republicanos Pablo Neruda desde las páginas de Caballo verde para la poesía: “Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos”. Que aquel programa el gran poeta chileno lo cumpliera solo en parte no inhabilita su actualidad. Curiosamente, la semilla de aquella “poesía sin pureza” que él arrojó en la España convulsa de los años de anteguerra, iba a fructificar dos décadas después en la obra de un puñado de poetas que acaso, por las limitaciones de la época, no conocían el profético mensaje de Neruda. Y Jaime Gil de Biedma es quizá de todos ellos quien mejor cumplió aquellos consejos venidos de otro tiempo, de otra coyuntura histórica. En las palabras preliminares a Las personas del verbo, Gil de Biedma indicaba en un tono inequívocamente machadiano: “Muy pobre ha de ser uno si no deja en su obra – casi siempre sin darse cuenta- algo de la unidad e interior necesidad de su propio vivir. Al fin y al cabo, un libro de poemas no viene a ser otra cosa que la historia del hombre que es su autor, pero elevada a un nivel de significación en que la vida de uno es ya la vida de todos los hombres, o por lo menos –atendidas las inevitables limitaciones objetivas de cada experiencia individual- de unos cuantos entre ellos.” (Javier Alfaya, “Prólogo” a Jaime Gil de Biedma, Antología poética, Alianza Editorial)
RESPUESTAS OPCIÓN B 1. Escriba un resumen del texto y póngale un título (2 ptos.) Partiendo de la experiencia de un poeta, Luis Cernuda, en su madurez, se caracteriza la poesía de Jaime Gil de Biedma como una poesía impura, apegada a lo humano. Esa tendencia ya aparecía reflejada en las intenciones de Pablo Neruda, quien vivió en unas circunstancias históricas tan conflictivas que no pudo llevar a la práctica en su totalidad su ideario poético. Jaime Gil de Biedma continúa esa concepción humana de la poesía ya establecida en la literatura española por autores como Antonio Machado. Título: Poesía impura y humana de Jaime Gil de Biedma. 2. Explique brevemente el significado de las siguientes palabras: “sectaria”, “vigilias”, “inhabilita”, “propugnaba” (2 ptos.) Sectaria: Adjetivo calificativo cuyo significado es “persona intransigente de un partido o de una idea”, en este caso concreto, de una determinada concepción de la poesía. Vigilias: sustantivo que indica trabajo intelectual, especialmente ejecutado por la noche. Inhabilita: presente de indicativo del verbo inhabilitar, cuyo significado es “declarar a uno incapaz de ejercer u obtener ciertos derechos”; en el texto se emplea con un significado equivalente a descalificar o anular. Propugnaba: pretérito imperfecto de indicativo de un verbo que significa defender, una postura o una corriente literaria. 3. Analice sintácticamente la siguiente oración (2 ptos.): Jaime es quizá quien mejor cumplió aquellos consejos venidos de otro tiempo. El fragmento consta de dos proposiciones relacionadas por subordinación. Proposición 1, principal de la siguiente: Jaime es quizá -SN Sujeto: Jaime -SV Predicado nominal: es quizá -N del SV Pred.: es -C. Oracional de duda: quizá Proposición 2, subordinada adjetiva o de relativo sustantivada en función de atributo: quien mejor cumplió aquellos consejos venidos de otro tipo -SN Sujeto: quien -SV Predicado verbal: mejor cumplió aquellos consejos venidos de otro tiempo -N del SV Pred.: cumplió -CCM: mejor -CD: aquellos consejos venidos de otro tiempo -Det: aquellos -N del SN: consejos -S. ADJ. Adyacente: venidos de otro tiempo - N del S. ADJ.: venidos -C. del Adj.: de otro tiempo (al mantener el adjetivo venidos su carácter verbal de participio, es complementado por un complemento cercano al circunstancial de tiempo) 4. Indique la función sintáctica de los sintagmas subrayados de las frases siguientes: a) Se dio a una poesía huma na e impura (0,5 ptos.) b) Todos me parecen poesía completa, humana e impura (0,5 ptos.) El sintagma preposicional a una poesía humana e impura desempeña la función sintáctica de complemento régimen o complemento suplemento del verbo darse a. El sintagma no minal poesía completa, humana e impura, la de atributo de un verbo atributivo parecer. 5. Exponga las características de la obra poética de Jaime Gil de Biedma (3 ptos.) Jaime Gil de Biedma nació en 1929 en Barcelona, ciudad en donde residió la mayor parte de su vida. Es considerado uno de los más importantes autores de la poesía española del siglo XX. Biedma formó, junto al editor y poeta Carlos Barral y a José Agustín Goytisolo, la Escuela de Barcelona, de la que fue uno de sus miembros más destacados. Se convirtió en guía para muchos escritores de la Generación del 50 porque se atrevió a conducir su poesía a terrenos más coloquiales y cercanos a la realidad cotidiana sin abandonar por ello la calidad y el refinamiento poético. No se limitó a utilizar la poesía para expresar una rebeldía política sino que profundizó en el uso de la palabra como material estético y en la consideración del poema como experiencia. Su estilo es muy característico: rigor poético, claridad, fina ironía, búsqueda de la identidad, el paso del tiempo, cierta obsesión vital por el hedonismo, a lo que se puede añadir, además, una profunda ética personal. Aunque su obra fue breve, Biedma obtuvo el reconocimiento entre sus contemporáneos y se convirtió en una de las figuras literarias más polémicas e influyentes de su época. Sus primeros poemas se publicaron en 1953 con el título Según sentencia del tiempo, a la que siguió Compañeros de viaje (1959), A favor de Venus (1965), Moralidades (1966) y Poemas póstumos (1968). En 1975 reunió por vez primera toda su obra en un libro titulado Las personas del verbo, que ha sido reeditado en diversas ocasiones con nuevos poemas inéditos. |
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