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TEMA 7: LA LITERATURA MEDIEVAL Lengua castellana y literatura -3º ESO TEMA 7: LA LITERATURA MEDIEVAL 1. LA EDAD MEDIA 1.1. DEFINICIÓN Se llama Edad Media a un larguísimo periodo de unos mil años que va desde el siglo V hasta finales del siglo XV. En Literatura, la Edad Media se extiende desde los primeros textos artísticos conocidos (jarchas mozárabes, del siglo XI; Cantar del Cid, siglo XII) hasta finales del siglo XV (La Celestina, 1499). Periodo que, sin embargo, no puede considerarse homogéneo. Es preciso contemplar los primeros siglos medievales de forma independiente respecto al siglo XIV, momento en que los valores medievales entran en crisis, y el siglo XV, considerado como Prerrenacimiento o etapa de transición al Renacimiento 1.2. SOCIEDAD MEDIEVAL La sociedad medieval era fundamentalmente rural, organizada en torno a pequeños pueblos, mal comunicados. Se trataba de una sociedad estamental caracterizada por: a) La sociedad estaba dividida en tres estamentos: el de los nobles, el de los eclesiásticos y el de los campesinos. Los dos primeros propietarios de la tierra y disponían de todos los privilegios, los campesinos eran los que trabajaban la tierra y entregaban parte del fruto a los señores a cambio de protección. Los nobles eran los encargados de defender militarmente a sus vasallos y la Iglesia se encargaba de la vida espiritual. b) Cada hombre nacía en una determinada situación social y difícilmente podría salir de ella. Era prácticamente imposible la movilidad entre los estamentos, excepto en el caso de los campesinos que podían acceder a formar parte del bajo clero. c) Esta estructura social se llamaba feudalismo y estaba basada en la creencia de que Dios ha creado así el mundo y no se puede cambiar. Esta organización social entró en crisis a partir del siglo XII, cuando las ciudades crecieron y se multiplicaron las rutas comerciales. Desde entonces, tuvieron más importancia los burgos (las ciudades) y sus habitantes, los burgueses, formaron una nueva clase social: la burguesía. 1.3. CULTURA MEDIEVAL 1.3.1. Cultura escrita Durante todos estos siglos la cultura escrita se refugió en los monasterios, donde los monjes se encargaron de conservar y transmitir los saberes de la Antigüedad. Allí se copiaban a mano los libros (manuscritos), que eran, por ello, poco abundantes. En la cultura medieval se supone que todo está ya dicho, y de ahí la labor de copia del sabio, que es quien conoce con seguridad todo los hechos. Ello explica que se juzgara como verdad aquello que los autores antiguos prestigiosos (Aristóteles, por ejemplo) habían afirmado en sus escritos. Esto explica que el concepto de originalidad fuera totalmente distinto del actual. Los autores latinos no crean, copian o imitan las obras de los autores antiguos. Por ello, en muchas ocasiones las obras son anónimas. La cultura, como la sociedad, se considera inamovible y todo es así porque de ese modo lo ha creado Dios. La cultura medieval es teocéntrica, considera que Dios es el centro, el origen y el destino de todas las cosas. Con el tiempo, la aristocracia refinó su modo de vida y consideró un signo de distinción la posesión de libros. Ciertos nobles formaron entonces sus bibliotecas particulares y la cultura dejó de estar unida necesariamente a la Iglesia. Aparecieron durante los siglos XII y XIII las primeras universidades, en cuyas bibliotecas eran muy leídos los autores antiguos. Al final de la Edad Media, el desarrollo del comercio favorece los viajes y, por tanto, el intercambio de ideas y el contacto entre culturas. El mundo medieval cerrado deja paso a un nuevo mundo en el que cada vez son más importantes los seres concretos, los individuos. Con ellos aparecen nuevos sentimientos: el individualismo, la soledad, la angustia personal… En el terreno literario, las obras dejan de ser anónimas, y conocemos ya los nombres de grandes escritores: en Italia, Dante Alighieri (1263-1321), autor de la Divina Comedia; la poesía de Francesco Petrarca (1304-1374) y el Decamerón de Giovanni Boccaccio (1313-1375); en Inglaterra, los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer, etc. 1.3.2. Cultura popular: Se trataba de una cultura no escrita, de transmisión oral, una cultura pagana que todavía no había desaparecido con la extensión del cristianismo. Lógicamente, ha llegado hasta nosotros a través de referencias, copias o alusiones de autores cultos. Se trata de una cultura propia de una sociedad agrícola, muy ligada a los ciclos de la naturaleza y muy vitalista. 1.4. LA ESPAÑA MEDIEVAL En la Península Ibérica, desde la llegada de los árabes en el año 711, existen durante la Edad Media una zona musulmana al Sur y diversos reinos cristianos al Norte. Estos van progresivamente extendiéndose hacia el Sur. Por ello en Castilla, en Aragón y en Al-Andalus convivieron gentes de tres culturas y tres religiones: cristiana mahometana y judía. La convivencia de las culturas cristiana, mahometana y judía determinó y enriqueció la cultura hispana. En la cultura de los reinos cristianos fue muy grande la influencia de la cultura islámica, debido a su superioridad en todos los campos del saber (astronomía, matemáticas, medicina…). De hecho, España sirvió de puente entre los conocimientos del mundo árabe y la cultura latina europea. La cultura europea también influyó en la cultura peninsular; por ejemplo, el influjo francés fue muy acusado a través del camino de Santiago. Y la estrecha relación del reino de Aragón con Italia facilitó el intercambio de ideas. A partir del siglo XIV se rompió la armonía medieval y se extendió el antisemitismo, que culminaría con la expulsión de judíos y moriscos de la península ibérica. Lingüísticamente, el latín, que siglos antes había sustituido en la Península Ibérica a todas las lenguas prerromanas con la excepción del vasco, fue adquiriendo particularidades que lo hicieron diferente según las zonas, lo que dio lugar a las diversas lenguas románicas. Aunque el castellano se extendió por el predominio político de Castilla, el latín siguió usándose como lengua de cultura hasta mucho más tarde. 2. LA POESÍA ORAL: EL MESTER DE JUGLARÍA En una sociedad fundamentalmente iletrada, el verso es anterior a la prosa, pues los textos se debían transmitir de memoria y el verso, unido a la música, favorecía esa memorización. La poesía lírica se expresaba a través de canciones y bailes. La poesía épica también iba acompañada a menudo de música. Ambas, lírica y épica, eran difundidas por los juglares, cantores y actores que divertían a las gentes en pueblos y castillos. De ahí que se denomine mester de juglaría (oficio de juglares) al oficio propio de estos artistas. 2.1. LA LÍRICA PENINSULAR PRIMITIVA 2.1.1. Las jarchas Son los más antiguos testimonios de la lírica oral peninsular en la Edad Media. Las jarchas son breves composiciones líricas, escritas en mozárabe, la lengua derivada del latín que se hablaba en territorio musulmán. Estos poemillas se transmitieron oralmente y algunos de ellos quedaron recogidos en textos cultos escritos en su lengua por poetas árabes y hebreos andalusíes, en los siglos XI y XII. Las jarchas muestran gran parecido con otros poemas peninsulares y europeos: tema amoroso, canciones puestas en boca de una mujer, sencillez expresiva, versos cortos. Ciertos aspectos las podrían acercar al mundo oriental: el ambiente urbano, el erotismo de ciertas composiciones, la desenvoltura y el atrevimiento de las mujeres. Es un lirismo directo, donde se expresan abiertamente las emociones, por ello abundan los vocativos con los que la mujer se dirige a su amado (habib, sahhara…), a su madre o a sus hermanas. La emoción se expresa igualmente con el uso de diminutivos de carácter afectivo (hermanitas, boquita…), interrogaciones y exclamaciones y un vocabulario apasionado y sentimental. 2.1.2. Las cantigas de amigo Las cantigas de amigo más antiguas son del siglo XII. Comparten muchos rasgos con las jarchas: por ejemplo, el tema amoroso y la voz femenina. Sin embargo, también existen importantes diferencias: mayor extensión, estrofas encadenadas mediante el uso de paralelismo, continuas referencias a la naturaleza, que revelan la realidad campesina y marinera de Galicia, frente al ambiente urbano mozárabe. La forma característica de las cantigas de amigo es la canción paralelística, basada en el paralelismo1. El paralelismo es el artificio esencial al que se pliegan los demás elementos, tanto métricos como temáticos y estilísticos. Conviene resaltar también el empleo del estribillo como elemento estructurador, así como el uso del llamado leixaprén (“toma y deja”), característico de la poesía gallega, es decir, la repetición literal al principio de una estrofa de un verso ya utilizado en una estrofa anterior. Un rasgo esencial del paralelismo de las cantigas de amigo es su inmovilidad, las cantigas tienen una progresión narrativa mínima, apenas cuentan nada, limitándose a repetir los mismos elementos añadiendo pequeñas variaciones. 2.2. LA ÉPICA. EL CANTAR DE MIO CID 2.2.1. La épica: los cantares de gesta. La épica es la narración de las hazañas de un héroe, antepasado del pueblo que las canta. Los poemas épicos cuentan sucesos de carácter histórico, aunque con muchos elementos totalmente inventados. Estos poemas recibían el nombre de cantares de gesta porque se recitaban o cantaban acompañados de una melodía y porque relataban gestas o hazañas de grandes héroes. En la Europa medieval fueron frecuentes. Destacan el francés Cantar de Roldán y el alemán Cantar de los Nibelungos. Aunque debieron de ser más numerosos, apenas conocemos hoy cantares de gesta en castellano. El más importante es, desde luego, el Cantar de mío Cid. 2.2.2. El Cantar de mío Cid. 2.2.2.1. Texto, autoría y fecha de composición El Cantar de mío Cid se conserva en un manuscrito copiado en el siglo XIV. En cuanto a su fecha de composición, hay quien piensa que, tras diversas refundiciones, el texto que hoy conocemos sería de hacia 1140 y obra de dos o más juglares. Para otros, sin embargo, la unidad y la perfección del texto hacen suponer un único autor culto. 2.2.2.2. Argumento La obra se basa en la parte final de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar (h. 1043-1099), caballero de la corte de Sancho II de Castilla, quien, tras la muerte de su señor, pasó a servir a Alfonso VI. Los hechos narrados se refieren a sucesos posteriores a 1081, año en que el rey Alfonso desterró al Cid, acusado del robo de la recaudación de unos impuestos. El poema narra cómo Rodrigo, expulsado de Castilla por el rey, separado de su familia y sin dinero, viaja hacia el este de la Península Ibérica, junto con un grupo de vasallos fieles. En este vagar combate contra los musulmanes y conquista algunas de las poblaciones que éstos dominaban. Las victorias le acarrean honra y riquezas, que aumentan cuando consigue apoderarse de una de las mejores plazas musulmanas de la Península: la ciudad de Valencia. La conducta ejemplar de Rodrigo, que no deja en ningún momento de enviar presentes al rey Alfonso, le vale el perdón de éste. Como muestra de reconciliación y agradecimiento, el monarca casa a las hijas del Cid con los infantes de Carrión, que forman parte de la alta nobleza leonesa. Pero los yernos del Cid se muestran muy pronto como cobardes. Los vasallos de Rodrigo, acostumbrados a la dura vida de frontera, se burlan de los infantes, y éstos, humillados, deciden vengarse de la forma más ruin: aprovechando un viaje hacia Carrión, golpean y abandonan a sus esposas en medio de un bosque. Este ultraje provoca la lógica reacción de Rodrigo, quien no recurre a las armas para limpiar su honra, sino que se confía a las leyes. El Cid informa al rey de lo ocurrido, y Alfonso VI convoca un juicio en el que Rodrigo y sus vasallos se imponen a los de Carrión. El cantar acaba una nota de completa felicidad: se recibe la noticia de que los reyes de Aragón y de Navarra piden en matrimonio a las dos hijas del héroe. 2.2.2.3. Métrica Los 3730 versos del Cantar se agrupan en series de versos, o tiradas, de desigual extensión, con la misma rima asonante. Los versos son irregulares, esto es, sin medida fija, y están divididos en dos partes, o hemistiquios, por una fuerte pausa intermedia, o cesura, que suele representarse con una separación central. 2.2.2.4. La lengua del poema Destaca por su claridad, lo que es lógico porque los oyentes del poema eran normalmente analfabetos. Los rasgos del texto tienen que ver con la transmisión oral del poema: a) Frecuentes llamadas a los oyentes b) Expresiones exclamativas c) Paso constante de la narración al diálogo en estilo directo. d) Extraordinaria libertad con que se emplean las formas verbales. e) Uso de aposiciones y de epítetos épicos que sirven para engrandecer a los héroes. La mayoría de estos epítetos épicos se dedican al Cid: el que en buena hora ciñó espada, el que en buena hora nació, el de la luenga barba, el que Valencia ganó… f) Frecuentes paralelismos, que ayudan a la memorización por parte de los juglares. g) Disposición de palabras y elementos en grupos de dos (bimembración): moros y cristianos, burgueses y burguesas, con lumbres y con candelas. 2.2.2.5. Estructura del poema El poema se ha dividido modernamente en tres partes o cantares, de progresiva novelización: - Cantar del destierro: Narra los sucesos acaecidos desde la partida de Vivar hasta la victoria del Cid sobre el conde de Barcelona. - Cantar de las bodas: Se extiende desde el comienzo de la campaña levantina hasta las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión. - Cantar de la afrenta de Corpes: Abarca desde la escena del león hasta el desenlace de la historia, con el triunfo final de Rodrigo. 2.2.2.6. La recuperación de la honra: tema del Cantar La estructura del Cantar está marcada por el proceso de pérdida de la honra pública (el Cid es desterrado) y su recuperación (bodas de sus hijas con los infantes de Carrión). Posteriormente, el Cid sufrirá una ofensa personal contra su honor (la afrenta de Corpes: las hijas del Cid son maltratadas y abandonadas por sus maridos) El Cid consigue una reposición de su honor haciendo uso del riepto: una innovación jurídica del siglo XII en la que, tras oír a ambas partes de un pleito, el rey designaba combatientes y presidía un combate público. De este modo, el Cid obtiene la victoria sobre los infantes y un nuevo matrimonio para sus hijas con los príncipes herederos de Castilla y Aragón, que eran superiores en linaje a los infantes de Carrión. 2.2.2.7. Análisis del contenido En cuanto al contenido, se pueden distinguir tres aspectos: a) Político: Castilla frente a León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey, de origen leonés. Los enemigos del Cid son, en general, grandes nobles de procedencia también leonesa. El poema exalta al Cid y con él, a Castilla. b) Socio-económico: el Cantar expresa ideales de ascenso social que agradaban tanto al juglar como a sus oyentes, personas que vivían en la frontera con los territorios musulmanes. El poema refleja en el protagonista el modo de vida guerrero de esas gentes de frontera, su deseo de prosperar y su desprecio por la alta nobleza. |