descargar 30.78 Kb.
|
Sturm und Drang Sturm und Drang (en alemán: tormenta e ímpetu) fue un movimiento alemán principalmente literario, pero también musical y de las artes visuales, desarrollado durante la segunda mitad del siglo XVIII. Sucede y se opone a la ilustración alemana o Aufklärung y se constituye en precedente del posterior Romanticismo. El nombre proviene de una pieza teatral de F Klinger, Sturm und Drang, "tempestad y arrebato".
Cronología y orígenes del movimiento Este movimiento estético abarcó de 1767 a 1785. Se trata de una reacción -alentada por Hamann y sobre todo por y su discípulo Goethe- contra lo que era visto como una excesiva tradición literaria racionalista. Su rechazo a las reglas del firme estilo neoclásico del siglo XVIII lo sitúan firmemente como parte de un movimiento cultural mucho más amplio conocido como Romanticismo, o para ser más exactos el Pre-romanticismo La figura simbólica de Nathan, el sabio judío de Lessing, representante de la Ilustración, venía a enfrentarse con el Prometeo (1774) de Goethe, quien, en la oda del mismo título, enfrentaba el genio creador, rebelde e independiente contra todo lo representado por aquel. Frente a los fríos modelos del Neoclasicismo de origen francés, el Sturm und Drang estableció como fuente de inspiración el sentimiento en vez de la razón y tuvo como modelos las obras de William Shakespeare y Jean-Jacques Rousseau. Para Hamann las imágenes y parábolas, la interpretación imaginativa de la creación del mundo y de la naturaleza de La Biblia contenían más verdad que las teorías ilustradas. La literatura poseía, pues, un carácter prácticamente religioso, y también en el poeta veía en cierto modo un segundo creador. Herder, más tarde, desarrolló la idea de de la literatura como lengua primigenia de la humanidad, y la imagen del poeta-creador influenció la discusión sobre el genio en el Sturm und Drang; pero si Hamann no contemplaba la libertad del genio creador sino en la consonancia de sus sentidos y pasiones con la naturaleza, Herder utilizó el concepto de genio original ya en el Diario de mi viaje en el año 1769, cuando debatió sobre el modelo de novela educativa del Émile de Rousseau (1762), donde encontró un sistema educativo que no estaba ligado a normas sino que había de fomentar las capacidades creativas; el cuerpo venía a ser como una extensión del alma y no un ancla de la misma, de forma que la liberaba con sus pasiones; esto añadió un carácter más profundo a esta idea, que continuó desarrollando en su ensayo Shakespeare (1773), en que traspasó su exigencia de liberación de las fuerzas creativas en la literatura en general: la literatura, pues, no consistiría en una mera imitación de modelos literarios, ya que la historia no se detiene, sino que se transforma porque está viva. Cada pueblo, cada época ha de crear su propia literatura. El genio poético se destaca por "extraer de su sustancia una creación dramática tan natural, grande y original como los griegos hicieron con la suya". El modelo mejor era Shakespeare, "traductor de la naturaleza en todas sus lenguas", y "mortal dotado de fuerza divina". De la misma manera que Shakespeare había utilizado temas nacionales para construir una "totalidad viva", así los alemanes habían de recordar su propia historia. Con esta invitación Herder insinuaba el plan de Goethe de hacer una obra dramática sobre Götz von Berlichingen, que había de ser uno de los puntales representativos de la nueva estética. Posteriormente, Herder llegó a la concepción de una literatura natural como expresión nacional y colectiva de un pueblo. Para Herder el lenguaje es una forma de pensamiento, un diccionario del alma en Sobre el origen del lenguaje (1772). No tiene origen divino y proviene de la naturaleza espiritual, no corporal y animal, del ser humano. Y lenguaje, poesía y mitología forman una unidad; el sonido convierte el lenguaje interno en externo. El lenguaje no es el mero envoltorio del pensamiento, sino el instrumento del pensar mismo. Y el lenguaje expresa a la vez al hombre entero y cada una de las lenguas a un pueblo, una personalidad colectiva o carácter nacional que la habla a lo largo de la historia. De ahí pasó a interesarse por la antigua poesía céltica del falso Ossián en su Extracto de un epistolario sobre Ossián y las canciones de pueblos antiguos (1773). El Sturm und Drang fue revolucionario en cuanto al hincapié que hace en la subjetividad personal y en el malestar del hombre en la sociedad contemporánea, encorsetado por las diferencias sociales y las hipocresías morales; estableció firmemente a autores alemanes como líderes culturales en Europa en un tiempo en el que muchos consideraban que Francia era el centro del desarrollo literario. El movimiento también se distinguió por la intensidad con la que desarrolló el tema del genio de la juventud en contra de los estándares aceptados y por su entusiasmo por la naturaleza. La gran figura de este movimiento fue Goethe, quien escribió su primer drama importante, Götz von Berlichingen (1773), y su novela más representativa de esta corriente, Die Leiden des jungen Werther, Las desventuras del joven Werther (1774). Otros escritores de importancia fueron Klopstock, Jakob Michael Reinhold Lenz, quien compuso los célebres dramas El preceptor (1774) y Los soldados (1776); Heinrich Leopold Wagner, autor del drama La infanticida (1776), fallecido prematuramente, y Friedrich Müller. La última figura importante fue Schiller, cuya Die Räuber y otras obras tempranas fueron también un preludio del Romanticismo. Pueden sintetizarse los principales lineamientos del “Sturm und Drang” en los siguientes conceptos:
Johann Wolfgang von Goethe Goethe (1749 - 1832) es el escritor más importante de la Literatura alemana y uno de los más representativos del mundo. Es representante de la llamada “época de los genios” y, en su etapa inicial, una de la figuras del “Sturm und Drang”. Su dilatada vida se puede dividir en dos etapas. En la primera, de rasgos típicos prerrománticos, escribe sus dramas Goetz de Berlinchingen, Clavijo (que tiene por personaje al escritor español Clavijo y Fajardo y por asunto sus amores con la hermana del escritor francés Beaumarchais), Egmont y la novela Werther, en forma epistolar. La segunda y última etapa de su vida, está influida por los viajes que realizó a Italia (Roma y Sicilia, a ésta última la llamó "la isla reveladora"). "La venda se me cae de los ojos", decía el escritor en su fase postrera, inclinado a un clasicismo puro, sin la adulteración de los neoclasicistas franceses. Como producto de esta evolución, nos legó tragedias como Ifigenia en Táuride, Torcuato Tasso y Elegías romanas. Goethe cultivó gran variedad de géneros literarios (se interesaba por la Filosofía y las Ciencias Naturales), en los que funde la serenidad y claridad propia del clasicismo y la grandeza y la pasión romántica, movimiento que, por otra parte, criticó con dureza. Fruto de la unión de ambas tendencias son su poema Herman y Dorotea, sus novelas Guillermo Meister y Las afinidades electivas, sus confesiones literarias Poesía y Verdad y, sobre todo, su poema Fausto, de trascendencia filosófica y considerada una de las obras más representativas de la literatura universal. En Fausto, recoge la leyenda medieval del doctor Fausto, que dedicada toda su vida a la ciencia, pacta con el diablo (Mefistófeles), con el deseo de recuperar la juventud y alcanzar el amor de Margarita. Goethe vivió la mayor parte de su vida en la corte de Weimar, como consejero del duque de Sajonia. |