
| "Cuando yo era niño Diós"
"Vino primero pura"
"Viento negro, luna blanca"
"En el balcón, un momento"
"El viaje definitivo"
"Rimas"
"La estrella del pastor"
"Verde verderol"
| "Adolescencia"
Alamo blanco"
"Cénit"
"Con las rosas"
Desnudos"
"El mar lejano"
"El otoñado"
| "El recuerdo"
Eternidad"
"Luna Grande"
Primavera"
"Retorno fugaz"
"Siesta de la tormenta"
"Mi sitio"
|

|


| Cuando yo era niño diós
CUANDO yo era el niñodiós, era Moguer, este pueblo, una blanca maravilla; la luz con el tiempo dentro. Cada casa era palacio y catedral cada templo; estaba todo en su sitio, lo de la tierra y el cielo; y por esas viñas verdes saltaba yo con mi perro, alegres como las nubes, como los vientos, ligeros, creyendo que el horizonte era la raya del término. Recuerdo luego que un día en que volví yo a mi pueblo después del primer faltar, me pareció un cementerio. Las casas no eran palacios ni catedrales los templos, y en todas partes reinaban la soledad y el silencio. Yo me sentía muy chico, hormiguito de desierto, con Concha la Mandadera, toda de negro con negro, que, bajo el tórrido sol y por la calle de Enmedio, iba tirando doblada del niñodiós y su perro: el niño todo metido en hondo ensimismamiento , el perro considerándolo con aprobación y esmero. ¡Qué tiempo el tiempo! ¿Se fue con el niñodiós huyendo? ¡Y quién pudiera ser siempre lo que fue con lo primero! ¡Quién pudiera no caer, no, no, no caer de viejo; ser de nuevo el alba pura, vivir con el tiempo entero, morir siendo el niñodiós en mi Moguer, este pueblo!
Nubes (1896-1902)

|
 Poética y evolución
El proceso evolutivo de su obra está marcado por una fuerte tendencia a la interiorización y por una búsqueda incansable y casi enfermiza de la expresión desnuda, hacia una poesía pura que sea capaz de dar forma a sus inquietudes y experiencias íntimas. Los tres primeros versos (léase atentamente el poema adjunto) se refieren a sus poemas adolescentes en los cuales elogia la sencillez y la inocencia (primera estrofa), o quizá, como otros críticos han señalado, a la ingenuidad de la Poesía simplemente sentida, sin que haya llegado aun la necesidad de la expresión literaria. Después con el Modernismo, los elementos ornamentales (se fue vistiendo de no sé qué ropajes... llegó a ser una reina fastuosa de tesoros...) que llegan a su Poesía, merecen la desaprobación y el desprecio del autor (¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!). Cuando va depurándose, despojada de adornos de nuevo comienza a entusiasmarle. (Mas se fue desnudando.. Creí de nuevo en ella). Es la segunda etapa, que se analiza como una vuelta a la sencillez primitiva. Por último, en una tercera etapa, la depuración es total (y se quitó /a túnica/y apareció desnuda toda), y entonces el poeta considera que ha logrado su meta:
¡Oh, pasión de mi vida poesía, desnuda para siempre!
Juan Ramón sentía un deseo tal de perfección que nunca quedaba totalmente satisfecho al terminar un poema; "soy un metamorfoseador sucesivo y destinado", decía el mismo. Ello le lleva a corregir sin cesar sus versos, a revisar y transformar los libros ya publicados. Cuando preparaba una edición compiladora de su Obra, dividida por géneros, realizó diversos cambios en muchos de sus poemas. Antonio Sánchez Romeralo ha llevado a cabo una edición antologizadora de la poesía juanramoniana siguiendo los proyectos del propio autor: Leyenda (desde 1896 hasta 1956). En ella aparecen ya las nuevas versiones de los distintos poemas recogidos. Los cambios realizados responden a ese afán de depuración y sencillez que hemos señalado como una característica de la poesía madura de este escritor.
Introducción a ala Literatura española a través de los textos. El Siglo XX hasta la generación del 27. A. Barroso... Ediciones Istmo. Madrid. 1986, págs:243 - 244.

| Vino primero pura Vino, primero, pura, vestida de inocencia. Y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes. Y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina. fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel, y sin sentido! ...Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica. y apareció desnuda toda... ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!.
Eternidades (1918)

|


| Viento negro, luna blanca Viento negro, luna blanca. Noche de Todos los Santos. Frío. Las campanas todas de la tierra están doblando.
El cielo, duro. Y su fondo da un azul iluminado de abajo, al romanticismo de los secos campanarios.
Faroles flores coronas - ¡campanas que están doblando!- ... viento largo, luna grande Noche de Todos los Santos.
. . . Yo voy muerto por la luz agria de las calles; llamo con todo el cuerpo a la vida; quiero que me quieran; hablo
| a todos los que me han hecho mudo, y hablo sollozando, roja en amor esta sangre desdeñosa de mis labios. ¡Y quiero ser otro y quiero tener corazón, y brazos infinitos, y sonrisas inmensas para los llantos aquellos que dieron lágrimas por mi culpa!
... Pero ¿acaso puede hablar de sus rosales un corazón sepulcrado?
-¡Corazón estás bien muerto! ¡Mañana es tu aniversario!-
Sentimentalismo, frío. La ciudad está doblando. Luna blanca, viento negro. Noche de Todos los Santos.
Jardines lejanos (1904)

|



| EL VIAJE DEFINITIVO ... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errara nostáljico... Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.
Poemas Agrestes (1910-1911)

|





| Alamo blanco
Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua. (Arriba y abajo, se me abre el alma).
¡Entre dos melodías, la columna de plata! Hoja, pájaro, estrella; baja flor, raíz, agua. ¡Entre dos conmociones, la columna de plata! (¡Y tú, tronco ideal, entre mi alma y mi alma!)
Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja. (Abajo y arriba,
Canción (1936)

|

| Cénit
Yo no seré yo, muerte, hasta que tú te unas con mi vida y me completes así todo; hasta que mi mitad de luz se cierre con mi mitad de sombra - y sea yo equilibrio eterno en la mente del mundo: unas veces, mi medio yo, radiante; otras, mi otro medio yo, en olvido -.
Yo no seré yo, muerte, hasta que tú, en tu turno, vistas de huesos pálidos mi alma.
La muerte (1918-1924)

|


| Desnudos
Por el mar vendrán las flores del alba (olas, olas llenas de azucenas blancas), el gallo alzará su clarín de plata.
(¡Hoy! te diré yo tocándote el alma)
¡O, bajo los pinos, tu desnudez malva, tus pies en la tierna yerba con escarcha, tus cabellos verdes de estrellas mojadas!
(...Y tú me dirás huyendo: Mañana)
|
Levantará el gallo su clarín de llama, y la aurora plena, cantando entre granas, prenderá sus fuegos en las ramas blandas.
(¡Hoy! te diré yo tocándote el alma)
¡O, en el sol nacido, tus sienes doradas, los ojos inmensos de tu cara maga, evitando azules mis negras miradas!
(...Y tú me dirás huyendo: Mañana)
Canción (1936)

|



| El otoñado
Estoy completo de naturaleza, en plena tarde de áurea madurez, alto viento en lo verde traspasado. Rico fruto recóndito, contengo lo grande elemental en mí (la tierra, el fuego, el agua, el aire), el infinito.
Chorreo luz: doro el lugar oscuro, trasmito olor: la sombra huele a dios, emano son: lo amplio es honda música, filtro sabor: la mole bebe mi alma, deleito el tacto de la soledad.
Soy tesoro supremo, desasido, con densa redondez de limpio iris, del seno de la acción. Y lo soy todo. Lo todo que es el colmo de la nada, el todo que se basta y que es servido de lo que todavía es ambición.
La estación total (1936)

|



| Eternidad
Eternidad, belleza sola, ¡si yo pudiese, en tu corazón único, cantarte igual que tú me cantas en el mío las tardes claras de alegría en paz!
¡Si en tus éstasis últimos, tú me sintieras dentro embriagándote toda, como me embriagas todo tú!
¡Si yo fuese, inefable, como tú en mi instantánea primavera, olor, frescura, música, revuelo en la infinita primavera pura de tu interior totalidad sin fin!
Canción (1936)

|



| Primavera
Abril, sin tu asistencia clara, fuera invierno de caídos esplendores; mas aunque abril no te abra a ti sus flores, tú siempre exaltarás la primavera.
Eres la primavera verdadera; rosa de los caminos interiores, brisa de los secretos corredores, lumbre de la recóndita ladera.
¡Qué paz, cuando en la tarde misteriosa, abrazados los dos, sea tu risa el surtidor de nuestra sola fuente!
Mi corazón recojerá tu rosa, sobre mis ojos se echará tu brisa, tu luz se dormirá sobre mi frente...
Soneto

|


| Retorno fugaz
¿Cómo era, Dios mío, cómo era? - ¡Oh corazón falaz, mente indecisa! - ¿Era como el pasaje de la brisa? ¿Como la huida de la primavera?
Tan leve, tan voluble, tan lijera cual estival villano... ¡Sí! Imprecisa como sonrisa que se pierde en risa... ¡Vana en el aire, igual que una bandera!
¡Bandera, sonreír, vilano, alada primavera de junio, brisa pura... ¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!
Todo tu cambiar trocóse en nada - ¡memoria, ciega abeja de amargura! - ¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste!
Soneto

|


 |