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Encuentro poético en El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón ¡Tierra, y tierra deseada! exclama el personaje Colón al llegar a Guanahaní en El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón (II.1557)1. Este dramático cuadro del conocido encuentro del Nuevo Mundo se vale de verdades poéticas o distorsiones históricas para realzar los propósitos morales e ideológicos del tema de la obra.2 En mi opinión, estas verdades poéticas aportan fuerza a la dimensión heroica del personaje Colón y a la presentación de la relación entre la futura América y España. Aunque la obra predice el arribo de Colón al Nuevo Mundo en el acto primero, aquí se confirma la gran hazaña y se comienza a desvelar la visión del indio conjuntamente con la del español. En este ensayo analizaremos la función de algunos errores históricos que aparecen en el cuadro del encuentro. Primero abordaremos la aparición de personajes que nunca hicieron el histórico primer viaje atendiendo a su uso de utilería de personajes, utilería que se basa en relatos de cronistas pero que se refunde en el drama. Luego nos enfocaremos en el nombre que Colón da a la primera isla donde atraca, y finalmente examinaremos la aparición de la india Palca, personaje ficticio de vital importancia por ser quien primero dialoga con Colón en el Nuevo Mundo. En el drama aparecen como acompañantes de Colón su hermano Bartolomé y Fray Buyl. Según la información historiográfica, ninguno de los dos participó en el primer viaje histórico de Colón (Morison 397 y 481). Sin embargo, ambos personajes cumplen una función importante. Bartolomé subraya la religiosidad de su hermano, y también realza las cualidades de amor al prójimo, de liderazgo y de honor de Cristóbal. El amor filial entre los hermanos se hace evidente a través de la obra. En el cuadro bajo consideración, Bartolomé expresa lealtad a Cristóbal al besar la tierra inmediatamente después del arribo a la isla. Ambos profieren amor por la nueva tierra, aunque Cristóbal insinúa que este amor incluye erotismo por sus habitantes. En cuanto a Fray Buyl, él simboliza el arribo de la religión al Nuevo Mundo. Él lleva una cruz como utilería de personaje, pero Colón la planta en el nuevo suelo y el Almirante declara que la religión ha de ser “el farol … que dé al mundo nueva luz” (II.1570-74). Colón también ordena a todos sus súbditos hincarse frente a la cruz . De esta manera, Colón se establece como el jefe responsable de la llegada del catolicismo a las nuevas tierras, y Fray Buyl cumple un papel subalterno. Además, Colón pone en evidencia su función misionera al declarar que la religión es “la bandera” que él trae al Nuevo Mundo. Asimismo, podemos apreciar que la reacción del personaje Colón a la llegada al Nuevo Mundo es más dramática que la que ofrecen los cronistas. Por ejemplo, Gonzalo Fernández de Oviedo, primer historiador de América afirma: Así como el Almirante vido la tierra, hincado de rodillas e saltándosele las lágrimas de los ojos del extremado placer que sentía, comenzó a decir con Ambrosio y Augustino: Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur, etc.; y así, dando gracias a Nuestro Señor con todos los que con él iban, fué inextimable el gozo que los unos y los otros hacían. (26) Con respecto a la cruz, Bartolomé de Las Casas señala en su Historia de las Indias: Sacó el Almirante la bandera real, y los dos capitanes sendas banderas de la cruz verde, que al Almirante llevaba en todos los navíos por seña y divisa con una F, que significa el Rey D. Fernando, y una I, por la Reina Doña Isabel, y encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz, y otra del otro. (201). Podemos darnos cuenta que el drama refunde la historia y convierte en cruz a las banderas que tenían impresas una cruz verde. Además, mostrar en el escenario una cruz en lugar de tres banderas enfatiza la importancia de traer la religión al Nuevo Mundo por encima de la dominación política. Por cierto, una cruz verde sugiere esperanza de convertir almas y dominar nuevas tierras. De hecho, el personaje Arana va más allá de la esperanza y asocia el color verde con el “laurel de victoria” (II.1608). En el ámbito teológico-moral e ideológico, Arana también subraya la igualdad esencial entre los hombres al declarar que Jesucristo derramó su sangre “por todos”, es decir, incluye a los indígenas. Otra verdad poética del drama es dar el nombre “Deseada” a la isla que los indios conocían como Guanahaní (Colón 20; Las Casas 200). En realidad, Colón llamó a esta isla San Salvador (Las Casas 201). Las implicaciones de estos dos nombres son notables. Mientras que Colón histórico parece manifestar alivio de tocar tierra, el personaje Colón de El Nuevo Mundo expresa dos conceptos que crean ambigüedad: anhelo de poseer la nueva tierra y sus habitantes, a la vez que alegría. El personaje Colón al alcanzar la isla la llama no sólo “tierra deseada” sino también “madre tierra, madre amada” (II.1565). Colón ostenta regocijo de llegar a tierra firme, pues, reconoce a la tierra como el lugar de su hogar. Con respecto a la primera interacción con la población americana, la carta del primer viaje de Colón indica: se ayuntó allí mucha gente de la isla [y] … porque nos tuviesen mucha amistad, porque conoscí que era gente que mejor se libraria y convertiria á nuestra Santa Fé con amor que no por fuerza; les dí á algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponian al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor con que hobieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. (21) El Nuevo Mundo muestra un encuentro que difiere del que relatan las crónicas. Los indios no acuden a recibir a los recién llegados, sino que una mujer, Palca, entra en escena. Temerosa ella declara que “un rayo” la va a matar (II.1647). Es decir, la obra anticipa el trato abusivo que los españoles les van a dar a los indios. Esta es una visión lascasiana donde los indios se consideran como mansos corderos. Por otra parte, la respuesta de Colón niega que todos los españoles sean crueles. Él le pide a Palca que se calme y afirma: “Hombres somos” (II.1650). Esta aseveración implica que Colón percibe similitud entre los españoles y los indios. A su vez, Palca encuentra a los españoles hermosos y declara ¡Qué humanos y qué amorosos! Es decir, la india concuerda en que ambos grupos, los españoles y los indios obedecen a la ley natural.3 La obra, por tanto, construye un héroe justo al atribuirle a Colón nobleza de espíritu y falta de arrogancia. Además, nuestro héroe demuestra ser un seguidor de Santo Tomás de Aquino al aceptar la ley natural. Otra importante fuente de El Nuevo Mundo son las crónicas de López de Gómara, quien ofrece una descripción un tanto fabulosa de la llegada de los españoles. Este cronista interpreta las reacciones de los indios, y brinda descripciones del comportamiento tanto de los indígenas como de los españoles que carecen de objetividad. Gómara se atribuye la capacidad de interpretar el pensar de los indios al momento de la llegada de Colón, y sostiene que existe comunicación confiable entre españoles e indígenas. Gómara escribe: Los indios, como los vieron salir a tierra con armas y a gran prisa, huyeron de la costa a los montes, pensando que fuesen como caribes que los iban a comer. Corrieron los nuestros tras ellos, y alcanzaron una sola mujer. Diéronle pan y vino y confites, y una camisa y otros vestidos, que venía desnuda en carnes, y enviárosla a llamar la otra gente. (44) La obra de Lope refunde el ofrecimiento de regalos a la mujer, ya que en cuanto el personaje Colón ve a Palca él declara: “Dejádmela regalar” (II.1648). Luego Palca se interesa en un espejo y en un cascabel. Quizá el que Palca se mire en el espejo signifique introspección, y ella tal vez compara a los indígenas con los españoles y se pregunta qué ven los españoles en los indígenas. No podemos proponer que ésta sea la primera vez que la india haya visto su propia imagen. Ella vivía junto al agua y tenía la oportunidad de ver su reflejo. El espejo sólo le ofrece una forma más nítida de observarse y apreciar quién es. Es posible que la obra esté aludiendo a una afirmación frecuente en la literatura de la época: sé quien soy. Por tanto, el espejo le permite a Palca ver claramente quién es y observar las diferencias y similitudes con los españoles. Además, la fascinación de la india por los espejos desvela la ingenuidad de los indios y anticipa que los españoles los pueden engañar fácilmente. El cascabel, por otro lado, se puede considerar como un instrumento primitivo. Se insinúa que los indios disfrutan de la música, pero que su refinamiento musical es limitado. Es posible que el drama esté contrastando el gusto y habilidad musical de los españoles con aquélla de los indios. También la obra expone la astucia y malicia de los españoles al querer engañar a los indios con objetos insignificantes. Nuevamente, aquí apreciamos la influencia de Las Casas en esta concepción del indio. Otro recurso que El Nuevo Mundo comparte con otras comedias de la época es el empleo de imitación o mimesis. La obra reconoce problemas de comunicación debido a la falta de lenguaje en común entre los indios y los españoles. Sin embargo, debido a exigencias teatrales, estos problemas se superan y los españoles logran pedirle información a Palca sobre el jefe de su tribu. Mientras ella va en busca de otros indios, los españoles preparan sus armas, y Colón declara: “Que saquéis las armas quiero. / ¡Nuevo Mundo!” (II.1740-41). Así, Colón se establece como el conquistador que domina al Nuevo Mundo y se convierte en el héroe poderoso. En este estudio hemos comenzado a explorar cómo Lope refunde la historia. La comprensión de las fuentes permite a los críticos literarios apreciar la función de la estética, filosofía, política y teología en la obra, y también ayuda a los actores a comprender la perspectiva que emplea el autor en la construcción de sus personajes. Así, la representación en el tablado puede enriquecerse al cotejar la historiografía con el drama mismo. Desde el punto de vista pedagógico, es importante para los estudiantes comprender los fundamentos de la obra para apreciar la maestría del dramaturgo en la presentación de los hechos. Aunque la crítica tradicional sostiene que Lope es defensor de la monarquía, quizá si examinamos esta obra a la luz de la realidad histórica de la época que imponía severas restricciones sobre los autores, y también a la luz de la ideología lascasiana que defendía los derechos de los indígenas, podemos comprender que Lope ensalza a Colón pero también condena el comportamiento anticristiano que exhiben algunos de los acompañantes del Almirante. En suma, este cuadro del primer encuentro de Colón con el Nuevo Mundo crea una realidad poética que nunca existió en la historia. Lope escribe esta obra aproximadamente cien años después de los acontecimientos, y desde luego, tiene la ventaja de mirar retrospectivamente, lo cual le permite examinar la moralidad de los hechos a la luz de discusiones que surgen con posterioridad al encuentro del Nuevo Mundo. Las verdades poéticas de la obra tienen como claro propósito dramático subrayar la heroicidad de Colón. El Almirante da glorias a España, reconoce la humanidad esencial de los indios e indica la falta de comportamiento cristiano de los españoles. Notas 1. Cito por la edición de J. Lemartinel y C. Minguet. 2. Ruano de la Haza define cuadro “como una acción escénica ininterrumpida que tiene lugar en un espacio y tiempo determinados. Al final de un cuadro, el tablado queda momentáneamente vacío, indicando una interrupción temporal y/o espacial en el curso de la acción, interrupción que va a veces acompañada por un cambio de adornos o decorados escénicos” (69). 3. The Oxford Dictionnary of the Renaissance define las Ley natural: “Natural law or the law of nature (Latin ius naturae), is the justice or set of rights derived from human reason and applicable to all of humanity; it is distinguished from positive law, which is the law enacted by particular states.” Obras citadas Colón, Cristóbal. Colección de los viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV: con varios documentos inéditos concernientes á la historia de la marina castellana y de los establecimientos españoles en Indias. Ed. Martín Fernández de Navarrete. Madrid: Imprenta real, 1825-1837. http://books.google.com/books?id=IYEqAAAAYAAJ&pg=PR153&lpg=PR153&dq=Relaciones,+cartas+y+otros+documentos+concernientes+al+los+cuatro+viages+que+hizo+el+Almirante+D.+Crist%C3%B3bal+Col%C3%B3n+para+el+descubrimiento+de+las+Indias+Occidentales&source=bl&ots=zoAnSxVTUW&sig=Lz2nj2u_LJmGCLEUFalwhZg548E&hl=en&sa=X&ei=MX1bUI-VN4buyAHw0IG4AQ&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=%22Este%20es%20el%20primer%20viage%22&f=false Fernández de Oviedo, Gonzalo. Historia General y Natural de las Indias. Ed. Juan Pérez de Tudela Bueso. Biblioteca de Autores Españoles. Madrid: Atlas, 1959. Gómara, López de. Historia general de las Indias. Tomo I. Madrid: Calpe, 1922. Las Casas, Bartolomé. Brevísima relación de la destruición de las Indias. Ed. André Saint-Lu. Madrid: Cátedra, 2005. ---. Historia de las Indias. Ed. Agustín Millares Carlo. Mexico – Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1965. Morison, Samuel Eliot. Admiral of the Ocean Sea: A Life of Christopher Columbus. 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