C. G. J U N G
L O I N C O N S C I E N T E

L i b e r a l o s L i b r o s
C. G. J U N G L O I N C O N S C I E N T E E N L A V I D A P S Í Q U I C A N O R M A L Y P A T O L Ó G I C A TRADUCCIÓN DE EMILIO RODRÍGUEZ SADIA  EDITORIAL LOSADA, S.A. BUENOS AIRES
Indice
PROLOGO 4
CAPÍTULO PRIMERO - LOS COMIENZOS DEL PSICOANÁLISIS 8
CAPÍTULO II - LA TEORÍA SEXUAL 17
CAPÍTULO III - EL OTRO PUNTO DE VISTA. LA VOLUNTAD DE PODERÍO 26
CAPÍTULO IV - LOS DOS TIPOS PSICOLÓGICOS 34
CAPÍTULO V - LO INCONSCIENTE PERSONAL Y LO INCONSCIENTE SOBREPERSONAL O COLECTIVO 51
CAPÍTULO VI - EL MÉTODO SINTÉTICO O CONSTRUCTIVO 63
INTERPRETACIÓN ANALÍTICA (CAUSAL REDUCTIVA) 65
INTERPRETACIÓN SINTÉTICA (CONSTRUCTIVA) 66
CAPÍTULO VII - LAS DOMINANTES DEL INCONSCIENTE COLECTIVO 71
CAPÍTULO VIII - LA CONCEPCIÓN DE LO INCONSCIENTE - GENERALIDADES TERAPÉUTICAS 86
CONCLUSIÓN 89
PROLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN El presente trabajo procede de una revisión de mi artículo Nuevas rutas de la Psicología, publicado en el Anuario de Rascher en 1912, revisión hecha a instancias del editor para una segunda tirada. No es, pues, el trabajo presente sino el anterior artículo, aunque en otra forma y con mayor extensión. En el artículo me limitaba a la exposición de una parte esencial de la concepción psicológica, inaugurada por Freud. Las muchas y considerables modificaciones que los últimos años han traído a la psicología de lo inconsciente, me han obligado a ampliar notablemente el marco de mi primer artículo. Algunas dilucidaciones sobre Freud han sido abreviadas; en cambio, he tomado en consideración la psicología de Adler y, en cuanto lo ha permitido el marco del presente trabajo, he expuesto también mis propias apreciaciones, como orientación general. He de advertir al lector, por adelantado, que no se trata de un estudio popular de divulgación científica, como mi primer artículo, sino de una exposición que, por su asunto extraordinariamente complicado, exige paciencia y atención. No acaricio la idea, en modo alguno, de que este trabajo sea completo o convincente con perfección. A tal exigencia sólo podrían responder extensos tratados científicos sobre los distintos problemas tocados en este estudio. Quien pretenda, por lo tanto, penetrar a fondo en las cuestiones planteadas, ha de recurrir a la bibliografía especial. Mi propósito es meramente dar al lector una orientación sobre las novísimas interpretaciones de lo que es la esencia de la psicología inconsciente. Considero el problema de lo inconsciente tan importante y oportuno, que sería, a mi juicio, una gran pérdida que este problema, que tan de cerca atañe a todo el mundo, quedase confinado a un periódico científico inaccesible y sustraído a la consideración del público ilustrado, para llevar una oscura existencia de papel en el estante de una biblioteca. Los procesos psicológicos que acompañan a la guerra actual, sobre todo la increíble barbarización del juicio general, las recíprocas calumnias, la insospechada Furia destructora, la incesante ola de mentiras y la incapacidad de los hombres para contener al demonio de la sangre, son los estímulos más adecuados para poner con vivacidad ante los ojos del hombre pensador el problema de lo inconsciente caótico, que dormita inquieto bajo el mundo ordenado de lo consciente. Esta guerra ha demostrado, inexorablemente, al hombre culto, que todavía es un salvaje, y al mismo tiempo le ha puesto delante el látigo de hierro que le está aparejado, si por ventura se le ocurriera de nuevo imputar a sus prójimos sus propias maldades. Pero la psicología del individuo corresponde a la psicología de las naciones. Lo que las naciones hacen, eso hace el particular, y en tanto lo hace el particular, hácelo también la nación. Sólo el cambio en la actitud del individuo inicia el cambio en la psicología de la nación. Los grandes problemas de la humanidad nunca se resolvieron por leyes generales, sino siempre únicamente por renovación de la actitud del individuo. Si ha habido un tiempo en que la meditación interior fuera de absoluta necesidad y de extrema conveniencia, es, sin duda, en nuestra época actual, preñada de catástrofes. Ahora bien; todo aquel que medite en su fuero interno tocará en las fronteras de lo inconsciente, que es precisamente donde está lo que ante todo hace falta saber. el autor
Kilsnach (Zürich), diciembre de 1916.
PROLOGO
A LA SEGUNDA EDICIÓN Celebro que a este corto trabajo le haya cabido la suerte de alcanzar en tan breve tiempo una segunda edición, a pesar de su contenido, no muy fácil de entender para muchos. Publico la segunda edición sin cambio alguno esencial, exceptuando pequeñas modificaciones y correcciones, aun cuando me consta que, sobre todo los últimos capítulos, para ser universal y fácilmente comprensibles, necesitarían un desenvolvimiento mucho más amplio, por la dificultad y novedad de la materia. Pero una exposición más detenida de las líneas fundamentales allí trazadas rebasaría el marco de una orientación más o menos popular; de suerte que he preferido analizar estas cuestiones, con el detenimiento a ellas debido, en un libro especial, que se halla en preparación. Por las muchas cartas que recibí después de la publicación de la primera edición, he podido apreciar que el interés hacia los problemas del alma humana es, en el gran público, mucho más hondo de lo que yo esperaba. Este interés ha de atribuirse, no en mínima parte, a la profunda conmoción que nuestra conciencia ha sufrido con el hecho de la guerra mundial. La contemplación de esta catástrofe obligó al hombre a recogerse sobre sí mismo en el sentimiento de su total impotencia. Vuelve el hombre los ojos hacia dentro, y, como todo vacila, busca algo que le preste apoyo. Son demasiados todavía los que inquieren en lo externo: unos creen en el engaño de la victoria y del poderío triunfador; otros en tratados y leyes, y, por último, otros, en la destrucción del orden establecido. Son demasiado pocos todavía los que se orientan hacia lo interno, hacia sí propios. Y todavía son menos los que se plantean la cuestión de si la mejor manera de servir a la sociedad humana no sería, en último término, que cada cual comenzase por sí mismo y ensayase, primero aisladamente, en su persona y en su propio estado interior, aquella suspensión del orden establecido, aquellas leyes, aquellas victorias que pregona por encrucijadas y caminos, en lugar de exigir todo esto a sus conciudadanos. A todo el mundo le hace falta transformación, dislocación interna, liquidación de lo existente y renovación; pero nadie ha de cargar el peso sobre sus conciudadanos bajo el hipócrita subterfugio del cristiano amor al prójimo o del sentimiento social de responsabilidad y otros oropeles que encubren el inconsciente afán personal de poderío. La meditación del individuo sobre sí mismo, la conversión del individuo hacia el fondo del ser humano, hacia su propio ser, hacia su destino individual y social, es el principio para la curación de la ceguera que padece la hora presente. El interés por el problema del alma humana es un síntoma de esta conversión instintiva hacia dentro. Y a este interés trata de servir el presente estudio. el autor
Kütnach (Zürich), octubre de 1918.
PROLOGO
A LA TERCERA EDICIÓN Este libro fue escrito durante la guerra europea y debe su origen esencialmente a la repercusión psicológica del gran acontecimiento. Ahora ya pasó la guerra y lentamente comienza el oleaje a componerse. Pero los grandes problemas del alma que la guerra planteó siguen preocupando el espíritu de todos los hombres pensadores e investigadores. A esta circunstancia se debe quizá que este pequeño estudio haya sobrevivido a la época de postguerra y aparezca en tercera edición. Teniendo en cuenta que desde la publicación de la segunda edición han transcurrido siete años, he considerado necesario introducir extensas modificaciones y correcciones, sobre todo en los capítulos sobre los tipos psicológicos y sobre lo inconsciente. He suprimido el capítulo sobre "el desarrollo de los tipos en el proceso analítico", porque esta cuestión ha sido tratada después extensamente en mi libro Tipos psicológicos, al cual me remito. Quienquiera que haya intentado escribir en forma popular sobre una materia sumamente complicada y todavía en gestación científica, habrá de concederme que no es tarea fácil. Pero la dificultad se acrecienta más aún por el hecho de que muchos de los procesos y problemas anímicos, que he de tratar aquí, son poco accesibles a la experiencia general y desde luego completamente desconocidos para muchos. Muchas cosas tropiezan también quizá con prejuicios o pueden parecer arbitrarias; mas ha de tenerse en cuenta que la finalidad de un estudio semejante consiste, a lo sumo, en
dar un concepto aproximado de su materia y despertar con ello el interés, pero nunca discurrir y aducir pruebas sobre todos los detalles. Por mi parte, me daré por satisfecho si mi libro ha cumplido con esta finalidad. el autor
Küsnach (Zürich), abril de 1925.
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