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POEMAS ROBERT E. HOWARD Una canción de la raza Robert E. Howard Sentado en su alto trono estaba Bran Mak Morn cuando el dios-sol se hundía y el oeste enrojecía; llamó a una joven con su cuerno de beber, y le dijo: «Cántame una canción de la raza». Oscuros eran sus ojos como los mares de la noche, rojos sus labios como el sol poniente, en tanto que, como una rosa negra en la luz huidiza, dejó correr sus dedos como en sueños sobre las cuerdas de dorados susurros, buscando el alma de su anciana lira. Bran sentado inmóvil en el trono de los reyes, rostro broncíneo cincelado por el fuego del crepúsculo. «Los primeros en la raza del hombre—cantó—, de una tierra lejana e ignota vinimos, desde el borde del mundo donde cuelgan las montañas y los mares arden rojos con la llama del crepúsculo. » Somos los primeros y los últimos de la raza, perdido está el orgullo y adorno del viejo mundo, Mu es un mito del mar occidental, por los salones de la Atlántida se deslizan los tiburones blancos.» Como una imagen de bronce, sentado e inmóvil el rey; jabalinas escarlata asaeteaban el oeste; rozó las cuerdas y un murmullo emocionado recorrió los acordes hasta el tono mas alto. «Escuchad la historia que narran los ancianos, prometida desde antaño por el dios de la luna, arrojada a la costa una concha del mar profundo, esculpida en la superficie una runa mística: »"Así como fuimos primeros en el místico pasado, surgiendo de las nieblas borrosas del Tiempo, así serán los hombres de tu raza los últimos cuando el mundo se derrumbe", tal decía la rima. »"Un hombre de tu raza, sobre picos que se enfrentan, contemplará el torbellino del mundo bajo él; ; con oleadas de humo lo ve chocar, la niebla flotante de los vientos que soplan." » "Polvo de estrellas cayendo para siempre en el espacio, girando en el remolino de los vientos. Vosotros, que fuisteis los primeros, sed la última de las razas, pues uno de los vuestros será el último de los hombres".» En el silencio se arrastró su voz, y con todo resonó en la penumbra; sobre los brezales el suave viento nocturno llevaba el aroma del bosque almizclado. Rojos labios se alzaron, y oscuros ojos soñaron; girando vinieron los murciélagos sobre sus alas sigilosas. Pero la luna dorada se alzó y relucieron las estrellas lejanas, y el rey siguió sentado en el trono de los reyes. CRÓNICAS DE NEMEDIA Has de saber, oh príncipe, que entre los años del hundimiento de la Atlántida y sus brillantes ciudades, tragadas por los océanos, y los años del nacimiento de los Arios, hubo una época no soñada de reinos esplendorosos, diseminados por el mundo como mantos azules bajo las estrellas. Nemedia, Ophir, Brithunia, Hyperbórea,Zamora con sus mujeres de cabellos negros y torres encantadas, Zingaria con su hidalguía, Koth, que limitaba con las tierras pastoriles de Shem, Stygia con sus sombrías torres custodiadas, Hirkania, cuyos jinetes usaban acero, y seda y oro. Pero el más soberbio reino del mundo era Aquilonia, reinante supremo del Oeste. Hacia acá vino Conan, el cimerio de cabellos negros, Mirada hosca, espada en mano, un ladrón, Un guerrero, un asesino. Y pisoteó con sus sandalias los enjoyados tronos de la tierra. ...Y al final, oh príncipe, llegó a ocurrir lo que todas las intrigas de Ascalante, el rebelde, no pudieron lograr; aquello por lo cual, la siniestra sombra de Xaltotun fuera conjurada en vano desde el putrefacto polvo de su tumba Acheronia; aquello que ni siquiera las hechicerías demoníacas de Yah Chieng, el mago Amarillo de Khitai, tierra anochecida y plagada de demonios, pudieron conseguir; y Conan de Aquilonia abdicó la corona y el trono del reino más poderoso de occidente, y se aventuró hacia lo desconocido, donde desapareció para siempre del conocimiento del hombre. CIMERIA Recuerdo los tenebrosos bosques, oscuras pendientes De colinas sombrías; El perpetuo y ceniciento arco de las nubes grises; Los arroyos crepusculares que fluían silenciosos, Y los vientos solitarios que soplaban al bajar por Las quebradas. En una sucesión de visiones tras visiones, colina Sobre colina, pendiente tras pendiente, Oscurecidas por los hoscos árboles, Yacía desnuda nuestra tierra. Y al escalar un hombre un abrupto pico para observar, Protegiéndose los ojos con las manos, vislumbraba Sólo el paisaje sin fin... Colina sobre colina, pendiente tras pendiente Todas encapuchadas como hermanas. Era una tierra tenebrosa, que parecía capturar Todos los vientos y las nubes y Los sueños que escapaban al sol, con las ramas Desnudas que crepitaban en los vientos solitarios, Y los oscuros bosques propagándose Por sobre todo, sin siquiera la luz del Raro y opaco sol Que convertía a los hombres en sombras Agazapadas: la llamaban Cimeria, tierra de las tinieblas Y de la noche profunda. Fue hace tanto tiempo, y tan lejos que ya he olvidado Hasta el nombre que me daban los hombres. El hacha y la lanza con punta de piedra son como Un sueño, y las cacerías y las guerras son como sombras. Recuerdo sólo la quietud de aquella tierra sombría; Las nubes que se apilaban para siempre sobre las colinas, La penumbra de los eternos bosques. Cimeria, tierra de tinieblas y de la noche. CANTO MARINO DE LAS ISLAS BARACHA Las olas negras se quiebran sobre la negra y húmeda ribera En un trueno de devastadora espuma... ¿Pero qué nos importa si rugen los dioses de la tormenta y azotan el cristal y arañan la puerta, si nosotros navegamos al irrumpir el día? Una gaviota solitaria llora como una pobre alma en pena Que las olas se han llevado... ¿Pero qué nos importa si los fríos mares se revuelcan? Hay vino en el jarrón, y en la jarra cerveza... ¡Y faltan horas para que llegue el alba! Nuestras velas están tirantes y llenas, Nuestra proa cabalga tensa; Esta noche buscando oro la barca navega Bajo un cielo iluminado por estrellas. EL MONARCA Y EL ROBLE Antes de que las sombras asesinaran al sol, los halcones en libertad se remontarán y kull cabalgaba por el sendero del bosque, en la rodilla su roja espada; Y los vientos susurraban alrededor del mundo : "El rey Kull hacia el mar cabalga." El sol murió carmesí en el mar, las largas y grises sombras cayeron; La luna se elevó como un cráneo de plata Que recita un conjuro diablesco, Pues en su luz, grandes árboles se erguían como espectros Salidos del infierno. En la luz espectral se erguían los árboles, monstruos opacos E inhumanos; Kull vió en cada tronco una forma viva, Un miembro nudoso en cada ramo, Y llameaban espantosos ante él, ojos no mortales, Malignos y extraños. Las ramas se retorcían como serpientes entrelazadas, Contra la noche latían; Y un roble gris de espeluznante aspecto, Que rígido se mecía, arrancó sus raíces y bloqueó su paso, Tenebroso ante la luz sombría. Se enfrentaron en el sendero de la foresta,roble pavoroso y monarca; Sus grandes miembros lo plegaron en su abrazo, pero no se dijo una palabra; y fútil en su férrea mano, surgió una afilada daga. Y en entre los monstruosos árboles que se sacudían, Se cantó un obscuro refrán cargado con dos veces Un millón de años de profundo odio, dolor y maldad: "Nosotros fuimos lores antes que llegara el hombre, y el poder a nosotros volverá." Kull percibió un imperio extraño y antiguo Que al avance del hombre se plegaba Como los reinos de las hojas del césped Cuando las hormigas avanzan Y el horror se apoderó de él; Como de alguien en trance, al alba. Se debatió contra un árbol quieto y silencioso Hasta sus manos sangrar; Como de una pesadilla despertó; Un viento sopló hacia el pradal, Y Kull de la soberbia Atlantis cabalgó Silencioso hacia el mar. LAS VISIONES DE EPIMETREUS De los golfos profundos donde aún moran, Viejas como el tiempo, cosas olvidadas y sin nombre, Las sombras llegaron en mudas alas tan rojas Como el corazón del Averno. Aunque persistiendo al pasar era tras era mi tumba Guardaba el fénix, en salas silenciosas y sombrías yo dormía, Pero ahora despierto al fin. El Kraken vive, aquel que antaño se levantó del hirviente Cieno primitivo, en sierras hace mucho sumergidas por el tiempo, Bajo el mar gris, poblado de dragones. Donde soles muertos se hunden en sangre carmesí, En la oscuridad delcielo incubante, surgen islas opacas de leyendas Antiguas, donde fríos mares azotan la orilla oscura. Sumergidos en una niebla roja y tenebrosa, Donde los soles en esplendor sanguíneo se ponen, Imperios olvidados se retiran, como fantasmas De los días olvidados. Sumergidos en una roja y mística, donde los soles En esplendor sanguíneo se ponen, imperios olvidados Se retiran, como fantasmas de los días primitivos. La esencia del mal negro llega desde alguna dimensión lejana, Y los que dejan la puerta de la tierra abierta morirán Como sucumbe la vida terrenal. La cristalina daga produce una lluvia de sangre Para saciar la sed diabólica, pero eso se abre paso entre La corteza y los sangrientos ministros del dolor. Levantan el fruto sangriento y goteante ante la furiosa nube de ébano; El silencioso gentío adorante está inmóvil, Maravilloso, aturdido y mudo. El horror del cieno primitivo sobrevivió para saciar su Maligna lujuria, cuando la resplandeciente Atlantis Se deshizo en polvo al pisotearla el tiempo. Y cuando te enfrentes a la fuerza del Kraken, aquel Que en el sacrificio ha huído, Permanece en pie, donde otros escaparon, y deja Que el Fénix de cristal ataque. EL CAMINO DE LOS REYES Cuando era un gran guerrero, resonaban Los tambores en mi honor. El pueblo esparcía polvo de oro ante Los cascos de mi caballo. Más ahora que soy rey, la gente murmura a mi paso con disgusto. Y temo hallar veneno en mi copa, y recibir una cuchillada por la espalda. Reluciente concha de una vieja mentira, Fábula de derechos divinos, Tú ganaste tu corona por herencia, Pero la sangre fué el precio de la mía. El trono que yo obtuve con sangre y sudor, Por Crom, que jamás lo venderé, Ni por un valle lleno de oro, ni ante la Amenaza de los fuegos del infierno. ¿Qué se yo de los usos cultos, del lujo, de sutilezas y mentiras? Yo, que nací en una tierra inhóspita Y que fuí amamantado bajo el cielo. El lenguaje sutil, la astucia, todo fracasa Cuando cantan las espadas. Venid a morir, perros. Sabed que fuí un hombre, Antes de ser rey. LA CANCIÓN DE LAZA LANTHI Los vientos de la noche sacudían los árboles, Las estrellas estaban frías. La medianoche reinaba sobre el Valle Oscuro Cuando yo nacía. La partera dormía junto al hogar... Una mano golpeó la ventana, ella despertó, Y gritó por lo que sus ojos contemplaban. Como la mano de un leproso, sus cabellos eran Blancos, liaban las flores, tejiendo una Guirnalda sin fin, sus manos. Más cuando fuí capaz de hablar y aprendí A caminar ...moribunda la encontré En el bosque, al transmontar. Con ojos vivos al final, murió diciendo Una extraña frase: "Tú que naciste en el Valle Oscuro, cuídate del Señor del Valle." Mientras descendía por el Valle Oscuro, En las colinas la luz se apagaba Y yo sentía el paso cansado de un monstruo Que en la noche se arrastraba. Los grandes árboles se acercaban, y a mis pies Se estrujaban las lianas y yo sentía mi corazón Que poderosamente se agitaba. ¡Malditos sean los límites oscuros de la tierra donde los horrores antiguos aún reptan! ¡Y los monstruos de épocas lontanas se arrastran para devorar de los mortales las almas! Escalé el pico bajo la luna, y temblé... Abajo, dos ojos brillaban como el infierno, Entre las sombras, rojos. Una sombra cayó bajo los árboles siniestros... Nunca volveré al Valle Oscuro, que es La puerta del infierno. ANTIGUA BALADA Cazaron al León en la llanura de Shamu, Cargaron sus miembros con cadenas de hierro, Y gritaron, entre el resonar de las trompetas: "¡El León ha sido capturado, al fin!" ¡Ay de las ciudades del río y de la planicie, si el León volviera a cazar de nuevo! El León avanzó por las salas del infierno; Ante Él cayeron terribles sombras De múltiples figuras informes y confusas. Eran monstruos de abiertas fauces chorreantes Que en la oscuridad aullaban y gritaban Cuando el León avanzó por las Salas del infierno. EL VIAJE DE AMRA Los altos tronos se vuelcan y los reinos se caen, Y todo queda envuelto en la oscuridad escalofriante. Pero uno avanza cabalgando, en una búsqueda sin fin Por un destino sin nombre, en el oeste opaco y carmesí. Una larga galera gris del oeste desconocido, En su arco impreso el Kraken Negro tan temido, Con sus velas plenas se apresura desde una tierra ignota. El polvoriento secreto del Averno en su bodega oscura y honda. Aunque la pueblen diablos y esté erigida en llamas De pozos infernales, en los que fue creada, De la galera el León romperá el conjuro ¡Y el tesoro salido del Infierno hará suyo! Armados con colmillos y tentáculos, los monstruos Sobre el León saltaron... En la boca de ébano del túnel, sedienta de sangre La horda apareció, con ojos rojos fulgurantes. Blancas fauces brillaban en el negro de la gruta, Y tras él se amontonó la murmurante turba. En vano fue que el León se debatió y cayó... Pues el Infierno estaba ya ante su tripulación... Él escucha el roce de escamas contra escollos, Y Amra sabe que no estás solo... LÍNEAS ESCRITAS AL SENTIR QUE SE ACERCA MI MUERTE El negro umbral se abre, y el negro muro se eleva, Al abrazo de la noche, el crepúsculo jadea. Papel y polvo son las gemasque el hombre precia... Las antorchas se agitan ante mi visión Que mengua. Los tambores de gloria se pierden en las eras, Los pies decalzosflaquean en un roto sendero... Que mi nombre se borre de las páginas impresas; Palidecen cad vez más, visiones y sueños El crepúsculo afluye y nadie me pude salvar. Eso está bien, pues no me quiero quedar. Hablaré a través de la piedra que me fue dada; Ella nunca podrá decir lo que expresar deseaba. ¿Por qué sobrecogerme a la señal de mi partir? Envuelta en una nube oscura está mi mente; Ahora, en la noche, las hermanas para mí Un sudario tejen. Las torres se sacuden y las estrellas tiemblan, En el templo del Diablo los cráneos se apilan; Mis pies envueltos en un trueno que rueda, Laceran mi mente chorros de agonía. ¿Qué será del mundo que dejo para siempre? Formas fantasmales en mi visión que se rompe... Me llevan, por el ébano torrente... Hacia la noche. CANTO DE MUERTE DE CONAN EL CIMERIO El camino era largo, el camino era áspero Y el cielo era frío y gris; La blanca luna era un bloque congelado En el pálido albor y sin color de la mañana; Pero ladrón y protituta, rey y guardia... Guerrero, mago, bribón y bardo... Todos se acompañaban por el camino. El viento era cortante como un cuchillo afilado Mientras soplaba desde los mares salados, El viento de la tempestad resucitaba a una apariencia de vida A los oscuros esqueletos de los árboles; Pero yo bebía el vino espumante de la vida... El vino del saqueo y del bramar y de la lucha... Hasta la última gota amarga. De joven, vine del Norte salvaje a la ciudad De la sed y el pecado, con la antorcha y el acero, Con la sangre y las llamas Me gané lo que un hombre puede tener; Sí, jugué y gané en el juego del demonio... Tuve esplendor y gloria, y fama fulgurante Y me reí ante el guiño de la muerte. Y hubieron adversarios que combatir y asesinar.. Y coronas que conquistar y desechar... Y amigos de quien fiarse... Y labios que devorar con brama... Y cantos con los que ahuyentar la oscura noche... Y vino que beber hasta el despuntar del día... ¿Qué importa si al final, todo será polvo? Yo me he ganado mi parte de vuestras gemas y vuestro oro Pero ellos se reducen a polvo; Me he regodeado con lo mejor que ofrece la vida; Y que el demonio se guarde el resto. La fosa es profunda, y la noche es fría... El mundo es un cráneo de moho maloliente... ¡Y yo me río de vuestros miserables dioses! El sutil camino se devana en un pueblo maldito, donde hasta la tierra es árida y negra pero nosotros somos una banda alegre y gozosa, que no eligió la vida más fácil: asaltos, saqueos e incendios... y la vida a mi derecha me acompaña, riendo... y la muerte cabalga a mis espaldas. El camino era polvoriento y áspero y largo... Crom, pero un hombre se seca... Yo estoy cansado y la muerte es fuerte... Pero la carne nace para morir. ¡Salve, oh dioses! Fue una brigada alegre la que me acompañó con cantos y con brío... bajo un cielo sin estrellas. He escuchado monjes gordos y astutos Hablar de cómo las almas de los condenados Se retuercen y gimen. Este paraíso, ellos lo pueden comprar y vender A cambio de oro y sólo de oro; En las llamas, las escrituras y también los monjes Yo bajo hacia la boca escarlata del infierno... ¡A la conquista del trono del demonio! Me he enfrentado a la vida con audacia y sin miedo... ¿Debo acaso vacilar al acercarse la muerte? La vida es sólo un juego que he jugado Con la muerte, año tras año; ¡Saludos, oh valerosos amigos que he conocido y esclavos y guerreros y ágiles jovencitas! No lamento ningún paso del sendero que he recorrido... El sendero termina...aquí. UNIVERSIDAD MISKATÓNICA LOVECRAFTIANA |
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![]() | «mi estimado señor Dios». Mientras la escribía estaba deprimida, pero era algo que sentía que tenía que hacer, aunque ya me consideraba... | ![]() | |
![]() | «Soy un Dios muy celoso.» Vamos a ver: ¿quién ha creado este Dios tan celoso? Dios no puede ser celoso, y si Dios es celoso, entonces... | ![]() | |
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