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CAZA DEL TESORO SOBRE EL POEMA DEL MÍO CID
Los cantares de gesta son poemas épicos que giraban en torno a la figura de un héroe y sus hazañas.
Eran cantados por unos artistas que recorrían aldeas y villas divirtiendo al público con sus actuaciones y poemas llamados juglares.
Recibió el nombre del Poema del Mío Cid, porque la palabra Cid en árabe significa señor, lo hacían como alabanza y como signo de respeto hacía él.
El único cantar de gesta de la épica castellana conservado es el Poema del Mío Cid.
La copia conservada fue realizada a principios del siglo XIV, Edad Media.
Según el investigador Ramón Menéndez Pidal, uno de los principales investigadores de la obra, el texto conservado es una copia realizada por un copista llamado Per Abbat. En cambio, el texto original creen que fue escrito en 1140 por dos juglares, uno de Medinaceli y otro de San Esteban de Gormaz, ambos de Soria.
Pertenece al género narrativo y al subgénero cantar de gesta.
Está formado por 3.735versos aproximadamente. La métrica de dicho poema es irregular: realizado en versos cuya medida está entre 10 y 20 sílabas aunque predominan los de 13, 14 y 15 y que se agrupan en tiradas (grupos de versos con una sola rima asonante).
Antes de su custodia en la Biblioteca Nacional de Madrid, (fue comprado el 20 de diciembre de 1960) lo heredó Alejandro Pidal y en su casa lo estudiaron Vollmöller, Baist, Huntington y Ramón Menéndez Pidal.
La obra está dividida en tres partes o cantares:
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Sí, es un documento histórico.
1. Tipo de versos: Las características de los cantares épicos son, la versificación irregular, sus versos contienen diferente número de sílabas, poseen rima asonante y se agrupas en series o tiradas. 2. Realismo: Las personas, los hechos y los lugares son totalmente cierto y reales. 3. Fórmulas fijas: Consiste en nombrar al Cid de diferentes maneras.
EL CAMINO DEL CID
La Ruta del Camino del Cid se inicia en Vivar, provincia de Burgos. Tras pasar por la provincia de Burgos, el Cid llego a Soria. Estando el Cid durmiendo en un lugar próximo a Navapalos, se le apareció el arcángel Gabriel, quien le deseo buena suerte en sus empresas. Llegó a Gormaz, fortaleza califal de la que sería alcalde el Cid -posiblemente lo fue también de Gormaz, Langa y Berlanga-. En el año 1081 fue atacada por un enemigo musulmán, lo que provocaría una dura represalia del Cid por territorios musulmanes aliados de Castilla. Este hecho desencadenó el primer destierro de Rodrigo. El Camino prosiguió hacia Berlanga de Duero. La última localidad soriana es el Retortillo de Soria, pasó obligado para cruzar la Sierra de Pela, por la que el Cid descendió con sus hombres, justo cuando se cumplía el plazo de nueve días otorgado por el rey Alfonso VI para abandonar sus tierras. Saliendo de Medinaceli, y recorriendo varias localidades sorianas, El Cid llegó a tierras de Zaragoza. Esta provincia fue una parte muy importante, por los dominios musulmanes del célebre reino taifa. La primera noche, el Cid acampó entre Ariza y Cetina. A la mañana siguiente, el Campeador se dirigió a Alambra de Aragón. Tras dejar Ateca, el Cid puso su campamento en una llanura, con la intención de cobrar parias a los poblados musulmanes y, posteriormente, conquistar el castillo de Alcocer. En esta localidad, que ya no existe, hubo una de las batallas más duras y sangrientas del cantar. En Alcocer, el Cid fue capturado por los musulmanes y estuvo tres semanas sin beber ni comer, hasta que se enfrentó contra los musulmanes y salió victorioso. De todo esto consiguió oro, plata, armas y cientos de caballos. En los diez años siguientes, la fama del Cid se alcanzó la cima espectacularmente, al contrario que el reinado del rey. En menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente. En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia Al-Cádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en junio de 1094. Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia, otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo renovó la mezquita de los musulmanes, acuñó moneda, se rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes, en definitiva, organizó con grandísima maestría la vida del municipio valenciano. El Camino en Alicante se adentra por Baneyeres de Mariola y Beneixama a través del valle que flanquean las altas sierras de la Solana y Fontanella. Desde Cañada la ruta continua por Bihar (por donde el Cid pasó camino de Petrer y Monforte del Cid, en el valle del Vinapoló) hasta Villena. El rey Alfonso VI pidió inútilmente al Cid que le esperaraen esta ciudad para unirse a las tropas reales contra el invasor almorávide. El desencuentro entre el rey y su vasallo propiciaría un nuevo destierro. La ruta deja Villena por el interesante yacimiento paleolítico de Cabezo Redondo. Llegando de tierras sorianas, el Cid entra en la provincia de Guadalajara, por los desfiladeros de la Sierra de Miedes. Desde Miedes hacia Atienza, pasando Bañuelos, Romanillos, Casillas y Bocones. En Atienza el Cid y sus hombres rodean su gran fortaleza. Llega hasta Castejón y conquista el pueblo con una emboscada. Instalado en Castejón, el Cid manda en algarda a Alvar Fáñez de Minaya, pasando por Hita y llegando a Guadalajara. Parte Henares arriba, camino de Mandayona y Sigüenza, hasta llegar a las cuevas de Anguita atravesando poblaciones de Sierra Ministra como Barbatona, Alcolea del Pinar o Aguilar de Anguita. El camino del Cid por Guadalajara termina en la villa de Maranchón, desde donde se dirige a tierras de Soria y Zaragoza. |
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