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Vol. 1, No. 2 (1920): Octubre 16 NUESTRO TEATRO (Continuación) Otra de las obras de Allende que lo señalan como un gran comprensivo, es “Sin madre”. En “José Romero” rinde culto a la verdad.” Y aunque analizado Allende es un revolucionario, su cooperación sirvió eficazmente a la patria durante la Guerra del Pacífico. En el teatro, en el artículo o en el verso, Allende infundía valor al pueblo y lo incitaba a defender esta tierra chilena tan fecunda que, desgraciadamente pertenece a tan pocos y esos pocos son tan ineptos... Allende ha sido pues, uno de nuestros más grandes autores teatrales.. Actualmente el teatro parece atravezar por una éra de resurgimiento. Cualquiera creerá que no tengo razón de dudar de su progreso. Es verdad que tenemos tres compañías organizadas, que tenemos tan grandes autores como Evaristo Lillo, que tan fuertemente se destaca, Enrique Báguena, Arturo Bührle, Alejandro Flores, etc., que tenemos autores como Días Meza, Orrego Barros, Eduardo Barrios, Hurtado Bonne, Juan Ibarra, Armando Moock y tres o cuatro más; pero estos factores no son suficientes para creer en el resurgimiento del arte teatral. Hay en contra un factor terrible: el comercial. Yo era uno de los más grandes creyentes en el teatro. Con suprema alegría anotaba los nombres de los que procuraban impulsar este arte, ya fuera estudiando nuestras costumbres o nuestros dolores, o perfeccionando su modo de hacer, creí que llegaríamos a construir la obra potente que no pudiera derribar el análisis, pero me equivoque. Yo grité muchas veces desde la tribuna, desde diarios, dí el ejemplo escribiendo obras con nuestros tipos y costumbres, o analizando nuestra cuestión, yo grité: haced obra chilena, nacionalizad el teatro, haced teatro honrado. No pretendía yo que el teatro fuera criollo; pretendía que se basara en nuestra vida nacional. Voy a citar a propósito algunos párrafos de una conferencia que leí en el Instituto Pedagógico en 1917. (Continuara) Al director de “Juventud y Primavera” A Raúl Bergés, director de “Juventud y Primavera”, publicación ocasional ajena a la Federación de Estudiantes, se le pide pasar por la redacción de la revista “Juventud”, a fin de que efectúe la devolución de un talonario de contratos de avisos perteneciente a este órgano de la Federación. VIDA OBRERA INTERNACIONAL El horizonte de hoy La historia de este siglo estará toda en la historia de sus reivindicaciones obreras. La guerra ha creado una conciencia proletaria universal, hasta ahora desconocida. Despojado de la casaca infamante, el pueblo soldado ha vuelto a unirse al yugo de la explotación burguesa. Necesitaba una lección dolorosa como ésta, y la tuvo. Necesitaba desgarrarse las entrañas en aras de un nacionalismo estúpido, para comprender que su enemigo no era una determinada patria fronteriza, sino los capitalistas de todas las patrias. Esta guerra fraticida ha costado mucha sangre a la clase proletaria. Y este es el precio de una lección que no debemos olvidar. Los voceros de la represión capitalista quieren desfigurar la verdadera realidad de esta lección. Y fingen no ver en esta guerra más que el espectáculo teatral de tres imperios que se derrumbar y de una Nación que se venga de una ofensa pretérita. Pero para el pobre pueblo que se hambrea, por cima del aparato escénico de la política burguesa, está la pavorosa realidad de su condición. Porque detrás de todas las forman de Gobierno, detrás de la monarquía y de la República, el proletariado presiente la mano invisible y despiadada del capitalismo, su irreconciliable enemigo. La clase proletaria mundial despierta hoy a la conciencia de estas enseñanzas. Y se repite una vez más la lucha encarnizada de la luz que quiere invadirlo todo y de la sombra que se resiste. Sabedor el pueblo de lo quo exige y de la justicia que tiene para hacerlo, sabrá también vencer loe obstáculos que se le opongan, con tanta más pujanza cuanto que sobre su horizonte espiritual de hoy está escrita en caracteres rojos aquella palabra de los proletarios de Moscou: “Trabajadores de todos los países: uníos!” El malestar obrero en España En la Península Ibérica se está gestando actualmente la gran revolución que ha de deponer a la pequeña magestad de Alfonso XIII y a la ralea política que medra a su alrededor. Los contínuos abusos de autoridad que allí se cometen exacerban al pueblo y a los intelectuales. La condena arbitraria de Unamuno, la disolución de las Cortes, los conflictos mineros, de Peñarrova y Riotinto y las agitaciones populares en los centros obreros de toda la Península, son el exponente de que allí los valores políticos y morales pasan por una crisis que se nos antoja definitiva. El espíritu conservador de la vieja aristocracia y el agiotismo burgués, unidos en comunidad de intereses, han concurrido hasta ahora al aniquilamiento de toda tendencia libertaria de las clases socialmente oprimidas. Pero hoy, el poderoso hábito de renovación que sopla sobre el mundo, cristaliza en España en una serie innumerable de conflictos que tienen lugar donde quiera que hay una fuerza obrera organizada. Las últimas noticias que nos trae al respecto la prensa burguesa, dan motivos para creer que dentro de poco la vida económica de España estará totalmente paralizada. En todas las grandes ciudades y distritos industriales se nota intensa agitación social. Ante la inminencia de una crisis nacional, los que miramos desde lejos las cosas de la Península, no podemos menos que congratularnos de la cohesión que se manifiesta en esta acción conjunta de las clases proletarias, ya que para la salvación de España no queda más recurso que el de una revolución depuradora. UN GREMIO DE CONSTRUCCIONES INGLATERRA Las actividades obreras de Gran Bretaña pasan hoy por una nueva e interesante fase. El movimiento de ideas que tiene por objeto resolver la cuestión social mediante un conjunto de gremios organizados sobre la base de abolición del sistema de jornal llega en estos días a la primera de sus consecuencias prácticas. De la necesidad apremiante de resolver el problema de la construcción de un millón de habitaciones, problema que, planteado por el Gobierno y los capitalistas ingleses permanece todavía sin resolver, ha nacido de parte de algunas uniones profesionales del distrito de Manchester, la idea de organizarse en un gremio de construcciones. Este sistema de la acción conjunta gremial tiene la ventaja, de que resucede prácticamente el difícil problema de la mano de obra. Siempre que ha habido carencia de brazos en el ramo de construcciones ha sido preciso recurrir, para aumentar la cifra de operarios, al contingente de los obreros no especializados. Las uniones profesionales sostienen por su parte que no hay falta de brazos para las necesidades vitales del ramo de construcción de habitaciones, y que todo el próblema consiste en la movilizción conveniente de los operarios hasta obner una obra socialmente ventajosa a la comunidad. Debemos congratularnos, pues, de que las ideas del socialismo gremial hayan pasado del período de la propaganda, -en que hasta ahora se encontraban- al período de la realización. Si el éxito corresponde a las fundadas esperanzas que la idea inspira, los resultados de la experiencia podrían ser inmensos. EL CARTEL DE HOY Hosanna a Tí, juventud de les rebeliones, optimismo de la tierra, semilla de redención... Hosanna a Tí. ... cuando tus músculos, hinchados de cóleras divinas, golpean el rostro de la iniquidad; y los mercaderes huyen del templo profanado, bajo la tempestad de tus anatemas... ... cuando tu verbo, incendiado de amor, va constelando de luceros las negras rutas infernales de los desheredados... ... cuando en las horas sin alma de la esterilidad entiendes el milagro de la germinación... ... cuando en las noches del desaliento, tu fe formidable levanta un sol... cuando, sobre la faz de los siglos, realizas la encarnación de Dios... Hosanna a Tí, juventud de los martirios. ... cuando los hombres olvidan que eres a una idea y que no puedes morir... ... cuando la cruz ignominiosa se alza para soportar el laceramiento de tu carne tierna ...cuando desde le urna de tu cuerpo desgarrado, tu sangre como un perfume redentor, desciende a embalsamar el mundo. ... cuando manos asesinas vuelcan ponzoñas obre tus caminos inmaculados.. ... cuando, en la hora de lasfurias, las turbas levantan tu carne crucificada, como un girón de infamias, ante el Futuro... ...cuando tu amor esparcido sobre la angustia de los hermanos, reflorece, y diluvia rocíos de dulzura sobre tus fiebres, y hace abrirse en pétalos de astros las rosas abrasadas de tus llagas... Hosanna a Tí, juventud de las alegrías... ... cuando tras el instante tenebroso, tu espíritu se alza de nuevo fuerte y dulce, realizando el prodigio de la vigorosa y perenne juventud de un dios heleno, en quien se hubiera hecho carne toda la ternura de Cristo... ... cuando el torbellino polícromo de la farándula, eres otra vez la vida que arde como un incienso lírico y se derrama en perfumes y en cantos. ... cuando la Primavera abre su palio de luz... y la locura ilusionada de tu corazón se desborda armoniosamente sobre la monotonía gris de nuestros días muertos... Hosanna a Tí, juventud de las alegrías, optimismo de la Tierra, semilla de redención. Fernando G. Oldini De José Ingenieros ESPIRITU DE REBELDÍA José Ingenieros nos escribe desde Buenos Aires una carta cariñosa y espontánea. Nos adjunta un artículo sobre cuya belleza nos parece inútil insistir: el querido maestro argentino no necesita de presentación para las juventudes de América. Tres yugos impone el espíritu conservador a la juventud: rutina en las ideas, hipocresía en la moral. Todo esfuerzo por libertarse de esas coyundas es una afirmación del espíritu de rebeldía. La sociedad es enemiga de todos los que perturban sus “mentiras vitales”. Frente a los hombres que le traen un nuevo mensaje, su primer gesto es hostil; olvida que para vivir necesita de esos grandes espíritus que, de tiempo en tiempo, desafían su encono, predicando “verdades vitales”. Todos los que renuevan y crean, son subversivos: contra las mentiras sociales, contra los privilegios políticos, contra las injusticias económicas, contra las supersticiones religiosas. Sin ellos sería inconcebible la evolución de las ideas y de las costumbres, no existiría posibilidad de progreso. Los espíritus rebeldes, siempre acusados de herejía, pueden consolarse pensando que también Cristo fue hereje contra la rutina, contra la ley y contra el dogma de su pueblo, como lo fuera antes Sócrates, como después lo fue Bruno. Y templan su fe pensando en el común destino de los grandes perseguidos: la humanidad venera sus nombres y no recuerda el de sus perseguidores. Porque existe, -podemos creerlo,- una conciencia moral de la humanidad que da su sanción. Tarda a veces, cuando la regatean los contemporáneos; pero llega siempre, y acrecentada por la perspectiva del tiempo, cuando la discierne la posteridad. El espíritu de rebeldía implica una desconfianza sistemática de todas las ideas tradicionales; refugiarse en la tradición significa renunciar a la vida misma, cuya continuidad se desenvuelva en un constante devenir. La obsecuencia al pasado importa cerrar la inteligencia a toda verdad nueva, apartar de la felicidad todo elemento no previsto, negar la posibilidad misma de la perfección. Maniatarse ante los intereses creados, en el orden moral, lo mismo que en el material, significa renunciar al advenimiento de una humanidad moralmente mejor. Por qué -se preguntaba Emerson,- seguiremos bebiendo aguas estancadas en pantanos seculares, mientras la naturaleza nos ofrece en la veta de sus rocas el ahorro de fuentes cristalinas, que pueden apagar nuestra sed infinita de saber y de amor. Las aguas estancadas son los dogmas consagrados por la tradición y las fuentes de rocas son las fuerzas morales que siguen manando de nuestra naturaleza humana, incesantes, eternas. Esas fuerzas rebeldes no han dejado de brotar nunca, jamás se han cegado sus fuentes: viven, crean todavía, cada vez mejores; renunciar a ellas, como quiere el tradicionalismo, es decir ¡alto! A la vida misma; es decir ¡no! A los futuros ideales de la humanidad. El espíritu de rebeldía es la antitesis del dogma de obediencia: “es imposible comprender, y hasta imaginar, que hombres dotados de una vida inferior suya y propia, hayan podido considerar recomendable la sugeción de su voluntad a la de otros seres finitos como ellos”. Ese inverosímil renunciamiento de la personalidad, es exigido por algunas órdenes religiosas como un voto necesario para la profesión. La obediencia no es a un ser sobrenatural, sino a otro hombre, al superior; los más ilustres jesuítas dan de ella una explicación poco mística y muy utilitaria, mirándola como uno de los mayores descansos y consuelos, pues el que obedece no se equivoca nunca, quedando el error a cargo del que manda. Este dogma lleva implícito un renunciamiento a la responsabilidad moral; el hombre se convierte en cosa, en instrumento irresponsable de quien lo maneja. Sin rebeldía no hay dignidad. La leyenda bíblica personifica en Satanás al ángel denunciador de las debilidades y corrupciones de la debilidades y corrupciones de la humanidad; y es Satanás, en la poesía moderna, el símbolo más puro del libre examen, del derecho de crítica, de todo lo que significa conciencia rebelde a los dogmatismos tradicionales. No es admisible ninguna limitación al derecho de buscar nuevas fuentes que intensifiquen la vida humana. Obra de bienhechora rebeldía es descubrirlas, afirmarlas, aprovecharlas para el porvenir, impregnado de ellos la educación, ajustando pogresivamente la conducta de los hombres. La sabiduría antigua, hoy condensada en dogmas, sólo pueden ser respetable como punto de partida, para tomar de ella lo que sea compatible con las nuevas verdades que florecen incesantemente; pero acatarlas como inflexible norma de la vida social venidera, confundiéndola con un término de llegada que estamos condenados a no sobrepasar, es una actitud absurda frente a la eterna evolución de la naturaleza. El arte y las letras, la ciencia, y la filosofía, la moral y la política, deben todos sus progresos al espíritu de rebeldía. Los hombres domesticados gastan su vida en recorrer las sendas trilladas del pensamiento y de la acción, venerando ídolos y apuntalando ruinas; los rebeldes hacen obra fecunda y creadora, encendiendo sin cesar luces nuevas en todos los senderos que más tarde recorre la humanidad. Juventud sin espíritu de rebeldía, es servidumbre precoz La Internacional Del Pensamiento Al margen del “manifiesto del Grupo Claridad”. De Francia nos llega hoy la palabra reconfortante, la voz de serenidad, por cima de tantas voces de animalidad como pueblan el mundo. Un selecto grupo de pensadores franceses ha enviado a los intelectuales de todas las patrias un mensaje fraternal. En esta hora en que la humanidad logra desasirse de su horrible pesadilla guerrera el manifiesto del grupo Claridad suena como un toque de maítines anunciador de un día glorioso. Se trata de crear la “Internacional del Pensamiento” organizando a través de las fronteras, la inmensa familia de los feligreses de la idea. El llamado, que ha tenido un gran eco, ha sido lanzado bajo la égida propiciatoria de dos nombres altísimos: Anatole France, el novelista único, que ha hecho acerba crítica social en “Lile des Pimgouins”, y tantas otras páginas admirables, y Henri Barbusse, quien durante la guerra dio la nota alta de protesta por lo que había de bestialidad en aquel crimen colectivo. Ante la transcendencia de los conflictos sociales de la hora presente, toda pasividad en su crimen de lesa humanidad; porque, como dice el manifiesto “es la paz y la vida de todos los hombres lo que ahora se ventila”. Es, pues, preciso que los intelectuales de todos los países abandonen la clásica “torre de marfil” de su aislamiento y se levanten, para que así todos aquellos que comulgan en la misma hostia libertaria, se reconozcan y puedan caminar unidos hacia la luz. Nunca ha sido más imperioso que hoy el dilema que enunciara D´ Annunzzio: “O rinovarse o morire”; y así lo comprenden los intelectuales del Grupo Claridad. Cuando dicen: “Se trata o de mantener o de rehacer totalmente, de un extremo a otro del mundo, el estatuto de la vida común”. “En el presente –continúa el manifiesto– se impone la necesidad de organizar la vida social, según las leyes de la razón, y es por esto que se trabajará para preparar la República Universal, fuera de la cual no hay salud para los pueblos”. Se hace enseguida una suscinta exposición de las finalidades de la internacional, finalidades que entrañan franca profesión de fé socialista. Y no podía ser de otro modo: todo internacionalismo resultará utópico en tanto admita posibilidades de regímenes capitalistas. Y negar esto sería desconocer la causa de los conflictos armados y negar la ley histórica fundamental que dice que las relaciones entre los pueblos se norman por razones esencialmente económicas. De aquí que en el llamado internacionalista del Grupo Claridad haya esa solidez ideológica que nace de una visión clara de las cosa, muy otra por cierto de la apócrifa visión de los forjadores de utopías, inasibles, estilo Manuel Kant y Woodrow Wilson. “Queremos – reza el manifiesto – la abolición de las barreras ficticias que separan a los hombres, la aplicación integral de los catorce puntos wilsonianos. el respeto de la vida humana, el libre desenvolvimiento del individuo, limitado solo por las necesidades de la comunidad viviente; la igualdad social de todos, hombres y mujeres; la obligación de trabajar para todo ciudadano válido; el establecimiento del derecho de cada uno de ocupar en la sociedad el puesto que merezca por su labor, sus aptitudes o sus virtudes; la supresión de los privilegios del nacimiento; la reforma, según los puntos de vista internacional, que es el punto de vista social absoluto de todas las leyes que regulan la actividad humana: Trabajo. Comercio, Industria”. “La lista de los adheridos a Claridad no está cerrada, y queremos que no se cierre nunca. Llamamos amistosamente a nuestro lado a todos los que creen en el poder del pensamiento. Añadiremos que para formar parte de nuestro grupo no es necesario tener un nombre consagrado por el ejercicio de las letras o de la misión científica: el maestro que nos escribe desde una lejana aldea, el estudiante que medita, el joven socialista que se consagra a la causa , todos aquellos cuya generosidad se dedique al sufrimiento o a la felicidad de los hombres, todos y todas pueden contribuir eficazmente a nuestro esfuerzo”. Todo esto es bello; fortaleza de ideas y nobleza de principios. Y es por esta voluntad y por esta bondad que esta manifiesto de los intelectuales franceses llega a mí como un toque de maitines en el alumbramiento glorioso de un día de sol, después de una negra noche de pesadilla. Martín Bunster M. Biblioteca “Claridad” Al pedido de nuestros lectores, se encuentran en nuestra Biblioteca tres libros ultimamante llegados de Buenos Aires. Ellos son: “La Iglesia Catolica y los conflictos sociales”, del prestigiado autor Telémaco Susini, y “La Reforma Educacional en Rusia” y “Democracia Funcional en Rusia”, del maestro argentino José Ingenieros. Cada una de estas obras puede adquirirse en nuestra Redacción, previo pago de $ 1.20. A provincias, $ 1.50. Fiestas de la Primavera La Velada Bufa.- “Juventud” y “Claridad”.- La gran farándula.- En los momentos en que se pone en prensa nuestro periódico, en el Teatro Santiago se desarrollan los dislocados y malbranescos números del programa de la Velada Bufa. Una multitud mayor de la que acudió a la coronación del Czar de Rusia, amenaza con hudir el teatro de la caIle Merced. Las carcajadas son tan unánimes y sonoras que el barrio consumirá durante mucho tiempo una cantidad respetable de aspirina para ahuyentar las ingratas neurálgias. Nuestros deberes periodísticos nos alejan de este infierno al revés, pero abrigamos el propósito de que hasta nuestra mesa de redacción -distantes do sleguas a la redonda, en motocicleta- habrá de llegarnos –temblorosa brisa primaveral– el eco de la enorme y luminosa carcajada que esta noche es el alma de nuestros compañeros. Pero hoy Sábado toda la ciudad habrá de participar del bullicio y de la algarabía. Hoy la risa será grátis para todos. Esta noche en el Cerro Santa Lucía se realizará la gran farándula, en la que todo el mundo gozará del privilegio de ocultarse. Las publicaciones de la Federación, participan en la Fiesta con sus números extraordinarios. “Juventud” presenta en este número, una lectura amable y amena; reproduce el affiche premiado, las comedias que obtuvieron recompensas y también el elogio de las Fiestas de la Primavera, cuyo premio correspondió a su director, el poeta R. Meza Fuentes. “Claridad”.... Claridad, lector, os ofrece este número. (Los elogios se reciben por escrito). Corren en estos momentos entre el público, los comentarios más curiosos. Entre ellos el más generalizado, porque es talvez el que más se acerca a la verdad (tomen nota señores jueces!) es que Santiago Labarca anda mezclado entre los disfrazados, oculto en un dominó que ostenta un letrero concedido en estos términos deshonestos: “Ruego a usted no pedirme informes sobre mi fuga”. Nuestro Revisionismo El conflicto Nuestra actitud desprejuiciada y anhelosa de libertades efectivas para ejercer la crítica de las instituciones y los métodos, encuentra una resistencia cerrada. En tal forma se podría dividir la vida nacional en dos campos primordiales: el primero sería el conservador, entendiéndose esta palabra, en un sentido amplio, y el segundo, por sus tendencias más generales, sería el revisionista. En aquél entran no sólo los individuos que militan en el partido político del mismo nombre, sino muchísimos de los que militan en los demás. En el revisionismo están de hecho la juventud y los obreros, sean cuales se puedan imaginar las variaciones de intensidad y de procedimiento para efectuar la revisión y la renovación, inevitables, de los valores nacionales y universales. Los revisionistas tenemos como enemigo irreconciliable al conservantismo: queremos renovar y ellos quieren perpetuar. Nuestra actitud En esta lucha tenemos, desgraciadamente, un enemigo entronizado hace ya muchos años en el poder. La represión se ha efectuado en Chile usando de las formas más violentos e incomprensivas. No hemos podido olvidar, por cierto, el asalto a la Federación Obrera de Magallanes, los procesos contra los estudiantes y los obreros y el asalto tolerado y protegido, a la Federación de Estudiantes. Esas son las armas del conservantismo: nunca se han detenido sus hombres para estudiar los conflictos; nunca han querido detener sus ojos en nuestras obras para justipreciarlas en conciencia. Cuando han atacado lo han hecho con un trogloditismo que habla decididamente en contra de la cultura pública. Queremos entonces el respeto a las a las opiniones y a la manifestación libre del pensamiento y, si ella no se nos asegura -aún cuando la Constitución la consagra-, nosotros la tomaremos, fundándonos en un principio universal, que no admite nacionalizaciones ni privilegios exclusivos de explotación. Una respuesta Pero, fundándonos en una amplísima concepción de las discusiones ideológicas, ponemos nuestras columnas a posición de todos los que, no estando de acuerdo con nuestros propósitos, los quieran rebatir; siempre que procedan con justicia y racionalmente. En tal forma, queremos probar a nuestros enemigos que no tenemos prejuicios de especie alguna, que por lo contrario, sus ideas nos merecen el respeto que todos debían tener por el pensamiento de los demás. Así queremos inaugurar nuestras páginas: las opiniones diversas, antagónicas y enemigas, tendrán aquí amparo. Únicamente exigimos cultura y razón. Nosotros nos encargaremos de hablar con CLARIDAD. Actualidad Internacional El cataclismo guerrero que asoló a una buena parte del mundo durante 4 años no ha enseñado nada a los gobiernos burgueses. Wilson en sus 14 puntos fijó el mínimum de reformas que había de llevarse a cabo en la política mundial. Este mínimum –que al haber sido cumplido nos habría demostrado la posibilidad de la evolución por los caminos actuales– ha sido elocuentemente pisoteado y destrozado –demostrándonos prácticamente que no hay salvación para la humanidad si los proletarios no hechan mano de medios directos. Inglaterra y Estados Unidos construyen hoy día febrilmente –las flotas aéreas y navales que mañana les darán– ya sea después de una guerra sin cuartel –ya sea uniéndose– la completa hegemonía del mundo. Al contacto de esta realidad –que es consecuencia del principio nacionalista tan decantado “Vis facem para Bellum”– se derrumbarán por su culpa todas las demás nacionalidades del mundo como se derrumba un castillo de naipes. Este es el destino que aguarda a la Humanidad en un porvenir muy cercano –no más de 5 a 10 años más. La única salvación es la revolución proletaria mundial –que al hacerse bajo el lema de Marx: “Proletarios del mundo uníos” podría ser una revolución que no costara grandes sacrificios. Y los mismo nacionalistas deberían comprenderlo así, si quisieran salvaguardiar lo único de sagrado que hay tras de sus absurdas especulaciones –la dignidad y la libertad. El triunfo del proletario es la unión libre de las diferentes naciones. El triunfo del nacionalismo armado que estamos ayudando es la sujeción obligada de todas las naciones a estas dos fábricas inagotables de municiones y máquina de guerra llamadas Estados Unidos e Inglaterra. Les estamos preparando a estos dos países –por culpa del régimen capitalista– una grandeza y dominación comparable a la de Roma Imperial –y para nosotros el destino de Numancia, Sagunto o Mitridates. Mientras esto pasa en el fondo, veamos cómo en la superficie todo lo favorece. Inglaterra extiende sus tentáculos oportunistas por toda la superficie del Globo –haciendo rabiar en secreto a Francia, quien tontamente le hace el juego por otra parte. Ayer era Persia –hoy día es el Egipto a quien consigue sujetar definitivamente a su carro, por medio de un arreglo que satisface al señor inteligente y al siervo venal. – El principio – la libertad – eso es una tontería. El Asia Menor entera es suya, porque son suyos el Mar Negro – Constantinopla – el Mar Egeo, la Mesopotamia. Francia, qué por orgullo avanza sobre Adana y Marach, anda en busca de un nuevo Fechoda. El África se encuentra hoy día atravesado desde el cairo a la ciudad del Cabo por el Imperio británico – Las colonias portuguesas – son portuguesas aún porque el Portugal es internacionalmente hablando una colonia de Inglaterra. La Arabia está en vías de ser inglesa. La India lo es y será más que nunca después que le regalen la cadena dorada de la autonomía. En buenas cuentas hablando un lenguaje figurado, no hay parte del mundo donde no se aferre este nuevo Pólipo. Roma conquistó el mundo de esta misma manera. Entretanto Estados Unidos profesan la Doctrina Monroe –que con justicia puede llamarse un cuchillo de dos filos– pues, si conviene, América es para los americanos –o bien América es para los yanquis– según sea el Presidente que elijan los norteamericanos. Este país no pidió nada como recompensa de su participación en la guerra, parece que se ha contentado con las enseñanzas recogidas. Rico –muy rico– gasta su dinero construyendo para 1925 la flota de guerra más grande del mundo. ¿Y para qué? Para nada. Para jugar. Todo empuja a agruparse a la sociedad humana para hacer efectiva la colaboración industrial. Hoy se presentan dos caminos: el camino nacionalista cuya consecuencia fatal como la hemos visto, es la Hegemonía Anglo–Sajona; y el camino de la revolución proletaria, que es llevar a la práctica una asociación libre de pueblos basados en los mejores principios laborados por la civilización. En Europa aparece hoy día un foco de donde dimanan posibilidades materiales de hacer revolución: La Rusia de los Soviets. El proletariado entero del mundo lo comprende así y en el fondo todos simpatizan con su triunfo. El Congreso de los Socialistas moderados italianos cuya reunión se creyó el preludio de la división del proletariado de la Península –ha demostrado (anodadando los albores cablegráficos de las empresas capitalistas) que punto más punto menos– todos están de acuerdo en el fin que se persigue. El Laborismo Inglés ha demostrado ya prácticamente que sabe en un momento dado formar un Consejo de Acción cuando Rusia corre peligro. – Por otra parte, la complicidad de las masas obreras con el fin de la revolución rusa es fundamental. Podrán haber diferencias de medios, pero es infantil creer que ellos importan un alejamiento del objeto final: la destrucción del capitalismo. Los defensores de este régimen se consuelan fácilmente con lo que ellos llaman la repudiación del maximalismo. La paz entre Rusia y Polonia permitirá a la primera cencentrar todas sus fuerzas contra Wrangel y empezar nuevamente su obra interrumpida de construcción, a no ser que una nueva provocación alimentada secretamente por la Entente, no venga a sacarla de ella. En el próximo artículo –y después de estas consideraciones generales que ayudarán a comprender el espíritu de nuestros comentarios– comenzaremos a describir la situación cablegráfica semanal con toda puntualidad y todas sus manifestaciones. Jorge Neut Latour. PATRIOTISMO No hace aún tres meses la Federación de Estudiantes fué escarnecida por haber pedido al Gobierno diera a conocer las razones que justificaban la movilización. Hoy todo el mundo sabe que esas razones no existían. Era imposible decir al pueblo que la movilización obedecía única y esclusivamente a razones políticas; por eso se contestó con el encarcelamiento, en el nombre da la patria, de obreros y estudiantes; por eso se asaltaron los locales de obreros y estudiantes; lo que no podía justificarse con razones debía defenderse con la fuerza. Las consecuencias de esta movilización descabellada y criminal comenzamos a cufrirlas: más de cincuenta millones de pesos se han malgastado, la indisciplina ha echado hondas raíces en el Ejército, la desconfianza en el público. Pero, hay algo más grave, Mañana, en la reunión de la liga de las Naciones, nuestros vecinos del Norte, nos harán aparecer como un país belicoso y guerrero, dispuesto a dirimir por las armas un conflicto que, según el propio reglamento de la Liga debe someterse al arbitraje. Entonces, sólo entonces, podemos saber cuán grande ha sido el mal hecho a nuestro país por la pequeñez de sus gobernantes, Hubo un momento en que nuestros gobernantes aparecieron ante la opinión pública como la encarnación del patriotismo, mientras eran acusados de traidores y antipatriotas los que censuraban sus actos. Cabe ahora preguntar ante el testimonio definitivo de los hechos: ¿cuáles eran los que realmente amaban a la patria? Debe aún desprenderse una dura lección de los hechos el patriotismo no consiste en someterse a todos los errores de un gobierno por el hecho solo de que los cometa en nombre de la patria y al son del clarín guerrero. No somos de los que creen que las patrias deben desaparecer: responden ellas verdaderas necesides; pero no creemos que su existencia sólo puede asegurarse por medio de la guerra y la agresión. Estamos convencidos, por el contrario, de que las Naciones, más aún que los individuos, deben amoldarse a la justicia, y de que infaliblemente, más tarde o más temprano, sufren las consecuencias de sus errores y atropellos. Bastarían a demostrárnoslo la caida del imperio colonial de España, la derrota de Francia el 70 y el aniquilamiento de la Alemania en la guerra que acaba de terminar. En muy poco tiempo más quedará plenamente demostrado que nuestros gobernantes han pospuesto los intereses de la nación a sus personales ambiciones y conveniencias. La opinión pública deberá entonces acusarlos de traidores y castigarlos duramente. No escapan a esta acusación los propios políticos aliancista que por miedo, permitieron se jugara con el buen nombre del país. Fuera de toda la antipatriótica actitud ya enunciada existen otros hechos que demuestran como entienden el patriotismo nuestros gobernantes: ellos son el nombramiento de don Francisco Subercaseaux Aldunate como consejero de la Embajada ante la Liga de las Naciones, la negativa terminante del presidente de la República para que forme parte de dicha delegación nuestro Ministro en Gran Bretaña, y el posible nombramiento de don Alfonso Bulnes Calvo como secretario de la Legación en Argentina. Los pueblos deben analizar fríamente la política internacional seguida por sus gobernantes, no dejarse engañar por ellos y exigirles que los destinos de la Nación se discutan a plena luz. Es la única manera de salvar la patria y de hacerla elemento eficiente del progreso de la Humanidad. EL MARXISMO “Insurrexit”, valiente vocero de la juventud universitaria argentina, registra en sus páginas la admirable síntesis de la doctrina marxista, que ofrecemos a nuestros lectores. La nitidez con que está expuesto el desarrollo de las tres grandes concepciones con que Carlos Marx sentará sus principios filosóficos, nos ha parecido la más acabada condensación de una doctrina ardua en cuya interpretación es fácil caer en razonamientos que casi siempre se acercan a lo abstruso”. Nociones elementales Los tres hechos más importantes del marxismo son: 1º La teoría del determinismo económico; 2º La teoría del valor y del plusvalor; 3º La teoría de la lucha de clases. I El determinismo económico La teoría fundamental del marxismo es el determinismo económico. La teoría del determinismo económico afirma que en todas las épocas de la historia las instituciones morales, intelectuales y sociales se basan en el sistema de producción y cambio. Esta teoría ha sido cambiada muy diferentemente. Uno de los argumentos que se aducen con frecuencia contra esta teoría, es que sus secuaces, no tienen en cuenta la obra del genio en las manifestaciones de la vida social. Los grandes genios ejercen una gran influencia sobre los acontecimientos humanos. El determinismo económico no niega la importancia de los grandes hombres, pero sostiene que los métodos de producción y distribución son los fundamentos sobre el cual se construyen las instituciones de todas las épocas. Las diferencias de razas, las creencias religiosas, las tradiciones históricas y los hechos del hombre genio, y así sucesivamente, no deben considerarse más que como factores de importancia secundaria en la formación de las instituciones sociales y en los acontecimientos humanos. Su influencia es mínima si viene encontrarse en conflicto con las necesidades económicas de un pueblo o de una clase social. En su evolución, la raza humana se emancipó del estado salvaje y bárbaro pasando a través de tres fases diferentes la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo. Cada una de estas tres fases representa un método diferente de producción y de cambio. Allí donde las leyes y las costumbres de la sociedad cambian nos dan la prueba convincente de la verosimilitud de la teoría del determinismo económico. Bajo la esclavitud, existen leyes y costumbres que regulaban las condiciones de los esclavos y sus relaciones con los amos. Bajo el feudalismo, las relaciones complicadas de los barones con los reyes, de los aldeanos y los siervos, con los barones estaban bien especificadas. Y bajo nuestro régimen capitalista nosotros sabemos demasiado bien, que leyes son las que rigen las relaciones de los trabajadores con los patrones y los capitalistas. La teoría del determinismo económico demuestra además, que la fuerza motriz en la evolución de la humanidad la constituye el desarrollo y el mejoramiento de los instrumentos de producción. A medida que los instrumentos se desarrollaban, los viejos métodos de producción se tornaban más dispendiosos y una transformación no sólo era deseable, sino también necesaria, y de esa manera, de una fase a la otra, nosotros hemos llegado al capitalismo. Pero la humanidad no podrá detenerse en el régimen capitalista; llegará un día en que la industria será tan desarrollada, tan complicada que los capitalistas no lograran hacer marchar hacia delante y una transformación será necesaria; esta transformación será el comunismo. Actualmente vivimos en un período de transición y puede decirse que al advenimiento del comunismo se efectuará en un tiempo relativamente no lejano. Esta es la teoría que es considerada como la ley fundamental del progreso humano y podemos reasumirla brevemente así; en todos los períodos de la historia, la forma de producción y de cambio constituye la base sobre la cual las instituciones sociales e intelectuales de esta época son fundadas. La fuerza motriz de la evolución de la humanidad, es el desarrollo de los instrumentos de producción. II El valor y el plus-valor La segunda teoría, la del valor y del plus-valor, demuestra que el valor de un objeto elaborado está determinado por la suma de trabajo humano que este objeto requiere. El precio de venta del producto es generosamente de igual a su valor. Pero este precio oscila con frecuencia por encima y por debajo del valor del artículo siguiendo las fluctuaciones de la oferta y la demanda. De modo que si se neutraliza la oferta y demanda puede decirse con seguridad que el precio de venta corresponde al valor del artículo. Ilustres estudiosos como Francklin, Smith Y Recard, antes que Marx, sostuvieron que el trabajo determina el valor de un producto, y fue solamente cuando Marx emitió esta teoría señalando sus restricciones y sus consecuencias que los economistas burgueses intentaron rechazarla de las ciencias económicas. Como el valor de los artículos elaborado está determinado por la suma del trabajo necesario para producirlo, del mismo modo el valor de un hombre (o mejor dicho de la potencia de trabajar, que en realidad es lo que vale) está determinando por el costo de la alimentación, del vestido, de la habitación y de otras cosas que le son necesarias para sustentarse y para sostener a su familia de acuerdo a las condiciones vigentes en la comunidad en que vive. El trabajador recibe poco más o menos el valor de su potencia de trabajo, agregando a la materia prima más del valor de su trabajo. Esta diferencia entre lo que el obrero recibe, como salario y el valor adicional que proporciona a la materia prima trabajándola, es llamada por Marx como el plus-valor. Es de este plus-valor que el patrón obtiene su beneficio. La apropiación de este beneficio produce un conflicto de intereses entre la clase obrera y la clase patronal. Los apologistas del sistema capitalista dicen que este conflicto de intereses cada vez más antagónicos: proleses es una invención de los demagogos y de los interesados. Los hechos demuestran lo contrario. Los conflictos del trabajo, las huelgas, el sabotage, el lock-out, las organizaciones patronales, son los signos visibles de esta lucha. Lo que quieren los comunistas es que el proletariado organizado posea conciencia de la naturaleza y de las causas de la lucha que sostiene contra la burguesía. III La lucha de clases La forma de producir actual determina la lucha de dos clases con intereses no existe y que la lucha de clatarios y capitalista. Entre estas dos se encuentra la clase media que representa el aumento de los servidores del capitalismo -clase formada por pequeños burgueses y obreros que trabajan independientemente- que hacen más resistente el sistema capitalístico de producción. Cada movimiento en demanda de mejoras económicas tiene por consecuencia lógica, agravar en mayor grado las condiciones de los trabajadores que sufren directamente la férula burguesa. Las bases económicas del advenimiento del comunismo han sido concretadas como un juego fatal de la lucha de clases, que podrá acelerarse si la clase media, rémora del progreso humanos, en los momentos históricos decisivos, se inclina rápidamente del lado de los trabajadores. No está de más recordar la consigna dada por Julio Vallés a los trabajadores en los días que precedieron a la “Commune”. “El culpable se llama la clase media y no ha muerto todavía; pero va a morir”. Esta lucha adquiere hoy un cariz que permite suponer que la explotación del hombre por el hombre cesará para siempre cerrando así la pre-historia de la humanidad. C.Lamberti. El Prestigio de Chile en el Extranjero La obligación de un Gobierno y de una juventud Chile ha adquirido en todo el continente americano la fama desgraciada de ser un país militarista. La razón no la puede negar un hombre de sentido común, aunque sea muy patriota y aunque le duela profundamente al verla. Y es por eso que se nos está creando una situación peligrosa para nuestro futuro, que con nuestra ruina moral puede traer la pérdida de nuestra integridad. Pero cuando miro desde los Estados Unidos hacia el sur no veo en todo el continente la mano sinceramente fraternal que haya de salvarnos en el caso de un conflicto. Todos sabemos que existen tratados Inter-americanos, pero todos sabemos también lo que valen los tratados en el momento del peligro. Argentina por su situación, por la velocidad de su progreso, no puede ni debe ser el brazo protector. Con el Brasil hemos mantenido hasta hoy una fraternidad aparente, nacida talvez de algún peligro momentáneo, pero que sil hemos mantenido hasta hoy una fraternidad aparente, nacida talvez de algún peligro momentáneo, pero que jamás se plasmará en realidad, porque entre los dos pueblos no hay un solo lazo de unión, no hay simpatía colectiva, no existe el conocimiento de las masas ni el intercambio intelectual necesario. No necesito hacer comentario sobre el Perú y Bolivia. Y más al norte no hay dónde tender la mirada. Cuando hace más de año se temió un rompimiento entre nuestro país y el vecino del norte, las dos naciones trataron de atraerse las simpatías de la América entera. El Perú logró hacerse tan simpático en los Estados Unidos como fue Bélgica o Grecia en tiempos de la guerra. Escritores norteamericanos dieron a conocer la literatura peruana. Ricardo Palma se hacía familiar a los lectores de magazine barato. Chocano andaba en traducciones de revistas literarias. Eguren, eran presentado a la intelectualidad yanqui como uno de los grandes poetas de La América. El “New York Times” adoptaba una actitud netamente peruanófila publicando artículos de escritores limeños y rechazando (puedo citar tres casos), la defensa que algunos chilenos intentaron hacer. Talvez hicimos algo en la “Prensa” de Nork York, pero como en aquel entonces ese periódico era insignificante, nuestro trabajo no tenía trascendencia y se nos antojaba ridículo. Y mientras los peruanos hablaban de cosas intelectuales y pedían justicia, nosotros alabábamos la virtud del salitre y hacíamos desfilar embajadas comerciales que nadie oía y que se contentaban con un suelto de crónica de cualquier diario de tercera clase. Y es que la simpatía de un país no se gana con carteles de propaganda, ni con avisos económicos, ni con folletos mal escritos, ni con enviados de última hora. El acercamiento de las colectividades es obra de años largos y de esfuerzo continuado. Y entre los hombres descollantes de una Nación, nadie más capacitado para esta labor que el hombre letras, el traficante en ideas, el que conoce el pueblo y labora para el pueblo. Y el artículo presente tiene por objeto el hablar de estas cosas y el hacer ver a quienes interese que los países no ganan nada práctico con representantes diplomáticos de apellidos de raza, ni con representantes comerciales que desconocen la psicología, cuando no el idioma de los pueblos a que se dirigen y son ellos personajes anónimos. Nuestros Embajadores, Ministros, Cónsules y Enviados Especiales han sido, son y serán por largo tiempo personales honorables que han figurando en luchas políticas o que tienen una brillante hoja de servicio dentro de sus oficinas. Bien. Pero ahora pregunto ¿Cuál ha sido nuestro diplomático que haya causado en un país extraño el entusiasmo estupendo que provocara Nervo en la Argentina? Urbina, secretario de embajada, no es más popular en España que todos los embajadores sud-americanos. Y es que Méjico ha comprendido, primero, que los otros países, que los hombres que ejercen presión sobre la clase intelectual, que son asiduos colaboradores de la prensa, necesariamente hacen simpático el país que representan. Y por eso ha enviado un Nervo, un Urbina, un González Martínez, un J. J. Tablada para que hablen de su país y hagan que su causa sea la causa de la América. Si tuviésemos en el extranjero un García Calderón, un Manuel Ugarte, un Rufino Blanco Fombona, seríamos considerados, como nosotros lo queremos, un pueblo leader que no basa su prestigio en dos o tres historiadores y en algunos sacos de salitre. Conozco la prensa de Chile y sé que somos enemigos del exposé,. enemigos de lo que se dice cara a cara, con franqueza y con sinceridad. No faltará alguien que vea en este artículo deseo oculto del autor. Para lo primero envío lo presente a tres diarios y me guardo la cuarta copia para, en caso necesario, publicarla en mi revista de New York. Para lo segundo, opongo mi personalidad y mi silencio. Porque en cuestiones que atañen a los intereses de todo un pueblo debemos hablar claro y en voz alta y exponer valientemente nuestros puntos de vista. Dos escritores de la última generación están demostrando en nuestro continente el valor de mis palabras. Cruchaga Santa María ha inclinado hacia el oeste la mirada amorosa de toda una legión de escritores platenses. El otro, muy joven aún como hombre y como literato, ya ha contribuido al que todos nuestros representantes al acercamiento de las juventudes ecuatoriana y chilena; he nombrado a Rafael Coronel. Y esta es la obra que hay que intensificar y hacer de esfuerzo continuado. Algunos de los capacitados para Hacerla se llaman Pedro Prado, Armando Donoso, Gabriela Mistral, Meza Fuentes, Víctor Noir, V. Domingo Silva. Y ya es tiempo de que nuestro pueblo comprenda claramente lo que es patriotismo Ya es tiempo de que en vez de preparar hombres diestros en las armas para defender nuestra libertad, preparemos hombres libres para justificar esa libertad. Preparemos hombres de la talla de Bilbao o de un Lastarria: hombres que no tengan miedo de cantar la verdad y que sean capaces de llevar por el ciclo de América las alas robustas de una civilización nueva y potente. Ya es tiempo de que los pocos hombres que trabajan por una conciencia continental salgan de su provincialismo y vayan por naciones extranjeras diciendo que Chile es el exponente más alto en la cultura del Sur y que los cascos prusianos no han hecho desaparecer nuestra rebeldía ni nuestra independencia personal, ni los yacimientos de salitre, ni las minas de cobre han logrado en prolongado esfuerzo sanchopancesco destruir los fuegos sagrados del ideal. Y ahora, cuando un régimen nuevo se inaugura con el triunfo de un hombre valiente, de fuegos democráticos, de carácter rector, como hoja de espada y de voluntad anglo-sajona, es que todos esperemos cambios radicales y el amplio triunfo de todas las naciones, pero cuando contemplo el triunfo de un Presidente Wilson sobre republicanos envidiosos y sobre demócratas de retaguardia, tengo fe en que Chile puede producir un hombre superior, una verdadera personalidad que al anunciarse como una amenaza para los retrógrados se anuncie como el primer Presidente libre de la América. FRAY APENTA Y SU SERIE DE HISTORIAS Después de un silencio de cuatro años, cuando no sólo su inconfundible fisonomía literaria sino que hasta su figura de hombre comenzaba a borrarse de los cenáculos y corrillos, Fray Apenta nos entrega una “serie de historias” que forman un libro, un pequeño libro de originalísima presentación: una simple cubierta de papel blanco y sobre ella descuidadamente manuscritos, con tinta negra, el título de la obra y su firma. Me parece bien. No claudica el autor de su antigua manera de hacer; es siempre el mismo. Las obsesiones enfermizas y desesperadas del amor carnal que; se retuercen en el “Libro de los Pobres Viejos” -su primera obra- aparecen de nuevo aquí, enroscándose como serpientes al tallo vivo que sustenta esta “Serie de Historias”. Indiscutiblemente, estamos en presencia de un fuerte temperamento, porque más que un escritor, un literato, un hombre de letras, un profesional de la pluma, Fray Apenta es eso, nada más que eso y le basta: un fuerte temperamento de artista que “se ha dejado vivir” -así, entre comillas,- que se ha dejado azotar por el viento de media noche, ese maligno viento de la trasnochada sin encanto de las desilusiones sin remedio, del hastío innumerable. Apenta ha sido rudamente atacado; se han dicho de su literatura cosas feas. Yo por mi parte respeto esas opiniones y doy la mía: simpatizo profundamente con la personalidad del autor. Tal vez me ayuda para esto el conocimiento del hombre que lo sé sincero al exteriorizar sus inquietudes. Es una extraña mezcla de mundano romántico y de escéptico burlesco. Burlesco, irónico y hasta cruel a ratos; pero en el fondo mismo de su crueldad se adivina siempre maltratado, doliente, un corazón, un gran corazón. Apenta concentra sus sensaciones, desliga de sus formas todos lo elementos que podrían alejarnos del “caso” que se propone acentuar y va, punzante y decidido, a provocarnos la emoción, honda y perdurable, de su observación. Valientemente, sin tapujos, presenta el tema desnudo y solo, desamparado en una prosa nerviosa y afiebrada, cortante, seca, sobria, elocuente sin elocuencia, con esa elocuencia abrumadora de las frases truncas, de las casi incoherencias, de los monosílabos, que sugieren más que dicen, que son mágicas puertas de escape para la fantasía del lector inteligente y sensible. Fray Apenta es un lector nocivo. Su naturalismo descarnado hasta los huesos, como si hubiera vertido sobre él un corrosivo de lagrimas, hace daño, araña, mortifica. No aconsejaría la lectura de esta “Serie de Historias” a un enfermo de la voluntad, a un cerebro sin rumbo, a un desorientado; se le haría un flaco servicio. Como a los frascos que contienen drogas malsanas hay que envolver la carátula de este libro con un piadoso aviso que diga “Veneno”, bajo una calavera negra que se ríe. A pesar de ello, o talvez por ello, el autor goza de mi más alta estima intelectual. Los que hemos aprendido a digerir ponzoñas literarias nos parecemos a los fuertes fumadores: somos capaces de apreciar la bondad de los tabacos ásperos. La más dolorosa, la más espantosa de sus historias, es la “Historia Sucia”. Esa ramera enferma, harapienta, vagando por la Alameda, que luego de entregarse a un obrero sin conciencia que la abandona en un cuarto de casa de tercería, robándola, aterra, desconcierta. Esa historia es un mazaso sombrío que hunde el corazón echándolo a rodar por un declive de perdón y de misericordia por esa mujer que, como dice el autor “bien pasada la noche, torció por un callejón y... se perdió'. |
![]() | ![]() | «de culto», que cruza todas las fronteras. El trabajo narrativo de José Saramago goza desde entonces de una admiración sin límites,... | |
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