| LO ARQUETÍPICO |
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PSICOLOGÍA PROFUNDA Y NUEVA ÉTICA III
ERICH NEUMANN
| Sinopsis
Edwin Rodríguez Paz
| Discípulo y amigo del psicólogo y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung. La primera edición de este libro aparece en 1949, aunque escrito durante la segunda guerra mundial. El Dr. Serge Raynaud de la Ferrière lo referencia entre más de 1200 autores nombrados en su literatura compuesta por 100 libros, en el Tomo I de sus Propósitos Psicológicos: “Disertaciones Filosóficas. Simbología”.
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| NUEVA ÉTICA Objetivos y Valores
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| Integración y estructura integral de la personalidad como objetivo de la Nueva Ética
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| Síntesis o complemento de los contrarios u opuestos. El Ser Humano Total, Universal.
| La Tarea Capital de la Nueva Ética es establecer una integración. Su primer objetivo consiste en hacer integrables las partes disociadas y hostiles al sistema vital del individuo. La contigüidad de oposiciones que colma la totalidad del mundo de la experiencia no puede resolverse ya por la victoria de un aspecto y la represión de otro, sino solo por una síntesis de los contrarios. La antigua ética representaba su finalidad de forma partida, diferenciada y escindida, formulada en la proyección mitológica del Juicio Final como separación de buenos y malos, la imagen rectora de la nueva Ética es la reunión de los contrarios en una estructura unitaria. El objetivo de la Ética Total es la instauración de la totalidad de la personalidad, totalidad en la que la oposición entre sistema consciente e inconsciente no cae en una escisión, ni el ajuste de la consciencia del Yo se ve socavado por las tendencias contrarias de contenidos inconscientes que permanezcan ignorados por el Yo y la consciencia.
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| Autonomía Infeccioso y/o creativo El caballero, el demonio y la muerte, grabado de Alberto Durero. No santos sino Hombres verdaderos. S. R. de la Ferrière.
| La nueva ética pone su mirada principal no en que el individuo sea “bueno” sino en que sea psíquicamente autónomo, es decir, sano y productivo, y también en que no sea psíquicamente “infeccioso”. La autonomía de la personalidad ética consiste en la reelaboración y aplicación de las fuerzas negativas, presentes en toda estructura, verificadas conscientemente dentro de la realización de la personalidad. El objetivo ético de “no ser infeccioso” contiene aparentemente solo algo de negativo. La limitación negativa se complementa por el aspecto de totalidad personal, cuyo efecto sobre la ética y el problema del mal, llega muy lejos. La totalidad, integridad y autonomía de la personalidad –sentido de la nueva ética – es la base de procesos creadores, institutivos de valores. Es la verificación de haber alcanzado una estructura integral de la personalidad y su centralidad. Pero no ser infeccioso parece ser más importante que ser creador. Autonomía ética y ética total significa ocuparse conscientemente en la economía de la propia Sombra. S. Freud dijo: “en realidad no cabe erradicación del mal” (Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte).
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| El Héroe
| El desarrollo del Yo y la consciencia individuales sucede al acontecer prototípico de la vida y las hazañas del Héroe. La acción del mal pertenece al conflicto fundamental de la existencia del héroe y por lo tanto al del desarrollo de la personalidad. “Separación de los padres del mundo” y “asesinato de los antepasados primordiales” son los grandes símbolos que designan la hazaña y el crimen del héroe, que son a la vez las acciones necesarias de la liberación del Yo. En la vida normal del individuo, el asesinato – simbólico – de los padres es una fase inevitable del desarrollo, pero como lo enseñan los desarrollos defectuosos, la preferencia por ser un “niño bueno”, que evita el “asesinato de sus padres” se paga con el peligroso sacrificio de la autonomía vital.
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| Autonomía Cultura Decadencia Hacer el “mal”
| El logro de la autonomía esta ligado a la capacidad del Yo para sumir los valores colectivos y realizar las necesidades del individuo en oposición a estos valores, es decir, para hacer el mal. En épocas culturales normales, en que la personalidad se halla protegida dentro de un canon cultural cuyos valores puede reconocer como genuinos, la vivificación emocional de los estratos humanos profundos posee también su expresión adecuada. Religión y Arte, ritos y costumbres están tan vigorosamente preñados de símbolos, que la existencia normal del individuo – aunque no la del “gran individuo” – está contenida vivazmente en la cultura de su época. Pero en tiempos de desintegración, de decadencia de un canon cultural, el individuo carece de esa protección y cae en manos de las fuerzas primordiales y de los dioses, para salvar la vida o para perderla. El peligro de la irrupción del dios es el peligro de la experiencia viva de los estratos psíquicos abismales de cuya fuerza numinosa y aspiración a lo suprapersonal es imposible desprenderse, sin desprenderse a la vez, para la propia ruina, de lo vivo, lo profundo y lo suprapersonal. Es el conflicto de tener que hacer el “mal” – en el sentido del canon cultural – no para ser inconscientemente dominado sino con la consciente y conflictiva “aceptación del mal” que la “intervención de la divinidad” exige aquí.
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| La responsabilidad por la personalidad total que exige la nueva ética se extiende no solo a la realidad exterior sino también a la interna, a los sueños, fantasías, pensamientos... El cumplimiento de la nueva exigencia ética significa que el individuo reelabora con autonomía la parte de mal que le ha tocado en suerte por constitución o por destino. Una parte de la labor analítica consiste en capacitar al ser humano para vivir en este mundo de modo que adquiera el coraje moral no solo de no querer ser peor, sino tampoco mejor de lo que es.
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| El Principio jerárquico de la nueva ética
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| El principio jerárquico de la nueva ética impide que ésta sea reductible a canon y se pueda convertir en legislación universal, sin el prestigio de la Persona. A la diversa amplitud de la consciencia y la personalidad corresponde también diverso grado de incumbencia ética. En personalidades de reducido desarrollo, por ejemplo en un Yo primitivo o infantil, es suficiente como “ley” la ética colectiva, mientras que en formas más elevadas de personalidad, en una totalidad desarrollada, la instancia de la “Voz” trasciende a la ley colectiva de la consciencia moral.
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| Este fenómeno era antiguamente visible y afectivo sólo en las personalidades éticamente geniales; hoy alcanza ya a una estrato mucho mayor de seres individuados de Occidente. Ya se descubren esbozos de realización de la nueva ética: en la suavización del antiguo sistema carcelario así como en la pedagogía analítica, en los sistemas de previsión como en el sistema penal de la nueva Rusia.
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| El Principio consciente de la nueva ética
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| | Mentira y represión
| La necesidad de reelaborar el mal bajo el dominio de la propia autonomía conduce al postulado de la toma de consciencia como deber ético. Justamente cuando se ha reconocido cuán insalubre resulta para el individuo y la colectividad lo que se ha hecho inconsciente por represión, este postulado, en que la tendencia científica del ser humano actual confluye con la nueva ética, alcanza importancia y significación centrales. Es terrible cómo la mentira implicada en la represión y en su tendencia a no querer ver la realidad, mina y devora desde adentro al ser humano, tanto individual como colectivo.
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| | Verdad y mentira
| Podría parecer que el principio de la mentira haya tomado el lugar del mal en la antigua ética y que en la nueva ética se trate, pues, de una mera transformación del contenido de lo que ya era considerado como malo. Pero se trata de algo completamente diferente. El principio de la verdad, en la nueva ética, se refiere a la relación real entre el Yo y el inconsciente. La consciencia como deber ético significa que se la pone como instancia destinada a establecer y controlar la conexión total de lo psíquico, la relación entre ella misma y los contenidos inconscientes.
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| | Demasiado bueno o demasiado malo
| El reconocimiento del propio mal es un bien. Ser demasiado “bueno”, querer sobrepasar los límites de bondad realmente disponibles y posibles, es un mal. El mal que se hace con plena consciencia, a sabiendas de la propia responsabilidad, y al cual uno no se sustrae, es éticamente bueno. La represión de lo malo, que siempre va acompañada de una autovaloración exagerada e inflacionista, es algo malo, aun cuando proceda de una “buena intención” o de un “buena voluntad”. |
| | Pacto con el diablo El Eterno Femenino El Ser humano Total El Sí-mismo
| La nueva ética, en su asunción de lo negativo, es expresión tanto de la autoafirmación del ser humano moderno como de su aceptación de la tierra y de la vida en este mundo. Como algo característico, la nueva orientación se halla constantemente bajo el símbolo del descenso y del pacto con el diablo. El vínculo entre Fausto y Mefistófeles es el vínculo del ser humano moderno con la Sombra y el mal, que franqueó a aquel el paso a través de la plenitud de la vida hasta el descenso a las Madres y luego hacia arriba, hacia el Eterno Femenino.
Con la aceptación del mal el ser humano moderno acepta también el mundo en la peligrosa doble naturaleza que a ambos corresponde. Esta autoafirmación ha de entenderse en el sentido más profundo como una afirmación de la totalidad del ser humano, que abarca tanto lo inconsciente como la consciencia, y cuyo centro no es el Yo, punto central de la consciencia, ni el Super-yo, sino el Sí-mismo.
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| El Sí-mismo y la Voz contra Super-yo y consciencia moral |
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| Sabemos que el cuerpo funciona como un organismo unitario y como una totalidad. Todos los sistemas parciales constituidos por procesos perceptibles, desde la célula hasta el aparato circulatorio o las reacciones del sistema nervioso, actúan coordinados y concordes según una recíproca dependencia. Estos procesos representan una unidad, cuyo punto medio virtual es el Sí-mismo o la entelequia como símbolo del fenómeno de totalidad orgánica. El Sí-mismo es el centro de lo psíquico que incluye los procesos inconscientes. |
| | Desarrollo integral Proceso de Individuación
| La tendencia al desarrollo integral parece ser, a primera vista, sólo una necesidad individual, que aparece como tal en los procesos de desarrollo de l individuo con el requisito, y hasta la urgencia, de lograr una estructura psíquica estable que se enfrente firmemente a las tendencias disolventes del mundo y del inconsciente.
El problema del proceso de individuación y su significado para el individuo, no puede ser tratado aquí. Jung ya lo ha expuesto en sus conexiones, con el material correspondiente.
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| La transmutación de lo negativo |
| | En Astrología la transmutación está representada por el Signo del Escorpión-Águila y el planeta Plutón
| Este ha sido el problema psicológico fundamental de la Alquimia. Como lo ha explicado Jung, la transmutación del plomo en oro. En la nueva ética se valora como bueno lo que integra, lo que conduce a la totalidad, lo que conduce a la escisión, a la desintegración, es malo. Vida, construcción e integración son buenos. La totalidad viviente se nutre de la tensión de los pares antagónicos, que están vinculados en ella por medio de una unidad suprapuesta. La totalidad en la unidad de lo consciente y lo inconsciente vincula, en su crecimiento, tanto las fuerzas inferiores como superiores. |
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| Uno de los símbolos fundamentales del proceso de individuación es el mandala, el símbolo del círculo. Es la estructura perfecta de la psíquico que aparece como esfera o como flor, como redondez del alma armonizada en sí, en la que la cuadruplicidad de funciones (pensar-sentir y percibir-intuir), la polaridad masculino-femenina y la multiplicidad de opuestos de las personalidades parciales heredadas del inconsciente quedan incluidas en una estructura unitaria. |
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Sinopsis del libro de Erich Neumann
PSICOLOGÍA PROFUNDA Y NUEVA ÉTICA
Traducción de José Pérez Ruiz
Compañía General Fabril Editora
Buenos Aires 1960 |