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Biografía
Alejadra Flores (1965) poeta. Nació en la Ciudad de Guatemala. Médico y cirujano por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, Mésico. Psiquiatra por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Hija del escritos Marco Antonio Flores. Ha publicado en la revista “La Ermita” forma parte de la Antología “Para conjurar el sueño”, “Poetas guatemaltecas del siglo XX”, libro: “Ternura derrotada” (1998).
Listado de libros
Otra vez sos la transparencia del mal y no hay caso Mi cuerpo efervesce por verte
Presiento tus intenciones y busco el antídoto contra la venganza
Esta noche volvió el insomnio
Las palabras te hacen te invocan escucho tu risa sé que es el preludio de mi infierno…
El poemario Transparencia del mal (F&G Editores, 2004, 90 páginas) de Alejandra Flores, fue presentado en librería Sophos, Avenida Reforma 13-89 zona 10.
El poeta Emilio Solano Señores escribió acerca de Transparencia del mal: “el libro de poemas de Alejandra Flores, más allá de dar estilo a la temática, es el descubrimiento de un mundo personal, que desata un odio atinado y puntual. (…) Alejandra Flores debe ser una poeta determinante en la forma de escribir la poesía guatemalteca actual.
“Entiendo que los golpes al sexo opuesto, son parte de su tolerancia y no reproducen intolerancia discursiva, porque su poesía no tiene raíz en la venganza sino en el amor aparente o en el desamor, que es diferente”.
Alejandra Flores ha publicado el poemario Ternura derrotada. Su obra aparece publicada en diversas antologías, diarios y revistas del país tales como La Ermita, revista USAC y Magna Terra.
CRITICAS Más que la hija del Bolo Alejandra Flores es autora de Transparencia del mal.
“Me ha costado trabajo que la gente me perciba como alguien diferente, con una personalidad, intereses y creatividad totalmente diferentes a los de mi papá”, dice la escritora. No pocas veces ha vivido este diálogo: ¡Ah, usted es hija del Bolo Flores! Ella responde: “No, yo soy Alejandra”.

“Me gustaría morir leyendo”: Alejandra Flores.
| ¿Qué tanto le afecta ser hija de Marco Antonio “Bolo” Flores?
Mi papá es un tipo inteligente, ético, con una cultura general increíble. Pero también nos dio una sobreprotección extrema que es la raíz de muchos de mis miedos. Me dio la posibilidad de tener acceso a una apertura ideológica, filosófica, literaria, existencial. Todo eso me hizo una persona distinta, no una copia de él. Tengo mi propio nombre.
¿Qué tanto de siquiatra hay en la escritora?
En mis poemas hay muchos temas sicológicos, porque uso el lenguaje que tengo a mano. De alguna forma, he plagiado palabras de gente que me hicieron sentido. Sin embargo, lo básico es el deseo existencial de plasmar mis angustias y mis miedos y mis demonios.
¿Alguna vez te has arrepentido de ser siquiatra?
Jamás. Es algo que fue muy claro para mí, al vivir la represión de mis papás y haber necesitado de esa atención. Al conocer a víctimas de la represión, exiliados en México, pensé en la necesidad de transformar el dolor de la gente.
¿Cuánto tiempo abarca este libro?
No tenía ninguna prisa por publicar. Desde Ternura Derrotada (publicado en 1999) empecé a escribir textos para éste. Escribir, para mí, no es un continuo, ni una obligación. Escribo cuando lo necesito y lo hago para mí.
¿Entonces para qué publicar?
Me han dicho que mi poesía es intimista, pero creo que es la voz de muchas mujeres a través de mí. Por mi trabajo como siquiatra (con víctimas del conflicto armado, con ancianos y actualmente en el ejercicio clínico) sé del sufrimiento de la gente. Por mis oídos y ojos, todo ese dolor se transforma en poesía y hay que compartirla.
Hay un poema dedicado a mujeres, en el cual las invita a descuartizarse...
Ese texto fue porque me di cuenta que en el ámbito de izquierda, donde supuestamente las feministas son solidarias, hay un montón de hipocresía y chismes. Hay misóginas que no dudan en despedazar a otra mujer.
Labor Médico y cirujano por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México. Psiquiatra por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Familia Siquiatra, escritora y madre
Alejandra es madre desde hace varios meses. Antonio juega en su araña durante la entrevista. Es un bebé juguetón que al terminar esta conversación estará profundamente dormido.
¿Qué tanto ha cambiado su vida con la maternidad?
Hace algunos años, decía: mi vida es tan intensa que daría lo mismo morirme hoy que en treinta años. Cuando se dio el hecho de ser mamá de Antonio, mi forma de ver la vida cambió: cada día descubro una sonrisa diferente, un grito, me siento llena, me invade toda la ternura que te podás imaginar. Además, a los 40 años, como dijo una amiga, se viven las cosas con otra intensidad.
A los 40, o antes, muchas mujeres ya no dicen su edad...
Ocultar la edad es una ridiculez. Tengo 39 y en unas semanas cumpliré 40. Me siento bien con lo que he vivido, sufrido y enfrentado.
LIBRO Edición al cuidado de
Julio Serrano Echeverría y Alexis Gómez
1998 Alejandra Flores
2007 Editorial Libros Mínimos
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TERNURA DERROTADA
cruzándose de piernas:
“veo que he creado muchos poetas,
pero no tanta poesía”
Charles Bukowski Tal vez la poesía nos salve todavía
del infierno de los habladores
profesionales.
Roberto Juarroz
1
Tanta angustia y soledad
me han inundado
de palabras. Padre
Lanzo una carcajada
ante
tu
eterna seriedad.
Otra,
por tu
exigente perfección.
Otra más,
por tu
eterna descalificación. Antes
Años atrás
me
asustaba todo,
ahora de ese todo
sólo
queda
el miedo a matarte. La Santísima Trinidad
Nunca había
convivido
con todos mis demonios.
La noche que los
dejé salir
mataron al padre,
al hijo
y al
Espíritu Santo. El precio de
mi libertad
es mi perpetua
soledad. Me he comido mi vida
a mordidas, he vivido,
puedo
morir en paz. No me conformo
con no existir.
Me equivoco
No hay retorno. Empiezo
a pensar,
dejo de sentir.
2 Cada vez
que
te veo
entrás en mi mente,
invadís todo mi espacio interno,
me colmo de vos.
Luego,
al desvanecerte,
te empiezo
a expulsar de mí.
Paso días en esa batalla.
Solamente
cuando estoy
por vencerme,
aparecés.
Dejás señales,
te vuelvo a ver. Estereotipo
Es una chingonería
no tener que apelar
a la fingida
estupidez
de las mujeres
para gustarte. La idea obsesiva
de tu cuerpo
se convierte
en el circuito reverberante
de mi memoria. Saber
Al besarte
te descifré.
No me equivoqué
ya te sabía.
Has
aparecido y desaparecido
en mi vida
durante quince años.
Casi puedo
recrear exactamente
cada vez que te vi.
El sentirte real
sólo
confirma mi saber. Entendí,
al verte,
que mi
amor platónico
no
tiene
posibilidades
de dejar de ser. Ser histérica
es la plenitud del amor.
Quién más puede sentirlo en forma de síntomas
y darse cuenta que no hay engaño.
Te siento metido
dentro de mí.
Y eso que no has entrado. Tu olor.
Mi lugar
común. Remhi
Como
la memoria
amorosa
es ahistórica,
te volví
a asumir.
Me volví a equivocar. Viniste
a romper
la homeostasis
del ecosistema
de mi soledad.
Otra vez
el metabolito
final
del amor
es agua salada. Estos días
estoy tirando
a rehacerme
para
volver a verte. Finalmente
el amor
es dogmático,
es creer
como
acto
de fe
(muy parecido al psicoanálisis)
No tiene nada que ver con la realidad. Vos sos
leña mojada. Sos mi momento sostenido
de Octavio Paz,
un suspiro sin exhalación. Apología del defecto
Sucede que me aburro,
estoy cansada ya
de amores intrascendentes.
Esto, quizás, es una respuesta
a tu pregunta de
por qué siempre ando sola.
Digo, “quiero un hombre que me deje
en paz”
pero
quiero ya
dejar esta vida de nómada afectiva.
Te veo y me siento lejana
como si fuera un
témpano.
Siento tu calor
y dudo. Trastorno de hiperactividad del adulto
Al aspirar tu olor
lleno mis receptores
de ferohormonas,
me transporto
a un mundo
alucinante
de sensaciones extremas
que me colman
antes de haber empezado. Poeta
Al leerte
me enamoro de vos,
te voy conociendo,
penetrando en
los quiebres de tu
inconsciente.
Descifro
entre líneas
quien sos. Convivencia
Vos no lo sabés
pero has estado aquí,
en mi cama, acostado.
Te
dedico
cada mañana
un sinnúmero
de orgasmos. Te traigo
dentro de mí
desde el primer beso.
Te mantendré dentro
hasta el día en que
salgás en forma de orgasmo. Un beso
Cuando te volvás a ir
y el olvido te empiece a desvanecer
y la memoria de vos en mi cuerpo
deje de expeler su olor respectivo,
empezaré a reinvertarte
a la imagen de mi deseo. Contradicción irresoluble
Mi amor por vos
no tratés de meterlo
en tu lógica cartesiana.
Soy tan inconstante
que no sé cómo me soportás.
Sin embargo, día a día,
imagino e invento una historia ideal.
No de amor sino de…
a saber qué… Emplazamiento
Cansada ya de
“los hombres desechables”,
que traen la etiqueta de advertencia al reverso,
y que por supuesto no están sanforizados,
he decidido
emplazar al amor
…por un tiempo. Otro enamoramiento virtual
Vos,
príncipe de un reino de mierda,
maldito lumpen,
adicto y alcohólico,
cobarde,
impotente;
vos colochón
sos el oscuro objeto
de mi
deseo. Memoria
Olés
a casa del centro,
a húmedo
ha guardado,
a armario de cedro,
a suéter usado sólo en invierno,
a mirra,
a incienso,
a la hermandad de
Santo Domingo,
a reliquia de iglesia.
Tu segundo olor
es
a tabaco;
un olor
ácido,
salado.
Sos un río
de olores. Tu olor
es un reencuentro
con
mi historia.
Olés
al punto exacto
donde mi vida
se rompe en dos.
Es olor a pubertad,
a un ramillete de sensaciones
que aspiré y retuve
para sobrevivir
en otro
lugar.
Me has hecho
saber
de dónde soy. Me cayó el veinte
Luego de intentar
amarte
por tu “palabra precisa y tu sonrisa
perfecta”,
descubrí que no tengo
receptores
para tu olor.
No era un problema de desamor
eran etológicas las razones.
Vos
inmutable.
Tu mirada no. En este mundo provinciano
no existe el anonimato,
la gente es
voyerista consumada.
3 Realidad virtual
La realidad virtual
acaba al empezar
el camino para Poptún.
Aquí no hay
posibilidad de
psicologizar
la cotidianidad.
Cuando los caminos
se hacen
interminables,
cuando la comodidad
del mundo occidental
te muestra
tu pinche superficialidad
y existencia estereotipada,
se te abren los ojos
de todos los
sentidos
y la sed de conocer
los porqués
te hace
saberte ignorante
pero vivo.
A saber para qué. |