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El Congreso cumple 190 años vida institucional Opinión » 19/sep/2012 » ![]() Desde que se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú, el 20 de setiembre de 1822 en la Capilla de la Universidad de San Marcos, que por aquel entonces ocupaba parte del terreno donde hoy se encuentra el edificio de Palacio Legislativo, un gran número de peruanos han tenido oportunidad de desarrollar una exitosa y prolongada carrera política como parlamentarios. Dos notables tribunos que han ejercicio esta importante y delicada tarea en épocas muy distintas y alejadas se han distinguido del resto de los legisladores por su larga permanencia en el Congreso de la República. Uno de ellos alcanzó medio siglo de ejercicio parlamentario y otro ha cumplió a la fecha 44 años consecutivos como legislador de la república. Se trata del recordado doctor Octavio Alva León contumacino de nacimiento y representante de esa provincia cajamarquina, quien militaba en antiguo y primera agrupación política que tuvo el país, el Partido Civilista del Perú. Y de Róger Cáceres Velásquez, natural de Juliaca, Puno, líder y fundador del Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos, Frenatraca. Abogado de profesión y una de las personalidades más influyentes de su tiempo en las provincias del norte del país, don Octavio Alva León inició su carrera parlamentaria como diputado por Contumazá en el año 1915. Entonces tenía 32 años de edad y descendía de una acaudalada familia de hacendados. TRUJILLANO ORBEGOZO EJERCIÓ LA VICEPRESIDENCIA DURANTE UNO DE ESOS LUSTROS AÑOS Desde que inició su actividad política en la Casa de Leyes, Alva cumplió un relevante papel. Formó parte de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados durante el ejercicio de su primera legislatura en 1915, desempeñando el cargo de secretario. Presidía, la Cámara Baja en ese periodo Francisco Tudela, representante de Pallasca, y como vicepresidentes actuaban Rodrigo Peña Murrieta, diputado por Huancayo y Luis José Orbegozo, legislador trujillano. La brillante labor que despegó en los primeros lustros de su carrera parlamentaria, creando e impulsando numerosos colegios de instrucción primaria y secundaria en Trujillo y Cajamarca así como centros superiores entre ellos la famosa Escuela Normal de Cajabamba, le conquistó una creciente popularidad como promotor de la cultura norteña del país. El doctor Octavio Alva León fue el gestor de la Ley de creación del glorioso Colegio “José Gálvez” de Cajabamba. Nació en Contumazá, Cajamarca, el 27 de noviembre de 1882. Sus padres fueron don Abel Alva y doña Isabel León. Realizó sus estudios secundarios en el Instituto Moderno de Trujillo, Colegio San Ramón de Cajamarca y los universitarios en la Universidad Nacional de Trujillo, graduándose en Ciencias Políticas y Económicas. En menoría a su padre en su tierra natal Contumazá, creó el Colegio Nacional Abel Alva y desde 1945 hasta la fecha han egresado miles de alumnos abelinos que han prestigiado a su plantel a nivel nacional e internacional. Alva León fue también el autor de la ley que creó, el Ministerio de Aeronáutica y uno de los ilustres integrantes del Senado de la República que firmaron el histórico documento ratificatorio del Protocolo de Río de Janeiro de 1942. Participó asimismo, en calidad de de vicepresidente del Congreso Constituyente que redactó la Constitución Política del Perú de 1933. Y a la inquebrantable tenacidad de sus ideas se debe también el extenso destierro que sufrió durante el gobierno de Augusto B. Leguía. POETA LIBERTEÑO RELATA HECHO POCO CONOCIDO En su celebrado libro Correo del Milenio, el escritor pacasmayino, Eduardo Gonzáles Viaña cuenta una significativa anécdota que lo pinta de cuerpo entero. “A la semana de haber editado mi primer libro, Los peces muertos-dice Gonzáles Viaña-, mi ingenuidad me hizo creer que probablemente los gratos comentarios aparecidos en todos los periódicos, habían motivado un “best seller” o algo por el estilo, pero no todo era así. Inés de Guijón de la Librería Peruana de Trujillo, estaba encomendada por el destino de comunicarme una de las primeras decepciones de mi vida. Lo siento. Solamente cinco personas han venido a comprar tu libro. “Aconsejados por mis amigos del grupo Trilce, decidí ser, además de escritor y editor de Los peces muertos. Con varios ejemplares bajo el brazo, me encaminé al café Demarco de Trujillo. En una mesa del mismo, rodeado por un grupo de probables seguidores, hacía tertulia un caballero anciano, delgado, imperioso, con el aura de aquellos que alguna vez han ejercido el poder y no se acostumbraban a su carencia. “Era don Octavio Alva, político de Cajamarca durante más de medio siglo, diputado y senador en varios regímenes, hacendado todopoderoso y conservador acérrimo. Señores-les dije, como los lectores no se acercaban a las librerías, un escritor está frente a ustedes para ofrecerles su primer libro. “Don Octavio, a quien no conocía personalmente hasta ese momento, interrumpió mi discurso para preguntarme quien era mi padre, descubrir de inmediato un parentesco que yo ignoraba y proclamar ante el grupo. Señores. Este joven es mi sobrino. En consecuencia tiene que ser un gran escritor. Ustedes tienen que comprar el libro, y yo me convierto en su primer canillita. “Y el anciano político, en un gesto que no olvidaré jamás, recorrió mesa por mesa aquel café y el vecino ofreciendo Los peces muertos a boquiabiertos parroquianos que no pudieron hacer otra cosa que comprarlo. Mi libro se agotó a mes y medio de tirado”. Alva León culminó su carrera legislativa en 1962, diez años antes de lamentado deceso en la ciudad de Lima, a la edad de 90 años. Por Dante Alva Alva |
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![]() | ![]() | «de leche» y termina entre los 2 años y los 2 años y medio. Estos dientes serán sustituidos en los siguientes años por los definitivos.... | |
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