descargar 0.73 Mb.
|
Josh McDowell ––––––– John Gilchrist EL ISLAM A DEBATE Traducción del inglés: Santiago Escuain Publicado por CLIE 1994 © Copyright CLIE 1994 CLIE, Terrassa (Barcelona) ESPAÑA Todos los derechos reservados Distribuido en forma electrónica por SEDIN con permiso de CLIE exclusivamente con y para propósitos no comerciales © Copyright de la presentación electrónica: SEDIN, 1999 SEDIN - Servicio Evangélico de Documentación e Información Apartado 126 17244 Cassà de la Selva (Girona) ESPAÑA www.sedin.org * Permission granted by CLIE, Mr. Santiago Escuain, and Josh McDowell Ministries to publish El Islam A Debate on the © Muhammadanism.org web site. — All Rights Reserved. March 28, 2006 ÍNDICE Introducción ¿Por qué este debate? ¿Por qué este libro? Capítulo 1: El trasfondo histórico del Islam Historia Mahoma El llamamiento La Héjira Tras la muerte de Mahoma Enseñanzas del Islam Fe y obligaciones El Corán Los Seis Artículos de la Fe Las Cinco Columnas de la Fe Expresión cultural El lenguaje y las artes La familia Influencia contemporánea Capítulo 2: Las enseñanzas del Islam Un estudio comparativo de la historia textual del Corán y de la Biblia Considerando la Biblia Lecturas variantes en el Corán y la Biblia Las «Múltiples» versiones de la Biblia Los libros apócrifos Los «Graves Defectos» ¿Cincuenta mil errores? ¿Aparece «Alá» en la Biblia? Pretendidas contradicciones en la Biblia Pasajes paralelos en el Corán y en la Biblia Considerando el Corán Evidencia de la fiabilidad del Nuevo Testamento Una verdadera imagen ¿Está profetizado Mahoma en la Biblia? Referencias del Antiguo Testamento Referencias del Nuevo Testamento El Evangelio de Bernabé ¿Quién fue Bernabé? Trasfondo histórico Examen del evangelio ¿Fue Bernabé realmente su autor? Evidencia de su origen medieval ¿Quién realmente redactó este fraude? La Crucifixión y la Resurrección en el Corán y en la Biblia La crucifixión de Jesucristo en la Biblia La negación de la Crucifixión en el Corán La teoría musulmana de la sustitución «¡Hazrat Isa ha muerto!» — Una moderna alternativa El desmayo islámico y su origen ahmadiya La obra de Ahmed Deedat, «¿Fue crucificado Cristo?» ¿Cuál fue la señal de Jonás? Confusión musulmana acerca de la Crucifixión Evidencia en la Biblia acerca de la Crucifixión y de la Resurrección La Resurrección Sectas y divisiones islámicas Chiítas Sunitas Sufís Ahmadiyya Jarichíes, Mutalizitas, Wahhabíes Capítulo tres: Transcripción del debate Argumentos iniciales Ahmed Deedat Josh McDowell Refutaciones Ahmed Deedat Josh McDowell Argumentos finales Ahmed Deedat Josh McDowell Conclusión: El Islam y el cristianismo Dios La Biblia Jesucristo Bibliografía Glosario Introducción ¿Por qué el debate? En una época más y más relativista y sincretista, uno podría preguntarse: ¿Para qué este debate con el Islam? ¿Por qué no «enterrar el hacha» con un espíritu de confianza y respeto mutuos? Los cristianos creen firmemente en respetar a los miembros de las otras religiones, pero creen con la misma firmeza que la salvación del mundo sigue dependiendo de la obra de Jesucristo, que murió por los pecados de los hombres en la cruz del Calvario. El Corán afirma varias de las cosas que la Biblia revela acerca de Jesucristo, pero niega Su divinidad, crucifixión y resurrección. Con ello, niega el núcleo del evangelio, es decir, la crucifixión y resurrección de Jesucristo. Porque el apóstol Pablo dijo: «… y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados» (1 Corintios 15:17). Al negar estos acontecimientos de absoluta importancia en la vida de Jesús, el Corán se enfrenta en abierto debate con el cristianismo. El Islam está dedicado a desafiar las afirmaciones del cristianismo. En muchos casos, lo que contempla es un falso cristianismo. Lo que se necesita no es un abandono de la contienda, sino que la discusión sea muy incrementada en un espíritu de amistad, amor y comprensión mutua. Un debate así tuvo lugar entre Josh McDowell y Ahmeed Deedat, Presidente del Centro de Propagación del Islam en Durban, África del Sur, durante agosto de 1981. El tema incidía en la misma raíz del dilema entre el Islam y el cristianismo: «¿Fue Cristo crucificado?» Fue llevado a cabo con un espíritu cálido y tolerante, sin que se pidiese a ninguno de ambos oradores que diluyese su mensaje ni se refrenase de debatir los temas de manera directa. Aunque fue uno de los períodos más lluviosos de la historia de Durban, el estadio descubierto de tenis se llenó con una multitud que rebasaba los 6.000 oyentes. Tanto los musulmanes como los cristianos participaron de buena gana en este acontecimiento. El texto del debate se da al final de este libro, y queda evidente para todos la manera abierta y franca, aunque caritativa, con la que se explicaron los oradores. El debate fue iniciado desde el lado musulmán. Ahmed Deedat, un conocido orador público musulmán en África del Sur, había leído el libro de Josh McDowell Evidencia que demanda un veredicto, y en 1980 le escribió, retándole a que acudiese a África del Sur para debatir las cuestiones tocantes a las perspectivas cristiana y musulmana acerca de la crucifixión y resurrección de Jesucristo. Este líder musulmán había celebrado varios debates en África del Sur con otros cristianos, incluyendo uno hacía seis años con el coautor de este libro, John Gilchrist, delante de una multitud similar. Josh aceptó el reto, considerando que se trataba de una oportunidad de clarificar delante de miles de musulmanes la esencia y el corazón del evangelio —la crucifixión y la resurrección de Jesucristo— y de clarificar asimismo muchas cuestiones que dividen a los musulmanes y a los cristianos acerca de la persona de Jesucristo. Para cuando el debate finalizase, muchos musulmanes habrían oído, quizá por primera vez, una clara proclamación del evangelio de Dios. «¡Decide tú!», proclamaban abiertamente los carteles que anunciaban el debate. Y un debate como aquel no podría dar un «ganador» en un sentido absoluto, porque los temas a discutir habían dividido a muchas naciones durante largas eras y difícilmente podría darse el caso que un lado tuviese tanto éxito en la presentación de su caso que todos los adherentes del otro lado abandonasen radicalmente su herencia y cambiasen de religión. La gran ventaja de un diálogo así es que los adherentes de ambas religiones tuvieron una excelente oportunidad de oír ambos puntos de vista. Se creó un ambiente en el que cada persona pudo examinar libremente las afirmaciones de otra religión pudiendo a la vez evaluar estas afirmaciones frente a los argumentos en favor de su propia posición. Los cristianos creemos que el alegato en favor del evangelio bíblico es el verdadero, y estamos firmemente convencidos de que los argumentos expuestos por el señor McDowell, aunque limitados a causa del tiempo, constituyeron una prueba convincente de que nuestra causa está bien fundamentada. En este libro se reproduce todo el debate sin ninguna manipulación. Por tanto, todos los lectores, cristianos o musulmanes, podrán decidir por sí mismos. Estamos convencidos de que el debate favoreció la causa del evangelio cristiano entre los musulmanes de Sudáfrica. Es con esta convicción que hemos publicado este libro. Estamos firmemente persuadidos de que será de gran utilidad para impulsar el ministerio del evangelio hacia los musulmanes por todo el mundo. Josh McDowell John Gilchrist, Esq. Julian, California Sudáfrica Diciembre, 1982 Diciembre, 1982 ¿Por qué este libro? Este debate ha suscitado mucho interés, tanto en los Estados Unidos como en Sudáfrica, acerca de las diferencias entre el Islam y el cristianismo. Por esta razón no nos hemos limitado en este libro a publicar el texto del debate, sino que hemos incluido material significativo de trasfondo acerca de muchas de las cuestiones que emergieron durante el debate. Por ejemplo, se dedica todo un capítulo a la cuestión de si el Nuevo Testamento es un documento histórico fiable hoy en día acerca de la vida y de las afirmaciones y llamamientos de Cristo. En este libro se tratan con mayor detalle las acusaciones acerca de falsas interpretaciones cristianas de varios pasajes bíblicos tocantes a la crucifixión y resurrección de Cristo que el permitido por el tiempo disponible durante el debate. Varias acusaciones islámicas suscitadas contra los cristianos y su Biblia no fueron directamente tratadas en el debate, y se da aquí una respuesta cristiana. La mayoría de los cristianos desconocen los argumentos empleados por los apologistas musulmanes contra el cristianismo, y cuando se encuentran con ellos, se encuentran a menudo desprevenidos. ¿Cuántos cristianos han oído hablar del Evangelio de Bernabé? ¿Cuántos sabrían cómo hacer frente a las confiadas pretensiones musulmanas de que el Evangelio de Bernabé es el único registro fiable de la vida de Jesucristo? Al desconocer que este pretendido evangelio es un fraude procedente de una época muy posterior, el cristiano puede encontrarse poco preparado para dar una respuesta cristiana adecuada cuando se le presente un desafío acerca de esta cuestión. ¿Cuántos cristianos podrían refutar las atrevidas afirmaciones que hacen los musulmanes acerca de ciertos textos bíblicos que pretenden que son profecías del advenimiento de Mahoma? Los musulmanes que suscitan tales cuestiones están generalmente bien preparados con sus argumentos. ¿Cuántos cristianos podrían dar una respuesta cristiana bien fundamentada? Estos temas que mencionamos aquí podrían parecer oscuros para la mayoría de los cristianos, pero constituyen una parte integral de la polémica musulmana contra el cristianismo. El propósito de la publicación de este material es triple: (1) Ayudar a musulmanes y cristianos por un igual a comprender mejor las semejanzas y diferencias entre el Islam y el cristianismo. (2) Ayudar a los cristianos a relacionarse mejor con los musulmanes como resultado de un mejor conocimiento del conflicto cristiano/islámico, y con la asimilación de algunas de las respuestas a las acusaciones islámicas contra la Biblia cristiana y contra la crucifixión y la resurrección de Cristo. (3) Alentar a un testimonio y expresión de amor más decididos hacia los musulmanes. Un resultado de la preparación e investigación previos al debate y a la redacción de este libro es un mayor respeto hacia el Islam. Se trata de una profunda fe que tiene la capacidad de cautivar totalmente la mente, voluntad y emociones de las personas. Me he beneficiado mucho de mi involucración y diálogo con muchos musulmanes. Esto ha intensificado mi amor por los adherentes al Islam y me ha dado un mayor deseo de compartir el amor y el evangelio de Cristo con ellos. Capítulo 1 Trasfondo Histórico del Islam En años recientes, el Islam ha estado en el centro de la atención del mundo, en parte debido al incremento de la tensión en el Cercano Oriente. Esta tensión ha puesto la cultura islámica bajo un examen atento y minucioso en todas partes. La fe musulmana es una fuerza de la mayor importancia en naciones del Cercano Oriente, Asia y Norte de África. Indonesia y Malasia son del 85 al 100 por ciento musulmanas. El impacto de esta fe sobre el mundo ha ido creciendo constantemente. En la actualidad, el Islam afirma ser la religión de mayor crecimiento en el mundo, con unos 750 a 800 millones de creyentes o adherentes que dominan más de treinta y seis países en tres continentes. Incluso la tensión árabe-israelí puede ser remontada al conflicto Islam-judaísmo. No sólo se trata de que el Islam empuña colectivamente una fuerte espada en sus amenazas de guerra contra Israel, sino que las sectas islámicas amenazan asimismo con una mayor agitación en otras áreas del frágil Cercano Oriente, y podrían ser los catalizadores de un conflicto aún más extendido. Por ejemplo, los islámicos integristas militantes ultraconservadores lograron tomar el poder en el Irán y se hicieron responsables del asesinato del Presidente de Egipto, Anwar Sadat. Sin embargo, la inmensa mayoría de musulmanes no son extremistas. Es acusado el contraste entre el Islam moderado, progresista y constructivo de Egipto y Turquía y el Islam integrista y reaccionario de, por ejemplo, Irán. El Islam ha ejercido un impacto en muchos aspectos positivo sobre muchos países en los que es una fuerza dominante. Pero una influencia positiva es una razón no suficiente para entregar la propia vida a ninguna religión. Es preciso examinar con objetividad las enseñanzas del Islam (o de cualquier otra religión) para determinar su validez. El impacto del Islam en la historia también lo hace un objeto digno de estudio. El profesor de ley islámica Sir Norman Anderson, un cristiano, lo recapitula de la siguiente manera: La religión del Islam es uno de los fenómenos notables de la historia. Al cabo de un siglo de la muerte de su fundador, el imperio musulmán se extendía desde el sur de Francia por toda España, Norte de África, el Levante y el Asia Central y hasta la frontera con China; y aunque desde hace mucho tiempo el Islam ha quedado virtualmente expulsado de Europa Occidental y ha perdido mucho de su poder político en otros lugares, ha penetrado notablemente en varias ocasiones en Europa Oriental, África y la India y en el Sudeste Asiático. En la actualidad se extiende desde el Atlántico hasta las Filipinas, y reúne unos ochocientos millones de [creyentes o] adherentes procedentes de razas tan diferentes como europeos o bantúes, indios arios o miembros de tribus filipinas; sin embargo, se puede hablar del «Mundo del Islam» (Sir Norman Anderson, ed., The World's Religions, Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company, 1976, pág. 52). Historia La historia primera del Islam gira en torno a una figura central: Mahoma. Aunque el Islam es una interesante mezcla de diferentes religiones, el origen de esta fe se encuentra en la persona singular de Mahoma. Mahoma Mahoma nació alrededor del 570 d.C. en la ciudad de la Meca, en Arabia. El padre de Mahoma, Abdullá, murió antes que él naciese. Su madre, Amina, murió cuando él tenía seis años. Primero lo crió su abuelo, Abd al-Muttalib, y más adelante su tío, Abu Talib. No se conoce bien el trasfondo familiar de Mahoma. Algunos académicos creen que procedía de una familia conocida y respetada, pero no es seguro. Lo que sí está claro era que pertenecía al clan hachemita de la tribu Al Qu'raysh. A los veinticinco años se casó con una rica y respetada viuda de cuarenta años llamada Khadijah. Anderson cuenta acerca de su vida: Hay evidencias en una tradición que difícilmente puede haber sido inventada acerca de que Mahoma sufrió de convulsiones en una época temprana de su vida. Sea como sea, el adulto Mahoma mostró pronto en su vida señales de una religión marcadamente religiosa. Se retiraba en cuevas para estar a solas y meditar; practicaba el ayuno con frecuencia, y era propenso a los sueños. Profundamente insatisfecho con el politeísmo y las crudas supersticiones de su Meca nativa, parece haber quedado apasionadamente convencido de la existencia y trascendencia del único y verdadero Dios. Parece imposible decidir cuánta de esta convicción la debiese al cristianismo o al judaísmo. En aquellos tiempos, el cristianismo monofisita estaba ampliamente extendido por el reino árabe de Ghassan; la Iglesia Bizantina estaba representada por ermitaños esparcidos por el Hijaz, con los que puede haber entrado en contacto; los nestorianos estaban establecidos en Hira y Persia, y los judíos estaban fuertemente representados en Medina, el Yemen y otras partes. Tampoco puede haber duda alguna de que en cierto período de su vida absorbió mucha enseñanza de fuentes talmúdicas y que tuvo contacto con alguna forma del cristianismo; y parece sumamente probable que su temprana aceptación del monoteísmo pueda remontarse a una de estas influencias, o a ambas ( |