Entrevista de Aikido Journal con K. Chiba Sensei. San Diego 1995






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títuloEntrevista de Aikido Journal con K. Chiba Sensei. San Diego 1995
fecha de publicación02.07.2016
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KAZUO CHIBA

Entrevista de Aikido Journal con K. Chiba Sensei. San Diego 1995.

Siendo Kazuo Chiba un joven de 18 años, vio en un libro, una foto de Morihei Ueshiba; y al instante se dio cuenta de que había finalizado su búsqueda de un verdadero maestro del Budo. Siendo ahora 8º dan e instructor jefe en el aikikai de San Diego, Chiba Sensei narra anécdotas de sus años como uchideshi y nos explica detalladamente el concepto de shu-ha-ri, como así también su visión sobre el mundo actual del aikido.
P: Sensei, tengo entendido que Ud. se inicio en las artes marciales con el judo, cambiando más tarde al aikido. Quizás, pueda relatarnos sobre aquellos días?
Bueno, me gustaba mucho el budo y el judo en especial. Un día me halle en la situación de que debia, en un torneo, combatir con un alumno avanzado, que era nidan. Era una buena persona, quien, desde mi ingreso al dojo me había enseñado mucho sobre el judo, siendo amable conmigo, también, en asuntos ajenos al dojo. De cuerpo pequeño, pero practicaba el judo maravillosamente y podía derribar oponentes mas fornidos sin el uso de ninguna fuerza. Usaba mucho taiotoshi y yokosutemi de una manera que ahora no se ve demasiado. También, el era muy rápido.

El solía vencerme todo el tiempo, pero, de alguna manera lo vencí durante un kachinuke shiai (torneo en el cual, el judoka combate hasta que es derrotado, es reemplazado entonces, por el vencedor). Dolido me dice: nunca más podré ganarte en judo, pero aún tengo el Kendo (también. Era nidan en kendo).

Entonces, una noche se apareció en mi casa y me dijo que saliera por que tendríamos un duelo de kendo. Bueno, había practicado judo y karate, pero jamas kendo. Pensé que algo podría hacer, así que fui y nos encontramos en un descampado. Mi sempai me dio la ventaja de usar un bokken de madera, mientras el solo tenía un shinai hecho de bambú. Fue tan veloz, que ni siquiera pude tocarlo, mientras que mi cuerpo era golpeado una y otra vez por su shinai. Terminé recibiendo una gran golpiza. Esta experiencia, fue mi primer despertar referente al budo. Desilusionado, deje de ir al dojo de judo y comencé a pensar sobre algunas cosas. Por ejemplo que, aunque me esforzará en entrenar tan diligentemente como me fuera posible en el judo y obteniendo confianza en mis habilidades y estableciéndome como un gran judoka, aún podía ser vencido en un duelo de kendo por shodan kendoka. De la misma manera, si un maestro del kendo se pusiera el judogui y visitara mi dojo de judo, probablemente lo vencería sin importar lo respetado que fuera el, en el mundo del kendo.

Luego de pensar un tiempo sobre eso, concluí de que había algo que no estaba bien, algo faltaba; el budo verdadero debía ser otra cosa. Un practicante del budo, pensé, debería ser capaz de responder ante cualquier circunstancia, ya sea espada contra espada, mano vacía contra espada, u oponente desarmado o lo que sea. Estas simple preguntas, me guiaron a reflexionar sobre la naturaleza del verdadero budo.

Como no tenia muy en claro la forma en que podría hallar el tipo de budo que necesitaba, por seis meses abandone la practica de las artes marciales. Sabía que necesitaba hallar un maestro que me diera la guía apropiada.

Entonces, un día, en una librería vi un libro que trataba sobre el aikido. En el, había una pequeña foto de O-Sensei. Supe inmediatamente, en cuanto lo vi, que había hallado a quien seria mi maestro. Nada sabía sobre el aikido y su técnica, pero eso parecía no importar y yo solo pensaba, “El es, luce como alguien que entiende lo que me preocupa. Así que me acerque al lugar donde se suponía que estaba Sensei Ueshiba, para ( sin tener invitación ) no importaba como, ingresar como uchideshi lo mas pronto posible. Así fue como llegue al aikido.

Que edad tenía entonces?
Me había graduado recientemente de la secundaria, así que tendría 18 años. En esa época O- Sensei estaba viviendo en Iwama, así que usualmente no se lo encontraba en el Hombu dojo. Pero hasta que me admitieran como uchideshi, yo estaba listo para sentarme a esperar en frente del dojo. Así que eso hice, espere hasta hablar con alguien. Era a mediados de febrero (1958) y hacía frío. Creo, que la gente del Hombu dojo pensaban que estaba loco. A los tres días de espera, O- Sensei llego desde Iwama. Al parecer, Waka Sensei, le comentó sobre una extraña persona que estaba aguardando, y le preguntó que se debería hacer. O- Sensei respondió: “tráiganlo”; así fue como pude conocerlo. Me senté en el corredor fuera de la habitación de O- Sensei realizando una reverencia formal. Al alzar mi cabeza y verlo, pensé “ esto va estar bien”.

O- Sensei dijo: “El entrenamiento del budo es extremadamente exigente, piensas tú, que podrás lograrlo?”. Contesté que estaba muy seguro de que podría y O- Sensei dijo: “ Muy bien, entonces”. Fue una entrevista muy simple.
Entonces, Ud. pasó 7 años entrenando en el Hombu dojo como uchideshi?
Así es, y durante todo ese periodo no hubo un solo día que lo podría considerar divertido. Hoy, veo esa experiencia mucho mas amena, pero en esa época la pasé brava! ( risas ). Por supuesto, fue algo que yo elegí atravesar para llegar a mi objetivo. Nadie me obligo. Aún con todas las dificultades, en ese sentido, fue una especie de lujo.
Debe tener Ud, interesantes historias desde su experiencia como uchideshi...
Cuando ingrese al dojo, O- Sensei aún gozaba de buena salud. En los 7 años que estuve allí, vi variar sus técnicas rápidamente. Después de aproximadamente un año había ganado suficiente manejo básico y se me permitió hacer ukemi con el.

Entrenar con O-sensei era realmente duro! Normalmente, al practicar iriminage, tenía lesionada la piel de mis codos, y las mangas del uniforme siempre manchadas con sangre. Las técnicas de O-Sensei eran tan rápidas que me resultaba muy difícil ser uke. Peor aún, cuando el te arrojaba, era realmente muy duro y debías caer sobre tus pies, no estando permitido quitar la vista de el. Lo podías sentir en la base de tu cuello, al arrojarte volando 2 metros por el tatami. Su espada era también, extraordinariamente veloz.
Describa la energía de O- Sensei...
Era como ser empujado por una especie de fuerza invisible. O- Sensei solía decirnos que en cualquier momento lo atacáramos con un bokken. Cuando, se detenía y se volvía a hablar hacia su audiencia, parecía una buena oportunidad de hacerlo, ya que no nos veía para nada, pero incluso en ese instante nadie se atrevía a atacarlo. Simplemente, el no daba espacios. No nos observaba con los ojos, pero sentíamos su Ki conteniéndonos. Esto, me hacía sudar abundantemente, tanto que, difícilmente lograba sostener el bokken entre mis manos.

Con todo, como oponentes, gradualmente intentábamos acercarnos a el. De repente, por un instante, se daba una oportunidad. O- Sensei, en forma deliberada creaba pequeñas brechas para ayudarnos a entrenar nuestro poder de percepción. El no usaría gente que no mostrara la habilidad de percibir esa clase de oportunidades.

Al instante en que O- Sensei, sutilmente, relajaba la intensidad de la fuerza de su kokyu, nos lanzábamos al ataque; pero el ya no estaba más ahí. Por esa razón, daba la sensación de un previo ensayo. En realidad, cuando comenzábamos a atacar, O- Sensei ya estaba en movimiento. O éramos muy lentos, o nos faltaba la habilidad para percibirlo. Me parece esto, extraordinariamente interesante.

O- Sensei decía, que el verdadero budo debía ejecutarse con tanta habilidad que pareciera que se hubiera ensayado previamente. No era budo si comienzas el desplazamiento solo después del inicio del ataque. Solamente es real si parece, para un observador externo, arreglado con antelación.
Enseñaba O- Sensei diferente a los uchideshi que a los estudiantes de las clases generales?
El contenido del entrenamiento era exactamente el mismo, pero a los uchideshi se nos decía explícitamente que no se nos entrenaba de la misma forma que a los estudiantes regulares. Nuestro entrenamiento debía ser mucho más duro e intenso, no fácil y blando. O- Sensei era muy estricto en ese sentido.

Raramente, el uchideshi recibía alguna clase de instrucción técnica especial. Es más, la parte más intensa del entrenamiento era interactuar con O- Sensei en todos los aspectos de su vida diaria – sirviéndolo como asistente personal, acompañándolo en sus viajes, preparando su comida y baño, masajeando su espalda, leyéndole y cosas por el estilo. Aquellas personas que, jamas han sido uchideshi, pueden tener dificultades en comprender el significado de este contacto diario.
Por favor, háblenos mas sobre eso...
Cuando O- Sensei viajaba a Osaka y Wakayama, lo solíamos acompañar. Usualmente, estas travesías duraban una semana. Cargando con el equipaje de O- Sensei además del nuestro, con el bokken y el jo amarrados a la espalda, llenábamos el taxi hasta la estación de Tokio. Al arribar, O- Sensei desaparecía saltando inmediatamente del taxi; dejándonos ocupados en comprar el boleto de tren y otros detalles. Nosotros corríamos tras el, mientras caminaba rectamente por la congestionada estación, y al moverse, la multitud parecía partirse ante el.

Si había alguna escalera, lo empujábamos a O- Sensei desde atrás, y al bajar, nos colocábamos un escalón por debajo para que el se sostuviere en nuestros hombros. Eventualmente llegábamos al tren. Ocasionalmente, algún uchideshi no lograba seguirlo, pero estando ya O- Sensei dentro del tren, igualmente se continuaba, de modo que todos debían arreglárselas para tomar el tren con el grupo.

La mayoría de los lugares en los cuales nos hospedábamos consistían en dos habitaciones con baño. O- Sensei ocupaba la habitación más alejada, mientras que el uchideshi que lo acompañaba, la otra. Ahora, a su edad O- Sensei solía levantarse 5 o 6 veces durante la noche para visitar el baño y nosotros debíamos asistirle. Durante el primer o segundo año, al no saber en que momento el se levantaría, no pude dormir en absoluto.

Cuando lo hacía, abríamos la puerta y le ayudábamos a ponerse su haori, luego lo acompañábamos al baño, levantábamos la tapa del inodoro y encendíamos la luz. Al finalizar, le ayudábamos a limpiar y secar sus manos, y luego lo llevábamos de regreso a su cama y volvíamos a nuestra habitación. Obviamente, al repetirse esto 5 o 6 veces durante la noche no puedes dormir demasiado. Perdíamos hasta 9 libras durante esa semana, y nos encontrábamos bastante agotados al regresar a casa.

Lo notable de esto, era que luego de 4 años, yo era capaz de dormir profundamente. Cuando O- Sensei necesitaba levantarse para ir al baño, de alguna manera, lo percibía en mi sueño. Me despertaba, saltaba de la cama, abría la puerta y... ahí estaba el! Coordinación perfecta, me entiende? Se había desarrollado una clase de comunicación mental. En japonés decimos: “ishin denshin” que significa algo así como “comunicación entre dos personas que tienen la misma mente”.

Este es el tipo de entrenamiento que, en el tatami, te permite intuir la intención de tu compañero. Cuando, por ejemplo, te enfrentas a tu compañero usando espadas, lo importante no es quien es mas fuerte o mas débil, sino que tan claro puedes ver la intención del otro. Al ser capaz de moverte en el momento correcto, deberás poder sentir, cuando aparecen, las oportunidades.

No se si, O- Sensei tenía la intención de su parte en impartirnos este tipo de entrenamiento, pero en todo caso, ejerció influencia sobre mi técnica en el sentido de que me volví capaz de actuar en respuesta a los movimientos del ki de mi compañero y en controlar sus movimientos antes de, incluso, pensar en ello. Por supuesto, no puedo hacer esto todo el tiempo...ojalá pudiera, entonces, realmente sería un experto, no? (risas)
Que cree Ud. que es lo más importante para aquellas personas que recién comienzan a practicar el aikido?
La gente busca en el aikido, cosas tan disimiles, que resulta difícil generalizar. Cuando yo era uchideshi, en el Hombu dojo, había mucha menos gente entrenando, pero casi todos, buscaban el llamado aikido real. No pocos de aquellos estudiantes, de una manera u otra eran raros o excéntricos. Entre ellos, algunos que podríamos considerar fanáticos del budo. Era un grupo bastante extraño.

En estos días hay más diversidad. Algunos lo hacen por salud, otros por el aspecto filosófico o espiritual – todas son buenas razones.

Lo que hoy interesa, no obstante, si miramos al aikido como un árbol, es que se debe dejar bien en claro, quién tomara el rol de las hojas y las ramas y quién el de la raíz y el tronco. Mientras exista gente tomando el rol de la raíz y el tronco, el árbol permanecerá saludable y firme, y las ramas y hojas aparecerán. Así, nada habrá de que preocuparse. Esto, en la mente la gente debe grabárselo, y dejar de insistir de que el aikido deje de ser de la manera de como es ahora. Las hojas son hojas y las ramas son ramas y así como son están bien. Partes del árbol son. El tema de interés, ahora, gira sobre quien conservará el centro del aikido, es decir, quién será responsable de conservar la raíz y el tronco?

En principio, creo no hay viejo o nuevo en budo. La palabra Kabudo significa “ budo antiguo”. La lógica oposición debería ser “ budo moderno”, pero no usamos en realidad esa palabra en el idioma japonés, no? La tendencia actual es dar al budo moderno una orientación deportiva. Puede que esté bien nombrar a estos deportes como “nuevos tipos de budo”, pero en realidad, dentro del pensamiento tradicional, el deporte no califica como budo.

Es muy difícil decir hasta donde se puede considerar a estos como budo. A mi modo de ver las cosas, no hay duda de que el budo es lo que forma la raíz del aikido; las ramas y las hojas crecen por fuera. Todos los otros elementos – aikido como “arte de vida”, en el sentido de mejor salud, gimnasia o búsqueda de una mejora estética del cuerpo, son tallos de una sola raíz que es el budo. Eso, lo hacen perfectamente bien, pero el punto es, que no son raíz. O- Sensei siempre remarcaba “Aikido es budo” y “Budo es la fuente de la fuerza del aikido”. Si nosotros olvidamos esto, el aikido mutara en otra cosa. Algo así como “el arte de vivir” o una cosa similar al yoga.
Hablaría Ud. sobre esto desde una perspectiva técnica?
Dentro de mi limitada experiencia, lo que más me cautivo sobre el aikido, es su naturaleza racional y la coherencia de principios que abarcan la totalidad de las técnicas del aikido. Para dar un ejemplo, entre los muchos principios que envuelven al aikido está el de “uno es demasiado”. En principio, las técnicas de mano vacía, poseen el potencial de transformarse en cualquier momento en técnicas de armas y viceversa. Las técnicas usadas para responder a un solo oponente, pueden ser aplicadas de igual forma a oponentes múltiples. La línea de movimientos evoluciona desde la mano vacía hasta armas y de vuelta, desde un oponente a varios y de vuelta, en continuidad, conectados, de una forma orgánica. En ese sentido el aikido es muy similar a una entidad viviente.

Esto, constituye una cualidad esencial en el aikido como budo. Siendo este el tipo de movimientos que O- Sensei utilizaba, ubicándoselos en el corazón del aikido.

Sin embargo, esta cualidad esencial no se manifiesta con la suficiente claridad en las técnicas individuales; en forma potencial y latente se lo localiza en el arte como totalidad*. Permite un acercamiento a la ética buscada espiritualmente por la modernidad, es decir el “shinmu fusatsu”, el cual representa el ideal más elevado del budo japonés – “no matarás”.

La esencia con que el budo nutre al aikido no se encuentra en la superficie de este, pero aquellos que posean un profundo entender deben poder detectarla. El aikido que apreciamos en la superficie, es decir, el mayor porcentaje del aikido que hoy podemos ver, no puede decirse que necesariamente represente al budo en el tradicional sentido de la palabra. Por fortuna, subsisten en aikido, estudiantes serios en potencia que hurgarán en profundidad, a través de un largo proceso de búsqueda para descubrir esta esencia y hacerla suya.

Estimo quizás, que una fascinante y profunda cualidad del aikido es la conservación al mismo tiempo de las maravillosas, simbólicas formas que se encuentran en la superficie junto al oculto potencial a ser descubierto, para revelar la esencia verdadera del concepto de “Bu”. En ese sentido, la profundidad no tiene casi limites. Es un gran error pensar que lo visible en la superficie lo es todo y representa a la realidad. Sin embargo, el perseguir solo la llamada “realidad” existente detrás de la forma puede causarte perder de vista el camino de la universalidad del aikido ( michi ), siendo el esfuerzo de Doshu* enteramente en vano.

El acercamiento de Doshu al aikido involucra el abandono para luego trascender la realidad marcial (Bu). Su claro énfasis en la universalidad del aikido como camino es central a esto. Aplica un ojo critico, introspectivo sobre ciertos no éticos – inhumanos y vulgares aspectos inherentes al budo, buscando afanosamente liberar al aikido de estos negativos elementos. Al volverme viejo, pienso que gradualmente más valoro los sentimientos de Doshu sobre estos temas, y lo miro, por sus esfuerzos, con profundo respeto.

Asimismo, los movimientos largos, redondos y suaves, como también las ideas sobre la armonía y la unidad espiritual son importantes, pero demasiado énfasis en eso oculta un lado o distorsiona la forma de entrenar y no se puede afirmar que eso contenga la esencia del budo. Esto también tiende en cierto grado, a restarle validez técnica asimilándoselos más a las hojas y las ramas. Quizás por eso sean interpretados más como símbolos de la filosofía del aikido. Desempeñan un rol en el dual aspecto entre la apariencia externa y la oculta realidad del aikido. O- Sensei siempre decía claramente que esos aspectos del aikido presentados como forma externa, no tenían por que necesariamente ser budo. El decía, “la fuente del aikido es el budo. Lo primero que debes manejar es el budo, pero el aikido viene después que el budo”. También decía “publico en general no necesita del budo”. El asentaba esto muy claramente.

En ese sentido, abrió un camino a las muchas clases de gentes que, por la razón que fuera en el pasado era excluida del mundo del budo tradicional. Gente de cuerpos frágiles, sin la suficiente fuerza física, ancianos, mujeres. Desecho la competencia creando un método que se adapta a la capacidad de cada individuo, incentivando su potencial latente y que cada cual hallé su lugar y logré su objetivo en la vida. Un mundo en el cual las personas puedan vivir unidas, se crea cuando cada una realiza su propio potencial. Esta es mi interpretación del pensamiento de O- Sensei.
Es un épico modo de pensar el budo, no es cierto?

Así es, sin embargo, lo que más temo yo es que cuando aquella gente excluida del budo tradicional, encuentre su camino en el aikido y se crean que solo su manera de practicar el aikido es en realidad la correcta. Olvidando la necesidad de la severidad que envuelve al budo, rechazándola por “no formar parte del aikido”. Hay quienes piensan de este modo, pero yo creo que están envueltos en una confusión en que las hojas y ramas se confunden de la fuente raíz. Para el aikido resultaría ser muy perjudicial en el caso de que las hojas y ramas se transformarán en el centro. El aikido daría un gran salto en la errónea dirección si esto llegará a ocurrir.

Del mismo modo, es importante fijar en la mente que, en el caso de que las hojas y ramas se secasen y muriesen, solamente permanecería la raíz. En realidad se debe ver al aikido como un organismo vivo, considerando a la armonía en su entera totalidad y el desarrollo de sus múltiples aspectos.

Pienso que los hechos sobre como y por que O- Sensei creo el aikido deben estar presentes en nuestra propia búsqueda del arte. Continuando con la metáfora del árbol, no solamente debemos recolectar el fruto del árbol que O- Sensei creó, debemos de ingresar en las hojas, ir a través de las ramas, bajar por el tronco, y llegar a la raíz. Tenemos que ir hasta esa fuente, de lo contrario no podremos conocer el proceso que llevo a O- Sensei a sus conclusiones. Para hacer al aikido realmente propio, debemos llegar lo más lejos posible en la experiencia que O- Sensei vivió. Técnicamente y espiritualmente, a pesar de no poseer su grado de habilidad.

Creo que, lo que podríamos llamar un budo “total”, en realidad no existe. ( Podríamos decir lo mismo de la filosofía o religión o de cualquier creación humana ). El “lograr mi budo”, es decir, el logro a nivel personal e individual es mas que suficiente*. O- Sensei consiguió su propio budo, pero ese, no es el mío.

Así mismo, no puedo simplemente dar o transferir mi budo a mis estudiantes. No puedo más que, invitarlos a que usen mi experiencia como guía en la obtención de su propio budo. Para todo aquel que la emprende, el budo es una solitaria busqueda*. Para ti, los diferentes aspectos del budo, simplemente no emergerán exactamente de la misma manera como lo hicieran para tu maestro.

Obviamente, esto no es decir que no sea necesario establecer una metodología de enseñanza básica, conteniendo teorías, doctrinas, métodos de entrenamiento y demás.

En el budo existen tres etapas – SHU ( proteger/ mantener/ observar ) HA ( romper/ demoler ) y RI ( separar/ apartar/ liberar ). En la etapa del SHU absorbes lo que tu maestro tiene para ofrecer, permaneciendo en absoluta obediencia. La creatividad, opinión propia y las ideas independientes de tu parte, están totalmente prohibidas durante estos años, lo que sea que duren estos. Debes seguir lo que te enseñan sin interferir en absoluto con tu subjetividad. Esto, usualmente, es referido como una forma de “negación del yo”. Aún lo mucho que aprendas, no obstante, perdurará el arte de tu maestro, no el tuyo.

Así, necesitas la etapa siguiente, la cual es HA, liberarte de lo que has aprendido. En función de ello, la entidad que llamas “YO” entra en el juego. Es una forma de creatividad, y como tal representa una afirmación de ti mismo. En esta etapa, descubres tus propias características personales, tu propia personalidad, es decir, “quién eres tu”. Comenzando a repasar a través de todo lo aprendido, seleccionando y digiriendo lo necesario para crear y completar algo que será tuyo. Pero, este no es fin, para hacer esta afirmación personal, antes se lleva a cabo la negación del otro; es decir, es lo único que te relaciona con aquello que has abandonado. Debes pasar esta etapa también.

RI es la 3º etapa. Habiéndote negado a ti mismo como persona en la 1º etapa ( shu), para luego afirmar tu personalidad en la 2º etapa ( ha ), en la 3º etapa ( ri ) deberás negar incluso esa afirmación personal. RI permite librarte de la relación que te limita en la 2 anteriores etapas, convirtiéndose en una puerta hacia la universalidad o lograr la obtención* .

Desde lo técnico, SHU es el momento de controlar la técnica atravesando la mayor parte del repertorio técnico del arte; HA brinda la oportunidad de explorar y aplicar esas técnicas; RI es la obtención de algo que te pertenece.

Desde lo espiritual o mental, SHU es la negación personal y HA es la afirmación, mientras RI significa trascender y despojarse de la dualidad yo – otro, librándose de la obsesión con lo especifico. Todos estos se intersectan e intervienen.

Hoy, de alguna manera, el aikido pareciera carecer del elemento shu, y pienso que esto podría causar problemas en el futuro. Creo que, la practica del budo que no incluya el negar el yo, puede ser peligrosa para el practicante. Es esencial el entrenamiento estricto y riguroso que permite la experiencia de la negación personal. Habiendo hecho eso, arribas naturalmente a la etapa de la afirmación personal, y finalmente, negando incluso esto, llegas a tu verdadero objetivo.

A través de mi propia limitada experiencia, he sido capaz de palpar una parte del mundo descripto anteriormente. No obstante, interpretaciones de este tipo, a los ojos quien no ha vivido estas experiencias, inevitablemente las verá como descripciones muertas, mecánicas. Por ejemplo, aún algo como el concepto de shu-ha-ri, si intentarás encuadrarlo dentro de una forma intelectual definida seria absurdamente distorsionado. Shu-ha-ri y el desarrollo de los elementos descriptos tienen aspectos de la dialectica*. De hecho, la existencia postulada por el aikido muestra similitudes con el pensamiento existencial ( existencia precede a la esencia ) que floreció al comenzar el S XIX.

La fenomenal cualidad moderna del aikido reemplaza los conceptualismos, que definen a las personas, contenidos en el budo; Es la naturaleza de la existencia de la gente lo que da una definición al budo, dándole nueva luz, enriqueciéndolo con nuevos significados, y respetando la practicidad y la libertad individual. Naturalmente, esto intensifica el escepticismo y la urgencia por la búsqueda. Y con la sensación de que se está ante un un “producto no terminado”, sin guía para tener una perspectiva, los que practican budo no ayudan pero están bien conscientes de su inestable condición. Un paso en falso conlleva el riesgo de caer en el campo de las ideologías y del dogmatismo y en la influencia perjudicial que va con la satisfacción personal. Así que, para evitar esto, pienso que la disciplina estricta y la severidad deben ser parte integral del entrenamiento del budo.

el entrenamiento del aikido involucra la practica repetitiva de las formas a lo largo de los años en función de establecer una base desde la cual, eventualmente, crear algo que te pertenezca. Para esto, es importante pensar en como hacerlo con las condiciones que se dan en el entrenamiento. Por ejemplo, kata o la practica de formas. Las formas se posicionan en una relación de contrastes en la cual tori es activo y uke pasivo, pero en el sentido de que cada uno entrena su habilidad para coordinar entre si sus libertades individuales; esencialmente no existen diferencias entre los dos. Esto puede hacerse extensivo a los numerosos aspectos que similarmente contrastan en la vida misma – vida y muerte, vejez y juventud, salud y debilidad, felicidad y tristeza, triunfo y derrota, éxito y fracaso – que como tales, poseen un profundo significado en la dirección de nuestras vidas.

La naturaleza original y esencial del budo, la cual esta profundamente conectada con el yo y el otro, flotando en el limite de la vida y la muerte, inevitablemente arriba a la irracionalidad de la existencia. Sin embargo, junto a esta irracionalidad va unida la oportunidad de despertar a la fuente de la propia libertad individual. El zen y el budo hallan una afinidad entre ambos, ya que nace en ellos un reconocimiento hacia la irracionalidad de la vida, no obstante aborden el tema desde diferentes perspectivas

Así como el budismo, el zen es devoto de limpiar de ideologías y dogmas en función de llegar directamente a la naturaleza de la existencia. Siendo así, fundamentalmente practico y existencial. Es la razón por la que ha influenciado tan significativamente el espíritu de la clase guerrera en el Japón desde el período del Kamakura. convirtiéndose, de forma natural en la carne y sangre de sus artes marciales y, como Ud lo notará, hoy continúa presente.

Pero, en lugar de comparar al budo y al zen, me gustaría que la gente mirara al espíritu japonés oculto que los asimilo y absorbió. Este espíritu ha incorporado elementos tales como el zen y el budo, como también confucianos, taoísmo y pensamiento shinto, mejorándolos en función de obtener una idea distintiva, nutriéndolos, dejandolos fusionar entre ellos en función de dar forma, en armonía, a la extraordinaria totalidad.

De cualquier modo, regresando a lo mío, tengo la sospecha de que casi todo lo que sucede en el dojo – por ejemplo, derribar o ser derribado o la apariencia de ganar o perder durante el tachiai ( reemplaza a los torneos de competencia ) – es más un significado simbólico. En realidad, el problema esencial para analizar es la respuesta que dan los individuos a las diferentes condiciones a que se confrontan. Al decir “en la derrota la victoria” ( makete katsu ) se sugiere un mundo donde conceptos tales como superioridad e inferioridad o el ganar y perder, no son tan importantes.

Sorprendentemente, las personas que verdaderamente han llegado a tal estado de realización, pareciera que considerarán en si misma a la muerte como un fenómeno que solo ocurre. Vea, como ejemplo, al sacerdote zen chino Bukko, quién vivió durante la dinastía sung ( 1127-1279 ). Fue invitado al Kamakura Bakufu y eventualmente paso sus últimos años en el Japón. Eventualmente, se vio envuelto en el conflicto mongol, siendo hecho prisionero. Cuando estaba por ser ejecutado, compone un poema de estilo chino que incluye el famoso verso, “Denko eiri shunpu wo kiru”, que se puede interpretar de esta forma, “ aún, cortando mi cabeza, esto no tendrá más efecto que si golpeas la brisa de primavera que susurra ahora sobre el campo”. Tesshu Yamaoka, aparentemente, a su dojo lo nombró El Shunpukan ( Sala de la brisa primaveral ) luego de que esto pasó. Refresca el alma, no?

Los pensadores existencialistas del S XIX, desde Kierkegard y Nietzsche hasta Jaspers, Heidegger y Sartre ( que eventualmente arribo al ateísmo existencial ). Todos buscaron el basamento de la existencia/ ser hasta en el abismo de la nada. Se puede notar un paralelismo entre lo que ellos hicieron y el pensamiento zen, el cual, durante miles de años perfecciono la capacidad de respuesta hacia la irracionalidad de la existencia. Desde contextos culturales completamente diferentes, estos surgieron; sugiriendo una similitud en las profundas bases del espíritu humano.

Por supuesto, las civilizaciones oriental y occidental parten de orígenes diferentes. Por ejemplo, en el pensamiento oriental, se hizo extensiva la idea de la unión de la mente y el cuerpo, la cual no hallas con tanta claridad en el pensamiento occidental. Esto es evidente en tradiciones orientales tales como el yoga hindú, las mágicas prácticas del taoísmo chino, las artes marciales chinas, el misogi y en otras practicas de purificación en el shinto japonés y budismo, la meditación zazen, y en el budo japonés, el cual ha incorporado elementos de estos.

En contraste, el pensamiento occidental a mi parecer, es dual en esencia. Demuestra poca unidad entre la actividad física y espiritual, enfocándose en el campo de la pura especulación. Pienso que esta es, una marcada diferencia entre el pensamiento oriental y occidental. Un claro ejemplo de las diferencias existentes entre los dos estilos de pensamiento, puede apreciarse en el contraste entre la escultura de Rodeen “El Pensador” y la escultura ubicada en el templo Koryu, en Kyoto, del Bosatsu ( Bodihisattva ), que representa a la figura de príncipe Siddhartha medio sentado en la espera de obtener el buddhahood. La diferencia en el manejo de la especulación se hace evidente al compararlos.

Por favor, no me interprete mal, y llegue a pensar que sugiero que la manera oriental es superior. Después de todo, el desarrollo de la revolución industrial durante el S XVIII, la pura especulación trabajada por occidente , sentó las bases de las ciencias aplicadas que moldearon nuestro estilo de vida moderno en su totalidad. Hoy más que nunca, en toda la historia de la humanidad, existe una creciente necesidad de integrar a los dos.

Esta es otra razón, de por que debemos considerar con seriedad como trabajar con la diseminación y el desarrollo del aikido, que nacido del tradicional budo japonés con sus especiales características como forma unificadora de la mente y el cuerpo, de tal forma que correctamente sea transmitida a la gente alrededor del mundo. Me preocupa que, que si no tratamos correctamente esta diseminación, entonces el aikido terminara sin hojas ni raíz.

Lo mismo puede decirse, de la totalidad del tradicional budo japonés. Con toda honestidad creo que, si el objetivo es simplemente en tener éxito en lograr la actividad física, que la gente moderna requiere, no habría una real necesidad del budo. El deporte y otras actividades tales, son útiles realmente. Pero el budo posee cualidades que van más allá de la mera actividad física hasta ofrecer contribuciones para la sociedad y creo que necesitamos reflexionar más seriamente sobre esto.

Pienso que el budo japonés, incluyendo el aikido, tiene un gran potencial latente para ayudar a controlar el gradual colapso de nuestras libertades autónomas. Esta libertad esta siendo erosionada por las múltiples contradicciones que surgen en nuestras sociedades capitalistas a causa del materialismo, de la ideología de una supremacía económica y por la excesiva devoción hacia el racionalismo. A la gente el budo ofrece un retorno hacia la primavera* de nuestra libertad de autonomía, de modo que pienso que necesitamos empezar a re-evaluar y reconstruir con eso en la mente.
Julio de 2004.

Macario Moretti, 3er Kyu

Bahía Blanca


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