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www.elortiba.orgHistoria Sexual del CristianismoKarlheinz Deschnerwww.elortiba.org 1 Historia Sexual del Cristianismo 1 Karlheinz Deschner 1 CAPITULO 1. LA DIOSA MADRE 17 Las madres primordiales 17 La mujer: «La continuación de la tierra» 18 El ídolo humano más antiguo 19 El surgimiento del dios masculino 21 CAPÍTULO 2: IL SANTO MEMBRO 23 Símbolo de resurrección 23 El culto del falo en Egipto, Grecia y Roma 25 St. Foutin 26 CAPITULO 3: RELACIONES SEXUALES RITUALES 28 Desfloración en el templo* 28 Las prostitutas sagradas 28 Hieros gamos 30 Promiscuidad con el caballo 31 Orgías sagradas colectivas 32 «Misas negras» 33 ¿Por qué abstinencia en lugar de placer? 34 LIBRO PRIMERO EL SURGIMIENTO DEL ASCETISMO 36 CAPITULO 4. CASTIDAD CULTICA Y DESPRECIO A LA MUJER EN EL JUDAÍSMO MONOTEÍSTA 37 El dios del gran miembro 37 El culto de los árboles 38 Yahvé: «Derribad sus altares» 39 Baal y Asera 39 Muerte para el adúltero y los animales lascivos 41 La mujer seduce, no el hombre 42 Poligamia y aversión a la virginidad 43 CAPITULO 5. EL ASCETISMO EN LOS CULTOS MISTÉRICOS DEL MUNDO HELENÍSTICO 44 A propósito de la felicidad en la mortificación 44 Purificación y blanqueo de almas en la antigüedad 45 Preludio del celibato 46 Castración cúltica 48 A propósito de la ciénaga del paganismo 48 LIBRO SEGUNDO EL PUNTO DE PARTIDA CRISTIANO 50 CAPITULO 6. JESÚS 51 Ninguna palabra sobre el celibato 51 Ninguna palabra contra la mujer y el matrimonio 52 ¿El «glotón y bebedor de vino» ... un asceta? 53 CAPITULO 7. PABLO 54 Estiércol y buen olor 54 El nacimiento de la moral cristiana 55 Bozal y velo para la mujer 55 Bueno es no tocar a ninguna mujer 56 TERCER LIBRO LOS RELIGIOSOS 57 CAPITULO 8. EL ORIGEN DE LAS ORDENES REGULARES 58 1. LOS ASCETAS 58 Los modelos del monacato cristiano 58 Cómo y por qué aparecieron los monjes cristianos 60 2. LAS «VÍRGENES SANTAS» 61 Incitación a la sosería 62 «(...) Y tocará tu vientre» 63 ¡Que ni se enteren de que hay hombres! 63 ... Un simple subordinado pequeño y mojigato 67 Cómo le hubiera gustado a alguno... 68 ... Y cómo ha sido 69 «... ¡Y no rías nunca!» 70 Lágrimas y porquería 71 Pasarse la vida comiendo hierba 71 «... Más profundas formas de conciencia religiosa» 72 «Contingencias» y mujeres «en todas las posturas» 74 De los eunucos al test genital 75 CAPITULO 10. LA CASTIDAD EN LA EDAD MEDIA Y MODERNA 76 Pissintunicis o una imagen para los dioses 76 Ayunar al modo antiguo y al moderno 78 Flagelar bien a un miembro malo 78 Una persona contenta de vivir 79 Flagelantismo, alegría fecal y culto al Corazón de Jesús 80 «(...) Delicadísima manifestación del espíritu cristiano» 82 Muerte al falo y el arte de los skopzi 83 Hacerle un cristito a la Santa Virgen 84 Arte a la católica 84 CAPITULO 11. LOS MÍSTICOS AMOR MARIANO Y EROTISMO CRÍSTICO 86 1.-“CARITAS MARIAE URGET NOS” 87 2. LAS NOVIAS DE JESÚS 88 Una sola casa, un solo lecho, una sola carne 89 Leche y mermelada para el Señor 89 Matilde de Magdeburgo o «en el lecho del amor» 90 Amor en el «estado de muerte aparente» 92 La herida profunda y el confesor 92 Bestia mystica 93 3. TERESA DE ÁVILA: «Y PLANTA EN MÍ TU AMOR» 93 Un demonio lascivo rechina los dientes 95 Acostumbrarse poco a poco a las partes de Dios 95 Mostrarle la higa al Señor 96 Asaeteada por el dardo 97 Frecuentes apariciones de lanzas y estoques 97 Levantamientos y sequedades 98 4. MÍSTICA PREPUCIAL EN LA EDAD MODERNA 99 «Más adentro, más adentro» 101 Problemas prepuciales 101 El prepucio de Jesús como anillo de compromiso 102 El menú prepucial de la Blannbekin 103 Therese Neumann y el final de los trovadores 103 CAPÍTULO 12. DE LA CRONIQÜE SCANDALEUSE DE LOS MONJES 105 ¿Un murmullo de salmos? 106 Mujeres: «(...) ni entrar ni salir del convento» 106 «Y así alimentaban la carne con antojos» 107 Sólo al servicio de Nuestra Señora Celestial María 108 Suspirando por los hermanos y por los animales 109 Dispensando mercedes con el látigo 110 En Europa Oriental, orgías al pie del altar 111 CAPÍTULO 13. LAS MONJAS 113 El peligro de los eunucos y de los confesores 113 Un miembro necesita a otro 114 Casi todas con barriga 115 Penitencias bárbaras 116 La voz canora de Gandersheim 117 «Los conventos son verdaderos burdeles (...)» 117 Crueldad criptosexual 119 Instrumentos del espíritu o el pecado «per machinam» 120 BiJoux de Religieuse 121 Terapéutica contra la «melancolía» 122 Los incubi daemones 123 El demonio de Loudon 124 El santo secuestrador 125 CUARTO LIBRO EL CLERO 128 CAPÍTULO 14. LA DIFUSIÓN DEL MATRIMONIO DE LOS SACERDOTES 129 «Unius uxoris vir» o el modo de vida fundamentado según la Biblia 129 El Concilio Trullano 130 También el papado toleró durante mucho tiempo el matrimonio de los sacerdotes 131 CAPÍTULO 15. LAS RAZONES DEL CELIBATO 132 La «impureza» de la vida matrimonial 132 ¿Quién va a pagar esto? 132 Los negocios del Señor 133 «(...) Venus me rehuye más que yo a ella» 134 CAPITULO 16. LA SUPRESIÓN DEL MATRIMONIO DE LOS SACERDOTES 134 Vigilado día y noche 135 La mujer del sacerdote: azotada y vendida como esclava 138 Abelardo, Copérnico, Bochard 140 Los hijos del sacerdote 141 «Esta apuesta por (...) la delicadeza» 144 «(...) Hasta la total aniquilación» 144 Doce años de guerra por el celibato en Milán 145 Gregorio VII: «Maldito el hombre que priva a su espada de sangre» 146 «(...) Escupida por el infierno» 147 Concubinas y «canon prostitucional» en lugar de la esposa 148 «Los curas castos no son de provecho para el Obispo (...)» 149 El ataque de los protestantes 150 El concilio reniega de todo movimiento contrario al celibato 151 La batalla contra el celibato en la Edad Moderna 151 De los hermanos Theiner al Papa Pablo 152 Crisis del celibato» o agonía del cristianismo? 154 CAPÍTULO 17. LA MORAL DEL CELIBATO 156 Penitencias en un lecho compartido 157 ¿La bebida como compensación? 158 «(...) Mucho peores que los laicos» 158 Un harén en lugar del matrimonio 159 «(...) Como el ganado en el estiércol» 160 Frilluhald Klerka o el florecimiento del celibato en el norte 161 «Mientras el campesino disponga de mujeres (...)» 162 ¿La fornicación sólo es pecado en el obispado de Spira? 163 Las madonas de los prelados o ¿quién tiene el miembro más grande? 164 Como si las cosas fueran bien 165 Un renano feliz 166 De la renuncia al miembro... a la renuncia a la vida 167 Suspiros de los celibatarios y edad canónica 168 Con la madre, la hermana o la hija 169 Un cortesano es un mancebo 169 Intimidades con animales 170 Solicitación o eros en el confesionario 171 ¿Engendro de cierta «literatura sucia»? 172 «(...) Sólo lo que grita es pecado» 172 «Pero que se cuiden de que suceda en secreto 174 Nada de «vegetales» o «seguro que Dios lo entiende» 175 QUINTO LIBRO LOS LAICOS 176 1. LAS INJURIAS DE LOS TEÓLOGOS 178 Al principio, estimada como sacerdotisa 178 Después, condenada por los sacerdotes 178 El menosprecio de la mujer por parte de los monjes y los primeros padres de la Iglesia 179 «Tota mulier sexus» 181 Tomás de Aquino: «(...) un hombrecillo defectuoso» 181 Predicadores y hogueras 182 Disparatadas injurias en el barroco 183 En la actualidad, tampoco hay «equiparación» de ninguna clase 184 Valoraciones positivas y negativas de la mujer entre los herejes 185 2. LA GLORIFICACIÓN DE MARÍA: EXPRESIÓN DE LA DEMONIZACIÓN DE LA MUJER 186 La María bíblica y el fetiche de la Iglesia 186 La blancura de las mujeres o la «desfeminización» de nuestra señora 187 María contra Eva 187 3. LA DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER EN LA VIDA RELIGIOSA 188 «El negro ya ha hecho su trabajo» 188 Las menstruantes y las embarazadas son impuras 189 El parto también ensucia 189 El Vaticano Segundo y la mujer 190 CAPÍTULO 19. LA OPRESIÓN DE LA MUJER 192 1. LAS MEJOR SITUADAS 192 La situación entre los romanos y los germanos 192 Sin derecho a heredar ni patrimonio 193 «Ella vivirá de acuerdo a la voluntad de él» 194 Azotar a la esposa: con respaldo canónico hasta 1918 195 ¿«(...) Medio de educación extremo» o respeto por el folclore? 196 En Francia, al patíbulo 196 En Inglaterra, más baratas que un caballo 197 Bertha Von Suttner y el «gran Berta» 198 2. LAS PROLETARIAS 198 «(...) Como las cabezas de ganado o las propiedades» 198 En el primer capitalismo, con las manos y con los pies al mismo tiempo 199 3. MUJER Y EDUCACIÓN 201 4. MUJER Y MEDICINA 202 5. LOS COMIENZOS DE LA LIBERACIÓN FEMENINA 203 Un revés bajo el fascismo 203 En la actualidad se mantienen las desventajas 203 CAPÍTULO 20. EL MATRIMONIO 205 1. EL MATRIMONIO, DENIGRADO 205 «Nada destacable en favor del estado matrimonial» 205 De San Justino a Orígenes: ¿es mejor ser eunuco que casado? 206 Jerónimo, Agustín, Ambrosio 207 El matrimonio civil, reconocido hasta el siglo XVI 208 2. DIFICULTADES PARA CASARSE 209 Cuanto más lejos esté el peligro... 209 Las segundas nupcias 210 3. LA RIGUROSA RESTRICCIÓN DE LAS RELACIONES SEXUALES 211 «(...) De hecho, no quedaba mucho tiempo libre» 211 El «matrimonio de José» o ¿cuatro veces en una noche? 212 4. POR QUÉ SE HA TOLERADO EL MATRIMONIO 213 Lo más pronto posible 214 «Citoyennes, donnez des enfants a la patrie!» 216 La salvación de la familia o «el ideal del filisteo de hoy en día» 217 «Catecumenado doméstico» o «se le cortará la lengua» 217 ¡Menos multiplicación y más placer! 219 5. LA PROSCRIPCIÓN DEL PLACER EN EL MATRIMONIO 219 Casi todos los contactos sexuales son considerados pecaminosos 220 El reformador y «el placer nefando» 220 Amores matrimoniales «anómalos»: tan malos como el asesinato 221 Sobre el estancamiento de las leyes 222 ... Y del progreso de la moral 222 La «oscura compulsión de lo sexual» 223 Coitus catholicus: «noble y casto» 224 Debilidad mental en lugar de sexo 225 Los caballeros del hábito negro 225 Sobre el coste de la vida sensual 226 Una capacidad orgasmica casi ilimitada... 227 Y una frigidez bastante sospechosa 227 ¿Copular... por amor a Cristo? 228 6. EL ADULTERIO 229 Pena de muerte, según el derecho secular 229 «(...) El adulterio de la mujer es más grave» 230 7. EL DIVORCIO 231 Una «praxis más dúctil» en la «doctrina pastoral concreta» 231 Repudiar a la esposa con la bendición eclesiástica 232 A propósito de algunas falsificaciones sobre la indisolubilidad del matrimonio 233 El divorcio entre los luteranos y los ortodoxos 233 Progreso católico 234 8. LOS HIJOS NACIDOS FUERA DEL MATRIMONIO 234 Privados de derechos y desheredados 235 Las habituales excepciones 235 Todavía siguen discriminados en la actualidad 236 CAPÍTULO 21. LA PROHIBICIÓN DE LOS MEDIOS ANTICONCEPTIVOS 237 Pigmeos, bosquimanos y católicos 237 El azote de Dios y la «capucha inglesa» 238 Los «infames artículos» de 1913... 239 ... Y la Guerra «Santa» 239 Sobre el decoro y el derecho cristianos 240 Sobre el «atentado de los esposos» 241 Cuando la mujer deja de ser mujer 242 La «beatificación» de Knaus-Ogino 243 Sobre la inhumanidad de la «vida humana»... 244 ... Y sobre la carga del Espíritu Santo 244 Cólera y crítica 245 «(...) Completamente esclerotizado» 246 Sólo según las «reglas de la Naturaleza» o «como hermano y hermana» 247 «Sacrificios permanentes» o «la gracia del estado matrimonial» de los católicos 248 Soldar el falo de los pobres... 249 ... O que empleen a sus hijos en las fábricas 250 ¿Puede sobrevivir la humanidad? 250 «Una mirada a las estrellas eternas de la ley moral cristiana» 251 Aunque se hunda el mundo... 252 La ambigua posición de las Iglesias protestantes 253 CAPÍTULO 22. LA PROHIBICIÓN DEL ABORTO 254 «¡Las mujeres también deben defender Europa!» 254 «A ti grito desde la más profunda desesperación (...)» o «la comodidad del agua» 256 Odisea germano occidental 257 Castigo: «Más suave que si un cazador furtivo mata a una liebro: 257 Los auténticos criminales de guerra 258 El «nuevo programa de eutanasia» 258 Invitación a las apariciones 259 «La cultura de la Iglesia» o «que la madre muera en estado de gracia» 260 La «modesta propuesta» de Jonathan Swift 260 Los paraísos para niños de la actualidad 261 El mayor tributo de sangre lo pagan las pobres 261 Legalización del aborto y considerable disminución de la mortalidad 262 CAPITULO 23. EL PECADO ORIGINAL 264 El comienzo de la obsesión cristiana por el pecado 264 ¿Erecciones en el paraíso? 265 La doctrina del pecado original no aparece ni en Jesús ni en San Pablo 266 San Agustín y «la dinámica de la vida moral» 267 La controversia pelagiana (411-431) 267 CAPÍTULO 24: ONANISMO, HOMOSEXUALIDAD, RELACIONES CON ANIMALES Y CON PARIENTES 269 1. PALOS Y AGUA BENDITA CONTRA EL ONANISMO 269 Por qué masturbarse es pecado 269 Sistema de alarma para erecciones 270 ¿Cuándo está permitido el deseo? 271 2. HOGUERA O CASTRACIÓN PARA LOS HOMOSEXUALES 271 El pecado que clama al cielo 272 Pena de muerte según el derecho secular 273 Hitler y la moral cristiana 273 3. MUERTE PARA LOS SODOMITAS Y LOS ANIMALES LUJURIOSOS 274 El tabú eclesiástico del incesto ha seguido vigente hasta hoy 275 La argumentación «científica» también es irrelevante 275 CAPITULO 25. ALGUNOS DETALLES DE MORAL TEOLÓGICA O «...ESTE ESCABROSO TEMA» 277 1. LA DELECTATIO MOROSA EN EL PASADO 277 Sobre «la aplicación práctica de las normas eclesiásticas» 277 El libro alemán de penitencias eclesiásticas o copular con un taco de madera 278 Excepciones y controversias 279 La «mujer estrecha» 279 Alfonso de Ligorio o la «sabia moderación» 280 La lujuria desde el cementerio hasta el campanario 281 Las partes honestas del cuerpo, las menos honestas y las deshonestas 282 «Cosquillear» a los niños o la polución en los estudios de medicina 282 La necesidad de la censura y la suciedad de los clásicos 284 Sobre el carácter diabólico del cine y el teatro 284 Mirar «desnudos» y otras perversidades 285 Cómo (no) se peca con modelos y animales 285 2. ¿ESTÁ EVOLUCIONANDO LA TEOLOGÍA MORAL? 286 Alius et ídem 287 Otros subterfugios 287 Revolucionario con hábito 289 Casi siempre el mismo engañabobos 290 El instinto sexual rebaja a la persona por debajo del nivel de los animales 291 El cardenal Garrone habla del «hedor narcotizante del sexo» 292 CAPÍTULO 26. ORIENTACIÓN SEXUAL CRISTIANA O IGNOTI NULLA CUPIDO 293 Adultos desprevenidos 294 Aprender de los perros vagabundos... 295 Teología al estilo Courths-MahIer 296 «¡Si no tuviera amor (...)!» ¿Y si no tuviera el infierno? 297 «Pedagogía sexual (...) sin decir una sola palabra sobre sexualidad» 298 Nada de camas de plumas... y un alma de ideales perfectos 298 «Cuando manan todas las fuentes» o el «señor prefecto» se mete en el agua 299 Por qué se quiere dejar la educación sexual a los padres 300 De cintura para abajo: «cochinadas» y «caca» 300 Cómo convertirse en cristiano 301 La inolvidable charla matrimonial del obispo Yon Streng 302 CAPÍTULO 27. 303 SOBRE LA DESVERGÜENZA DE LA MODA, EL BAILE Y EL BAÑO (SIN ROPA) 303 «¡Cúbrete o prostituyete!» 303 «Tú, lodo enfundado» 304 «Un sereno examen de conciencia» entre dos guerras mundiales 304 Monos maquillados y serpientes pérfidas 305 Bailar sólo al son que tocan 305 «(...) Que los jóvenes y los muchachos tomen baños (...) acarrea muy malas consecuencias» 306 CAPITULO 28. SOBRE LA PRAXIS DE LA MORAL SEXUAL 308 1. LAS PERSONAS HONRADAS 308 Orgías en las iglesias de la antigüedad 308 CAPITULO 28. SOBRE LA PRAXIS DE LA MORAL SEXUAL 309 1. LAS PERSONAS HONRADAS 309 Orgías en las iglesias de la antigüedad 309 «Al hombre le cuelga algo extraño entre las piernas (...)» 309 «La coronación de sus fatigas (...)» 310 «Noches de prueba» y «vicios aristocráticos» 312 Libertinismo en la Baja Edad Media 312 «(...) Madre e hija, criada y perra, quedaron encintas» 314 2. LAS PUTAS O PEREGRINARI PRO CHRISTO 315 Las primeras prostitutas itinerantes de Europa 315 Una legión de rameras en todas las cruzadas y todos los sínodos 316 La prostitución florece en los concilios y en las ciudades papales 316 Los burdeles estaban al lado de las iglesias 317 Promovían la Inmaculada Concepción y construían burdeles 318 Pastores de almas en el burdel y sífilis 319 Necesitaban a las prostitutas... y por ello se vengaban de ellas 319 CAPITULO 29. EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA 321 1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 321 De la absolución única a la confesión 322 Doble rasero para laicos y sacerdotes 323 Las penitencias eclesiásticas en la antigüedad y la Edad Media 323 Dios no se volvió indulgente hasta la Edad Moderna 325 Arrepentimiento sin arrepentimiento 325 2. EL VERDADERO PROPÓSITO 326 El hijo preferido de los teólogos 327 «¡Odiad con fuerza!» 328 CAPITULO 30. DEL ASESINATO DEL PLACER AL PLACER DEL ASESINATO 330 1. CONSECUENCIAS DE LA REPRESIÓN 330 Los pueblos con una sexualidad tolerante son más pacíficos 330 Sobre la castidad de los cazadores de cabezas y testículos 331 Satisfacción, una palabra «carente de belleza» 333 Un cristiano nunca es él mismo 333 Por qué les gusta tanto la tortura sexual 335 Sobre la crueldad de los ascetas 336 «Y David trajo sus prepucios» 337 De San Pablo al «ejército de salvación» 337 Tres damas castas 339 2. SALUS MUNDI MARÍA 340 «(...) La verdadera dinámica mariana de la historia» 341 3. LA MORAL DE LA IGLESIA 341 A propósito del buen tiro en la nuca y del placer maligno 342 ¡Y todavía hay quien se toma esta religión en serio! 342 Sobre el espíritu de la guerra en Vietnam 343 ...Y del desastre de una revista 344 «La LA RELACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA CON LA SEXUALIDAD A TRAVÉS DEL TIEMPO 346 DEL VATICANO II A JUAN PABLO II 346 La educación sexual 'prudente' del Vaticano Segundo, rosarios ante el Ministerio de Cultura bávaro y misas 'abarrotadas' contra las clases de educación sexual» 346 Las transacciones de los Obispos desde Europa hasta Australia después de humanae vitae 350 A propósito del firme episcopado polaco 352 Juan Pablo II, propagandista de la «castidad» y enemigo del «placer carnal» 354 Juan Pablo II, defensor del matrimonio posmoderno: cuanto más casto y fértil, mejor 356 Juan Pablo II o el aborto como primer episodio de la guerra nuclear 358 «Herminia de los magreos (...)» 360 «(...) Mientras su trono se mantenga firme, mi cama no se tambaleará» 361 A propósito de los «valores de la castidad en el celibato» y de los alimentos de la jerarquía eclesiástica para los niños 362 Llamamiento del Papa a la juventud o a propósito de la 'cultura de la muerte': «terror, erotismo (...)» 362 La nueva hipocresía o «los cambios de nuestros vecinos» 364 NOTAS 368 Das verhaltnis... 398 BIBLIOGRAFÍA 400 PRÓLOGO Si bien el cristianismo está hoy al borde de la bancarrota espiritual, aquél sigue impregnando aún decisivamente nuestra moral sexual y las limitaciones formales de nuestra vida erótica siguen siendo básicamente las mismas que en los siglos XV o V, en época de Lutero o San Agustín. Y eso nos afecta a todos en el mundo occidental, incluso a los no cristianos o a los anticristianos. Pues lo que algunos pastores nómadas de cabras pensaron hace dos mil quinientos años sigue determinando los códigos oficiales desde Europa hasta América; subsiste una conexión tangible entre las ideas sobre la sexualidad de los profetas veterotestamentarios o de Pablo y los procesos penales por conducta deshonesta en Roma, París o Nueva York. Y quizá no sea casualidad que uno de los más elocuentes defensores de las relaciones sexuales libres, el francés Rene Guyon, haya sido un jurista que, hasta el mismo día de su muerte, exigió la abolición de todos los tabúes sexuales así como la radical eliminación de todas las ideas que asociaban la actividad sexual con el concepto de inmoralidad. En la República Federal Alemana se tiende todavía hoy a la equiparación del derecho y la moral, y especialmente de la decencia y la moral sexual, lo que es una herencia inequívoca de la represión cristiana de los instintos. Con fatigosa monotonía, el legislador recurre a «el sentido de la decencia» «el vigente orden moral» «las concepciones morales fundamentales del pueblo» etcétera —fórmulas tras las cuales no hay nada más que la vieja inquina de los Padres de la Iglesia contra la sexualidad—. De la misma forma, el Tribunal Constitucional puede invocar abiertamente a las «comunidades religiosas públicas, (...) en particular a las dos grandes confesiones cristianas, de cuyas doctrinas extrae gran parte del pueblo las reglas para su comportamiento moral». Por consiguiente, las normas legales sobre el matrimonio, la anticontepción, el estupro, las relaciones con menores y demás, se ven condicionadas de tal forma que Emst-WaIter Hanack puede calificar de forma lapidaria al vigente derecho penal sobre asuntos sexuales como «en buena medida improcedente, superfluo o deshonesto». Ahora bien, en otros países europeos la situación es muy parecida; la prohibición eclesiástica del incesto o el aborto, por ejemplo, influye decisivamente en la justicia; el concepto de indecencia se extiende incluso a los matrimonios y caen las peores execraciones sobre cualquier delito de estas características; los hijos engendrados fuera del matrimonio no pueden ser legitimados ni siquiera con una boda posterior; se persigue la publicidad de los medios anticonceptivos con penas monetarias, encarcelamientos o ambas cosas; se vela por la protección del matrimonio en los hoteles y empresas turísticas; y todo ello, y algunas cosas más, en total sintonía de principios con la moral eclesiástica. Asimismo, en los EE.UU. la religión determina con extrema fuerza el derecho, sobre todo las decisiones sobre la conducta sexual, y crea ese clima hipócrita y mojigato que todavía caracteriza a los estados puritanos. Y con total independencia de la forma de justicia o injusticia dominante (que por supuesto es siempre la justicia o injusticia de los dominadores), la moral sexual tradicional sigue siendo efectiva, los tabúes continúan vigentes. Han sido inculcados demasiado profundamente en todas los estratos sociales. La permisividad y la tolerancia siguen estando perseguidas como en el pasado; moral todavía equivale en todas partes a moral sexual, incluso en Suecia. Aparte de a la teología, a la justicia, e incluso a determinadas especialidades de la medicina y la psicología, la superstición bíblica perjudica a nuestra vida sexual, y por tanto, en resumidas cuentas, a nuestra vida. No es sensato, por consiguiente, creer que el código clerical de los tabúes ha sucumbido, que la hostilidad hacia el placer ha desaparecido y la mujer se ha emancipado. De la misma manera que hoy nos divierte la camisa del monje medieval (infra), las generaciones venideras se reirán de nosotros y nuestro «amor libre»: una vida sexual que no está permitido mostrar en público, encerrada entre paredes, confinada la mayoría de las veces a la oscuridad de la noche es, como todos los negocios turbios, un climax de alegría y placer acotado por censores, regulado por leyes, amenazado por castigos, rodeado de cuchicheos, pervertido, una particular trastienda oculta durante toda la vida. De San Pablo a San Agustín, de los escolásticos a los dos desacreditados papas de la época fascista, los mayores espíritus del catolicismo han | cultivado un permanente miedo a la sexualidad, un síndrome sexual siít;| precedentes, una singular atmósfera de mojigatería y fariseísmo, de represa sión, agresiones y complejos de culpa, han envuelto con tabúes morales ySJ. exorcismos la totalidad de la vida humana, su alegría de sentir y existiré los mecanismos biológicos del placer y los arrebatos de la pasión, hart| generado sistemáticamente vergüenza y miedo, un íntimo estado de sitioí| y sistemáticamente lo han explotado; por puro afán de poder, o porque^ ellos mismos fueron víctimas y represores de aquellos instintos, porque| ellos mismos, habiendo sido atormentados, han atormentado a otros, eflE| sentido figurado o literal. Corroídos por la envidia y a la vez con premeditación calculada corrompieron en sus fieles lo más inofensivo, lo más alegre: la experiencia del placer, la vivencia del amor. La Iglesia ha pervertido casi todos los valores de la vida sexual, ha llamado al Bien mal y al Mal bien, ha sellado lo honesto como deshonesto, lo positivo como negativo. Ha impedido o dificultado la satisfacción de los deseos naturales y en cambio ha convertido en deber el cumplimiento de mandatos antinaturales, mediante la sanción de la vida eterna y las penitencias más terrenales o más extremadamente bárbaras. Ciertamente, uno puede preguntarse si todas las otras fechorías del cristianismo —la erradicación del paganismo, la matanza de judíos, la quema de herejes y brujas, las Cruzadas, las guerras de religión, el asesinato de indios y negros, así como todas las otras atrocidades (incluyendo los millones y millones de víctimas de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la larga guerra de Vietnam)—, uno tiene derecho a preguntarse, digo, si verdaderamente esta extraordinaria historia de crímenes no fue menos devastadora que la enorme mutilación moral y la viciosa educación por parte de esa iglesia cultivadora de las abstinencias, las coacciones, el odio a la sexualidad, y sobre todo si la irradiación de la opresión clerical de la sexualidad no se extiende desde la neurosis privada y la vida infeliz del individuo a las masacres de pueblos enteros, e incluso si muchas de las mayores carnicerías del cristianismo no han sido, directa o indirectamente, consecuencia de la moral. Una sociedad enferma de su propia moral sólo puede sanar, en todo caso, prescindiendo de esa moral, esto es, de su religión. Lo cual no significa que un mundo sin cristianismo tenga que estar sano, per se. Pero con el cristianismo, con la Iglesia, tiene que estar enfermo. Dos mil años son prueba más que suficiente de ello. También aquí, en fin, es válida la frase de Lichtenberg: «Desde luego yo no puedo decir si mejorará cambiando, pero al menos puedo decir que tiene que cambiar para mejorar». INTRODUCCIÓN: SEXUALIDAD SACRAL El cristianismo nos ha arrebatado el fruto de la cultura de la Antigüedad (...) FRIEDRICH NIETZSCHE Esta Historia Sexual del Cristianismo apareció por primera vez en 1974. Desde entonces ha conocido nueve ediciones y no ha perdido nada de su explosividad y vigencia: ¡más bien al contrario! En la presente edición actualizada, la décima, damos cuenta de los últimos cambios acaecidos en el seno de la Iglesia Católica. En ella aparece por primera vez una panorámica sobre el desarrollo de los distintos enfoques dados por la Iglesia Católica a la sexualidad desde el Concilio Vaticano II hasta Juan Pablo II. |
![]() | «demencia sexual» de nuestra sociedad. El rápido crecimiento del satanismo, la brujería y otros grupos ocultistas semejantes han... | ![]() | |
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