El nihilismo
hermenéutica feNomenojogía y Colección dirigida por Alejandro G. Vigo FrancoIpi1 El nihilismo . Traducción de Cristina 1. del Rosso y Alejandro G. Vigo Editorial Biblos hermenéutica fenomenología y
EDICIÓN 2005
PRESENTACIÓN
EDICIÓN 2005
PRESENTACIÓN 1
“ITINERARIUM MENTIS IN NIHILUM”. HACIA UNA HISTORIA DEL CONCEPTO Y DEL PROBLEMA 4
EL NIHILISMO EN SENTIDO SOCIAL Y POLÍTICO Y SU PROCEDENCIA FRANCESA 12
EL NIHILISMO SIN FUNDAMENTOS DE MAX STIRNER Sólo una cosa no es yana: la perfección sensual del instante. 14
NIHILISMO, ANARQUISMO, POPULISMO EN EL PENSAMIENTO RUSO 16
NIHILISMO Y DECADENCIA EN NIETZSCHE Cuando las cosas nos parecen ser sólo lo que parecen, pronto parecen ser menos aún. 18
NIHILISMO, RELATIVISMO Y DESENCANTAMII EN LA “CULTURA DE LA CRISIS” ¿Hacia ddnde va elmundo?Hu ma transitoriedad de donde 28
EL NIHILISMO ESTÉTICO-LITERARIO Los problemas metafisicos no acosan al hombre para que los resuelva, sino para que los viva. 33
EL NIHILISMO EUROPEO EN LA HISTORIA DEL SER: HEIDEGGER Y NIETZSCHE Las verdades convergen todas hacia una sola verdad —pero las rutas han sido cortadas. 37
MÁS ALLÁ DE LA LÍNEA DEL NIHILISMO: JÜNGER VERSUS HEIDEGGER Donde hay dos hay traición. 49
NIHILISMO, EXISTENCIALISMO, GNOSIS Dios es la condición trascendental de la absurdidad del universo. 54
ILISMO, TEOLOGÍA POLÍTICA, SECULARIZACI CARL SCHMITT El profano se ríe de las solucio filósofo 59
MO, POSTHISTOIRE, FIN DE LA HISTORIA La verdad está en la historia, pero la historia no es la verdad. 62
TÉCNICA Y NIHILISMO La md quina moderna es más compleja cada día, y el hombre moderno cada día más elemental. una filosofía de la tócnica 66
EL NIHILISMO EN ITALIA El hombre común yerra en Ja oscuridad, el filósofo se equivoca a la luz del día. 71
¿MÁS ALLÁ DEL NIHILISMO? 79
Es conocida la sentencia de Hegel según la cual así como el indivi 137 duo es siempre hijo de su tiempo, también la filosofía es su propio tiem Técnic y nihilismo po aprehendido en pensamientos.’ La sentencia marca, por cierto, un condicionamient histórico de la filosofía. Sin embargo, ser hijo de su 145 tiempo no equivale, sin más, a ser esclavo de él. Y la tarea propia de la filosofía no consiste, según Hegel, simplemente en replicar su tiempo sino más bien, en elevarlo al plano del concepto y, con ello, al mismo tiempo en restituir y conservar la totalidad de sentido que el tiempo ¿Más allá del njhjlismo9 mismo, más bien, ha disgregado.2 Parece, pues, que la filosofía, al refle ja su tiempo a través del pensamiento, a la vez, ya lo ha trascendido y, 16 en cierto modo, superado. Así corresponde, asimismo, a una relación filial genuina y lograda que, como tal, contiene necesariamente en sí 17 tanto el momento de la continuidad con el pasado como también el de la proyección al horizonte abierto del futuro. 191 Más allá de la dispersión casi inabarcable que parece signarlo, tam b n el pensamiento filosófico contemporáneo ha hecho justicia, a su modo, a las exigencias que derivan de la caracterización formulada por Hegel. Y, tal vez, haya que decir incluso que esa misma dispersión, que tan poco confortable suele resultar a la hora de abordarlo, debe verse, en definitiva, como un rasgo inevitable de la respuesta que el pensamiento filosófico del presente ha debido dar a la peculiar interpelación que procede de su propio tiempo. En efecto, si ha de creerse al diagnóstico más ampliamente difundido entre los propios pensadores contemporáneos, la dispersión y la fragmentación deberían verse como dos de los caracteres más reconocibles de una época signada fundamental mente por el imperio irrestricto de la tecnologìa a escala planetaria y por la crisis definitiva de los metarrelatos es decir, de los dispositivos discursivos de justificación dotados de pretensiones máximas de validez universal y destinados como tales, a proveer una VjSjÓfl de conjun to unitaria y comprensiva que hiciera Posible una instalación más o menos apacible por parte del hombre en la compleja y amenazante realidad que lo rodea En el plano estrictamente filosófico puede decirse incluso que el último intento sistemático de carácter totalizador se encuentra, precisamente en la propia filosofía hegelianacuya crisis, poco después de la muerte de Hegel, trajo consigo un agotamjno de la Voluntad especulativa y una dispersi de discursos filosóficos que, vistas las Cosas retrospectjvament al parecer no hacían sino presagiar los rasgos que iban a ser dominantes, tiempo después en la totalidad de la cultura europea No es azaroso, por tanto, que pensadores de la talla de Nietzsche y Heidegger hayan visto en el advenimiento del nihilismo el fenómeno definitorio del estado de la civilización en la época de la tecnocjeflcia bastante antes de que las formas más dramáticas de expresión del fenómeno pudieran alcanzar a desplega8 en toda su dimensión Sería, sin embargo, un enorme error Suponer que el de haber anunciado el advenimiento del nihilismo constituye un privilegio reservado tan sólo a las voces de esos dos grande5 titanes de la filosofía poshege1i Muy por el contrario, hay todo un coro, por momentos armónico y por momentos discordante de voces muy diferentes procedentes no sólo de la filosofía sino también del pensamiento Político, la literatura e incluso la teología, que, hundiéndose a veces hasta tiempos muy remotos, anticipan, acompañan o bien prolongan el inqujetafl vaticinio emanado de las gargantg gigantec5 de ambos filósofos y dan lugar así a una impresionante po1 ifonía La presente obra del profesor Franco Volpi, dedicada a la historia del concepto de nihilismo, ofrece una ayuda inmejorable a quienes quieran aprender a distinguir los matices y las resonancias que confluyen en un ciuster Sonoro que, de tan Potente, amenaza ya con volverse ensordecedor y perder así toda nitidez. Lo que Volpi —uno de los especialistas más reputados de toda Europa en el ámbito del pensamiento alemán poshege]i0 en general, y heideggei0 en partjcu1 ofrece al lector es una clara y penetrante reconstrucción de las principale5 etapas del proceso que, remedando a San Buenaventura ha caracteri zado como un itinerarjum mentis in nihj]um La reconstrucción es elaborada al hilo de la presentación de los autores y las fuentes más importantes, desde los orígenes ruso8 hasta los desarrollos más relevan tes del pensami00 Posheideggj50 pasando incluso por figuras actualmente tan Poco recordadas como la de Max Stirner o, simplemen te, tan ignorada como la de Albert Caraco por mencionar tan sólo dos
entre muchas. La amplitud del material considerado es poco menos que enciclopédica y resulta, por lo mismo, altamente sorprendente el hecho de que éste haya podido ser abarcado en un texto tan claro, tan bien articulado r de una extensión más que razonable, que combina de modo admirable la discusión de detalle con la visión panorámica. La maestría con que el autor ilustra lo esencial de cada posición considerada, a través de la selección de textos adecuados, y el impecable manejo técnico de las fuentes, generalmente leídas y traducidas desde el original, hacen que resulte difícil imaginarse una mejor introducción histórico-Crítica al conjunto de problemas centrales que se vinculan con el fenómeno del nihilismo en el pensamiento centroeuropeo contemporáneo. Lo que resulta de la reconstrucción proporcionada por Volpi es, en definitiva, una suerte de fenomenología histórica de la lógica interna que subyace en la génesis y el despliegue del pensamiento nihilista, tras la crisis de los intentos de integración totalizadora que caracterizaron el proyecto de la modernidad. Quiero agradecer al profesor Volpi, cuya amistad me honra, su generosa disposición a ceder los derechos para América Latina de la nueva edición, corregida y ampliada, de la obra, a fin de que pudiera ser publicada como el primer volumen de la nueva colección Fenomenología y Hermenéutica, cuya responsabilidad la Editorial Biblos ha querido confiarme. Le agradezco también su buena voluntad para responder mis preguntas y, sobre todo, para revisar la versión final de la traducción que realicé junto con mi esposa Cristina. Esta revisión, larga y penosa, sin duda, incluyó la confrontación de las ediciones en lengua original de prácticamente todas las obras citadas en el texto que no hubieran sido escritas en italiano, con el fin de reemplazar las ediciones italianas empleadas en la versión original del texto y de garantizar así la mayor exactitud posible de la traducción de los pasajes citados ofrecida en la versión española. Como consecuencia del reemplazo de las ediciones italianas por las originales, también la bibliografía sufrió importantes modificaciones. Finalmente, a Javier Riera, responsable de la Editorial Biblos, deseo agradecerle, una vez más, su amistad, su confianza y su enorme paciencia para afrontar las largas demoras que sufren habitualmente estos proyectos, al menos cuando caen en manos tan poco eficaces como las mías. Alejandro G. Vigo Santiago de Chile, marzo de 2005
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