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TEMA 5: LOS TEXTOS NARRATIVOS
Los textos narrativos tienen como principal finalidad contar hechos, sean reales o imaginarios, situados en un tiempo y un espacio.
Hay distintos tipos de texto que tienen como finalidad contar una historia. Podemos distinguirlos ateniéndonos a variados criterios:
Es la información pura sobre un hecho concreto. Una buena noticia debe cumplir estos requisitos: veracidad y objetividad, interés para los lectores y un lenguaje claro, conciso y correcto. El interés para los lectores viene dado por la actualidad (los hechos han de ser recientes), la proximidad (interesa más lo que ocurre en el entorno), el carácter insólito o novedoso de lo que se cuenta, la relevancia social o humana de la persona o hecho sobre el que trata, sus consecuencias, la emotividad que contenga... Incluso su carácter morboso o truculento. Se dice que la noticia –y, en particular, la entrada o lead – debe responder a las seis “W” (tomando las iniciales inglesas): ¿Quién?, ¿Qué?, ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Por qué?
Los géneros literarios clásicos son el épico-narrativo, el lírico y el dramático. A ellos hay que añadir el género didáctico-ensayístico, cuyo desarrollo fue posterior. La narrativa se llamó épica cuando los textos se componían en verso y se transmitían oralmente, aun cuando luego fuesen copiados. En cualquier caso, en toda narración literaria hemos de fijarnos en una serie de elementos cuya presencia determina la forma en que nos llega la historia:
El argumento es la sucesión de acciones, hechos o anécdotas que el narrador va contando, pero incluyendo las relaciones lógicas entre ellos. Es decir: el argumento es la historia sometida al tratamiento que el autor le da (cómo se ordenan los hechos, qué desarrollo temporal tiene, el punto de vista…). Por otra parte , acción principal y secundarias se combinan entre sí alternativamente para crear el ritmo de la narración.
El narrador ha sido creado por el autor para contar la historia. Se puede narrar una historia desde distintos puntos de vista que, en lo esencial, se ciñen a alguno de las siguientes tipos:
Hay narraciones complejas en que se combinan varios tipos de narrador, o se trata de un narrador que va cambiando su relación con la historia.
El espacio es el marco físico donde se ubican los personajes, el lugar imaginario o real donde suceden los hechos. Ateniéndose al criterio más frecuente, se puede distinguir entre espacios exteriores o abiertos e interiores o cerrados. Con frecuencia, el espacio no es un simple decorado sino que llega a determinar el comportamiento de los personajes, a reflejar el estado anímico de éstos e incluso a constituirse en eje central del relato. Puede tener valor simbólico.
La ESTRUCTURA EXTERNA del relato se corresponde con su división más evidente, tipográfica (capítulos, partes, tratados, secuencias…) y la ESTRUCTURA INTERNA tiene que ver con el orden de los acontecimientos. La estructura tradicional de un texto narrativo se corresponde con tres partes, a menudo de diferente extensión, denominadas PLANTEAMIENTO (aparecen los elementos y personajes fundamentales y se sitúan los hechos), NUDO (surge y se desarrolla el conflicto) Y DESENLACE (se resuelve la intriga). Pero no siempre aparecen las tres; es más, en fragmentos de relatos no podemos apreciarlas. De todos modos, podemos apreciar el orden de los hechos y reconocer diferentes estructuras INTERNAS narrativas:
Podemos explicar, además, otros recursos que tienen que ver con la estructura interna del relato:
Por último, si nos fijamos en el final, la estructura puede ser abierta (la acción se interrumpe antes de llegar al desenlace) o cerrada.
Los personajes son el hilo conductor de los hechos. Pueden aparecer caracterizados por sus acciones, por las relaciones que establecen con los demás, por su manera de hablar, por su indumentaria, por su nombre… También, por supuesto, mediante la descripción (prosopografía, etopeya o retrato). A veces se insertan personajes reales en la ficción narrativa.
Según su grado de participación en la historia hay personajes principales, secundarios y comparsas.
No obstante lo dicho, cabe hacer algunas observaciones: En obras relevantes y extensas, como algunas epopeyas o novelas de caballerías, los protagonistas también eran arquetipos, no evolucionaban, se comportaban siempre igual. Y en la novela contemporánea muchas veces el protagonista es un ser amorfo, prácticamente desdibujado, incluso sin nombre.
http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/sintaxis/estilodirecto_ispring/estilodirecto_ispring.swf Las voces de los personajes se dejan oír a través de los modelos de cita:
Al lector destina el autor su obra. Se trata de un receptor externo al texto que determina el proceso de creación, pues el creador tiene presente al público al que se dirige. EL NARRATARIO: Es un sujeto o colectividad concreta a quien el narrador cita explícitamente y le cuenta la historia. Es un receptor interno al relato, un artificio narrativo con el que se concreta y personaliza la historia.
Es un poema épico en verso que narra las gestas de un héroe, sus hazañas, memorables para la Humanidad. Es una de las primeras manifestaciones literarias que nos permiten conocer las civilizaciones remotas, sus héroes legendarios, mitos, leyendas y tradiciones. Nació para ser cantada y transmitida oralmente, y, en su origen, no tenía autor individual: “La Ilíada” (el héroe es Aquiles y cuenta la Guerra de Troya) y “La Odisea” (narra el regreso de Ulises a su reino, Ítaca), son dos buenos ejemplos.
Es una epopeya medieval en lengua románica (castellano, francés…). En España: “Cantar de Mío Cid”.
Es un poema en versos octosílabos, con rima asonante en los pares. En su origen (fin del s. XIV – s. XV) tenía contenido narrativo. Se dice que proviene de la división en dos de los largos versos del Cantar de Gesta. Ejemplo: “Romance de Abenámar”.
Son relatos con fin didáctico y moralizador. Pretenden servir de ejemplo al lector sobre el comportamiento humano. Sus personajes son animales que reproducen conductas de los hombres. La fábula se escribe en verso, el apólogo, en prosa. Suelen incorporar una moraleja. Ejemplos: la fábula de “La zorra y las uvas” o los cuentos de “El Conde Lucanor”, de Don Juan Manuel (siglo XIV).
Relato breve de asunto ficticio en el que puede predominar lo fantástico, lo anecdótico o lo didáctico. El cuento popular se transmitía oralmente, y por eso presenta diferentes versiones. El cuento literario es el compuesto por un autor. En realidad, las leyendas, los mitos, los apólogos… son tipos de cuento.
Es un género narrativo difícil de definir, porque presenta muchas variantes. Hoy día es el más cultivado y leído. Es más extensa que el cuento e incorpora pasajes descriptivos, diálogos, reflexiones, etc., y los personajes pueden evolucionar, aspectos que el cuento, por su concentración, no admite. Hay muchos tipos de novela: de aventuras, fantásticas, de viajes, de misterio, de terror, policíacas, de ciencia ficción, realista, psicológica, rosa… OTROS:
Relatos con un componente mágico, sobrenatural. Los mitos son relatos con protagonistas divinos o semidivinos, que otorgan un respaldo narrativo a las creencias de una comunidad. Constituyen una explicación de la creación del mundo, del origen de las cosas, del enfrentamiento eterno entre el bien y el mal, etc. Las leyendas son narraciones ficticias, a menudo de origen oral, que apelan a lo maravilloso y que aspiran a ser tomadas como verdaderas. A diferencia del mito, la leyenda se vincula con un lugar y un tiempo precisos y reales.
Textos narrativos que sólo ocasionalmente tienen valor literario, cuando están escritos con intención estética. Como ejemplos pueden servir “Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar; algunas biografías de personajes históricos, el “Diario de Ana Frank”, las “Cartas desde mi celda”, de Bécquer, las “Cartas marruecas”, de Cadalso, algunas cartas de Lord Byron, “Les liaisons dangereuses”, de Choderlos de Laclos…
La narración implica tiempo; para expresarlo, se recurre a las formas verbales y a otros procedimientos lingüísticos como adverbios, sintagmas nominales y proposiciones subordinadas con función de complemento circunstancial de tiempo: Había llegado tres días antes, cuando su hermano lo llamó desde Nueva York. Formas verbales más usuales: Si tenemos en cuenta que buena parte de las narraciones se sitúan en el pasado, el tiempo verbal predominante es el pretérito.
Por otra parte, cabe añadir que la variedad idiomática suele ser el nivel culto, con recursos literarios, en el caso del narrador; en el de los personajes, depende de su origen, estatus, situación, etc. No en vano es el lenguaje una de las mejores formas para caracterizarlos. 1 Sobre la noticia y otros géneros periodísticos encontraremos más información en la Unidad 9. |