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Historiografía Siglos XVI-XVIII De acuerdo con la «teoría de los ciclos historiográficos de Venezuela», período colonial, expuesta en Historiografía colonial de Venezuela, hemos dividido en 5 grandes ciclos la producción histórica referida a Venezuela que va desde 1498 hasta 1806; 4 siglos largos de información sobre diversas áreas del territorio nacional y sobre variados temas. Aunque la mencionada teoría está relacionada con la periodificación de la historia de Venezuela, no se incluyen en esta síntesis las discusiones sobre periodología. Tal como asentáramos en nuestra obra Historiografía colonial de Venezuela, seguimos las «fórmulas cómodas e indispensables» propuestas por León E. Halkin en su obra Iniciación de la crítica histórica, lo cual no significa, en modo alguno, ignorar las denominadas «fórmulas verdaderas» referidas a períodos, edades, corrientes, testimonios y temas. La «periodología» sigue siendo una categoría necesaria para el conocimiento histórico, a pesar de los defectos y fallas que se le quieran imputar. Generalmente, el corte de nuestro pasado histórico que tradicionalmente se denomina período colonial, se hace en 1810; pero a fin de reconstruir el proceso histórico a cabalidad es inevitable y además indispensable, analizar el mencionado período y la producción histórica del mismo, llena de una variada y rica información. No podemos relegar ésta a un segundo plano por ser necesaria para comprender mejor nuestro presente. Esto no significa que nos detengamos en el tiempo colonial, sólo que lo analicemos con los criterios apropiados. En el ayer histórico de España, y de Venezuela como colonia del imperio español en América, hay todo un sistema, todo un ordenamiento legal que incide directamente en nuestra formación sociocultural, económica, política y religiosa. El proceso histórico no debe aceptar cortes tajantes. Hay una continuidad que sin duda debe ser objeto de análisis permanente por parte de los estudiosos de las ciencias sociales. La «teoría de los ciclos» agrupa la producción histórica sobre Venezuela desde finales del siglo XV y hasta principios del XIX, que en cuanto a las dinastías españolas se refiere, abarca desde los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, hasta Carlos IV. Abrimos con Cristóbal Colón (1498), y cerramos con J.J. Dauxion Lavaysse (1806). Basados en la «fórmula cómoda» agrupamos a los cronistas coloniales por «ciclos» y «siglos», no sin plantearnos una serie de interrogantes tomando en consideración los criterios a seguir para lograr la agrupación. Los ciclos historiográficos son dinámicos. Así, pues, para elaborar la teoría analizamos varios aspectos: 1) Para elaborar los ciclos, ¿debemos tomar en cuenta las diversas escuelas del pensamiento histórico? En Venezuela las crónicas tienen una fuerte carga de los cánones historiográficos de la España medieval y de la contrarreforma. Prevalecen las concepciones de San Agustín, San Francisco y San Ignacio. No hay que olvidar que la mayoría de nuestros cronistas coloniales fueron misioneros, a excepción de Walter Raleigh, Nicolás Federmann, François Depons, Alejandro de Humboldt y J.J. Dauxion Lavaysse. 2) ¿Tomando en cuenta la caracterización de los procesos históricos, señalando fenómenos específicos? Aquí nos tropezamos con la agobiante labor de cotejo porque un cronista copia sin corregir los errores de su antecesor. José de Oviedo y Baños en su Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela sigue casi al pie de la letra a fray Pedro Simón, quien en su obra incurre en errores no corregidos por Oviedo y Baños. El caso más relevante con respecto al contenido de la obra de José Gumilla, lo encontramos en Antonio Caulín y Felipe Salvador Gilij, los 3 cronistas de la región este-sur de Venezuela. 3) ¿Tomando en cuenta el contexto histórico general de América, el regional y el europeo, estando ya inmersos en la historia universal desde el momento del descubrimiento? Este aspecto no nos permitía aglutinar debido al proceso de penetración en territorio americano en general, y venezolano en particular, por haber sido un proceso desigual. En cuanto al contexto histórico europeo, nos serviría sólo como marco referencial respecto a las corrientes historiográficas. 4) ¿Organizando las crónicas en función del proceso de implantación de misiones en Venezuela? Se puede hablar de una historiografía franciscana (Aguado, Simón, Caulín, Bueno) y de una jesuita (Gumilla y Gilij), pero ello formaría parte de la caracterización de los ciclos, en función de las concepciones religiosas de cada orden actuante en el territorio nacional. 5) ¿De acuerdo con un criterio geográfico? El cronológico se utilizó y el geográfico nos permitió organizar los ciclos en cuanto a la producción histórica regional, aun a sabiendas que un cronista del ciclo de Oriente trata sobre el Orinoco, como Caulín. Pero por la historia contenida en las crónicas y valiéndose de la cartografía procedimos a utilizar el criterio geográfico y el cronológico. En cuanto al revisionismo crítico, hay que anotar que el curso del proceso histórico no se trata en forma pareja y se produce una tremenda desarticulación histórica. Nos enfrentamos a una historia más de tipo narrativo que interpretativo lo cual nos condujo de inmediato al análisis del grado de competencia y formación del escritor, con lo cual no restamos valor a su obra. Aplicamos diversos criterios de valoración expuestos en el libro Etnografía y fuentes históricas tanto para el autor como para la obra. Tomamos en consideración además, las ediciones de las crónicas y el grado de conocimiento de los prologuistas, así como también la capacidad del traductor como en el caso de las obras de Federmann, Gilij, Raleigh, Depons, Humboldt y Dauxion Lavaysse. Los ciclos no corren parejos en relación con el acontecer histórico. No se puede hablar de una historia política, social, económica, cultural, específica; todo está mezclado en los textos. Como se señala en Historiografía colonial de Venezuela: «Hay más que todo, crónica basada en la recolección de materiales En relación con los testimonios contenidos en las fuentes, consideramos lo siguiente: 1) El análisis de la cuantía de los testimonios y cuáles serían los más representativos; 2) El exceso de testimonios que puede conducir a perder de vista la realidad histórica; y 3) El análisis de la frecuencia de los temas tratados en los testimonios. Teniendo siempre presente lo anotado, no pretendimos presentar testimonios ni tipificarlos o analizar los temas y su repetición en los textos. Ordenamos las fuentes y sólo nos detuvimos en testimonios y temas en el que denominamos Ciclo de naturalistas y viajeros para ejemplificar lo que creemos debe hacerse al analizar fuentes históricas. Los 5 ciclos son: ciclo general o primario: historiadores generales de Indias; ciclo de occidente; ciclo de oriente; ciclo del Orinoco; ciclo de naturalistas y viajeros. Ciclo general o primario: En este ciclo encontramos a los cronistas y cosmógrafos que nombraba el Consejo de Indias para «conocer de las cosas de América». La producción histórica de este primer ciclo empieza con la Carta del tercer viaje, de Cristóbal Colón y cierra con la Historia del Nuevo Mundo de Juan Bautista Muñoz. Para Venezuela, en este ciclo encontramos obras generales que informan sobre el acontecer histórico en forma sucinta. Utilizando el orden cronológico, encontramos: Siglos XV-XVI: Autor: Cristóbal Colón Obra: Carta del tercer viaje Autor: Américo Vespucio Obra: Carta del 4 de setiembre de 1504 Autor: Pedro Mártir de Anglería Obra: Décadas del Nuevo Mundo De estos 3 autores, Pedro Mártir de Anglería, cuya obra abarca de 1494 a 1526, no vino a América, no fue testigo presencial. Escribió su obra a partir de informaciones obtenidas de los descubridores y conquistadores. Humanista por excelencia, él ve al Nuevo Mundo como la expresión más pura de los ideales de la antigüedad clásica. Por ejemplo, según él, los indios estaban en la Edad de Oro, es decir, «desnudos, sin pesos ni medidas, sin el mortífero dinero, sin leyes, sin jueces calumniosos, sin libros». La información sobre Venezuela en su obra es limitada. Trata de lo siguiente: 1) Tercer viaje de Colón. Descubrimiento de Tierra Firme; 2) Obtención de perlas y salinas de Araya; 3) Descripción de la región de Cumaná; 4) Exploraciones de Alfonso Niño (Peralonso Niño); 5) Informes sobre los indios caribes y la antropofagia. Autor: Fernando o Hernando Colón Obra: Historia del Almirante don Cristóbal Colón por su hijo don Hernando Colón Autor: Girolamo Benzoni Obra: Historia del Nuevo Mundo Autor: Fray Bartolomé de Las Casas Obra: Historia de las Indias Autor: Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés Obra: Historia general y natural de las Indias Fernández de Oviedo, quien llega a América en 1514, fue cronista oficial de Indias en 1532. Su obra comienza como la de todos los cronistas generales y sobre Venezuela trae lo siguiente: 1) Descripción de la costa oriental; 2) Descripción parcial del río Orinoco; 3) Aventuras de Jerónimo Ortal; 4) Descripción de los indios aruacas; 5) Descripción de la gobernación de Venezuela, desde la capitulación de los Welser; 6) Fundación de Maracaibo; 7) Relaciones de Spira y viajes de Federmann; 8) Actuación del obispo Bastidas en Coro; 9) Expedición de Hutten. Como puede observarse, el lapso historiado va desde 1498 hasta 1546, cuando Hutten es detenido y ejecutado por Juan de Carvajal, junto con Bartolomé Welser. Autor: Francisco López de Gómara Obra: Historia general de las Indias Autor: Juan López de Velasco Obra: Geografía y descripción universal de las Indias recopilada desde el año 1571 al de 1574 Autor: Antonio de Herrera y Tordesillas Obra: Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y Tierra Firme del Mar Océano Del grupo anterior de cronistas, ninguno vino a América. López de Gómara avanza su Historia... hasta 1551, antes de que Juan de Villegas funde Nueva Segovia de Barquisimeto, en 1552. Antonio de Herrera, en sus Décadas, abarca de 1492 a 1554. Un año después, Francisco Fajardo entra en tierras de los indios caracas y funda un caserío y el puerto de El Collado. López de Velasco, lega a nuestros historiadores, economistas y geógrafos, la primera descripción geoeconómica del país. Siglo XVII: Autor: Antonio Vásquez de Espinosa Obra: Compendio y descripción de las Indias Occidentales Siglo XVIII: Autor: Juan Bautista Muñoz Obra: Historia del Nuevo Mundo Con Vásquez de Espinosa y Muñoz, se cierra la crónica general sobre el territorio venezolano. Las noticias sobre Venezuela en los cronistas generales de Indias se detienen en 1629. Queda así incompleta la información, de allí que deba ser completada con la crónica regional que conforman nuestros ciclos de occidente, oriente, del Orinoco y de naturalistas y viajeros. Además, es indispensable consultar las Relaciones geográficas de Indias, las Visitas de obispos y gobernadores, sin olvidar la consulta de fuentes de otros países latinoamericanos y la legislación americanista, como las Recopilaciones de leyes de Indias, los Cedularios indianos y otras similares. Podemos resumir las características generales de la crónica general de Indias en 9 puntos: 1) Despertar del interés etnográfico; 2) Finalidad fundamental: evangelización y asegurar el buen gobierno; 3) Elaboración de informes, relaciones o crónicas a partir de los datos proporcionados por descubridores y conquistadores; 4) Combinación de hechos bíblicos con hechos históricos y mitos de la antigüedad clásica y oriental; 5) Marcada tendencia religiosa; 6) Deformación etnohistórica; 7) Esfuerzo heurístico; 8) Crítica limitada porque los conquistadores procuraban justificar con el relato, sus propios hechos. (El mejor ejemplo de crítica al proceso descubrimiento-conquista-colonia, se encuentra en el «prólogo» que Juan Bautista Muñoz le hace a su obra.) 9) Abuso de generalizaciones y repetición de hechos por copia. Debido a la sorpresa que causó el descubrimiento de América, se produce un cambio en la historiografía europea de los siglos XV, XVI y XVII: comienza lo que podríamos llamar «historiografía del impacto de América en Europa», que se deja sentir en los imperios interesados en posesionarse de América, como Inglaterra, Holanda y Francia, fundamentalmente, y que se extiende hasta la famosa polémica del siglo XVIII, la cual comienza con las opiniones adversas sobre América de Buffon, Raynal, Cornelius De Pauw y Hegel, termina, en cierta forma, cuando Alejandro de Humboldt empieza a publicar su Cosmos, en 1845. Ciclos regionales y de naturalistas y viajeros: La crónica regional es indispensable para comprender mejor las perspectivas de un cambio no sólo en el proceso histórico americano sino también en el europeo. Por ejemplo, el problema historiográfico al estudiar la Europa de los siglos XVI y XVII, tanto en lo político como en aquello que se refiere al desarrollo intelectual o económico, reside en cómo separar los cambios atribuibles al impacto de América de aquellos que se perfilaban en el momento del descubrimiento y primeros tiempos de la conquista. El progreso de las empresas misioneras, de donde provienen la mayoría de las crónicas coloniales de Venezuela, dependía de la buena disposición y efectiva ayuda militar del poder secular, como lo reconoce el padre José de Acosta al señalar que para los misioneros el confiar en el favor de gente tan salvaje como aquella, era como pretender entablar amistad con los jabalíes y cocodrilos. Es el prejuicio de Europa frente a América, y este prejuicio es característica notable entre los cronistas misioneros. Franciscanos, capuchinos, agustinos, dominicos y jesuitas, conforman con sus obras un panorama historiográfico colonial de innegable interés para ingresar, analizándola, a la historia colonial de Venezuela. Los franciscanos se establecen en los que hoy son, grosso modo, los estados Anzoátegui, Sucre, Guárico y la región guayanesa comprendida entre los ríos Aro y Caroní; los capuchinos en Caracas, Sucre, Monagas, Maracaibo, Caroní, alto Orinoco, río Negro; los agustinos en la región occidental del país y su obra está referida especialmente a la etnohistoria de grupos indígenas tales como táchiras, capachos, jiraharas, táribas, lobateras, bailadores, mucuchíes, timotes y motilones; los dominicos en Barinas, Río Chico, desembocadura del Tuy; y los jesuitas en el área del Orinoco y Meta, desde el Aro hasta el Atures, hasta que son expulsados por Carlos III, en 1767. Con la fórmula cronológica y señalando las regiones a que se refiere el cronista, se ha logrado una ubicación geohistórica del mismo, lo cual ha dado como resultado el conocimiento de la región historiada por cada uno, así como también la repetición de lo historiado que hace que un cronista perteneciente al ciclo de occidente trate sobre oriente y viceversa. El que hubiéramos podido llamar ciclo del centro, no lo justificamos, por cuanto cronistas del occidente y oriente se refieren al proceso histórico del centro, a pesar de que Oviedo y Baños dedique parte de su obra a tratar sobre Caracas y José Luis de Cisneros, en el siglo XVIII, describa la denominada provincia de Caracas en su Descripción exacta de la provincia de Benezuela. En cada ciclo hay lo que hemos denominado cronistas básicos y cronistas complementarios. El período histórico que tratan en sus obras abarca, fundamentalmente, los siglos XVI y XVII, aunque hay abundancia de cronistas en el siglo XVIII, dentro del ciclo del Orinoco. Para completar el ciclo de occidente, agregamos cronistas de Colombia, de siglos posteriores al XVI, tales como Lucas Fernández de Piedrahita, Alonso de Zamora, Basilio Vicente de Oviedo, Antonio Julián y Felipe Salvador Gilij, por el tomo IV de su obra, en el cual se refiere a la historia natural, civil y eclesiástica de Tierra Firme, incluyendo en su apéndice, la historia y la geografía de las provincias de Cumaná, Caracas y Maracaibo. Si partimos de 1511 hasta 1786, fecha esta última en que es fundada la Real Audiencia de Caracas, partes del actual territorio de Venezuela han dependido parcialmente durante 275 años de la Real Audiencia de Santo Domingo, del obispado de Puerto Rico, de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá y del virreinato de Nueva Granada o Santa Fe. Esta dependencia tiene especial significación para la historiografía colonial de Venezuela, pues de los obispados, audiencias y virreinatos, salían visitas, relaciones, informes, etc., que incluían datos de todo tipo sobre el territorio y sus habitantes. Esto significa que es preciso consultar documentación múltiple para completar el cuadro historiográfico. |
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