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MÁS JÓVENES USAN ERECTORES PENIANOSUna actualización del estudio sobre sexualidad masculina realizado por la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides en 2006 muestra un aumento del 50% en el consumo de estimulantes sexuales en menores de 21 años. Ahora 3 de cada 10 que usan estos productos son jóvenes, mientras que en el estudio previo eran el 20%. Aconsejar a los pacientes puede resultar incómodo, pero es muy necesario.Graciela Melito y Marcelo Peretta Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides. Hidalgo 775 Buenos Aires – Argentina. E-mail: farmacia@maimonides.edu - ENE / 09. SÍNTESIS PARA DIVULGACIÓN Palabras clave
Introducción Con la creciente utilización de drogas para el tratamiento de la disfunción eréctil, los farmacéuticos son consultados asiduamente por problemas vinculados con las relaciones sexuales. Con el Tadenafil, que en París lo llaman “fin de semana” por su acción prolongada de hasta 36 horas, junto a otros inhibidores de la 5 fosfodiesterasa, como el Sildenafil o el Vardenafil, los varones disponen de alternativas que permiten encuentros sexuales reiterados, corrigiendo una actividad sexual limitada debido a problemas de disfunción eréctil. Existen numerosas alternativas (Tabla 1). Sin embargo, el uso imprudente de estas drogas pone en riesgo la salud de las personas, por lo que se requiere más atención farmacéutica. Objetivo El objetivo del presente es (i) actualizar los datos del estudio iniciado en 2006 sobre consumo exagerado e inadecuado de erectores penianos; (ii) presentar los riesgos de los medicamentos empleados para tratar la disfunción eréctil; y (iii) describir los consejos farmacéuticos básicos para su empleo racional y efectivo. Uso irracional Muchos usuarios, no enfermos, utilizan los denominados “viagras” para aumentar el hedonismo y el erotismo en sus relaciones amorosas. Este consumo social o “recreativo” se realiza con el fin de lograr mayor goce y duración en los encuentros amorosos, conseguir erecciones más rápidas o dar mayor satisfacción a la pareja; algunos lo toman por deporte, para aumentar su performance. El Sildenafil, que apareció en 1998, ocupó el puesto 75 entre los medicamentos más vendidos en Argentina durante 2006. En 2008 fue número 22. Su facturación de 20 millones de pesos anuales, sin considerar la venta marginal, constituye el 3,6% del mercado. Al año de su lanzamiento lo consumía el 0,8% de la población, a los diez años, cerca del 2,5%, un millón de personas. Su consumo no es solo entre adultos, posibles necesitados de los efectos de la droga, sino también en menores de 21 años que quieren mejorar su rendimiento sexual. Relevamiento Para considerar la evolución de los datos obtenidos en 2006, sobre hábitos de los consumidores de fármacos para la erección, entre setiembre y diciembre de 2008 se consultaron 379 farmacias (antes 418) de la Ciudad de Buenos Aires, a través de una encuesta programada coordinada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal. La encuesta dirigida al farmacéutico consideró: 1) existencia de consulta médica previa; 2) dosis más dispensada; 3) marca más solicitada; y 4) características del consumidor. Sobre el punto cuatro se pregunto cuántos pacientes, de cada 10 que solicitaban fármacos para la erección, eran menores de edad (21 años). Las opciones eran: 0, 1, 2, 3, 6 o 9. El 12% respondió 6, el 56% afirmó 3, el 27% 2, y el 5% dijo 1. Ninguno respondió 0 ni 9. Puede afirmarse que al menos 3 de cada 10 comprimidos de “viagra” los consumen menores de edad. Cincuenta por ciento más que en el estudio de 2006. La cifra podría incrementarse cuando se considera la venta marginal y sin receta en bares, boliches bailables e Internet. ¿Por qué se sobreusan? Las razones del consumo exagerado son varias. Mantener una vida sexual activa, como parte de una buena salud, es una de ellas. En el caso de los jóvenes prima el miedo a la falta de erección, principalmente la primera vez, el frecuente cambio de compañera, que impide conocerse mejor, el uso de preservativo, que suele reducir la erección, o simplemente porque se desea mostrar un performance “notable” con una nueva chica. Los sexólogos recomiendan el uso de potenciadotes sexuales para evitar el “fracaso de la primera vez”, por sus posibles consecuencias psicológicas. Contraindicaciones, interacciones y efectos secundarios Ninguno de estos productos debe ingerirse más de una vez por día y están contraindicados en quienes consumen otros nitritos recetados para problemas cardíacos, también para los que padecen hipertensión arterial y/o hiperplasia prostática benigna (Tabla 2). Sildenafil y Vardenafil además están contraindicados con todos los bloqueantes alfa-adrenérgicos como Prazosín (Minipres® Pfizer) Terazosina o Doxazosina (Cardura® Pfizer) para tratar la hipertensión arterial. Los fármacos para la disfunción eréctil interactúan con imidazoles, como el itraconazol o el ketoconazol, usados para tratar micosis dermatológicas, y con el ritonavir, usado en pacientes inmunodeprimidos. Las interacciones se pueden manejar administrando dosis más bajas a intervalos más prolongados o realizando ajustes en las dosis de los fármacos interactuantes. Estas recomendaciones se encuentran en el rótulo de cada producto. Los efectos secundarios de los erectores penianos, ordenados por su frecuencia de aparición son: hipotensión, dolor de cabeza, dolor muscular, visión anormal (borrosa / midriasis), urticaria, anemia y sordera. También podrían producir infarto por falta de irrigación cardiaca, priapismo (erección continua por más de 4 horas) o esterilidad si su consumo se realiza durante mucho tiempo, ya que se afectaría la calidad de los espermatozoides. Atención farmacéutica El asesoramiento sobre el uso correcto de estas drogas es importante, aunque puede ser incómodo tanto para los farmacéuticos como para los pacientes. La farmacia debería poseer un lugar privado o semiprivado en donde ambos, farmacéutico y paciente, se sientan cómodos, y el profesional pueda mirar a los ojos del paciente y darle consejos simples y fáciles de recordar, evitando lenguaje vulgar y complementando el asesoramiento con entrega de literatura. Se debe informar a los varones que consumen medicamentos para la disfunción que no experimentarán erección a menos que sean motivados sexualmente mediante caricias o besos. Los varones mayores de 50 años necesitarán además una estimulación sexual directa para lograr erección. La erección facilitada por estas drogas no disminuye tan rápidamente como los erguimientos normales, prolongándose de 20 a 30 minutos después de la eyaculación. Si una erección se prolonga por 4 horas o se torna dolorosa puede tratarse de priapismo. Las erecciones que no disminuyen deben tratarse como emergencias médicas, ya que pueden ocurrir daños permanentes que terminen en impotencia o esterilidad, lo que ocurriría a partir de las 6 horas de erección continua. Los casos de priapismo deben derivarse centros de emergencia. Cuando el farmacéutico aconseja a los pacientes que les recetaron medicamentos para la disfunción eréctil, debe informar que los efectos deseados de la droga ocurrirán aproximadamente 30 minutos después de haberla ingerido, y que permanecerán entre 4 o 5 horas en los casos de Sildenafil o Vardenafil, y entre 17 y 36 horas si se tomó Tadalafil (Tabla 3). Los consumidores de estas drogas deben informar a su médico potenciales signos de toxicidad como gases, dolor de cabeza y aumento de la presión arterial. Discusión La salud sexual masculina, tema rodeado de tabúes, folklore y humor que lo sumergen en la desinformación y la vergüenza, requiere de farmacéuticos informados, desinhibidos y comprometidos. Se dispensan cientos de comprimidos para la erección peniana, miles de preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual, y algunos lubricantes que favorecen las relaciones amatorias. En lugar de sentirse incómodos durante la sesión de asesoramiento, los farmacéuticos deben tener en mente que sus consejos pueden hacer la diferencia entre el buen o mal funcionamiento de los fármacos para la erección. Si bien deben ser recetados por un médico, los erectores penianos suelen consumirse sin receta y, muchas veces, se consiguen por fuera de la farmacia. Por tanto, el farmacéutico debe extremar las medidas para exigir la receta correspondiente y asesorar al paciente que deba consumirlos para evitar que estos medicamentos produzcan efectos no deseados. Conclusión Existe una variada oferta de productos farmacéuticos para mejorar la sexualidad masculina. Todos ellos requieren de un uso prescripto y controlado y de atención farmacéutica para asegurar beneficios y evitar consecuencias indeseables. Bibliografía
Tabla 1 Fuente: Manual Farmacoterapéutico, 2008. Tabla 2
Fuente: Escuela de Farmacia y Bioquímica, Universidad Maimónides. Tabla 3
Fuente: Escuela de Farmacia y Bioquímica, Universidad Maimónides. |
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