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Carta 1 Juan Rulfo1 Guadalajara, oct. de 1944 Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas; en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua. Clara: corazón, rosa, amor… Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña. Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una herida; como se va la muerte de la vida. Y la vida se llena con tu nombre: Clara, claridad esclarecida. Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se rebelara. No tendría ni así de miedo, porque sabría quién lo tomaba. Y un corazón que sabe y que presiente cuál es la mano amiga, manejada por otro corazón, no teme a nada. ¿Y qué mejor amparo tendría él, que esas tus manos, Clara? He aprendido a decir tu nombre mientras duermo. Lo he aprendido a decir entre la noche iluminada. Tres años son, Clara, como querer cortar con nuestras manos un hilito de agua. Y en esperar que pasen los tres años, el tiempo nunca pasa. Clara: Hoy me vine de ti, sostenido a tu sombra, me puse a mirar mi soledad y la encontré más sola. PROSAPOPEYA EPITETO SIMIL 1 Juan Rulfo, Aire de las colinas. Cartas a Clara, pp. 25-2 Todavía Mario Benedetti2 No lo creo todavía estás llegando a mi lado
de estrellas y de alegría palpo gusto escucho y veo
tus manos y sin embargo todavía no lo creo tu regreso tiene tanto que ver contigo y conmigo
y por las dudas lo canto nadie nunca te reemplaza y las cosas más triviales
porque estás llegando a casa sin embargo todavía dudo de esta buena suerte porque el cielo de tenerte me parece fantasía pero venís y es seguro
y por eso tu llegada hace mágico el futuro y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos
el mundo tiene sentido y si beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios
2 Mario Benedetti, Inventario, p. 172. Golpe de luna Mercé Rodoreda3 (Fragmento) “Una estrella resbaló de pronto, rayó un momento la noche y volvió de nuevo aquella gran movilidad encendida. Pero la noche declinaba, despacio y pronto emergerían las cosas, ancladas, sólidas, intactas. ¿Si huyera? ¿A dónde podría ir? Una añoranza oscura e imprecisa le hurgaba dentro y le subía pecho arriba, hacia los labios. Se pasó una mano por la cara y sintió un rastro de olor a heno y a noche de verano. Un olor que le despertaba deseos de llorar.” Dos cuerpos Octavio Paz4 Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche es desierto.i = \* MERGEFORMAT Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces en la noche enlazadas. Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche relámpago. Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío. METONINIA METAFORA 4 Octavio Paz, Libertad bajo palabra, p. 43. i = \* MERGEFORMAT Elegía. Composición en la que se lamentan los hechos dolorosos de la vida. Generalmente se compone de una serie de dos versos formados por un hexámetro y un pentámetro . Copla de pie quebrado. Combinan versos octosílabos y tetrasílabos en forma variable. Las de Manrique se componen de doce versos agrupados en dos sextillas de octosílabos (salvo: 3, 6, 9, 12, que son de cuatro). La rima es consonante: abc; El término lírica –de origen griego– alude a un género literario a través del cual el poeta expresa su vida interior. En el ámbito de esta cultura, se llamaba así a las composiciones melódicas acompañadas de la lira, instrumento musical de cuerdas atributo simbólico de Apolo, dios de la música y la poesía. Elegias de tristeza -copla de pie quebrado Copla I Recuerde el alma dormida, abive el seso y despierte, contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo después de acordado da dolor, cómo, a nuestro parescer, cualquiera tiempo passado fue mejor. Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por passado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de passar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar que es el morir: allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros, medianos y más chicos, allegados son iguales, los que biven por sus manos y los ricos. 2. Lee el poema. Oda a la vida retirada Fray Luis de León12 ¡Qué –des-can-sa-da –vi-da 8 La- del -que –hu-ye el –mun-da-nal –rui-do y- si-gue -la es-con-di-da sen-da,- por- don-de- han- i-do los- po-cos –sa-bios –que- en -el mun-do han si-do; que -no -le en-tur-bia el- pe-cho de –los- so-ver-bios –gran-des -el –es-ta-do, ni -del –do-ra-do- te-cho se ad-mi-ra, fa-bri-ca-do del sabio Moro, en jaspes sustentado! No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si, en busca deste viento, ando desalentado, con ansias vivas, con mortal cuidado? ¡Oh monte, oh fuente, oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso!, roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no corrompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo de a quien la sangre ensalza, o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves, de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo; gozar quiero del bien que debo al cielo, A solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Del monte en la ladera, por mi mano plantado, tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto; y, como codiciosa por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura; y, luego sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea y ofrece mil olores al sentido; los árboles menea con un manso rüido, que del oro y del cetro pone olvido. Ténganse su tesoro los que de un falso leño se confían; no es mío ver el lloro de lo que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no tiene airada. Y mientras miserablemente se están los otros abrasando con sed insaciable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando; a la sombra tendido, de hiedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado. Comenten acerca de: la forma de vivir que desea, la relación que tiene con la naturaleza, lo que piensa R= quiere vivir en plena paz en comunión con Dios a través de la naturaleza quiere olvidarse del rencor de las envidias de todo lo malo de su mal pasado que tuvo quiere vivir apartado y ser feliz así. 4. ¿ Cómo te gustaría vivir a ti ?R= me gustaría vivir como el alejada de todas las cosas malas apartada disfrutar de la naturaleza y no saber nada de los problemas pero he aprendido algo muy importante los problemas se hicieron para enfrentarse y aprender un poco mas de la vida y ser siempre fuerte no dejarse vencer por nada ni nadie A Don Francisco de Quevedo Luis de Góngora13 Anacreonte español no hay quien os tope, que no diga con mucha cortesía, que ya que vuestros pies son de elegía, que vuestras suavidades son de arrope. ¿No imitaréis al terenciano Lope, que al de Belerofonte cada día sobre zuecos de cómica poesía se calza espuelas, y le da un galope? Con cuidado especial vuestros antojos dicen que quieren traducir al griego, no habiéndolo mirado vuestros ojos. Prestádselos un rato a mi ojo ciego, porque a luz saque ciertos versos flojos, y entenderéis cualquier gregüesco luego. Oda a la vida retirada Fray Luis de León ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido y sigue la escondida |
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