descargar 22.02 Kb.
|
FATAL ESTE NARRAJE. http://youtu.be/BtIGxk13q_Y Como siempre, el gran Sabina y sus recitales. Todo un lujo para los oídos. No va, ni con segundas, ni con primeras; tan solo una poesía, que me ha gustado. Como casi siempre, la diplomacia es una gran arma, casi invencible e invisible; la cual todo lo arrasa. Tenemos en la comarca, un gran diplomático, uno de tantos que ganan, este pretende ganar absorbiendo los corazones partíos. Comencemos pues…………….. Este cafelito, que ahora y a estas horas tomo, va por ustedes. Dueños y señores de la noche. Trasnochadores de sueños al infinito, Con un rejón de castigo, Empiezo esta noche, a surcar los mares, Mares de sentimientos rotos, Lobo solitario, que aúlla a una luna, Casi llena, en tiempo tardío. Vísperas de mi aniversario, cuando nací; De vientre de hembra expulsado, Rabiándole a la vida, con llantos. Quebrantos que percibí al nacer. Aun no te conocía, Era demasiado pronto, para nuestro encuentro. Fue pasando el tiempo, pasando y pasando. Los años, también pasaron, Heme, que hoy me encuentro aquí. Con el paso de los minutos, A través de los años, Días olvidados y otros no encajados, Conseguí vivir, a la naturaleza del ser humano. Tuve suerte, mantengo mi ignorancia intacta. Nuestro hombre de hoy, diplomático donde los haya, Psicoanalista, ilustrado por libros de paja, Caminante sin camino, La vereda le viene larga. Incrustado en su mundo, Un mundo, que ha creado para sí mismo. Para él, todo vale; él pone el precio. Es locuaz, a la vez que tirano, Nunca será poeta, solo sabe, ahuyentar a las palomas, Les quita el plumaje, Come manjares exquisitos. Este personajillo, es un corre ve y dile, De una bella dama, casada con lo exquisito. Terminado el preludio, empecemos a meter caña, a estos versos que quiero compartir contigo. Va por ti, amada mía. Con una mueca de simpatía, Tirando a una sonrisa forzada, me has dejado. No sé, si esto ha sido un adiós, un hasta pronto te quiero, O un, hasta siempre, nos vemos. Dentro de tus ojos, he mirado, Brillaban como diamantes, Vacios y sin mensaje, No he logrado, dejar que me hablen. Asustadiza, como un pájaro silvestre, en una jaula; Temerosa de ti misma, Tus penas, mis penas, Tu vacio, en mis oquedades perpetuas, Sin coraje, no guardo la ira del cobarde. Triste, desolada por los instantes, Que pudiste ser bandolera, y fracasaste. Presencia que no intriga, A la vez, es salvaje. Tiramisú agridulce, Noches vacías de verdades. No espero, que entiendas esta carta, Torpe de estrofas a raudales. Cupido alzó su arco, Con un dardo envenenado, Mirando a un cielo despejado, Y nubes de algodones a lo alto. Parecía un troyano, ¡so cabrón! ¿Por qué no fallaste? Herido mi corazón, tuve que soportar el lastre, Que me dejaste. Un escarabajo pelotero, Ronea con una Barbie, Blanca como la nácar, Con profundidad de campo adorable, A lo lejos, con una falda de lino, Y camisa de tirantes, Contonea su cuerpo frágil. Entre el eno y el trigo danza, ¡A saber de donde llegaste! Panzas redondas e hinchadas, Pasean los infantes, Entre estiércol de mula vieja, Y pacientes buitres, en ramajes. Killo, conviví contigo largo tiempo, No me defraudaste, en ese tiempo finito, Con alegrías y sin baches. A pensar llegué, que no eras un malaje. Comiste de mi plato, Compartimos gazpachos calientes, Eras mi amigo, eso pensaba. Ya nada vale, me defraudaste. Sé bien que la verás pronto, Bien estoy enterado, de tu tramaje. El léxico que empleas, Vulgar y sin contrastes, Caín, reencarnado, en una funda de fraile. ¿La quieres para un rato, o acaso como amante? No la toques, no la mires, No le hables, ni confundas. Con esas tus frases, tan loables. Tuve en mi vida mujeres, Las que no puedes imaginarte. Con todas jugué, a ninguna traicioné, Yo cuento verdades. Ahora, en el presente de este instante, Tengo amigas amables, Y señoritas, que se quieren burlar. Amigas de todas las horas, Tengo cuatro muy amables, La primera, es como el rocío mañanero, Le das calor y se deshace. Segunda que le sigue, Desmorónese al tocarle. Sigue la otra, ya es tercera, Con empuje y sin aguante. Omito la cuarta, porque no viene a cuento de nadie. Mi primera mujer, fue puta, La segunda un desastre, La tercera caduca dentro de poco Y la cuarta, no se hace. Mariposas, que no van con nadie. Amapolas mecidas por el viento, de levante. Dulces surtidos, para los amantes. Penurias matadas, con mermelada y pan de antes. Robaste, este corazón dolido, De flechas lanzadas al vuelo, Por no sé qué ignorante. ¿Un angelito bueno? ¡Un desastre, es un desastre! ¿Qué me unto en esta herida? Para quitarme los males, De sombras escondidas, Siempre esperando el ataque. Le pongo título a esto, y me fumo, un cigarrito. Es tarde, la cama de bohemio, necesita un inquilino; para mullirse con Morfeo, en compás interminable. |