Carolyn Cuellar
SPAN 4800.60
Dra. Grisel Maduro
Otoño 2013
Rubén Darío, nacido en Nicaragua, es considerado el fundador de estética modernista en finales del siglo 19 y principios del siglo 20. El siglo 19 es transgresor, una época de mucho cambio y en esta época Rubén Darío rompe los cánones literarios del siglo convulsionado. El erotismo es tema central de mucha de la poesía de Rubén Darío y por resultado es visto tener una visión erótica del mundo. Los poemas de Rubén Darío son representativos de la cosmovisión erótica del poeta que señala que el erotismo no se limita o agota en el deseo sexual sino como nostalgia de transcendencia del éxtasis erótico.
Hablar del erotismo en la literatura hispanoamericana no es nada nuevo porque el erotismo existe desde el principio de la humanidad. En Cantar del cantar, del viejo testamento, un texto antiquísimo, notamos un lenguaje sumamente erótico, sensual y metáforas de caracteres sexual. El erotismo es intrínseco a la sensibilidad humana, una manifestación cultural que es parte de la humanidad, parte inherente al ser humano. En el plano literario encontramos que se puede hacer estudios analíticos del llamado discurso erótico por los temas eróticos desde la antigüedad hasta hoy. Lo erótico se relaciona con sensualidad con apetito sexual, quiere decir que puede alterar el apetito sexual pero, también es importante saber que lo erótico es un concepto cultural, que depende de la época del contexto histórico y social.
Prosas profanas de Rubén Darío en 1896 se refiere a lo que no es sagrado, contario a lo que es sacro, devino; sacro implica veneración de lo divino. Simplemente el titulo de sus poesías en Prosas profanos, profano siendo algo que no está vista aceptable de normas sociales, vemos que Rubén Darío profana las ideas tradicionales sobre el amor y el erotismo como en el soneto clásico “Mía”. Rubén Darío, un poeta mundano, usa elementos eróticos para expresar el deseo sexual como en la siguiente cita “¿Qué más harmonía? Mía: luz del día; Mía: rosas, llamas.”(2-4) La “harmonía” en el poema se refiere a lo que es el modernismo. El uso de las palabras como “luz del día”, que discutimos, significa el conocimiento en el cual hay asociaciones con inteligencia y poder, esto implica que lo erótico es asociado al poder divino, espiritual e intelectual. El erotismo femenino es evidente cuando Mía es descrita como llamas que es una metáfora de pasión, igualmente como rosas que son la belleza, perfección. Como esta explícitamente indicado en la siguiente cita “Tu sexo fundiste con mi sexo fuerte, fundiendo dos bronces” (9) que es decir su sexo “abierto” y fundiste es decir “unir” con el sexo fuerte, androcéntrico, entonces esta cita habla de la unión sexual femenino y masculino. La tercer estrofa es muy interesante porque incorpora el cuerpo y el espíritu diciendo “Yo, triste; tu triste… ¿No has de ser entonces, Mía hasta la muerte?”(11-13). Está hablando de la mujer como objeto sexual del hombre, no solo por vida sino por una eternidad que va en contra de las normas sociales, y esas normas sociales rendidas por una ética burguesa bien prejuiciada. Lo erótico en nuestra sociedad que es sumamente regularizada, solo es aceptado cuando es privado, basada en un mundo occidental, matizada no solamente en unas normas éticas pero morales y principios religiosos. Entonces, lo que podría hacer erótico es aceptado socialmente siempre y cuando guarde unas reglas sociales establecidas por una moralidad institucionalizada que también depende del contexto.
Las tres formas de erotismo son vistas en la poesía de Rubén Darío; los cuerpos, los corazones y el erotismo sagrado que se funda con la búsqueda, con el amor de Dios. Pero las tres formas son profanas según instituciones académicas las cuales son dominadas por civiles y religiosos; dictada por los valores burgueses. En el poema “La Negra Dominga” Rubén Darío escribe usando la concepción judeocristiano sobre la mujer prostituta que está otorgando su cuerpo, igualmente usando la mujer prostituta como transgresor en el discurso erótico. Por ejemplo, en la siguiente cita “y en su boca, que basa y que muerde,” (5,6) el uso de la violencia es evidentemente asociado con el deseo sexual y el placer en este poema, representando de forma natural el erotismo. La mujer es descrita como demonio “fuegos tiene que Venus alaba y envidiara la reina de Saba” (10,11) pero deseado en ese retrato de lo erótico como transgresión y expresión de lo prohibido.
La sacralización de lo profano y profanación de lo sagrado en el tratamiento del erotismo es explícitamente visto en el poema de Rubén Darío “ITE, MISSA EST”. El titulo son palabras que son dichas para concluir la misa, desde un principio se nota la secularización del mundo religioso en asociar la práctica erótica con la religión. Habla de la adoración de una sonámbula, el deseo sexual de la noche “virgen como la nieve y honda como la mar; su espíritu es la hostia de mi amorosa misa” (2,3). El mar se asocia con pasiones, el mar es profundo, tormentosa, palabras religiosas como virgen, espíritu, hostia y misa son asociaciones que transgreden. El uso de sintagmas eróticos con sintagmas religiosas enfatiza el erotismo como acto de transformación y liberación del ser humano. “en ella hay la sagrada frecuencia del altar” (6) la mujer pecadora comparada con la virgen María y la menstruación comparada con la sangre del altar se asocian con la profanación de lo sagrado. “apagare la llama de la vestal intacta! Y la faunesa antigua me rugirá de amor!”(13,14) ya le quito la virginidad, y ha experimentado el acto de satisfacción. En su poesía, Rubén Darío demuestra como la erotización trastoca niveles sacros y disminuye la ideología burguesa para poder aceptar el erotismo como acto sensual y sensual como positivo. |