La poesía épica. La épica o epopeya relata las empresas bélicas o gestas de héroes o personajes míticos.
Es uno de los primeros géneros literarios, pues la mayoría de los pueblos cuentan en su tradición con un gran poema épico que narra las aventuras del héroe nacional, que a menudo es un símbolo nacional.
Inicialmente era de carácter oral y no tenía un autor único, sino que era un conglomerado de poemas que los rapsodas cantaban probablemente con acompañamiento musical ante un público e iban transformando colectivamente.
Llegó un momento en que esos cantos fueron puestos por escrito por uno o varios autores que les dieron un tono más homogéneo: ése es el caso de las dos grandes epopeyas griegas: La Ilíada y La Odisea, atribuidas a Homero, que fueron las que más influyeron en la épica romana y luego en toda la literatura occidental.
A partir de ese momento empezó a llamarse épica culta y se convirtió en una poesía de autor que sin embargo mantenía los antiguos patrones: el tono glorioso y solemne y los clichés o frases hechas (como llamar siempre a cada personaje con los mismos epítetos: “Aquiles el de los pies ligeros...” “Apolo el que hiere de lejos...”).
La versificación griega y romana se caracterizaba por un ritmo determinado debido a la sucesión regular de sílabas largas y breves. La poesía épica solía escribirse en hexámetros (sucesiones de sílabas largas o dos breves).
Al contacto con las obras maestras helénicas, los romanos desarrollaron su talento y produjeron obras literarias originales. El gran creador de la épica latina fue Virgilio, considerado el poeta nacional romano, y su obra fue La Eneida.
Características de Virgilio:
En su obra La Eneida glorifica a la familia de los Julios (la del emperador Octavio Augusto), entroncándolos con antepasados troyanos, en particular con Iulo, hijo de Eneas y, por tanto, con Marte y Venus.
La Eneida es el gran poema nacional romano: Ensalza sus orígenes y su glorioso destino. Sirvió para desarrollar un sentimiento de superioridad respecto a los demás pueblos.
Imita la obra de Homero: se desarrolla en doce libros, seis recuerdan la Odisea por sus viajes, peripecias y aventuras y seis la Ilíada, por sus episodios guerreros.
Se presenta el tema de la predestinación: Eneas es un hombre prisionero de su deber, la fundación de Roma, y Roma existirá porque los dioses lo han querido, y su glorioso destino también es la voluntad de los dioses.
Tiene como grandes ejes temáticos: las hazañas, Troya, el viaje, el sufrimiento, el destino, el amor, los dioses, el linaje,... Roma.
Características de Ovidio:
Su obra principal son Las Metamorfosis. Perteneciente a la alta sociedad, se dedicó a la carrera judicial, pero le faltaba vocación y acabó entregándose a la literatura, su verdadera pasión.
Vivió en una sociedad frívola y con sus poemas se convirtió en un cronista de dicha sociedad, describiendo amores mundanos. Tuvo mucho éxito en la sociedad de la época debido a su espíritu amable y a su talento.
Fue uno de los mejores poetas latino y su obra es conocida sobre todo por sus poemas eróticos o de tono mitológico.
Sin embargo, fue desterrado por orden del emperador Augusto lejos de Italia, a orillas del Mar Negro, a una tierra de clima duro, gente inculta y sin los refinamientos de la metrópolis y allí escribió obras más tristes, elegías en las que lamentaba su situación y solicitaba el perdón, pero murió en el destierro sin haber conseguido el perdón.
Entre sus obras tenemos:
Poemas erótico- amorosos.
LAS METAMORFOSIS: Su obra maestra. A lo largo de quince libros nos presenta una amplia colección de mitos en los que el denominador común son las metamorfosis o transformaciones en vegetales, animales, etc.., que por voluntad de los dioses sufrieron distintos héroes o heroínas de la mitología. Según Ovidio el amor es el gran protagonista y la fuente de transformación y nos presenta unos versos llenos de imágenes brillantes, ingeniosas y pintorescas.
Empiezan las transformaciones con el Caos y el relato de las cuatro edades del mundo en donde se manifiestan los amores de los dioses, a continuación se narran los amores entre mortales y culmina ya en el ámbito romano con la muerte de Julio César, exaltado y divinizado, y transformado en constelación.
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