Diego Alejandro Pava Mejía
          Pedro Páramo de Juan Rulfo: Un encuentro de voces
La obra es la reconstrucción de la identidad mexicana previa a la revolución mediante voces.
El autor da consciencia al personaje convirtiéndolo en humano en vez de ficción. No existe intervención subjetiva del narrador, cada personaje tiene un estilo y opinión. Oír al personaje muestra su interior y exterior.
La relación entre Pedro y Juan se da en la forma de morir. Se describe la sangre de Pedro como fría, la misma característica que Juan sentía al morir. Ambos abandonan la esperanza y esperan la muerte. El cambio de nombre a apodo, muestra una transformación en la praxis: Inocencio – Saltaperico. Los tres más importantes son: Pedro, Juan y Susana por su protagonismo de autoconsciencia. Por ello no se percibe una opinión del autor sino varias visiones con diferentes estilos y carácter propio Los nombres son lo más importante. Se ve la preocupación de Rulfo por la identidad mexicana prehispánica al utilizar nombres en náhtuatl: Tilcuate= Víbora. La simbología de los mismos: Pedro=Piedra, Páramo=inhabitado, frío. Los personajes surgen y buscan su definición a través de su propio discurso. Estos son: Abundio, Eduviges, Miguel, Damiana, Fulgor y Dorotea. El estilo de cada voz depende de: Su nombre simbólico, narración de eventos ajenos desde su perspectiva, es escaso el anonimato y se tiende a marcar su propio perfil psicológico. En la obra existen tres tipos de voces: los inconformes con el cacique, los resistentes a su poder y los revolucionarios. Todos personajes individuales que conforman una totalidad: Comala.
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