UNA POESÍA PARA CADA DÍA Podemos elegir entre dos modelos, en el modelo 1 (más indicado para 2º y 3º ciclo), leeremos por semanas poesías de un autor determinado, en el modelo 2(más apropiado para 1º ciclo), leeremos poesías de la antología lírica infantil.
Se propone también un pequeño juego: durante el tiempo de puesta en práctica de la propuesta, de cada poesía se pueden extraer un par de versos que servirán de “contraseña” (o con el paso de los días intentad que se inventen pareados o pequeñas estrofas). Esa contraseña puede ser utilizada en momentos concretos del día: entrar o salir de clase, salir al recreo, ir al baño, etc. MODELO 1 FEDERICO GARCÍA LORCA Tan, tan Tan, tan.
¿Quién es?
El otoño otra vez.
¿Qué quiere el otoño?
El frescor de tu sien.
No te lo quiero dar.
Yo te lo quiero quitar. Tan, tan.
¿Quién es?
El otoño otra vez. El lagarto está llorando El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
su anillo de desposados. ¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado! Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros. El sol, capitán redondo,
lleva su chaleco de raso. ¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos! ¡Ay cómo lloran y lloran,
¡ay!¡!ay! cómo están llorando! CAMPO El cielo es de ceniza.
Los árboles son blancos,
y son negros carbones
los rastrojos quemados. Tiene sangre reseca
la herida del Ocaso,
y el papel incoloro
del monte, está arrugado. El polvo del camino
se esconde en los barrancos.
Están las fuentes turbias
y quietos los remansos. Suena en un gris rojizo
la esquila del rebaño,
y la noria materna
acabó su rosario. El cielo es de ceniza.
Los árboles son blancos.
¡ADIÓS SOL! ¡Adiós sol! Bien sé que eres la luna,
pero yo
no lo diré a nadie,
sol. Te ocultas
detrás del telón
y disfrazas tu rostro
con polvos de arroz. De día, la guitarra
del labrador;
de noche, la mandolina
del Pierrot. ¡Qué más da!
Tu ilusión
es crear el jardín
multicolor.
¡Adiós, sol! No olvides lo que te
ama
el caracol,
la viejecilla
del balcón,
y yo…
que juego al trompo con mi…
corazón.
MARGARITA Si me voy, te quiero más.
Si no me quedo, igual te quiero. Tu corazón es mi casa
y mi corazón tu huerto. Yo tengo cuatro palomas,
cuatro palomas tengo. Mi corazón es tu casa
¡y tu corazón mi huerto!
RAFAEL ALBERTI El mar muerto
I
Mañanita fría. ¡Se ha muerto el mar!
La nave que yo tenía ya no podrá navegar.
-Mañanita fría, ¿lo amortajarán?
-Los pueblos de tu ribera -naranja del mediodía-, entre laureles y olivas.
-Mañanita fría, ¿quién lo enterrará?
-Marinero, tres estrellas muy dulces: las Tres Marías.
II
No sabe que ha muerto el mar la esquila de los tranvías -tirintín- de la ciudad.
No lo sabe nadie, nadie. ¡Mejor, si nadie lo sabe!
Ni tú, joven vaquerillo, que llevas tus dos vaquitas tan de mañana a ordeñar.
No lo sabe nadie, nadie. ¡Mejor, si nadie lo sabe!
La niña que se va al mar
¡Qué blanca lleva la falda la niña que se va al mar!
¡Ay niña, no te la manche la tinta del calamar!
¡Qué blancas tus manos, niña, que te vas sin suspirar!
¡Ay niña, no te las manche la tinta del calamar!
¡Qué blanco tu corazón y qué blanco tu mirar!
¡Ay niña, no te los manche la tinta del calamar!
LXXV Balada del andaluz perdido
Perdido está el andaluz del otro lado del río. -Río, tú que lo conoces: ¿quién es y por qué se vino? Vería los olivares cerca tal vez de otro río. -Río, tú que lo conoces: ¿qué hace siempre junto al río? Vería el odio, la guerra, cerca tal vez de otro río. -Río, tú que lo conoces: ¿qué hace solo junto al río? Veo su rancho de adobe del otro lado del río. No veo los olivares del otro lado del río. Sólo caballos, caballos, caballos solos, perdidos. ¡Soledad de un andaluz del otro lado del río! ¿Qué hará solo ese andaluz del otro lado del río?
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA Se equivocó la paloma. Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío; que la calor, la nevada. Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa; que tu corazón, su casa. Se equivocaba.
Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama. SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento una vela! GLORIA FUERTES EN MI JARDÍN Sobre el césped los árboles me hablan del divino poema del silencio. La noche me sorprende sin sonrisas, revolviendo en mi alma los recuerdos.
* * *
¡Viento! ¡oye! ¡espera! ¡no te vayas! ¿De parte de quién es? ¿Quién dijo eso? Besos que yo esperé, tú me has dejado en el ala dorada de mi pelo.
¡No te vayas! ¡alegra más mis flores! Y sé, tú, viento amigo mensajero; contéstale diciendo que me viste, con el libro de siempre entre los dedos.
Al marcharte, enciende las estrellas, se han llevado la luz, y apenas veo, y sé, viento, enfermo de mi alma; y llévale esta «cita» en raudo vuelo.
...Y el viento me acaricia dulcemente, y se marcha insensible a mi deseo... DOÑA PITO PITURRA Doña Pito Piturra Tiene unos guantes, Doña Pito Piturra Muy elegantes.
Doña Pito Piturra Tiene un sombrero, Doña Pito Piturra Con un plumero.
Doña Pito Piturra Tiene un zapato, Doña Pito Piturra Le viene ancho.
Doña Pito Piturra Tiene toquillas, Doña Pito Piturra Con tres polillas.
Doña Pito Piturra Tiene unos guantes, Doña Pito Piturra Le están muy grandes.
Doña Pito Piturra Tiene unos guantes, Doña Pito Piturra ¡lo he dicho antes! EL DENTISTA EN LA SELVA Por la mañana
El dentista de la selva Trabajó intensamente Con un feroche cliente.
Era el rey de la jungla, Era un león imponente, Con colmillos careados Y que le faltaba un diente.
Por la tarde
Y dijo el doctor dentista A su enfermera reciente: -pon el cartel en la choza, no recibo más pacientes, ha venido un cocodrilo que tiene más de cien dientes. PIENSO MESA Y DIGO SILLA Pienso mesa y digo silla, Compro pan y me lo dejo, Lo que aprendo se me olvida, Lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo; Y el mendigo en el alero, El pez vuela por la sala El toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias Pasa un río, pasa un ciervo, Pasa un rebaño de santas, Pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto Hay un puente muy pequeño, Y por él no pasa nada, Lo que pasa es que te quiero. CANGURA PARA TODO
(Fragmento)
Sonó el timbre. El señor abrió la puerta. La escalera estaba muy oscura. Alguien, con un pañuelo atado a la cabeza, el entregó una tarjeta que decía:
"Se ofrece cangura muy domesticada para doméstica".
-Pase, por favor; llevamos un mes como locos sin niñera ni cocinera. Siéntese. El señor abrió de par en par la ventana y de par en par los ojos.
Ante él tenía un canguro imponente.
-¡Pero bueno! ¿Pero como? ¿Pero cómo ha llegado usted aquí?
-Pues saltando, saltando, un día di un salto tan grande que me salté el mar.
-¡Clo! ¡Clo!- el señor parecía que iba a poner un huevo, pero era que llamaba a su esposa, que se llamaba Dulce Mariana Clotilde del Carmen, pero él, para abreviar, la llamaba Clo.
Apareció Clo y desapareció al mismo tiempo gritando: -¡Dios mío, hay un canguro en el sofá! ¡Un canguro! -Cangura, señora, cangura, soy niña- aclaró el animalito estrando sus orejas y lamiéndose las manos. -¡ven, Clo! Ten confianza... Volvió a aparecer Clo muerta de asombro. -Mírala bien, parece limpia y espabilada, además a los niños les gustará. Yo creo que conviene que se quede en casa. Clo, la señora, miraba a la cangura de reojo, tragando saliva... ¿Cuál es su nombre?- preguntó por preguntarle algo. -Marsupiana, parra servirles. Y la cangura se quedó en casa para servirles.
RUBÉN DARÍO
SONATINA
(Fragmento 1)
La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave de oro; y en un vaso olvidado se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión.
(Fragmento 2)
¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, ]o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
(Fragmento 3)
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
(Fragmento 4)
¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) más brillante que el alba, más hermoso que abril!
¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina, en caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte , a encenderte los labios con su beso de amor! La última sesión la podemos dedicar a leer este último poema entero. MODELO 2 1-EL CAPITÁN -Madre, ya tengo mi barco
y tengo mi tripulación:
velero de cuatro palos,
marineros de cartón. Mañana por la mañana,
cuando se levante el sol,
me iré mandando en mi barco
mi brava tripulación. -¡ay, mi niño, no te vayas,
tan pequeñito hasta el mar!
Mira que es triste la noche
sobre tanta soledad.
-¿Y quién velará tu sueño?
-Las estrellas velarán.
-¿Y quién cantará en tu lecho?
-Las sirenas cantarán. Prepara pronto mi gorra.
¡Mi gorra de capitán!
Que la blusa marinera
la abandoné junto al mar Ricardo E. Pose
2-CANCIONCILLA SEVILLANA Amanecía
en el naranjal.
Abejitas de oro
buscaban la miel. ¿Dónde estará
la miel? Está en la flor azul,
Isabel.
En la flor
del romero aquél. (Sillita de oro
para el moro.
Silla de oropel
para su mujer.) Amanecía
en el naranjal. F. García Lorca 3-DONDIEGO SIN DON Dondiego no tiene don
Don
Don Dondiego
de nieve y de fuego.
Don, din, don,
que no tienes don. Ábrete de noche,
ciérrate de día,
cuida no te corte
quien te cortaría,
pues no tienes don. Don Diego,
que al sol estás ciego.
Don, din, don,
que no tienes don. Rafael Alberti 4-NOVIA DEL CAMPO, AMAPOLA Novia del campo, amapola,
que estás abierta en el trigo;
amapolita, amapola,
¿te quieres casar conmigo?
Te daré toda mi alma,
tendrás agua y tendrán pan.
Te daré toda mi alma,
toda mi alma de galán.
Tendrás una casa pobre,
yo te querré como a un niño,
tendrás una casa pobre
llena de sol y cariño.
Yo te labraré tu campo,
tu irás por agua a la fuente,
yo te regaré tu campo
con el sudor de mi frente.
Amapola del camino,
roja como un corazón,
yo te haré cantar al son
de la rueda del molino;
yo te haré cantar, y al son
de la rueda dolorida
te abriré mi corazón,
¡amapola de mi vida!
Novia del campo amapola,
que estás abierta en el trigo;
amapolita, amapola,
¿te quieres casar conmigo? Juan R. Jiménez 5-TODO EN SU SITIO Los lobos, en el monte;
los pollitos, en el corral;
los peces, en el agua;
los barcos, en el mar. Los monos, en el árbol;
la paja, en el pajar;
el higo está en la higuera:
la uva, en el parral. El padre, trabajando;
la madre, en el hogar;
ya todo está en su sitio,
ya todo en su lugar. Los niños en la escuela,
y los patos a volar.
“¡Cua, cua, cua…!” Gloria Fuertes 6-CANCIÓN DE MAITINA A la orilla del mar
busco un pez colorado,
como soy chiquitina
se me escapan las manos. Se me escapan las manos,
se me van con la luna,
y las olas que saltan
me salpican espuma. Me salpican de espuma
y el vestido me mojan.
A la orilla del mar,
¡cómo saltan las olas! ¡Cómo saltan las olas!
¡Cómo llegan saltando!
Con la ola más grande
viene un pez colorado. Viene un pez colorado,
yo no puedo cogerlo,
como soy chiquitina
se me rompen los dedos. Luis Felipe Vivanco 7-POR JUGAR Por jugar
la luna tira cristales
en el mar. Por jugar vino la niebla,
le puso su delantal.
-Si quieres seguir brillando,
el cielo habrás de limpiar. La luna, como es tan limpia,
no dejaba de frotar.
Limpia que limpia que limpia,
hasta que volvió a brillar. Por jugar,
todos los peces querían
cristales de luna y sal.
Cristales les dio la luna
a los peces de la mar. Si fuera luna y tú mar,
cristales de amor te diera,
por jugar. Concha Lagos 8-RONDA DEL ZAPATERO Tipi-tape, tipi-tape,
tipi-tape, tipitón,
tipi-tape, zape-zape,
zapatero remendón. Tipi-tape todo el día,
todo el año tipitón,
tipi-tape, macha-macha,
machacando en tu rincón. Tipi-tape en tu banqueta,
tipi-tape, tipitón,
tipitón con tu martillo
macha-macha-machacón. ¡Ay, tus suelas, zapa-zapa,
zapatero remendón;
ay tus suelas, tipi-tape,
duran menos que el cartón! Tipi-tape, tipi-tape,
tipi-tape, tipitón. Germán Berdiales 9-EL BURRO Y LA ESCUELA Una y una, dos.
Dos y una, seis.
El pobre burrito
cantaba al revés. -¡No se lo sabe! -Si me lo sé. -¡Usted nunca estudia!
Dígame por qué. -Cuando voy a casa
no puedo estudiar;
mi amo es muy pobre,
hay que trabajar. Trabajo en la noria
todo el santo día.
¡No me llame burro,
profesora mía! Gloria Fuertes 10-LA TIJERA DE MAMÁ Cuando me recorta el pelo
la tijera de mamá,
va diciendo en su revuelo:
chiqui-chiqui, chiqui-cha… Aletea,
viene y va
y a mi oído cuchichea:
chiqui-chiqui, chiqui-cha… Cuando el pelo me recorta
la tijera de mamá,
charla más de lo que corta:
chiqui-chiqui, chiqui-cha… Germán Berdiales 11-CUENTO Érase una vez,
un lobito bueno,
al que maltrataban
todos los corderos. Y había, también,
un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado. Todas estas cosas
había, una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés. José Agustín Goytisolo
12-EL SEÑOR RELOJ Se calzó las botas
el señor reloj.
Se calzó las botas
para andar mejor… Las doce, la una.
La una y las dos.
Redondo es el mundo
del señor reloj. Dos patitas negras
le dio su creador.
Dos patitas negras
que iguales no son. La patita larga
mide la extensión
con ágiles brincos
de pez volador. La patita corta
siempre se quedó.
Este es el secreto
del señor reloj. Las doce, la una,
las dos y las tres,
las tres y las cuatro,
las cinco y las seis… Las siete, las ocho,
las nueve, las diez,
las once, las doce.
¡De nuevo otra vez! Gorrita de armiño,
botas de charol,
por la esfera blanca
va el señor reloj…. Lucía Condal
13-¿POR QUÉ VEREDA SE FUE? ¿Por qué vereda se fue?
¡Ay aire, que no lo sé! ¿Por la de Benamejí?
¿Por la de Lucena o Priego?
¿Por la de Loja se fue?
¡Ay aire, que no lo sé! Ahora recuerdo: me dijo
que caminaba a Sevilla.
¿A Sevilla? ¡No lo sé! ¿Por qué vereda se fue?
¡Ay aire, que no lo sé! Rafael Alberti 14-LOS ELEFANTES -Que no. – Si, madre, que si.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma;
los elefantes, gigantes. -¿Y la palma?- Pequeñita. -¿Y qué mas?
¿Un quiosco de malaquita? -Y una ermita. -Una patraña,
tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes. -No. Más bien una mezquita,
tan chiquita.
La palma
me llevó el alma. -Fue sólo un sueño, hijo mío. -Que no, que estaban allí,
yo los vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes. Gerardo Diego
15-LA HORMIGA COJITA Rota la patita,
sin poder andar,
la pobre hormiguita
se puso a llorar: -A ver cómo voy,
cojita que estoy…! La oyó un caracol:
-No llore, señora,
la llevo yo… A ochenta por hora
pasó una tortuga:
-¡Suba, suba, suba…! Pero un gorrión
la cogió en su pico
y se la llevó… Así es como fue
la pobre hormiguita
cojita
volando a Belén. J. González Estrada 16-EL PRIMER RESFRIADO Me duelen los ojos,
me duele el cabello,
me duele la punta
tonta de los dedos. Y aquí en la gargante
una hormiga corre
con cien patas largas,
Ay, mi resfriado.
Chaquetas, bufandas,
leche calentita
y doce pañuelos
y catorce mantas
y estarse muy quieto
junto a la ventana. Me duelen los ojos,
me duele la espalda,
me duele el cabello,
me duele la tonta
punta de los dedos. Celia Viñas 17-PAJARITA DE PAPEL La pajarita de papel
no tiene alas para volar,
pero tiene un piquito para comer. La pajarita de papel
la hizo un niño de ojos azules
y ojos le puso como los de él. La pajarita de papel
que tiene pico para comer
y tiene ojos para mirar,
se siente triste sin comprender
su falta de alas para volar. Julio Zerpa 18-BODA DE FLORES Aquella rosita
nacida en abril,
quería casarse
con un alhelí. Ha de padrino
su tío el jazmín
e irán a la boda
claveles cien mil. Vestida de blanco,
verde y carmesí,
la rosa se casa
con el alhelí. José A. Del Rosal
19-SARAMPIÓN ¡Jesús, qué calor!
Tengo sarampión. Saco una manita,
saco la orejita,
saco la cabeza,
mi madre me tapa… Señor, ¡qué pereza!
¡qué sed de sifón!
Tengo sarampión. Y son mis mejillas,
-dice la abuelita-
dos rojas llamitas. Ha venido serio
el señor doctor
y me van a dar
agua de limón. Celia Viñas 20- EL SAPITO GLO-GLO-GLO Nadie sabe dónde vive,
nadie en la casa lo vio,
pero todos escuchamos
al sapito Glo-glo-glo… ¿Vivirá en la chimenea?
¿Dónde diablos se escondió?
¿Dónde canta cuando llueve
el sapito Glo-glo-glo? ¿Vive acaso en la azotea?
¿Se ha metido en un rincón?
¿Está debajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor? Nadie sabe dónde vive,
nadie en la casa lo vio,
pero todos lo escuchamos
cuando llueve: Glo-glo-glo… Juan Sebastián Tallón
|