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Segunda parte II. ANALISIS DE LA REFERENCIA TEMA 10º. CONCEPTOS DE OBJETO DE REFERENCIA Y DATOS DE REFERENCIA Por Manuel Martín Serrano Epígrafes: 1. Concepto de «objeto de referencia». 2. Clases de entidades aptas par constituirse en objetos de referencia de la comunicación: cosas de la naturaleza y objetos; seres humanos; entes de razón; aconteceres. 3. Clases de objetos de prueba: Objetos de referencia presentes y vicarios. 1. CONCEPTO DE «OBJETO DE REFERENCIA» La experiencia cotidiana muestra que cualquier Actor de la comunicación puede comunicar con otro Actor a propósito de lo que se les antoje. En la especie humana la comunicación puede referirse a cualquier entidad: cabe comunicar a propósito de entes que existieron, existen o existirán (cosas de la naturaleza, objetos fabricados, vegetales, animales, seres humanos); a propósito de entes que ni existieron, ni existen, ni existirán (entes de ficción o míticos, seres imposibles a los que se les atribuye el carácter de cosas, objetos o de seres vivos); a propósito de cualidades observadas, inobservables, concebibles o inconcebibles, las cuales se les asignan a cualquier ente real o ideal, individual o colectivo, posible o imposible, lógico o contradictorio. Todo lo que puede ser representado puede ser expresado; y todo lo que puede ser expresado puede ser comunicado. Por esta razón, la comunicación está abierta al universo completo de los entes de referencia. El objeto de referencia de la comunicación no está sometido al requisito de existencia ni al requisito de la no contradicción. No obstante, la conciencia por parte de los Actores de la no existencia de un objeto inexistente, es un supuesto de la comunicación1 (excepto de la comunicación delirante); del mismo modo que la conciencia de la condición alógica de un objeto de referencia contradictorio es requisito de la comunicación2 (excepto de la comunicación esquizofrénica). El término «Objeto de referencia»3 se emplea en este texto para designar aquello a propósito de lo que se comunica. El objeto de referencia cumple la función de objeto material o ideal de la comunicación. Por ser objeto de la comunicación el objeto de referencia es evocado en ella, pero permanece en su exterior4. La exterioridad del objeto de referencia respecto al [SC] significa que en la comunicación sus objetos de referencia se distinguen de todos los componentes del sistema comunicativo, es decir, no equivalen ni a los sujetos de la comunicación (los Actores); ni a los instrumentos de la comunicación (los amplificadores y los media); ni a las materias comunicativas (sustancias expresivas y expresiones); ni a los contenidos de la comunicación (las representaciones)5. 2. CLASES DE ENTIDADES APTAS PARA CONSTITUIRSE EN OBJETOS DE REFERENCIA DE LA COMUNICACION 2.1. Distincion entre relación referencial y las otras relaciones no comunicativas He afirmado que cualquier ente (es decir, todo cuanto tenga o pueda tener existencia real o ideal) puede constituirse en objeto de referencia de la comunicación humana. Desde el punto de vista de la relación entre el sujeto humano y las entidades con las que establece una experiencia cognoscitiva, los entes se pueden diferenciar en tres subconjuntos que se sintetizan en este esquema6:
La relación referencial representa solamente una de las maneras posibles de relación entre los hombres y los entes.La relación referencial entre los entes y los Actores se distingue de todas las demás formas de relación, en que se realiza en la comunicación, y en que requiere necesariamente una situación comunicativa. Cualquier otra situación coactiva (Cfr. Tema 1º) en la cual los entes participen en la interacción que llevan a cabo los seres vivos, genera relaciones no referenciales entre el ser vivo y el objeto. Tanto las relaciones referenciales como las no referenciales del ser con los objetos, son formas posibles mediante las cuales el ser trata de conocer el mundo (material, ideal) en el que existe, para cambiarlo o adaptarse al mismo. En este empeño, las relaciones referenciales (comunicativas) que se establecen entre sujetos y objetos no excluyen las otras posibles formas de relación no referenciales. Las variedades de relaciones posibles entre sujetos y objetos, son diferentes según la naturaleza racional o irracional de los primeros, y según la naturaleza material o ideal, natural o social de los segundos. En consecuencia, para delimitar el campo de la relación referencial que los Actores establecen con el mundo que les rodea, resulta necesario examinar independientemente cada tipo de objeto de referencia. Por lo que respecta a los sujetos de la relación referencial, en esta ocasión supondremos que todos son Actores humanos. 2.2. Entes con los que cabe establecer relaciones referenciales y no referenciales Desde el punto de vista de la comunicación (aunque no necesariamente desde el punto de vista de la metafísica o de otras ciencias) los entes con los cuales pueden relacionarse referencialmente los sujetos humanos pueden ser agrupados de la siguiente forma: a) Entidades de la naturaleza. b) Seres humanos. c) Entes de razón y seres ideales. d) Aconteceres. En cada caso, cabe distinguir entre las siguientes clases de relaciones: 1. Relaciones en el interior del propio sistema de comunicación. 2. Relaciones sujeto-objeto de referencia; el Actor está en el interior del Sistema de Comunicación y en el exterior del Sistema, el objeto de referencia. 3. Relaciones de carácter instrumental, ejecutivo o cognitivo (no comunicativas). a) Entes, inertes o activos, animados o inanimados, que son cosas o seres vivos de la naturaleza, transformadas o no en objetos, útiles, o herramientas por la actividad humana. Sea un trozo de mineral: la magnetita. Esta cosa puede verse implicada en la comunicación participando como sustancia expresiva, mencionada como objeto de referencia, o utilizada como prueba. 1. Relaciones en el interior del Sistema de Comunicación La magnetita puede tener un uso comunicativo como un componente del Sistema Comunicativo cuando se emplea como sustancia expresiua. Por ejemplo un grupo de espiritistas pueden suponer que «el movimiento/no movimiento» de la piedra en presencia del hierro, expresa «manifestación/no manifestación» de poderes mentales del «medium». En este uso comunicativo como expresión, la magnetita designa a otro objeto de referencia (los poderes mentales del medium); evidentemente la magnetita no es el referente de la comunicación, sino la sustancia expresiva. 2. Relaciones referenciales Cuando los hombres se refieren a la magnetita asumen el rol de Actores de la comunicación. En la referencia, la magnetita es el objeto a propósito del cual se establece un proceso comunicativo. Este «referirse a» puede tomar en consideración cualquier posible modo de relacionarse (o no relacionarse) la cosa con cualquier otro ente real o ideal (incluido el hombre)7. En cualquier caso la relación comunicativa de los Actores con la magnetita, en su condición de objeto de referencia, produce información sobre la cosa, pero no altera la cosa, porque «referirse a (la cosa magnetita)» no afecta a su materia, ni implica un intercambio energético entre esa cosa y otras cosas. 3. Distinción entre relación referencial con los objetos y prácticas con los objetos Por definición, una cosa u objeto deviene objeto de referencia de la comunicación cuando se establece un proceso comunicativo en el que participan Actores, instrumentos, expresiones y representaciones, con el objeto de comunicar a propósito de esa cosa u objeto. Dicho de otra manera el referente objeto de la comunicación, no sirve para comunicar a propósito de sí mismo aunque esté presente frente a los Actores8. El objeto de referencia queda siempre al exterior de la comunicación y la comunicación, en cuanto tal, no le afecta9. Cuando los Actores hacen uso directo de un objeto de referencia, como respuesta a una situación comunicativa, éste pierde su función de objeto de referencia, y deviene objeto de uso; funciona como estímulo, producto, herramienta, prueba, una sustancia expresiva; pero la comunicación a propósito de ese objeto de referencia ha sido sustituida por la acción sobre él mismo10. Retornemos a un ejemplo, similar al que se utilizó en el tema uno para aclarar esta diferencia: Supongamos que en la mesa de mi despacho hay un trozo de magnetita. Alter me pregunta: «¿Cómo es la magnetita?». Esta pregunta puede suscitar según mi ánimo, una respuesta por la vía de los actos ejecutivos o por la vía de la comunicación: • Puedo responder por la vía de los actos ejecutivos: Alter está a mi lado, tomo el mineral, se lo entrego o se lo muestro y callo. En este caso, mi intervención consiste en una acción de transporte que pone en contacto a Alter con un objeto. Alter puede obtener la información que desea experimentando o manipulando al propio objeto; pero tal procedimiento supone un recurso a la acción directa sobre la materia. La experimentación no es un modo de comunicación, porque no llega información alguna por medio del Actor que le entregó el objeto, a través de otra sustancia expresiva. Alternativamente puedo responder a Alter por la vía de la comunicación, facilitándole alguna descripción sobre las características del mineral. Esta descripción puede acompañarse del acto de mostrar a Alter la magnetita; pero la comunicación no exige que se acompañe de dicha acción. En este caso mi intervención consiste en una comunicación que ofrece a Alter información sobre el objeto, a través de expresiones del lenguaje. Mostrar un objeto, hacer algo con un objeto, es una actividad que pertenece al ámbito de las prácticas ejecutivas (Cfr. Tema lº); en ocasiones sirve para verificar una comunicación, pero por eso mismo, no es comunicación. Describir un objeto, referir algo a propósito de un objeto de referencia es una actividad que pertenece al ámbito de la comunicación. Frecuentemente la información que se obtiene de un objeto a través de la comunicación sirve para inducir a los Actores a que hagan cosas con esos objetos; pero por eso mismo la referencia a algo no es una práctica ejecutiva, sino comunicativa. Los Actores de la comunicación, incluso cuando el objeto de referencia es una cosa material y está presente, no comunican mediante objetos de referencia, sino a propósito de los objetos de referencia. Cuando los Actores se relacionan entre sí mediante objetos de referencia, el proceso de comunicación se transforma en otros de intercambio material. Esta diferencia quedó aclarada en el Tema 1.°, pero convendrá insistir en ella con un nuevo ejemplo: El vendedor de muestras de minerales dice: «Deme diez duros por la piedra imantada». Yo le respondo «de acuerdo». En esta conversación estoy como Actor de un proceso comunicativo, a propósito de dinero y mercancías; pero cuando le doy al vendedor diez duros y él me entrega la piedra estoy como agente de un proceso de intercambio comercial, el cual puede muy bien haber sido preparado o preconfigurado por el precedente proceso comunicativo, pero ya no es comunicación. Esta distinción entre intercambio material y comunicativo resulta necesaria solamente cuando el objeto de referencia es además un objeto material, cuya corporeidad permite que se disponga de él como un objeto que tiene un valor de uso y un valor de cambio. Cuando el objeto de referencia es un ente de razón, puede servir como objeto de comunicación, pero por definición, queda excluido del intercambio material. Así, si alguien me pregunta «¿Qué es la virtud?» o «¿Qué es el valor?» no podré, como en la pregunta por la magnetita, optar por mostrarle uno u otro objeto de referencia11. Existe un último uso no comunicativo de las cosas u objetos que posee la mayor importancia para la comunicación: cuando se les emplea como pruebas de la comunicación a propósito de ellos mismos. Por ejemplo, el profesor de Física afirma que cualquier trozo de magnetita atrae partículas de hierro; y se sirve del objeto (una piedra imantada) para demostrar la verdad de su afirmación (al menos en lo que respecta a ese trozo de mineral que el profesor utiliza, su información resulta ser verdadera). Cuando un objeto se usa como prueba, lo que se prueba es la atribución adecuada —o verdadera— de la expresión al objeto. En consecuencia, la relación demostrativa entre sujetos y objetos, presupone previamente la relación comunicativa; o lo que es lo mismo: para que el objeto sirva como prueba experimental de una afirmación, anteriormente ha tenido que ser utilizado como objeto de referencia de la comunicación. b) Entes que son seres humanos Los seres humanos pueden verse concernidos por la comunicación como Actores, como mediadores o interventores, y como objetos de referencia. 1. Relaciones en el interior del sistema de comunicación Sea un niño que se relaciona con su padre. Cabe que el niño interactúe con su padre desempeñando las siguientes funciones comunicativas: • Como el Alter de la relación comunicativa, por ejemplo, en una conversación. Este tipo de relación se analiza en la parte de la Teoría de la Comunicación referida al análisis de los Actores12. 2. Relaciones que afectan al Sistema de Comunicación desde el [SS] • El ser humano puede intervenir como un mediador en el proceso comunicativo, por ejemplo, cuando el padre lee un cuento al hijo; o como un interventor de la comunicación, por ejemplo, cuando el padre prohíbe al hijo que hable con la boca llena. Esta clase de relaciones se analizan en la Teoría de la Comunicación al estudiar los controles que efectúa el Sistema Social sobre el desarrollo del proceso comunicativo, o bien sobre la organización del Sistema Comunicativo. 3. Relaciones referenciales • La comunicación puede referirse a cualquier ser humano como objeto de referencia. Por ejemplo, cuando el niño comunica con el propio padre o con otro Actor, a propósito del padre o a propósito de cualquier otra persona. 4. Funciones veritativas Los seres humanos desempeñan funciones veritativas que no están al alcance de ningún animal. El recurso al testimonio de otros hombres, requiere necesariamente de la comunicación y amplía los criterios de objetivación a los que remite el proceso comunicativo. Un ser humano participa en la verificación de la comunicación, de alguno de estos modos: • Como una «autoridad» cuando el niño recurre al testimonio del padre para recabar la veracidad de una información a propósito de cualquier objeto de referencia. • Como una prueba, cuando siendo el propio padre el objeto de referencia de la comunicación en la que participa el niño, la información a propósito del padre puede ser demostrada por el recurso al referente; así cuando el niño justifica su afirmación ante otro niño de que su padre tiene bigote, presentándoselo. Un ser humano prueba la verdad de la información que a él mismo se refiere: por ejemplo, si afirmo que los hombres tenemos cinco dedos en cada mano, me basta con mostrar la mía para demostrar ese aserto. Pero también el hombre puede servir como sustituto de la prueba, a propósito de cualquier objeto de referencia, en su calidad de autoridad cuando por cualquier razón no es posible el recurso al objeto de referencia sobre el que se comunica. Por ejemplo, la afirmación «el agua se compone de dos partes de hidrógeno y una de oxígeno» podría ser probada por cada uno de nosotros mediante un experimento que separase en el líquido de referencia, sus componentes; pero más frecuentemente aceptamos que esa información quede autorizada por la afirmación del profesor de química. El privilegio que posee la especie humana de acumular más conocimiento del que cualquier hombre podría adquirir por experiencia propia a lo largo de su vida, reside precisamente en su capacidad de aprovechar el conocimiento de otros en cuya autoridad confía. Este procedimiento humano de verificación es el fundamento de la cultura. Los seres humanos puede afectar al [SC] desde el sistema social [SS] (en cuanto interventores o mediadores), y al mismo tiempo formar parte del sistema comunicativo en cuanto Actores, y simultáneamente asumir la función de objetos de referencia de la comunicación. A estas alturas de nuestro análisis teórico, el lector está en condiciones de distinguir estas distintas funciones en cualquier práctica comunicativa. c) Entes de razón o entes ideales Los entes de razón o entes ideales pueden participar en la comunicación como datos de referencia de las representaciones, como objetos de referencia y como pruebas. l. Relaciones en el interior del Sistema de Comunicación [SC] Sea el ente ideal «bueno». «Bueno» puede constituirse en un componente del sistema de comunicación a nivel de la representación de cualquier objeto de referencia al que se le atribuya esta cualidad; o como representación de la cualidad misma, la cual será su objeto de referencia. 2. Relaciones referenciales «Bueno» cumple su función de objeto de referencia cuando a propósito de bueno se establece una comunicación; por ejemplo, si pregunto: ¿qué entiendes por «bueno»? 3. Relaciones instrumentales de carácter veritativo13 «Bueno» puede ser utilizado como prueba de la verdad de la comunicación a propósito del objeto de referencia bueno; por ejemplo, cuando los interlocutores dicen «veamos qué es “bueno”»14. Como bueno, en su condición de ente ideal, no tiene presencia material, ese «ver qué es» no puede satisfacerse con una experiencia sensorial derivada de la observación de bueno y compartida por los Actores de la comunicación15. En este caso, la única experiencia que pueden compartir los Actores sobre el objeto (ideal) es una misma representación de ese objeto. El uso veritativo de una entidad ideal es siempre cognitivo (aunque la comprobación de la adecuación de tal uso cognitivo deba de probarse en sus efectos prácticos). Para que ambos interlocutores alcancen dicho acuerdo cognitivo les resulta necesario el recurso a la comunicación. Pudiera ocurrir que la comunicación se refiriese a un referente de razón creado por los Actores de la comunicación. Por ejemplo, si Ego propone: «hablemos de los Pitufos...». Alter podría responder: «Los Pitufos se caracterizan porque pitufan», y Ego replicar: «¿Qué entiendes por pitufar?» A medida que se van generando definiciones que precisan el uso correcto (en el marco de este juego comunicativo) de los datos de referencia, se va creando un ente ideal que sirve de prueba. El proceso se ha iniciado en ausencia de todo código de uso establecido, y puede llegar a cerrarse de modo unívoco si efectivamente los actores se los proponen: por ejemplo, si llegasen al acuerdo de que un pitufo es «un enano azul que sólo puede conjugar el verbo "pitufar"». El ejemplo muestra que en la comunicación a propósito de entes de razón (y sólo en esta clase de comunicación), la propia comunicación está en condiciones de crear la prueba16. d) Entes que son aconteceres El acontecer puede concernir a la comunicación como objeto de referencia o como prueba. 1. Relación referencial Numerosas comunicaciones tienen por objeto de referencia el acontecer. El acontecer está constituido por el cambio del mundo y de sus objetos en el espacio y/o en el tiempo. Esos cambios se manifiestan en el modo en que aparecen en cada momento las cosas, los objetos, las personas, las instituciones, las ideas o cualquier otro posible objeto de referencia. Los cambios del entorno pueden afectar a las personas, a sus obras y a sus representaciones: por esta razón el acontecer está sometido a permanente vigilancia por cada persona y por las instituciones sociales. El conocimiento del entorno permite modificarlo, y, si no fuese posible transformarlo, ese conocimiento aclara de qué manera debemos de modificarnos a nosotros mismos para asegurar nuestra supervivencia. La evaluación acertada del estado del entorno posee la mayor importancia para cada ser en particular y para el grupo, sea humano o animal; razón por la cual la mayor parte de las comunicaciones privadas y públicas tienen por objeto de referencia el acontecer. La progresiva complejidad que van adquiriendo las relaciones sociales determina que el entorno que nos afecta sea cada vez más extenso. (Por ejemplo, un cambio político en un área geográfica tan lejana como Oriente Medio puede privarnos del petróleo.) Por esta razón, la comunicación va incluyendo, día a día, objetos de referencia procedentes del acontecer cada vez más numerosos y más diversos. Un ejemplo de acontecer podría ser un racionamiento de gasolina como consecuencia de la actual crisis de materias primas energéticas. El actor humano puede relacionarse con este acontecer como un objeto de referencia de la comunicación que se ocupa del acontecer. Así cuando el actor escribe en el periódico a propósito del racionamiento del combustible17. 2. Relación veritativa El acontecer puede servir como una prueba de la verdad de la información que se intercambia en la comunicación a propósito del acontecer (por ejemplo, cuando la escasez de la gasolina —evidenciada en el reparto de cartillas de racionamiento— permite demostrar que es cierta la afirmación de que la gasolina está racionada). Para analizar el empleo del acontecer como prueba, conviene distinguir entre tres tipo de aconteceres: 2.1. Acontecer ya cumplido y repetible. 2.2. Acontecer ya cumplido e irrepetible. 2.3. Acontecer todavía no cumplido. 2.1. Acontecer ya cumplido y repetible En principio, este acontecer ofrece las mismas oportunidades que ofrecen los objetos y las cosas de servir como prueba, en la medida en la que la repetición del acontecer reproduzca la misma situación en la que ocurrió el hecho por primera vez. Se usa el acontecer como prueba cuando, refiriéndome a las Fallas de este año pasado afirmo que «se quemaron el diecinueve de marzo, como es costumbre», y remito al próximo diecinueve de marzo para la prueba. (Evidentemente, la celebración del próximo año puede suspenderse o cambiar de fecha; precisamente la dificultad que existe para esta reproducción idéntica, constituye la limitación inherente a la prueba basada en la repetición.) 2.2. Acontecer ya cumplido e irrepetible En este caso resulta posible la clase de prueba que se explicó al tratar de los referentes ideales. Por ejemplo, en el hundimiento del Titanic, se encontraban presentes periodistas que relataron los acontecimientoa La información que comunicaron a propósito de este referente no puede ser demostrada por el recurso a un nuevo hundimiento de otro barco idéntico, con idéntico pasaje. 2.3. Acontecer todavía no cumplido Es posible probar la verdad o falsedad de una afirmación o una hipótesis sobre el acontecer, recurriendo a su confirmación en el futuro. Por ejemplo, Marx afirmó hacia 1860 que la sociedad capitalista, en cada posterior crisis periódica, concentraría el capital en un número más reducido de instituciones (bancos, multinacionales, etc.); y decía que, como consecuencia de esta concentración y de los cambios en las relaciones de producción, la futura organización social sería socialista. La primera parte de la afirmación ha quedado verificada por la historia; la segunda parte de la tesis marxista debe de esperar a que la historia la valide o la falsifique. Se comprende que a esta clase de hipótesis pueden exigírseles pruebas objetivas no en la realidad presente, sino en la realidad futura18. |
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